PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2280 ~ Domingo
16 de Febrero de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
El Sermón del Monte no es Ley sino Evangelio. El
Evangelio no es una nueva Ley, otros preceptos más refinados, otra experiencia
más elevada.
El Evangelio es Buena Noticia, invitación. Ésta es la
diferencia entre la Ley y el Evangelio: la Ley deja al sujeto a merced de sus
propias fuerzas, le pone preceptos que ha de esforzarse en cumplir, le amenaza,
le premia, le exige esforzarse...; el Evangelio, en cambio, coloca al ser
humano ante el don de Dios, le hace conocer a su Padre, le convierte en hijo, lo cambia por dentro...
Y ya no tiene que mandarle nada.
Se dijo a los antiguos que Dios era juez severo. Jesús muestra el corazón de
Dios: como una madre.
Es la revolución de Jesús. Tan fuerte que quizá no hemos entrado en ella.
José
Enrique Ruiz de Galarreta
¡Buenos días!
Oasis de paz
La experiencia y
la Palabra de Dios nos aseguran que vivimos en medio de influencias tanto
negativas como positivas. Existe el instigador al mal, existen los que se dejan
poseer por el odio y la perversidad. Y estas malas ondas vibran a nuestro alrededor
y nos quieren envolver en sus redes. Pero hay una fuerza poderosa que te
protege: la oración humilde y confiada a Dios. Escucha este dulce mensaje de la
Reina de la Paz:
“¡Queridos hijos! Ustedes saben que yo les he
prometido un oasis de paz. Pero no saben que junto al oasis está el desierto, donde
acecha Satanás y trata de tentarlos a cada uno de ustedes. Queridos hijos, sólo
con la oración ustedes serán capaces de vencer toda influencia de Satanás en el
lugar donde viven. Yo estoy con ustedes, pero no puedo privarlos de su libre
voluntad. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”
Alexis Carrel,
premio Nobel de Medicina, escribió acertadamente: “Un constante y silencioso
milagro acontece, a cada hora, en los corazones de hombres y mujeres que han
descubierto, con asombro, que la oración los enriquece con una continua
corriente de fortaleza que los sostiene en sus vidas cotidianas”. Busca en la
oración fortaleza contra el mal.
Padre Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No penséis
que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar
cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase
una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda. Por tanto, el que traspase uno
de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más
pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe,
ése será grande en el Reino de los Cielos. Porque os digo que, si vuestra
justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el
Reino de los Cielos.
»Habéis oído que se dijo a los antepasados: 'No matarás;
y aquel que mate será reo ante el tribunal'. Pues yo os digo: Todo aquel que se
encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su
hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame
"renegado", será reo de la gehenna de fuego. Si, pues, al presentar
tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo
contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a
reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda. Ponte
enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea
que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la
cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último
céntimo.
»Habéis oído que se dijo: 'No cometerás adulterio'. Pues
yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con
ella en su corazón. Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo
y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que
todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna. Y si tu mano derecha te es ocasión de
pecado, córtatela y arrójala de ti; más te conviene que se pierda uno de tus
miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna. También se dijo: 'El que
repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio'. Pues yo os digo: Todo el que
repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el
que se case con una repudiada, comete adulterio.
»Habéis oído también que se dijo a los antepasados: 'No
perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos'. Pues yo digo que no
juréis en modo alguno: ni por el Cielo, porque es el trono de Dios, ni por la
Tierra, porque es el escabel de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad
del gran rey. Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus
cabellos puedes hacerlo blanco o negro. Sea vuestro lenguaje: "Sí,
sí"; "no, no": que lo que pasa de aquí viene del Maligno». (Mt 5,17-37)
Comentario
Hoy, Jesús nos dice «No he venido a abolir, sino a dar
cumplimiento» (Mt 5,17). ¿Qué es la Ley? ¿Qué son los Profetas? Por Ley y
Profetas, se entienden dos conjuntos diferentes de libros del Antiguo
Testamento. La Ley se refiere a los escritos atribuidos a Moisés; los Profetas,
como el propio nombre lo indica, son los escritos de los profetas y los libros
sapienciales.
