PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2268 ~ Martes
4 de Febrero de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Un soldado le dice a su Teniente:
-“Un amigo no ha regresado del campo de batalla Señor,
solicito permiso para ir a buscarlo.”
-“Permiso negado”. -replico el oficial. –“No quiero que
arriesgue usted su vida por un hombre
que probablemente ha muerto.”
El soldado haciendo caso omiso de la prohibición salió, y
una hora más tarde, regresó mortalmente
herido, transportando el cadáver de su amigo. El oficial estaba furioso:
- “Ya le dije yo que había muerto!!!. Ahora he perdido a
dos hombres, dígame, ¿valía la pena ir allá para traer un cadáver?”
Y el soldado moribundo respondió:
-“¡Claro que sí Señor!, Cuando lo encontré, todavía
estaba vivo, y pudo decirme: ‘Amigo… Estaba seguro que vendrías…’ ”
Un amigo es aquel que llega, cuando todo el mundo se ha
ido.
¡Buenos días!
Rara flor en el precipicio
Confiar en Dios
es depositar toda nuestra fe en él. Dejarle el cuidado de tus cosas. Permitirle
disponer de tu futuro, porque sabes que te ama más que tú mismo. Reposar en él
“como un niño en brazos de su madre” (salmo 131). Y confiar sobre todo en las
pruebas, cuando las cosas resultan incomprensibles.
Unos
científicos exploraban un rincón desconocido de los Alpes, en busca de
nuevas especies de flores. Un día notaron con sus binoculares una flor muy rara
y bella, de gran valor para la ciencia. Pero la flor se hallaba en un profundo
precipicio. Sólo sostenido de una cuerda se podía bajar por el despeñadero. Un
muchacho curioso observaba la escena. Los científicos le propusieron pagarle
bien si se dejaba bajar por el despeñadero, para cortar la flor que había en el
fondo. El muchacho miró el peligroso precipicio, y luego dijo: “Regreso en un
minuto”. Al poco rato volvió seguido de un hombre de pelo canoso, se acercó al
botánico y le dijo: "Bajaré por el despeñadero, y les traeré la flor, si
este hombre sostiene la cuerda. Es mi papá". Si alguna otra persona
sostiene la cuerda, no me atreveré.
“No temas, yo
estoy contigo”, es un maravilloso tema bíblico que puedes profundizar en el
libro de Josué, capítulo 1, 1-10. Allí Dios una y otra vez repite al héroe, antes
de su gesta guerrera en la tierra que mana leche y miel: “Sé valiente, no
temas, porque yo estaré siempre contigo, adonde quiera que vayas”. Que estas
palabras fortalezcan tu confianza.
Padre Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús pasó de nuevo en la barca a la
otra orilla y se aglomeró junto a Él mucha gente; Él estaba a la orilla del
mar. Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae a
sus pies, y le suplica con insistencia diciendo: «Mi hija está a punto de
morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva». Y se fue con
él. Le seguía un gran gentío que le oprimía.
Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde
hacía doce años, y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado
todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo oído
lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto.
Pues decía: «Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré». Inmediatamente
se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal.
Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de Él, se
volvió entre la gente y decía: «¿Quién me ha tocado los vestidos?». Sus
discípulos le contestaron: «Estás viendo que la gente te oprime y preguntas:
‘¿Quién me ha tocado?’». Pero Él miraba a su alrededor para descubrir a la que
lo había hecho. Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó
atemorizada y temblorosa, se postró ante Él y le contó toda la verdad. Él le
dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad».
Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la
sinagoga unos diciendo: «Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?». Jesús
que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga: «No temas; solamente
ten fe». Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y
Juan, el hermano de Santiago. Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y
observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos.
Entra y les dice: «¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está
dormida». Y se burlaban de Él. Pero Él después de echar fuera a todos, toma
consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la
niña. Y tomando la mano de la niña, le dice: «Talitá kum», que quiere decir:
«Muchacha, a ti te digo, levántate». La muchacha se levantó al instante y se
puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor. Y
les insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de
comer. (Mc
5,21-43)
Comentario
Hoy el Evangelio nos presenta dos milagros de Jesús que
nos hablan de la fe de dos personas bien distintas. Tanto Jairo —uno de los
jefes de la sinagoga— como aquella mujer enferma muestran una gran fe: Jairo
está seguro de que Jesús puede curar a su hija, mientras que aquella buena
mujer confía en que un mínimo de contacto con la ropa de Jesús será suficiente
para liberarla de una enfermedad muy grave. Y Jesús, porque son personas de fe,
les concede el favor que habían ido a buscar.
