lunes, 1 de diciembre de 2014

Pequeñas Semillitas 2531

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2531 ~ Lunes 1° de Diciembre de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Como familia y como pueblo de Dios hemos comenzado a transitar el tiempo de Adviento y vamos al encuentro de Jesús que es la luz que ilumina nuestro camino y que ha venido y viene para que el Amor brille en cada persona y en todo el mundo.
Oramos al Padre celestial diciendo: “La tierra se alegra en estos días y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, quien se acerca como luz esplendorosa, para iluminar a los que vivimos en las tinieblas de la duda, del dolor y del pecado. Lleno de esperanza en tu venida, tu pueblo ha preparado una corona con ramos verdes y la ha adornado con la luz de las velas. Señor, en este tiempo en que nos preparamos para la venida de tu Hijo, te pedimos que, mientras nuevas luces se encienden, a nosotros nos ilumines con el esplendor de Jesús, la luz del mundo que iluminará todas las oscuridades. Amén”

¡Buenos días!

El principito y el zorro
Las celebraciones —en el hogar, en la escuela, en la iglesia— exigen una adecuada preparación. Proyectan así con anterioridad el clima y los valores que se van a festejar. Esto marca las celebraciones con un halo especial que ayuda a vivirlas con más provecho y profundidad. La Iglesia ha comenzado el Adviento para preparar la próxima Navidad.

El principito llegó temprano. “Mejor sería venir siempre a la misma hora”, dijo el zorro. Si tú vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres yo empezaría a ser feliz. Y cuanto más cerca esté la hora, tanto más feliz seré. Pero si vienes a cualquier hora, no sabré cuándo disponer mi corazón. Es necesario un rito”. “¿Qué es un rito?”, preguntó el principito. “Pues es algo demasiado olvidado”, dijo el zorro. “Es lo que hace que un día sea diferente de otro; que una hora sea distinta de las demás. Los leñadores tienen un rito. Ellos bailan los jueves con las chicas del pueblo. El jueves es para ellos un día maravilloso. Si bailaran cualquier día, no esperarían el jueves como un día de vacación y alegría”. (A. de Saint Exupéry).

Adviento es un tiempo oportuno para vivir con intensidad la venida histórica de Jesús: Dios que irrumpe en nuestra vida y asume nuestra humilde condición humana para levantarnos a alturas desconocidas. La vivencia del Adviento consiste en un fuerte anhelo de que Dios venga, nos acompañe y nos enseñe a vivir su amor con más apertura y calidad. 
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, habiendo entrado Jesús en Cafarnaún, se le acercó un centurión y le rogó diciendo: «Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos». Dícele Jesús: «Yo iré a curarle». Replicó el centurión: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: ‘Vete’, y va; y a otro: ‘Ven’, y viene; y a mi siervo: ‘Haz esto’, y lo hace».
Al oír esto Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande. Y os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los Cielos». (Mt 8,5-11)

Comentario
Hoy, Cafarnaún es nuestra ciudad y nuestro pueblo, donde hay personas enfermas, conocidas unas, anónimas otras, frecuentemente olvidadas a causa del ritmo frenético que caracteriza a la vida actual: cargados de trabajo, vamos corriendo sin parar y sin pensar en aquellos que, por razón de su enfermedad o de otra circunstancia, quedan al margen y no pueden seguir este ritmo. Sin embargo, Jesús nos dirá un día: «Cuanto hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis» (Mt 25,40). El gran pensador Blaise Pascal recoge esta idea cuando afirma que «Jesucristo, en sus fieles, se encuentra en la agonía de Getsemaní hasta el final de los tiempos».
El centurión de Cafarnaún no se olvida de su criado postrado en el lecho, porque lo ama. A pesar de ser más poderoso y de tener más autoridad que su siervo, el centurión agradece todos sus años de servicio y le tiene un gran aprecio. Por esto, movido por el amor, se dirige a Jesús, y en la presencia del Salvador hace una extraordinaria confesión de fe, recogida por la liturgia Eucarística: «Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa: di una sola palabra y mi criado quedará curado» (cf. Mt 8,8). Esta confesión se fundamenta en la esperanza; brota de la confianza puesta en Jesucristo, y a la vez también de su sentimiento de indignidad personal, que le ayuda a reconocer su propia pobreza.
Sólo nos podemos acercar a Jesucristo con una actitud humilde, como la del centurión. Así podremos vivir la esperanza del Adviento: esperanza de salvación y de vida, de reconciliación y de paz. Solamente puede esperar aquel que reconoce su pobreza y es capaz de darse cuenta de que el sentido de su vida no está en él mismo, sino en Dios, poniéndose en las manos del Señor. Acerquémonos con confianza a Cristo y, a la vez, hagamos nuestra la oración del centurión.
Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Sant Quirze del Vallès, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Eloy
Orfebre
 
