PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2541 ~ Martes
16 de Diciembre de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Allanen los caminos de vuestra vida porque el Señor está cerca.
Él vendrá como el rocío mañanero, como la luz del alba,
como la lluvia que empapa la tierra, como el sol que calienta nuestra
existencia, como el aire que infunde vida, como la nieve que nos cubre de
blancura.
Él cambiará nuestros corazones de piedra en corazones de
carne cálida y tierna, lavará nuestro rostro con agua fresca, despertará
nuestros ojos dormidos, ablandará la dureza de nuestras entrañas, guiará
nuestros pasos vacilantes por sendas rectas y llanas, perfumará todo nuestro
ser con sus fragancias y fecundará nuestra vida yerma.
Ulibarri Fl.
¡Buenos días!
Cuida tu matrimonio
Cuando ya no
valoras y amas a la persona que Dios puso a tu lado; cuando te haces como ciego
ante las inmensas riquezas espirituales y humanas que tiene tu cónyuge; cuando
desconoces u olvidas el por qué te enamoraste del que después sería contigo un
solo ser, poco a poco se hunde la estabilidad de tu matrimonio.
Mucha gente, por descuido y desidia, se
encuentra el día menos pensado con un vacío grande... "desapareció el ser
amado", se rompió la vinculación afectiva. No se dieron cuenta de que al
no cultivar la ternura, la escucha, el respeto, el dedicar tiempo al encuentro
personal; todo esto produjo un enfriamiento, y un triste alejamiento de ambos.
Todo ocurre gradualmente, y un día cualquiera, se levantan y se dan cuenta de
que "se les murió el amor"; que ya nada los une. Se fueron alejando y
fabricando un mundo de indiferencia. Ya no hay resonancia en las palabras, en
los suspiros, en los anhelos... un frío interno ha congelado sus almas. Al
final, dos extraños viviendo juntos.
Aprecia y cuida
tu matrimonio. Juntos arrodíllense, imploren al Señor que entre en sus vidas,
que sea él quien conduzca su matrimonio, quien los mantenga unidos hasta el
final. ¡Hasta que la muerte los separe! Y no se olviden, con Dios todo esto es
más fácil y posible, porque ¡con él, ustedes son invencibles! (Anónimo).
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a
los ancianos del pueblo: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Llegándose
al primero, le dijo: ‘Hijo, vete hoy a trabajar en la viña’. Y él respondió:
‘No quiero’, pero después se arrepintió y fue. Llegándose al segundo, le dijo
lo mismo. Y él respondió: ‘Voy, Señor’, y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la
voluntad del padre?». «El primero», le dicen. Díceles Jesús: «En verdad os digo
que los publicanos y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios.
Porque vino Juan a vosotros por camino de justicia, y no creísteis en él,
mientras que los publicanos y las rameras creyeron en él. Y vosotros, ni
viéndolo, os arrepentisteis después, para creer en él». (Mt 21,28-32)
Comentario
Hoy contemplamos al padre que tiene dos hijos y dice al
primero: «Hijo, vete hoy a trabajar en la viña» (Mt 21,28). Éste respondió:
«‘No quiero’, pero después se arrepintió y fue» (Mt 21,29). Al segundo le dijo
lo mismo. Él le respondió: «Voy, señor»; pero no fue... (cf. Mt 21,30). Lo
importante no es decir “sí”, sino “obrar”. Hay un adagio que afirma que «obras
son amores y no buenas razones».
En otro momento, Jesús dará la doctrina que enseña esta
parábola: «No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los
Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial» (Mt 7,21). Como
escribió san Agustín, «existen dos voluntades. Tu voluntad debe ser corregida
para identificarse con la voluntad de Dios; y no la de Dios torcida para
acomodarse a la tuya». En lengua catalana decimos que un niño “creu” (“cree”),
cuando obedece: ¡cree!, es decir, identificamos la obediencia con la fe, con la
confianza en lo que nos dicen.
