PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2551 ~ Viernes
26 de Diciembre de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Si quieres, tú también puedes celebrar la Navidad siendo
como eres, siendo quien eres y no otro ni mejor, pues el Infinito de Dios está
eternamente encarnado en tu estrecha finitud. Tú también eres de alguna forma Todo. También en ti quiere y puede encarnarse
Dios como en el vientre de María.
Dios quiere tener quien ame, quien se ame, quien le ame, quien le encarne. Cree
en ti, quiérete y ama. Celebra la Navidad.
José Arregi
¡Buenos días!
Cuándo comienza el día
La buena
convivencia comienza por el respeto. Respetas a una persona cuando la tienes
por lo que es: un ser humano con toda su dignidad. Despreciar a los demás no
ayuda a formar una comunidad fraterna. “Hemos aprendido a volar como los
pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de
vivir como hermanos” (Martin King).
Un sabio preguntó a sus discípulos: “Pueden
determinar ¿cuándo termina la noche y comienza el día?”. Un oyente contestó:
“Es cuando puedo desde lejos distinguir un pino de una palmera”. “No es así”.
Respondió el maestro. Otro participante opinó: “Me parece que es cuando se
puede distinguir una vaca de un caballo”. “Tampoco es exacto. Pero, entonces,
¿cuál es el momento preciso?” Insistió el pensador. Ante el silencio de los
discípulos, el sabio afirmó: “Cuando miras un rostro humano, y descubres en él
al hermano o a la hermana, entonces terminó la noche y comenzó el día”.
Hay un defecto
corriente: la falta de comprensión por los que son distintos de nosotros. Esto
se llama discriminación. Respetar y comprender son actitudes que están en la
base de la convivencia humana. Jesús nos advirtió: “No hagas a otro lo que no
te gustaría que te hagan a ti”. Sin comprensión y respeto se viene abajo el
amor a los hermanos.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus Apóstoles: «Guardaos de
los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus
sinagogas; y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que
deis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Mas cuando os entreguen, no os
preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os
comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino
el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros. Entregará a la muerte
hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los
matarán. Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que
persevere hasta el fin, ése se salvará». (Mt 10,17-22)
Comentario
Hoy, la Iglesia celebra la fiesta de su primer mártir, el
diácono san Esteban. El Evangelio, a veces, parece desconcertante. Ayer nos
transmitía sentimientos de gozo y de alegría por el nacimiento del Niño Jesús:
«Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían
oído y visto» (Lc 2,20). Hoy parece como si nos quisiera poner sobre aviso ante
los peligros: «Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y
os azotarán» (Mt 10,17). Es que aquellos que quieran ser testimonios, como los
pastores en la alegría del nacimiento, han de ser también valientes como
Esteban en el momento de proclamar la Muerte y Resurrección de aquel Niño que
tenía en Él la Vida.
El mismo Espíritu que cubrió con su sombra a María, la
Madre virgen, para que fuera posible la realización del plan de Dios de salvar
a los hombres; el mismo Espíritu que se posó sobre los Apóstoles para que
salieran de su escondrijo y difundieran la Buena Nueva —el Evangelio— por todo
el mundo, es el que da fuerzas a aquel chico que discutía con los de la
sinagoga y ante el que «no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que
hablaba» (Hch 6,10).
Era un mártir en vida. Mártir significa “testimonio”. Y
fue también mártir por su muerte. En vida hizo caso de las palabras del
Maestro: «No os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que
hablar se os comunicará en aquel momento» (Mt 10,19). Esteban, «mirando al
cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la derecha de Dios» (Hch 7,55).
Esteban lo vio y lo dijo. Si el cristiano hoy es un testigo de Jesucristo, lo
que ha visto con los ojos de la fe lo ha de decir sin miedo con las palabras
más comprensibles, es decir, con los hechos, con las obras.
+ Rev. D. Joan BUSQUETS i Masana (Sabadell, Barcelona,
España)
Santoral Católico:
San Esteban
Protomártir
Fiesta de san Esteban, protomártir, varón lleno de fe y
de Espíritu Santo, que fue el primero de los siete diáconos que los apóstoles
eligieron como cooperadores de su ministerio, y también fue el primero de los
discípulos del Señor que en Jerusalén derramó su sangre, dando testimonio de
Cristo Jesús al afirmar que veía al Señor sentado en la gloria a la derecha del
Padre, al ser lapidado mientras oraba por los perseguidores. († s.I)
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
Palabras del Papa Francisco
"La alegría de la Navidad es una alegría especial
que no es sólo para el día de Navidad, es para toda la vida del cristiano. Es
una alegría serena, tranquila, una alegría que acompaña siempre al cristiano.
Incluso en los momentos difíciles, esta alegría se convierte en paz. El
cristiano no pierde nunca la paz, cuando es un verdadero cristiano, incluso en
los sufrimientos. Esa paz es un don del Señor''
Tema del día:
¿Cómo es mi familia?