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

La frase de hoy

"Dios no necesita de nuestros trabajos,
sino de nuestra obediencia"
~San Juan Crisóstomo~

Tema del día:
Uso correcto del Internet
Es importante que establezca reglas para el uso del Internet por parte de sus hijos y que esté consciente de las actividades en línea que realicen. También es conveniente asegurarse de que navegar la Red no ocupe el lugar de las tareas escolares, las actividades sociales y otros intereses importantes

Es necesario advertirles que deben tener precaución con los extraños en el Internet. La mayoría de las personas se comportan de manera razonable y decente en línea, pero algunos son groseros, mal intencionados o incluso criminales. Enséñeles a sus hijos que:

- Nunca deben proporcionar información personal (incluyendo su nombre, domicilio, número telefónico, edad, nombre o localización de su escuela o nombres de sus amigos) o utilizar una tarjeta de crédito en línea sin su permiso.
- Nunca deben darle a nadie su contraseña (password), ni siquiera a sus amigos.
- Nunca deben hacer planes para reunirse con alguien a quien hayan conocido en línea excepto si usted lo aprueba y los acompaña a un lugar público.
- Nunca deben responder a mensajes que los confundan o los hagan sentir incómodos. Deben ignorar a la persona que los envió, terminar la comunicación e informar de inmediato a los padres o a algún otro adulto de confianza.
- Nunca deben usar groserías o enviar mensajes mal intencionados en línea.

Además, asegúrese de que sus hijos sepan que las personas con quienes se comunican en línea no siempre son quienes dicen ser y que la información en línea no necesariamente es privada. Incluso sin querer, sus hijos pueden encontrar en Internet material obsceno, pornográfico, violento, racista u ofensivo en otros sentidos.

Asegúrese de que sus hijos comprendan lo que usted considera apropiado para ellos. ¿Qué tipo de sitios pueden visitar con confianza? ¿Qué áreas no son permitidas? ¿Cuánto tiempo pueden estar y cuándo?

Convierta la exploración en línea en una actividad familiar. Instale la computadora en la sala o en el cuarto de estar. Así todos participan y usted puede vigilar lo que hacen sus hijos. Ponga atención a los juegos que sus hijos mayores puedan bajar o copiar. Algunos son violentos o con contenido sexual.

Existen programas o servicios en línea que filtren materiales y sitios ofensivos, muchos proveedores de servicios de Internet y servicios en línea comerciales ofrecen bloqueo de sitios, restricciones sobre correos recibidos y cuentas para niños con acceso a servicios específicos. A menudo se pueden contratar estos controles sin costo adicional. Sin embargo, esté consciente de que los niños con frecuencia son lo suficientemente hábiles para evitar las restricciones. Nada puede sustituir a su supervisión y participación.

Muestre a sus hijos cómo usar y evaluar la información que encuentren en Internet. No toda la información que hay en línea es confiable. Algunos individuos y organizaciones son muy cuidadosos sobre la veracidad de la información que presentan, pero otros no lo son. Algunos incluso engañan intencionalmente.

En Internet, se puede:
- Chatear con amigos.
- Buscar información.
- Conseguir datos para las tareas de la escuela
- Jugar solo o con amigos.
- Comunicarse con familiares que viven lejos.
- Compartir gustos e intereses con otras personas.
- Hacer trabajos para la escuela.
- Divertirse.

En síntesis:
- Ubicar la computadora en un ambiente compartido por la familia.
- Evitar que los chicos/as estén en Internet (particularmente en el chat) durante la noche.
- Navegar y chatear algunas veces con sus hijos
- Construir junto al menor “reglas consensuadas” para navegar en Internet
- Familiarizarse con las nuevas tecnologías y los programas de comunicación que los chicos utilizan.