La primera fue ella, aquella que pensaba que no era digna
de que Jesús le dedicara tiempo, la que no se atrevía a molestar al Maestro ni
a aquellos judíos tan influyentes. Sin hacer ruido, se acerca y, tocando la
borla del manto de Jesús, “arranca” su curación y ella enseguida lo nota en su
cuerpo. Pero Jesús, que sabe lo que ha pasado, no la quiere dejar marchar sin
dirigirle unas palabras: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada
de tu enfermedad» (Mc 5,34).
A Jairo, Jesús le pide una fe todavía más grande. Como ya
Dios había hecho con Abraham en el Antiguo Testamento, pedirá una fe contra
toda esperanza, la fe de las cosas imposibles. Le comunicaron a Jairo la
terrible noticia de que su hijita acababa de morir. Nos podemos imaginar el
gran dolor que le invadiría en aquel momento, y quizá la tentación de la
desesperación. Y Jesús, que lo había oído, le dice: «No temas, solamente ten
fe» (Mc 5,36). Y como aquellos patriarcas antiguos, creyendo contra toda
esperanza, vio cómo Jesús devolvía la vida a su amada hija.
Dos grandes lecciones de fe para nosotros. Desde las
páginas del Evangelio, Jairo y la mujer que sufría hemorragias, juntamente con
tantos otros, nos hablan de la necesidad de tener una fe inconmovible. Podemos
hacer nuestra aquella bonita exclamación evangélica: «Creo, Señor, ayuda mi
incredulidad» (Mc 9,24).
Rev. D. Francesc PERARNAU i Cañellas (Girona, España)
Santoral Católico:
Santa Juana de Valois
Reina de Francias
En Bourges, de Aquitania, santa Juana de Valois, que
siendo reina de Francia, al ser declarado nulo su matrimonio con Luis XII se
dedicó a servir a Dios, cultivando una especial piedad hacia la Santa Cruz y
fundando la Orden de la Santísima Anunciación de la Santa Virgen María (1505).
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
Palabras del Papa Francisco
"A veces pensamos: ‘No, pero si yo soy cristiano. Fui bautizado, hice la confirmación, la
primera comunión... el carnet de identidad y listo’. Y ahora, a dormir
tranquilamente, eres un cristiano. Pero… ¿Dónde está el poder del Espíritu que
te lleva a caminar?"
Papa Francisco
Tema del día:
Doctores de la Iglesia
"Doctor/a de la Iglesia" es un título que la
Iglesia (el Papa o un concilio ecuménico) otorga oficialmente a ciertos santos
para reconocerlos como eminentes maestros de la fe para los fieles de todos los
tiempos.
De los ocho Doctores originales, cuatro eran Padres del
Occidente: San Gregorio Magno, San Ambrosio, San Agustín, y San Jerónimo (proclamados Doctores en el
1298) y cuatro eran del Oriente: (1568): San Atanasio, San Juan Crisóstomo, San
Basilio Magno y San Gregorio Nacianceno.
En la actualidad (2000 A.D.) hay 33 Doctores, entre ellos tres mujeres
(Santa Teresa de Ávila, Santa Catalina de Siena y Santa Teresa de Lisieux).
Los 33 Doctores de
la Iglesia (en orden alfabético con fechas y referencias)
• San Agustín (354-430). Obispo de Hippona.
Uno de los cuatro doctores originales de la Iglesia Latina. "Doctor de la
Gracia". Aclamado doctor el 20 de
septiembre, 1295 por Bonifacio XIII.
• San Alberto Magno (1200-1280). Dominico.
Patrón de las ciencias naturales; llamado "Doctor Universallis" o
"Doctor Expertus". Aclamado doctor el 16 diciembre, 1931 por Pío XI.
• San Alfonso Ligorio (1696-1787). Patrón de
confesores y moralistas. Fundador de los redentoristas. Aclamado doctor el 7 de
julio, 1871 por Pío IX.
• San Ambrosio (340-397). Uno de los cuatro
tradicionales Doctores de la Iglesia latina. Combatió el arrianismo en el
Occidente. Obispo de Milán y mentor de San Agustín. Aclamado doctor el 20 de
septiembre, 1295 por Bonifacio VIII.
