martes, 2 de diciembre de 2014

Pequeñas Semillitas 2532

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2532 ~ Martes 2 de Diciembre de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El cielo y la tierra no son eternos, sino que han sido creados por Dios al principio, es decir, cuando el tiempo comenzó a existir. Porque debemos saber que el tiempo también comenzó a existir, por eso se dice que en el principio Dios creó. A veces caemos en un error al pensar ¿qué había antes de Dios?, ¿quién creó a Dios? Y hay que responder que no hay un “antes” de Dios, pues Dios está en la eternidad, que es el instante que no pasa jamás, un eterno presente. El antes y el después existe para nosotros que estamos atados al tiempo, pero no para Dios.
Hoy se dice que el mundo se creó solo, nacido de un Big Bang (la gran explosión). Esta es una idea descabellada y parece mentira cómo Satanás logra engañar a muchos científicos con esta teoría. ¡No! Aquí el Génesis lo dice bien claro: Dios creó el cielo y la tierra.
Hay que ponerse en guardia contra el error del racionalismo, que quiere hacernos tomar la Biblia como un cuento. Tenemos que saber que Dios creó el mundo y creó también al primer hombre, Adán, y a la primera mujer, Eva, y no eran monos, sino hombre y mujer perfectísimos. Abramos los ojos y no nos dejemos engañar por la falsa ciencia, pues la religión nunca va reñida con la verdadera ciencia, con la sabiduría, porque Dios mismo nos ha dado la inteligencia para que la usemos.
www.santisimavirgen.com.ar

¡Buenos días!

Oración para la acción
“Todos los santos comenzaron su conversión por la oración y por ella perseveraron; y todos los condenados se perdieron por su negligencia en la oración. Digo, pues, que la oración nos es absolutamente necesaria para perseverar”, (san Juan Vianney, Cura de Ars).

Señor, danos la sabiduría que juzga desde arriba y ve a lo lejos. Danos el espíritu que omite lo insignificante en favor de lo esencial. Enséñanos a serenamos frente a la lucha y los obstáculos, y a proseguir en la fe, sin agitación, el camino por ti trazado. Danos una actividad serena que abarque con una visión unitaria la totalidad. Ayúdanos a aceptar la crítica y la contradicción. Haz que sepamos evitar el desorden y la dispersión. Que amemos todas las cosas juntamente contigo. Oh Dios, fuente de ser, únenos a ti y a todo lo que converge hacia la alegría y la eternidad. Amén.

“El espíritu de oración que animó la vida de Jesús entre los hombres, nos enseña que todas las obras, grandes y pequeñas, han de ir precedidas, acompañadas y seguidas de oración”, (san Josemaría Escrivá). Dios nos envuelve e invade por completo. Ignorarlo es falta de respeto, fe, gratitud y amor. El que ora vive este amor.
Enviado por el P. Natalio
Nota de redacción:
El autor de estos “¡Buenos días!” que cada mañana nos regala
sus hermosos textos inspiradores y consejos llenos de sabiduría,
es el Padre Natalio Bértolo, un querido salesiano de Córdoba, Argentina,
que me honra con su amistad desde hace algún tiempo, 
y que acaba de cumplir 60 años de vida sacerdotal.
Vaya para él nuestro saludo, nuestro sincero afecto y nuestras oraciones.
Damos gracias a Dios por su ministerio y por el don de su amistad.
¡Felicidades y Bendiciones Padre Natalio!
Felipe

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel momento, Jesús se llenó de gozo en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar». Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron». (Lc 10,21-24)