1) Para saber
Reflexionando sobre la familia, el Papa Francisco afirmó
que la Navidad nos ayuda a entender:
“este gran don que el Señor ha hecho desde el principio, cuando confirió a Adán
y Eva la misión de multiplicarse y llenar la tierra”.
Comprendemos qué tan importante es la familia al pensar
que el mismo Dios quiso nacer en una. Pudo venir espectacularmente o como un
emperador, pero no. Contemplemos en el pesebre esta escena tan bella.
2) Para pensar
En el siguiente relato una señora cuenta su experiencia:
De prisa y molesta entré a la tienda a comprar regalos de
Navidad a última hora. Tardaré una eternidad, pensé. La Navidad me empezaba a
molestar. En el departamento de juguetes me quejé de los altos precios. Ahí
encontré un niñito, con una preciosa muñeca. Una mujer, a la cual llamó tía, le
increpaba: "Sabes que no tienes suficiente dinero para comprarla. Quédate
allí, ahora vuelvo”.
Me acerqué y le pregunté al niño para quién era la
muñeca. Me dijo: "Mi hermanita la quería para Navidad". Yo le dije
que Santa Claus se la traería. Pero me contestó: "No puede ir con mi
hermanita. Se la tengo que dar a mi mamá para que se la lleve a ella". Le
pregunté dónde estaba. Me contestó: "Ella se ha ido con Jesús. Mi papá
dice que mamá se va a ir con ella también". Mi corazón casi dejó de latir.
El niño me mostró una fotografía que se tomó al frente de la tienda y me dijo:
"Le dije a mamá que esperara a que regrese para darle esta foto para que
no se olvide de mí".
Sin que me viera saqué dinero y le dije que contáramos su
dinero otra vez. El niño entusiasmado lo contó y… era suficiente…!
"Gracias Jesús", exclamó el niño y añadió: "Yo se lo pedí y Él
me oyó”.
La tía regresó y yo me fui recordando una noticia de un
accidente causado por un conductor ebrio, donde había perecido una niñita y su
mamá estaba muy grave.
Dos días más tarde leí en el periódico que la mujer había
muerto y fui a la funeraria. Allí estaba, la mujer en el ataúd, con una hermosa
muñeca en sus manos, y la foto del niño de la tienda. Me fui llorando... mi
vida había cambiado para siempre. El amor del niño por su madre y su hermanita
era enorme. Fue una lección que no olvidaría sobre lo que es realmente
importante.
3) Para vivir
Decía el Papa Francisco que Dios ha querido nacer en una
familia en una aldea remota. No en una gran ciudad, sino en la periferia, de
hecho, con mala reputación. Lo recuerdan los Evangelios: "De Nazaret,
¿puede salir algo bueno?".
Quizás nosotros hablamos así de un lugar periférico.
Recodemos que de ahí comenzó la historia más santa. Ahí no se hablaba de
milagros o sanaciones, todo ocurría “normal”: la madre cocina, plancha las
camisas… El padre, carpintero, trabaja. ¡Lo importante allí era la familia!
Eran grandes santos. María, la mujer más santa, inmaculada, y José, el hombre
más justo.
Antes que nada, cada familia ‑como
María y José‑ ha de acoger a Jesús, escucharlo, hablar con Él, protegerlo, crecer con Él; así mejorará el mundo. Lograr
que el amor, la ayuda, sea normal y no el odio o la indiferencia. Es la grande
misión de la familia: recibir a Jesús en la persona de los hijos, del marido,
de la mujer, de los abuelos. Que el Señor nos de esta gracia en estos días de
Navidad.
Autor: Pbro. José Martínez Colín
Oración por la Patria
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación, una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien
común.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos
ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos,
seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de
Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre
y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las
misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos
motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto,
la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por la recuperación plena de la vista de Benjamín, de Córdoba, Argentina, confiando que el Jesús nacido en Belén trajo para él toda la luz que sus ojos necesitan.
Pedimos oración por la recuperación plena de la vista de Benjamín, de Córdoba, Argentina, confiando que el Jesús nacido en Belén trajo para él toda la luz que sus ojos necesitan.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Un estímulo todos los días
Diciembre 26
¿Qué te dice el niño de Belén? ¿De qué te habla el pobre
entre los pobres y pequeño con los más pequeños? ¿A qué te invita su presencia generosa
y sencilla?
Este es un tiempo de amor, para contemplar a ese Dios que
eligió compartir nuestra vida, acompañar a los abandonados, convivir con
nosotros en nuestra propia tierra.
Por eso, sus discípulos nos sentimos llamados a optar por
el amor. Celebrando este tiempo de Navidad no es posible optar por el egoísmo,
el aislamiento, la comodidad o los honores. ¿Quién puede pretender ser el
centro del mundo si es discípulo de un Dios que quiso ser tan sencillo y pobre?
Este tiempo es una invitación a revisar tus opciones más
profundas, a repensar por qué razones estás viviendo, y a descubrir una vez más
cómo vale la pena vivir.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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