• San Anselmo (1033-1109). Arzobispo de
Canterbury. Padre del Escolasticismo. Aclamado doctor el 3 de febrero, 1720 por
Clemente XI.
• San Antonio de Padua (1195-1231). Fraile
franciscano. Doctor Evangélico. Aclamado doctor el 16 de enero, 1946 por Pío
XII.
• San Atanasio (296-373). Obispo de
Alejandría (Egipto). Principal opositor al arrianismo. Padre de la Ortodoxia.
Aclamado doctor el año 1568 por Pío V.
• San Basilio Magno (329-379). Uno de los
tres Padres Capadocios. Padre del monasticismo del Este. Aclamado doctor en
1568 por Pío V.
• San Beda el Venerable (673-735). Sacerdote
benedictino. Padre de la Historia inglesa. Aclamado doctor el 13 de noviembre
de 1899 por León XIII.
• San Bernardo de Claraval (Clairvaux)
(1090-1153). Cisterciense. Llamado "Mellifluous Doctor" por su elocuencia.
Aclamado doctor el 20 de agosto de 1830 por Pío VIII.
• San Buenaventura (1217-1274). Teólogo
franciscano. "Doctor Seráfico". Aclamado doctor el 14 de marzo de
1588 por Sixto V.
• Santa Catalina de Siena (1347-1380).
Mística. Segunda mujer doctora de la Iglesia. Aclamada doctora el 4 de octubre
de 1970 por Pablo VI.
• San Cirilo de Alejandría (376-444).
Patriarca. Combatió el nestorianismo.
Hizo contribuciones claves a la cristología. Aclamado doctor el 28 de julio de
1882 por León XIII.
• San Cirilo de Jerusalén (315-387). Obispo
opositor del arianismo en el Este. Aclamado doctor en 28 de julio de 1882 por
León XIII.
• San Efrén de Siria (306-373). Exegeta de
la Biblia y escritor eclesiástico. Llamado "el harpa del Espíritu Santo.
Aclamado doctor el 5 de octubre de 1920 por Benedicto XV.
• San Francisco de Sales (1567-1622). Obispo
y líder de la contra reforma. Patrón de
los escritores y la prensa católica. Aclamado doctor el 16 de noviembre de 1871
por Pío IX.
• San Gregorio Magno (540-604). Papa. Cuarto
y último de los cuatro originales Doctores de la Iglesia Latina. Defendió la
supremacía del Papa y trabajó por la reforma del clero y la vida monástica.
Aclamado doctor el 20 de septiembre de 1295 por Bonifacio XIII.
• San Gregorio Nacianceno (330-390). Llamado
el Demóstenes cristiano por su elocuencia y, en la Iglesia Oriental, "El
Teólogo". Uno de los tres Padres Capadocios. Aclamado doctor en 1568 por
Pío V.
• San Hilario de Poitiers (315-368). Obispo.
Llamado el Atanasio del Occidente. Aclamado doctor en 13 mayo de 1851 por Pío
IX.
• San Isidoro de Sevilla (560-636).
Arzobispo, teólogo, historiador. Reconocido como el hombre más sabio de su
época. Aclamado doctor el 25 abril de 1722 por Inocente XIII.
• San Jerónimo (343-420). Uno de los cuatro
Doctores originales de la Iglesia Latina. Padre de las ciencias bíblicas y
traductor de la biblia al latín. Aclamado doctor el 20 de septiembre de 1295
por Bonifacio XIII.
• San Juan Crisóstomo (347-407). Obispo de
Constantinopla. Patrón de los predicadores. Llamado "boca de oro" por
su gran elocuencia. Aclamado doctor en 1568 por Pío V.
• San Juan Damasceno (675-749). Teólogo
griego. Aclamado doctor el 19 agosto de 1890 por León XIII.
• San Juan de la Cruz (1542-1591).
Cofundador de los carmelitas descalzos. Doctor de la teología mística. Aclamado
doctor el 24 de agosto de 1926 por Pío XI.
• San León Magno (400-46l). Papa. Escribió
contra las herejías del Nestorianismo, el Monofisismo, el Maniqueismo y el
Pelagianismo. Aclamado doctor el 15 de octubre de 1754 por Benedicto XIV.
• San Lorenzo de Brindisi (1559-1619).
