miércoles, 24 de diciembre de 2014

Pequeñas Semillitas 2549

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2549 ~ Miércoles 24 de Diciembre de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Va llegando la hora, y se acaban las palabras… Jesús está naciendo: en Belén, como hace dos mil años, y en cada uno de nosotros hoy, si es que estamos dispuestos a recibirlo con el corazón abierto para que haga morada en él y permanezca para siempre.
En estas semanas de Adviento hemos tratado de prepararnos espiritualmente de la mejor manera para tan excepcional acontecimiento. Ya no queda más tiempo… sólo esperar y darle el mejor recibimiento a Él que viene a nosotros, por nosotros y para nosotros.
Jesús está tocando a nuestra puerta. ¡Vayamos presurosos al encuentro del Señor!

¡Buenos días!

Padre de bondad
Una vez se hizo una encuesta entre lectores de la Biblia de distintos credos. La pregunta era: “¿Cuál es el pensamiento que más te ha impresionado al leer las santas Escrituras?” Ganó por muchos votos el pasaje de Juan 3, 16:”Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga Vida eterna”.

Padre de bondad, Padre de amor, te bendigo, te alabo y te doy gracias porque por amor nos diste a Jesús. Gracias Padre porque a la luz de tu Espíritu comprendemos que Él es la luz, la verdad y el buen pastor, que ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia. Hoy, Padre, me quiero presentar delante de ti, como tu hijo. Tú me conoces por mi nombre. Pon tus ojos de Padre amoroso en mi vida. Amén.

Abrahán Lincoln dijo: “Todavía concibo que se pueda ser ateo mirando la tierra; pero no comprendo que se puedan alzar, de noche, los ojos al cielo y decir que no existe Dios”. La naturaleza manifiesta la bondad, sabiduría y poder de Dios: tanto los astros del cielo como la belleza de un rosal hablan de un Dios maravilloso creador de cuanto existe.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Zacarías, el padre de Juan, quedó lleno de Espíritu Santo, y profetizó diciendo: «Bendito el Señor Dios de Israel porque ha visitado y redimido a su pueblo y nos ha suscitado una fuerza salvadora en la casa de David, su siervo, como había prometido desde tiempos antiguos, por boca de sus santos profetas, que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odiaban haciendo misericordia a nuestros padres y recordando su santa alianza y el juramento que juró a Abraham nuestro padre, de concedernos que, libres de manos enemigas, podamos servirle sin temor en santidad y justicia delante de Él todos nuestros días. Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, pues irás delante del Señor para preparar sus caminos y dar a su pueblo conocimiento de salvación por el perdón de sus pecados, por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, que harán que nos visite una Luz de la altura, a fin de iluminar a los que habitan en tinieblas y sombras de muerte y guiar nuestros pasos por el camino de la paz». (Lc 1,67-79)

Comentario
Hoy, el Evangelio recoge el canto de alabanza de Zacarías después del nacimiento de su hijo. En su primera parte, el padre de Juan da gracias a Dios, y en la segunda sus ojos miran hacia el futuro. Todo él rezuma alegría y esperanza al reconocer la acción salvadora de Dios con Israel, que culmina en la venida del mismo Dios encarnado, preparada por el hijo de Zacarías.
Ya sabemos que Zacarías había sido castigado por Dios a causa de su incredulidad. Pero ahora, cuando la acción divina es del todo manifiesta en su propia carne —pues recupera el habla— exclama aquello que hasta entonces no podía decir si no era con el corazón; y bien cierto que lo decía: «Bendito el Señor Dios de Israel...» (Lc 1,68). ¡Cuántas veces vemos oscuras las cosas, negativas, de manera pesimista! Si tuviésemos la visión sobrenatural de los hechos que muestra Zacarías en el Canto del Benedictus, viviríamos con alegría y esperanza de una manera estable.
«El Señor ya está cerca; el Señor ya está aquí». El padre del precursor es consciente de que la venida del Mesías es, sobre todo, luz. Una luz que ilumina a los que viven en la oscuridad, bajo las sombras de la muerte, es decir, ¡a nosotros! ¡Ojalá que nos demos cuenta con plena conciencia de que el Niño Jesús viene a iluminar nuestras vidas, viene a guiarnos, a señalarnos por dónde hemos de andar...! ¡Ojalá que nos dejáramos guiar por sus ilusiones, por aquellas esperanzas que pone en nosotros!
Jesús es el “Señor” (cf. Lc 1,68.76), pero también es el “Salvador” (cf. Lc 1,69). Estas dos confesiones (atribuciones) que Zacarías hace a Dios, tan cercanas a la noche de la Navidad, siempre me han sorprendido, porque son precisamente las mismas que el Ángel del Señor asignará a Jesús en su anuncio a los pastores y que podremos escuchar con emoción esta misma noche en la Misa de Nochebuena. ¡Y es que quien nace es Dios!
Rev. D. Ignasi FABREGAT i Torrents (Terrassa, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Gregorio de Spoleto
Presbítero y Mártir
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

La frase de hoy

"Cuando sean las doce 
y todos se den el abrazo de Navidad
acuérdate del niño Dios y dale gracias
por hacer posible este momento inolvidable.
¡Feliz Navidad!"