Comentario
Hoy leemos un extracto del capítulo 10 del Evangelio según san Lucas. El Señor ha enviado a setenta y dos discípulos a los lugares adonde Él mismo ha de ir. Y regresan exultantes. Oyéndoles contar sus hechos y gestas, «Jesús se llenó del gozo del Espíritu Santo y dijo: ‘Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra’» (Lc 10,21).
La gratitud es una de las facetas de la humildad. El arrogante considera que no debe nada a nadie. Pero para estar agradecido, primero, hay que ser capaz de descubrir nuestra pequeñez. “Gracias” es una de las primeras palabras que enseñamos a los niños. «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios e inteligentes, y se las has revelado a los pequeños» (Lc 10,21).
Benedicto XVI, al hablar de la actitud de adoración, afirma que ella presupone un «reconocimiento de la presencia de Dios, Creador y Señor del universo. Es un reconocimiento lleno de gratitud, que brota desde lo más hondo del corazón y abarca todo el ser, porque el hombre sólo puede realizarse plenamente a sí mismo adorando y amando a Dios por encima de todas las cosas».
Un alma sensible experimenta la necesidad de manifestar su reconocimiento. Es lo único que los hombres podemos hacer para responder a los favores divinos. «¿Qué tienes que no hayas recibido?» (1Cor 4,7). Desde luego, nos hace falta «dar gracias a Dios Padre, a través de su Hijo, en el Espíritu Santo; con la gran misericordia con la que nos ha amado, ha sentido lástima por nosotros, y cuando estábamos muertos por nuestros pecados, nos ha hecho revivir con Cristo para que seamos en Él una nueva creación» (San León Magno).
Abbé Jean GOTTIGNY (Bruxelles, Bélgica)

Santoral Católico:
Santa Bibiana (Viviana)
Mártir
 
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

Palabras del Papa Francisco

“¿Saben qué significa pensar en la salud, en la alimentación, en una cama, una casa para un millón de refugiados? Yo quiero ir a Irak… Estoy dispuesto a ir a Irak y creo poder decirlo. ¡Estoy dispuesto! En este momento no es lo mejor, pero estoy dispuesto a ello”
~Papa Francisco~

Tema del día:
¿Cómo orar en Adviento y Navidad?

"Dios puso su morada entre los hombres" (Ez 37,27) "por el gran amor con que nos ha amado." (Ef 2,4) Pero ¿es acogido? "Vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron" (Jn 1,11) ¿Habrá posada para el Verbo encarnado en nuestros días? Eso se juega en la libertad de cada uno.

Quisiera sugerir algunas pautas para orar en Adviento:

1. Contemplar el misterio de la encarnación:
La encarnación del Verbo es la entrada de la presencia de Dios en el mundo y en la historia. El mundo de la carne busca a su Creador. El mundo de la Gracia busca al hombre. El Verbo encarnado es el lugar de encuentro de las dos búsquedas. La divinidad habita corporalmente en Jesús de Nazaret y así encuentra descanso la doble búsqueda.

"Se anonadó a sí mismo, tomando la forma de siervo y haciéndose semejante a un hombre" (Flp 2,7) Nuestra fe se pone a prueba: "esto no puede ser", el Trascendente no puede ser tan cercano, no puede ser que se vuelva tangible, de carne y hueso, un bebé indefenso; es demasiado que Dios llegue al extremo de hacerse siervo. Tenemos aquí la prueba más convincente del gran amor con que Dios nos ama, de su incomprensible predilección por el hombre. Dios prueba su amor, el hombre debe probar su fe.

En Adviento y Navidad contemplamos el rostro de Dios que por amor se acercó a nosotros y vive en medio de nosotros. Más cercano está de quien más se acerque a contemplarle. Estar allí contemplándolo con mucho amor es acercarse; eso es lo que obra el amor: una creciente cercanía.

2. Dar posada al Redentor que ha venido, pero aún debe ser acogido.
La Redención la ha realizado Cristo con su encarnación, muerte y resurrección, pero aún debe verificarse en cada uno y eso depende de la acogida personal. Dios nunca se impone al hombre, siempre pregunta. Dios es mendigo de la acogida por parte del hombre; se toma muy en serio su libertad. La respeta hasta el grado de verse humillado. Con paciencia, nuestro Dios sigue tocando la puerta.

La plenitud de los tiempos ya ha llegado con la venida de Cristo, pero no se ha cumplido del todo: se realiza o no en cada persona, que libremente lo acepta o lo rechaza. Lo acepta cuando permite que el amor de Dios le impregne del todo, cuando su persona se cubre con la sombra luminosa del Espíritu Santo y Él obra su transformación en Cristo, a través de una sinergia de donaciones repitiendo la historia de la Madre de Dios.