Vigoroso predicador de gran influencia en el período pos-reformación. Aclamado
doctor en 19 de marzo de 1959 por Juan XXIII.
• San Pedro Canisio (1521-97). Teólogo
Jesuita. Líder de la Contrareforma. Aclamado doctor el 21 de mayo de 1925 por
Pío XI.
• San Pedro Crisólogo (400-50). Obispo de
Ravenna. Llamado "Palabra de Oro". Aclamado doctor el 10 de febrero
de 1729 por Benedicto XIII.
• San Pedro Damián (1007-72). Benedictino.
Reformador eclesiástico y clerical. Aclamado doctor el 27 de septiembre de 1828
por León XII.
• San Roberto Belarmino (1542-1621).
Jesuita. Defensor de la doctrina durante y después de la Reforma Protestante.
Escribió dos catecismos. Aclamado doctor el 17 de septiembre de 1931 por Pío
XI.
• Santa Teresa de Ávila (1515-82). Española,
fundadora de las carmelitas descalzas, mística. Primera mujer Doctora de la
Iglesia. Aclamada doctora el 27 de septiembre de 1970 por Pablo VI.
• Santa Teresa de Lisieux (1873-1897)
Religiosa francesa carmelita. Autora de "La Historia de un Alma".
Aclamada doctora el 19 de octubre de 1997 por Juan Pablo II.
• Santo Tomás de Aquino (1225-74). Filósofo
dominico y teólogo. Llamado "Doctor Angélico". Autor de la Suma Teológica, obra insigne de
teología. Patrón de las escuelas católicas y de la educación. Aclamado doctor
el 11 de abril de 1567 por Pío V.
Fuente: corazones.org
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por Shirley
R., que vive en Guatemala, y está necesitando conseguir trabajo.
Pedimos oración por cuatro hermanos de Rosario,
Argentina, que también están en búsqueda de trabajo: Leandro, Rodrigo, Mercedes y Mariana. Que el Señor les conceda la
gracia de conseguir un empleo digno para que se puedan sentir dignamente
realizados como personas.
Pedimos oración por Leonardo
C., de Córdoba, Argentina, con antecedentes de cáncer de colon y ahora con
complicaciones pulmonares muy severas. Está con quimioterapia, transfusiones,
punciones, etc. Lo ponemos en los brazos de Jesús y bajo la protección de María
Auxiliadora por la intercesión del beato Artémides Zatti.
Pedimos oración por Carla
F., que vive en California y padece trastornos psíquicos (ataques de
pánico) y por su misma desesperación se aparta de Dios. Rogamos a Jesús
Misericordioso que pose en ella su mano sanadora y le permita recuperar la
salud física, psíquica y espiritual.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
El rincón de los lectores
Desde hace años hemos tenido esta sección llamada “El
rincón de los lectores” destinada a dar cabida a los mensajes, opiniones y
comentarios de las personas que leen Pequeñas Semillitas, que han podido
expresarse libre y respetuosamente. Ahora, con nuestra presencia en Facebook,
la posibilidad de manifestarse es mucho más abierta, directa y permanente.
Igual vamos a mantener esta sección para los que deseen
expresarse por esta vía. Para que tu mensaje se publique debes dirigirlo por
mail a feluzul@gmail.com con el título "El rincón de los lectores" y deberá ser muy breve y no
contener conceptos agraviantes para nada ni para nadie.
Los mensajes serán moderados por el propietario de esta
página y se publicarán a medida que el tiempo y el espacio en la misma lo
permitan (una o dos veces por semana), y no se admitirán réplicas o respuestas
públicas a mensajes anteriores de otros lectores.
Un estímulo todos los días
Febrero 4
“Señor, mira mi corazón. Tú sabes que a veces pierdo el
entusiasmo porque a mi vida le falta generosidad, sensibilidad frente al mal
ajeno, y estoy demasiado pendiente de mí mismo. A veces me desanimo porque no
recibo elogios o no veo los frutos de mis esfuerzos.
Dame un corazón más generoso, para que realmente me
interese la felicidad de la gente, para que de verdad me duelan los problemas
ajenos y no solamente los míos.
Libérame del egoísmo y de la indiferencia. Así pondré
toda mi pasión para ayudar a los demás y me entregaré con entusiasmo.
Tómame Señor, utilízame para derramar tu poder y tu luz
en el mundo. Amén”
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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