viernes, 21 de febrero de 2014

Pequeñas Semillitas 2285

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2285 ~ Viernes 21 de Febrero de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Aunque en la vida sólo rezáramos el Gloria, ya estaríamos cumpliendo la misión de criaturas de Dios, puesto que los Ángeles en el Cielo cantan el Gloria, y nosotros, rezándolo en la tierra, albaríamos a Dios como merece.
Por ejemplo una forma agradable de rezar el Gloria es rezando 24 Glorias en honor a Santa Teresita, por sus veinticuatro años que vivió en la tierra.
También rezamos el Gloria cuando terminamos de rezar cada decena del Rosario. Por eso si rezamos el Rosario, estamos rezando un compendio maravilloso de oraciones que agradan tanto a Dios y a su Madre, que el Cielo no ha escatimado gracias a quienes rezan esta oración.
Es bueno, cuando rezamos el Gloria, inclinar la cabeza en la primera parte de esta oración. Efectivamente cuando decimos: “Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo”, es bueno mantener inclinada la cabeza mientras se dice esto, puesto que estamos adorando y alabando al mismo Dios, a la Santísima Trinidad.
Y también debemos poner especial cuidado en pronunciar esta “y” entre cada Persona, porque ello es indicativo de la igualdad de las Personas divinas.

¡Buenos días!

Nunca olvides

Aquello que nos decimos a nosotros mismos afecta radicalmente la calidad de nuestras vidas y nuestra habilidad para hacer cosas efectivamente. Somos lo que pensamos. Si nuestro discurso interior es negativo, pues, somos eso: seres pesimistas, trabados en todo. Por el contrario, si nuestro discurso interior es positivo somos seres dinámicos, entusiastas, decididos.

Olvida los días nublados, pero no olvides tus horas de sol ni tus noches estrelladas. Olvida los momentos en que fuiste derrotado, pero no olvides las batallas que has ganado. Olvida los errores que no puedes cambiar, pero no olvides las lecciones que has aprendido ni las verdades atesoradas en tu experiencia. Olvida los días en que has estado solo y triste, pero no olvides las sonrisas que has encontrado y tantas que encontrarás. Olvida los planes que fallaron, pero nunca olvides que debes tener siempre un sueño.

La gente de pensamiento positivo, con metas para triunfar y salir adelante, va por la vida con frases llenas de aliento como éstas: “Todo va a salir bien. Nada es imposible. Tengo fe que todo saldrá a mi favor. La buena suerte siempre me acompaña. Hay que tener confianza. Hay que esforzarse”. Concéntrate, pues, en la cara esperanzadora de la existencia.
Padre Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús llamando a la gente a la vez que a sus discípulos, les dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida? Pues, ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles». Les decía también: «Yo os aseguro que entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean venir con poder el Reino de Dios». (Mc 8,34-9,1)

Comentario
Hoy el Evangelio nos habla de dos temas complementarios: nuestra cruz de cada día y su fruto, es decir, la Vida en mayúscula, sobrenatural y eterna.
Nos ponemos de pie para escuchar el Santo Evangelio, como signo de querer seguir sus enseñanzas. Jesús nos dice que nos neguemos a nosotros mismos, expresión clara de no seguir "el gusto de los caprichos" —como menciona el salmo— o de apartar «las riquezas engañosas», como dice san Pablo. Tomar la propia cruz es aceptar las pequeñas mortificaciones que cada día encontramos por el camino.
Nos puede ayudar a ello la frase que Jesús dijo en el sermón sacerdotal en el Cenáculo: «Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta; y todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto» (Jn 15,1-2). ¡Un labrador ilusionado mimando el racimo para que alcance mucho grado! ¡Sí, queremos seguir al Señor! Sí, somos conscientes de que el Padre nos puede ayudar para dar fruto abundante en nuestra vida terrenal y después gozar en la vida eterna.
San Ignacio guiaba a san Francisco Javier con las palabras del texto de hoy: «¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida?» (Mc 8,36). Así llegó a ser el patrón de las Misiones. Con la misma tónica, leemos el último canon del Código de Derecho Canónico (n. 1752): «(...) teniendo en cuenta la salvación de las almas, que ha de ser siempre la ley suprema de la Iglesia». San Agustín tiene la famosa lección: «Animam salvasti tuam predestinasti», que el adagio popular ha traducido así: «Quien la salvación de un alma procura, ya tiene la suya segura». La invitación es evidente.
María, la Madre de la Divina Gracia, nos da la mano para avanzar en este camino.
Rev. D. Joaquim FONT i Gassol (Igualada, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Pedro Damiani
Cardenal y Doctor de la Iglesia
Memoria de san Pedro Damiani, cardenal obispo de Ostia y doctor de la Iglesia. Habiendo entrado en el eremo de Fonte Avellana, promovió denodadamente la vida religiosa y en los tiempos difíciles de la reforma de la Iglesia trabajó para que los monjes se dedicasen a la santidad de la contemplación, los clérigos a la integridad de vida y para que el pueblo mantuviese la comunión con la Sede Apostólica. Falleció en Favencia, de la Romagna (1072).

Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

La frase de hoy

“La vida es hermosa.
Vivirla no es una casualidad”
 
Albert Einstein

Tema del día:
Dejarse ayudar por Dios
Se habla mucho de auto-superación, un concepto que puede ser entendido de varias maneras. No se habla casi nunca de hétero-superación, quizá porque antes hay que encontrar una buena definición para una palabra tan inusual.

En estas líneas hétero-superación significa dejarse ayudar, abrirse a manos amigas y a consejos sabios, a la guía de quien sabe más y ve mejor. Se trata de descubrir un horizonte nuevo de rostros cercanos que animan y acompañan con respeto y con acierto.

Es normal que deseemos ser mejores. También es normal, por desgracia, que uno no se decida a emprender el camino: por pereza, por prisas, por respeto humano, por egoísmo, por dejarse arrastrar ante las mil exigencias de lo inmediato.

Avanzar hacia la superación personal no resulta nada fácil. Pero encuentra una ayuda y un estímulo especial cuando unos ojos y unos corazones nos miran con afecto, infunden confianza, y nos dicen: adelante, cuenta conmigo en tu lucha diaria.

Si la ayuda viene no sólo de familiares y amigos buenos, sino del mismo Dios, la hétero-superación se convierte en un camino maravilloso hacia la meta más importante: la santidad.

Porque la auténtica mejoría humana consiste precisamente en romper con el pecado, en dejar avaricias esclavizantes, en mirar hacia el horizonte del Evangelio y sentir una invitación hermosa y magnífica a la confianza: con Cristo a nuestro lado, todo lo podemos (cf. Jn 16,33; Flp 4,13).

Cuando dejamos que Dios, el mejor "Otro" que entra en la historia humana, comience a ayudarnos en la propia vida, todo adquiere un matiz diferente. Nace la esperanza, se curan las heridas más profundas desde la misericordia. El Pan de vida da fuerzas para el camino y permite crecer en la virtud central del cristianismo: la caridad.

Frente a un mundo autorreferencial y pelagiano, denunciado continuamente por el Papa Francisco, el auténtico creyente en Cristo busca dejarse ayudar, vive en una continua hétero-superación. Es decir, pone su confianza en el Maestro, y escucha en su corazón las mismas palabras que animaron a san Pablo: "Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza" (2Co 12,9).
Fernando Pascual LC

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Marina R., de España, una querida amiga de esta página, que viene luchando duramente con su enfermedad oncológica con decisión y entereza, rogando al Señor que la siga fortaleciendo, la acompañe, la bendiga y la toque con su mano sanadora.

Pedimos oración por la salud de la señora Josefina F., de Córdoba, Argentina, que padece trastornos neurológicos propios de su edad avanzada y requiere muchos cuidados especiales. Rogamos a Jesús que la proteja y que sostenga también a su hija Adriana en la tarea de asistirla.

Pedimos oración por el señor Marco R., de Colombia, hombre joven, padre de familia con niños pequeños, al que han diagnosticado cáncer gástrico, para que el Buen Jesús haga Su Santa Voluntad en él y María proteja a su familia.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Febrero 21
“Señor, mira mi mente y mi imaginación. Ayúdame a dominarlas para que reine la paz en mi interior. Domínalas tú con tu santísima luz.
Calma ese mundo interior alocado y llévate lejos todo pensamiento que provoque angustias o nerviosismos.
Armoniza esas imágenes desordenadas que dan vueltas dentro de mí, para que pueda reflexionar serenamente, orar en calma y vivir sin preocupaciones inútiles.
Llena mi mente de pensamientos buenos y bellos, para que pueda recuperar la claridad interior y caminar en tu paz.
Quiero que seas tú el Señor de mi cabeza y que reines glorioso en mi vida interior. Amén”
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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