Obediencia viene de “ob-audire”: escuchar con gran
atención. Se manifiesta en la oración, en no hacernos “sordos” a la voz del
Amor. «Los hombres tendemos a “defendernos”, a apegarnos a nuestro egoísmo.
Dios exige que, al obedecer, pongamos en ejercicio la fe. A veces el Señor
sugiere su querer como en voz baja, allá en el fondo de la conciencia: y es
necesario estar atentos, para distinguir esa voz y serle fieles» (San Josemaría
Escrivá). Cumplir la voluntad de Dios es ser santo; obedecer no es ser
simplemente una marioneta en manos de otro, sino interiorizar lo que hay que
cumplir: y, así, hacerlo porque “me da la gana”.
Nuestra Madre la Virgen, maestra en la “obediencia de la
fe”, nos enseñará el modo de aprender a obedecer la voluntad del Padre.
Rev. D. Llucià POU i Sabater (Granada, España)
Santoral Católico:
Santa Adelaida
Emperatriz de Italia
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
Palabras del Papa Francisco
"Cada familia, cada pueblo aspira a la felicidad … cuando
Jesús entra en la historia con su nacimiento, la humanidad recibió el germen
del Reino de Dios. Ya no es necesario buscar otras cosas, porque Jesús vino a
traer la alegría a todos y para siempre".
~ Papa Francisco ~
Tema del día:
Novena de Adviento 2014
Oraciones para
cada día
Dios y Padre
nuestro, que has amado tanto al mundo hasta darnos a tu propio hijo para
nuestra salvación, hecho hombre por obra del Espíritu Santo en el seno de
María, llénanos de toda bendición en estos días preparatorios a su nacimiento
en nosotros.
Jesús, antes de que
nazcas visiblemente en Belén, ven ya a nuestro corazón, que lo encontrarás
acogedor y tuyo del todo, pues sabes lo mucho que te queremos.
María, que con
inefable amor de madre estás esperando ver a tu Hijo entre tus brazos,
prepáranos tú misma para recibir a Jesús con la pureza inmaculada de tu alma
bendita.
José, a quien Dios
confió los primeros tesoros de la Redención, Jesús y María, ruega por nosotros
para que recibamos en toda su inmensa abundancia la gracia de Dios en estos
días de Navidad.
Primer día: 16 de
diciembre
Le dijo el ángel:
"Deja de temer, María, porque has encontrado gracia
ante Dios. Concebirás y darás a luz un Hijo, al que pondrás por nombre Jesús.
Será grande y llamado Hijo del Altísimo; el Señor le dará el trono de David, su
padre, reinará sobre la casa de Jacob por los siglos, y su reino no tendrá
fin".
Dijo entonces María:
"He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu
palabra". Y el ángel la dejó.
(Lucas 1, 30-33,38)
Segundo día: 17 diciembre
Cuando Isabel oyó el saludo de María, el infante saltó en
su seno e Isabel quedó llena del Espíritu Santo.
Y dijo a grandes voces:
"¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de
tu vientre! ¿Y cómo es que la madre de mi Señor viene a mí?”
Y dijo María:
“Mi alma glorifica al Señor, y mi espíritu se regocija en
Dios, mi Salvador”.
(Lucas 1, 41-43, 46-47)
Tercer día: 18 de
diciembre
En aquella época apareció un decreto del emperador
Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo.
Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la
Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen.
José, que pertenecía a la familia de David, salió de
Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David,
para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.
(Lucas 2, 1 – 5)
Cuarto día: 19
diciembre
Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de
ser madre; y María dio a luz a su Hijo
primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había
lugar para ellos en el albergue.
(Lucas 2, 6 – 7)
Quinto día: 20
diciembre
"Dejad de temer, pues os anuncio una gran alegría,
que lo será para todo el pueblo: Os ha nacido un Salvador que es el Cristo
Señor en la ciudad de David. Esto os servirá de señal: “Encontraréis un niño
envuelto en pañales reclinado en un pesebre".
Y en seguida se juntó al ángel una multitud del ejército
celestial que alababa a Dios, diciendo:
"Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a
los hombres que Él ama".