El Redentor es acogido cuando cada uno vive una vida cristiana, una vida en Cristo, no una doble vida, donde aún se reserva algo para sí, sin tomar completamente en serio la búsqueda de la santidad. "Cuando venga Él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hacia la verdad completa" (Jn 16,13) La radicalidad de la irrupción de Dios en la historia por la encarnación del Verbo es la que Jesucristo pide hoy de cada uno de sus hijos por la aceptación libre e incondicional del Espíritu Santo, la ley del amor, en la propia vida.

En ese sentido, Adviento es tiempo de conversión, por eso el ornamento morado en la misa: "El Padre celestial, que en el nacimiento de su Hijo unigénito nos manifestó su amor misericordioso, nos llama a seguir sus pasos convirtiendo, como él, nuestra existencia en un don de amor. Y los frutos del amor son los «frutos dignos de conversión» a los que hacía referencia san Juan Bautista cuando, con palabras tajantes, se dirigía a los fariseos y a los saduceos que acudían entre la multitud a su bautismo." (Benedicto XVI, 9 de diciembre de 2007)

3. Adorarlo con corazón de pastor y de ángel.
"Si no os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los cielos" (Mt 18,3) Para entrar a la cueva de Belén hay que hacerse pequeño, como niño. Los pastores y los ángeles tienen corazón de niño. El niño tiene una mirada pura, se maravilla de todo, todo lo disfruta, es capaz de dar amor y de recibir amor con humildad y corazón de pobre.

Los pastores y los ángeles se dieron el tiempo para centrarse en lo esencial: la contemplación del hijo de Dios que habita en medio de nosotros. Los pastores dejaron sus ganados, los ángeles dejaron el cielo; todos se juntaron para adorar a Dios en los brazos de María.

Adviento y Navidad deben ser tiempos de más calma para pasar más tiempo junto a Cristo Eucaristía. Sí, hay que tener el valor de romper esquemas y centrarse en lo esencial. Que esta Navidad, Cristo sea el mejor atendido y el más amado.
Autor: P. Evaristo Sada LC

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por la salud física, psíquica y espiritual de Elsa S., de Buenos Aires, Argentina. Que el Señor Jesús la toque y la cure. Amén.

Pedimos oración para Fiamma del Milagro, de Córdoba, Argentina, que hoy será operada de una de sus rodillas, siendo muy importante para ella poder recuperarse bien ya que estudia profesorado de Educación Física. Que la Virgen de Lourdes sea mediadora de estas oraciones ante Jesús para que todo resulte muy bien.

Pido oración por dos amigas de esta página, ambas mujeres jóvenes, una de Buenos Aires y otra de Córdoba, Argentina, que están con diagnóstico de cáncer de mama, rogando para ellas al Jesús que está viniendo a nosotros, que las bendiga y las sane.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Diciembre 2
El verdadero descanso interior se produce cuando ya no pretendemos demostrarle a nadie lo que somos y lo que valemos. El reposo del corazón se alcanza cuando no necesitamos ser aprobados para sentirnos valiosos, cuando ya no nos angustia la mirada ajena.
Pero para eso tenemos que estar firmes por dentro. La paz no es un estado de debilidad. Al contrario, sólo los fuertes son pacíficos, sólo los que se sienten muy firmes y seguros pueden estar serenos.
Uno no puede sentirse seguro si depende de la aprobación de los demás, porque eso es algo muy frágil y en cualquier momento se pierde. Hace falta estar siempre atento y a la defensiva para lograr la aceptación de todos, y eso se convierte en una permanente tensión interna. Por eso, la única manera de estar verdaderamente en paz es dejar de poner la propia seguridad en la opinión de los otros.
En definitiva, solamente Dios es firme, sólo él es estable, sólo él es la roca que no se mueve, sólo él es el apoyo que no cede, la columna que no se cae, los brazos que no nos sueltan. Nuestra única seguridad verdadera está en dejar la propia vida en sus manos, pero no de la boca para afuera sino con el corazón. ¿Serías capaz, en este momento, de realizar un profundo acto de abandono en Dios?
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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