Palabras de San Juan Pablo II

“En la Noche Santa se proclama la victoria
del Amor sobre el odio, de la vida sobre la muerte.
Lo que resulta imposible para las fuerzas humanas,
Dios mismo, en su amor infinito,
lo realiza mediante la encarnación de su Hijo unigénito” 
~San Juan Pablo II~

Tema del día #1:
La "Noche Buena"
¿Alguna vez se preguntaron por qué llamamos BUENA a una noche del año?
Esa noche es BUENA porque en ella nace Dios, porque se hace "como nosotros";  porque desde entonces Dios "es uno de nosotros".

"Es noche BUENA porque, desde entonces:
- Dios tiene nombre: Jesús
- Desde aquella Noche, Dios tiene hermanos: Nosotros
- Desde aquella noche, Dios tiene preferencias: los pobres, los pequeñas, los sencillos, los limpios, los pecadores".

"Llamamos BUENA a esta Noche porque desde entonces todo cambió de valor; nada quedó en pie; la paradoja se hizo ley y la apariencia perdió su fuerza".

"Desde aquella Noche la juventud sigue siendo energía, pero no es mito. La ancianidad no es decrepitud, sino serenidad. Desde aquella noche todos los caminos son rutas de Dios: la cárcel, el cáncer, el dolor, la soledad, la muerte. Desde aquella Noche no tienen ciudadanía los que odian, los que matan, los que oprimen, los vengativos, los orgullosos, los egoístas. Desde aquella Noche no tienen derechos unos y obligaciones otros. Todos tienen derecho a ser hijos de Dios y obligación de vivir como hijos de Dios".

"Es la Noche Buena, porque es la noche del amor que nace, del amor que llama, del amor que exige."

"La novedad de la Navidad no está en el pesebre, los animales, las pajas, los pastores, los ángeles, sino en los valores de esa pobreza, de esos pobres, de ese pesebre y en el misterio de ese Niño sobre las pajas y de esa Madre virginal".

Ese nacimiento es salvación y ese Niño es el Salvador.
¡Feliz Navidad! Es decir ¡Feliz Salvación!!


Tema del día #2:
Bendición de la mesa de Navidad
Al iniciar la cena: + En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Esta noche buena nos reunimos en esta mesa para recordar y celebrar el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo.
Te damos gracias Señor, Dios Padre Omnipotente, porque por tu bondad en una noche como ésta, permitiste que tu Único Hijo se hiciera hombre para liberarnos del yugo del pecado.
Gracias, Padre Nuestro, por el cariño de predilección que nos tienes, aún sin merecerlo.
Gracias, Jesús Nuestro Señor, porque nos enseñaste a ser humildes naciendo en un pesebre cuando podías haber nacido en un palacio. Enséñanos a ser como tú, humildes y mansos de corazón.
Gracias, San José, hombre recto y justo que acogiste con generosidad al Hijo del Altísimo y que protegiste con amor y devoción a la Santa Madre de Dios.
Gracias Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, por haber dicho “Si” cuando el ángel te anunció la voluntad del Padre.
En esta Noche Santa, te pedimos Señor por nuestras necesidades:
Te pedimos por la Santa Iglesia Católica, por el Sumo Pontífice, por  los Obispos, por los Sacerdotes, por los diáconos, por los misioneros, por los religiosos y por todos aquellos hermanos que han entregado su vida para predicar el Evangelio.
Te pedimos la Paz del mundo.
Te pedimos por nuestra Patria y por nuestros gobernantes, para que sepan guiar con prudencia y justicia a nuestra nación.
Te pedimos Señor por nuestra familia, por nuestros amigos, por nuestros compañeros de trabajo, por nuestros empleados.
Señor, Dios del Universo, te damos gracias por estos alimentos que por tu bondad recibimos de tus manos.
Te pedimos por los pobres del mundo que no pueden, en esta Noche Santa, cenar como nosotros cenamos.
Te pedimos por ellos, y por nosotros para que aprendamos a compartir los bienes que nos das todos los días, para que a ejemplo de Jesucristo Señor nuestro, sepamos vivir la  caridad con nuestro prójimo todos los días de nuestra vida.
Bendícenos, Señor, y bendice estos alimentos. El Rey de la Gloria  Eterna nos haga partícipes de Su mesa Celestial.
Contestan todos: Amén

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Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Un estímulo todos los días
Diciembre 24      
Jesús, el enamorado, quiso fundirse con nosotros. No le molestó compartir nuestra vida y probar nuestros límites. Después de nueve meses, formándose lentamente dentro de María, quiso ver la luz de este mundo y caminar con nosotros, pisar nuestros caminos, mirar nuestras flores, besar nuestros niños, experimentar nuestro dolor y saber cómo es nuestra muerte. Locura de amor, que no podríamos imaginar si a él no se le hubiera ocurrido.
Abre tus brazos para recibir a este niño que quiere también ser tuyo. Aunque te creas poca cosa, aunque te sientas pequeño o sucio, él decidió compartir tu vida, estar a tu lado. Porque su nombre es “Emmanuel”, que significa “Dios está entre nosotros”.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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