(Lucas 2. 10-14)
Sexto día: 21 de
diciembre
Ellos después de oír al rey, se marcharon; y la estrella,
que habían visto en Oriente, iba delante de ellos hasta que fue a posarse sobre
el lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella experimentaron una grandísima
alegría.
Entraron en la casa, y vieron al niño con María, su
madre, y postrándose, lo adoraron; abrieron sus tesoros y le ofrecieron dones:
oro, incienso y mirra.
(Mateo 2, 9-11)
Séptimo día: 22 de
diciembre
Después de que ellos se hubieron marchado, un ángel del
Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
"Levántate, toma al niño y a su madre, huye a
Egipto, y estate allí hasta que yo te avise; porque Herodes va a buscar al niño
para matarlo".
Él se levantó, tomó al niño y a su madre de noche y se
fue a Egipto.
(Mateo 2, 13-14)
Octavo día: 23 de
diciembre
Al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en busca
suya.
A los tres días lo encontraron en el Templo sentado en
medio de los doctores, oyéndoles y preguntándoles.
Todos los que le oían estaban admirados de su
inteligencia y de sus respuestas.
Al verlo se quedaron maravillados, y su madre le dijo:
"Hijo, ¿por qué has hecho esto? He aquí que tu padre
y yo te buscábamos angustiados".
Les contestó:
“¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debo ocuparme
en los asuntos de mi Padre?"
(Lucas 2, 45-49)
Noveno día: 24 de
diciembre
Descendió Jesús con ellos.
Fue a Nazaret y les estaba sumiso.
Su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia delante de
Dios y de los hombres.
(Lucas 2, 51-52)
Oración final
Padre, la boca se nos llena de cantares y el corazón
rebosa de alegría, porque se acerca el nacimiento de tu Hijo, que levantó del
sueño a los pastores y sobresaltó a los poderosos. Pero sobre todo llenó de
gozo a su Madre María, que había vivido un adviento de nueve meses.
Ella, sencilla como la luz, clara como el agua, pura como
la nieve y dócil como una esclava concibió en su seno la Palabra. Concédenos
que, a imitación suya, seamos siempre dóciles al evangelio de Jesús y así
celebremos en verdad de fe la Pascua de su nacimiento. Amén.
Enviado por Yadira M.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos
motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto,
la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración para Sandra
M. P., que vive en Manatí, Puerto Rico, que padece esclerodermia desde hace
varios años. Que el Señor, con su misericordia infinita, le conceda alivio y
sanación.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Un estímulo todos los días
Diciembre 16
La pobreza, la castidad y la obediencia no son tres virtudes
exclusivas de los sacerdotes o de las monjas. La Palabra de Dios nos invita a
todos a ser pobres. ¿Eso significa que no deberían existir los empresarios?
¿Entonces nadie tendría que tratar de progresar económicamente? ¿Quiere decir
que un padre de familia no debería luchar para darle lo mejor a su esposa y a
sus hijos? ¿Será que el Evangelio nos invita a la dejadez o a la falta de
iniciativa? De ninguna manera. Es cierto que algunos son llamados a una vida
más pobre, y eso es bello, pero la mayoría puede tratar de desarrollar a pleno
sus capacidades y recibir por ello los beneficios que le correspondan. En ese
caso, lo que se le pide a cualquiera es que renuncie a la obsesión por acumular
y que esté dispuesto a compartir, a utilizar lo que posee para el bien de los
demás.
Pero todos estamos llamados a sentir permanentemente el
aguijón de la pobreza, el tirón del desprendimiento, el dolor de una renuncia
por los demás. A todo creyente Dios siempre lo llama a vivir en un nivel más
profundo, con la capacidad de ir más allá del atractivo del poder y del dinero.
Posiblemente Dios no te ha llamado a vivir como San
Francisco de Asís o como Teresa de Calcuta, pero sería bueno que te preguntaras
a qué forma de pobreza te está llamando hoy. Si escuchas ese llamado y lo
aceptas, aunque te cueste, vivirás una feliz liberación.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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