Estadísticas 
El siguiente es el estado demostrativo de la cantidad de visitas registradas en los dos blogs que llevamos adelante en internet: "Pequeñas Semillitas" y "Juan Pablo II inolvidable". Esta información se publica el primer día de cada mes.

Debe recordarse que las visitas se cuentan desde el inicio de cada uno de ellos que ha sido en fechas distintas:

Desde el 1º de Marzo de 2007 hasta hoy ha sido visitado por 2.077.937 lectores. Durante el último mes (noviembre 2014) registró 12.031 nuevas visitas.

Desde el 25 de Diciembre de 2009 hasta hoy ha sido visitado por 414.283  lectores. Durante el último mes (noviembre 2014) registró 1.681 nuevas visitas.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por el alma del señor Ángel Milanovsky, de San Lorenzo, Santa Fe, Argentina, fallecido en un accidente de carretera. Abrazamos a su hijo Exequiel, un querido amigo de “Pequeñas Semillitas” y a toda la familia, con la fe en el reencuentro en el Reino que Jesús nos ha prometido.

También rezamos por el alma de Dorita, al cumplirse dos años de su paso a la casa del Señor. Su hijo Luis, pide publicar la siguiente oración de réquiem:
Silencio y paz. Fue llevada al país de la vida. Su morada desde hace dos años, es el descanso, y su vestido, la Luz. Para siempre Dios mío, Señor de la Historia y dueño del ayer y del mañana. En tus manos están las llaves de la vida y de la muerte. Sin preguntarnos, la llevaste contigo a la Morada Santa, y nosotros cerramos nuestros ojos, bajamos la frente y simplemente te decimos: está bien.
Silencio y paz. Desde hace dos años las nostalgias gravitan sobre los recuerdos de una madre entrañable que pese al tiempo transcurrido, aún nos hace mucha falta. Para ella se acabó el combate. Ya no hay para ella lágrimas, ni llanto, ni sobresaltos. El sol brilla para siempre sobre su frente, y una paz intangible asegura definitivamente su frontera.
Dios nuestro te pedimos que su alma inmortal, duerma para siempre en la paz eterna, en tu seno insondable y amoroso. Oh Padre de misericordia. Amén.
Luis Sánchez Valderrama

Pedimos oración por el alma de Yone Javier Huaman Isidro, que vivía en Perú y fue llamado por el Señor el martes 25 de Noviembre del 2014. Que Dios lo reciba en el cielo y tenga misericordia de sus hijos Javier y Marcelo, y de su esposa Andrea. Paz para todos.

Pedimos oración para Sandra V., de la provincia de Buenos Aires, Argentina, diagnosticada con cáncer de útero. Es joven, docente y actriz vocacional. Y también pedimos para Sofía R., de 20 años, que padece osteogénesis congénita y lleva más de un mes internada con fuertes dolores. Que el Señor Jesús las toque a ambas con su gracia de sanación.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Diciembre 1
A veces levantamos los ojos al cielo pidiendo ayuda. Otras veces miramos al cielo como si expresáramos una esperanza, deseando que llegue lo que deseamos. Y en algunas ocasiones elevamos los ojos al cielo dando gracias por una alegría. Sabemos que Dios está en todas partes y, sin embargo, levantamos los ojos al cielo. Eso sucede porque sentimos que Dios está por encima de todo, que lo supera todo, que es más grande que nosotros. También porque sabemos que no podemos salvarnos solos, que necesitamos su ayuda, que todo lo bello viene de él.
Es bueno que sea así. Es sano levantar los ojos al cielo. Porque si creemos que Dios sólo está encerrado en nuestro interior, terminamos imaginando que nosotros lo contenemos, que es una posesión nuestra, que lo tenemos bajo nuestro control, que es más pequeño que nuestro corazón. Hace bien recordar que Dios está “en los cielos”, es decir, que él es infinitamente más que nosotros, que supera todos nuestros pensamientos y sentimientos, que no podemos contenerlo en nuestra pequeñez. Sólo así podremos adorarlo con un corazón humilde y agradecido.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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