En el Evangelio de hoy, Jesús hace referencia a aquello
que consideramos el resumen del código moral del Antiguo Testamento: los
mandamientos de la Ley de Dios. Según el pensamiento de Jesús, la Ley no
consiste en principios meramente externos. No. La Ley no es una imposición
venida de fuera. Todo lo contrario. En verdad, la Ley de Dios corresponde al
ideal de perfección que está radicado en el corazón de cada hombre. Esta es la
razón por la cual el cumplidor de los mandamientos no solamente se siente
realizado en sus aspiraciones humanas, sino también alcanza la perfección del
cristianismo, o, en las palabras de Jesús, alcanza la perfección del reino de
Dios: «El que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los
Cielos» (Mt 5,19).
«Pues yo os digo» (Mt 5,22). El cumplimiento de la ley no
se resume en la letra, visto que “la letra mata, pero el espíritu vivifica”
(2Cor 3,6). Es en este sentido que Jesús empeña su autoridad para interpretar
la Ley según su espíritu más auténtico. En la interpretación de Jesús, la Ley
es ampliada hasta las últimas consecuencias: el respeto por la vida está unido
a la erradicación del odio, de la venganza y de la ofensa; la castidad del
cuerpo pasa por la fidelidad y por la indisolubilidad, la verdad de la palabra
dada pasa por el respeto a los pactos. Al cumplir la Ley, Jesús «manifiesta con
plenitud el hombre al propio hombre, y a la vez le muestra con claridad su
altísima vocación» (Concilio Vaticano II).
El ejemplo de Jesús nos invita a aquella perfección de la
vida cristiana que realiza en acciones lo que se predica con palabras.
Pe. Givanildo dos SANTOS Ferreira (Brasilia, Brasil)
Palabras del Beato Juan Pablo
II
“En este tiempo amenazado por la violencia, por el odio y
por la guerra, testimoniad que Él y sólo Él puede dar la verdadera paz al
corazón del hombre, a las familias y a los pueblos de la tierra. Esforzaos por
buscar y promover la paz, la justicia y la fraternidad. Y no olvidéis la
palabra del Evangelio: Bienaventurados
los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios (Mt
5,9)”
Beato Juan Pablo II
Tema del día:
No a la guerra entre nosotros
Los judíos
hablaban con orgullo de la Ley de Moisés. Según la tradición, Dios mismo la
había regalado a su pueblo. Era lo mejor que habían recibido de él. En esa Ley
se encierra la voluntad del único Dios verdadero. Ahí pueden encontrar todo lo
que necesitan para ser fieles a Dios.
También
para Jesús la Ley es importante, pero ya no ocupa el lugar central. Él vive y
comunica otra experiencia: está llegando el reino de Dios; el Padre está
buscando abrirse camino entre nosotros para hacer un mundo más humano. No basta
quedarnos con cumplir la Ley de Moisés. Es necesario abrirnos al Padre y
colaborar con él en hacer una vida más justa y fraterna.
Por eso,
según Jesús, no basta cumplir la ley que ordena “No matarás”. Es necesario,
además, arrancar de nuestra vida la agresividad, el desprecio al otro, los
insultos o las venganzas. Aquel que no mata, cumple la ley, pero si no se
libera de la violencia, en su corazón no reina todavía ese Dios que busca
construir con nosotros una vida más humana.
Según
algunos observadores, se está extendiendo en la sociedad actual un lenguaje que
refleja el crecimiento de la agresividad. Cada vez son más frecuentes los
insultos ofensivos proferidos solo para humillar, despreciar y herir. Palabras
nacidas del rechazo, el resentimiento, el odio o la venganza.
Por otra
parte, las conversaciones están a menudo tejidas de palabras injustas que
reparten condenas y siembran sospechas. Palabras dichas sin amor y sin respeto,
que envenenan la convivencia y hacen daño. Palabras nacidas casi siempre de la
irritación, la mezquindad o la bajeza.
No es este
un hecho que se da solo en la convivencia social. Es también un grave problema
en la Iglesia actual. El Papa Francisco sufre al ver divisiones, conflictos y
enfrentamientos de “cristianos en guerra contra otros cristianos”. Es un estado
de cosas tan contrario al Evangelio que ha sentido la necesidad de dirigirnos
una llamada urgente: “No a la guerra entre nosotros”.
Así habla
el Papa: “Me duele comprobar cómo en algunas comunidades cristianas, y aún
entre personas consagradas, consentimos diversas formas de odios, calumnias,
difamaciones, venganzas, celos, deseos de imponer las propias ideas a costa de
cualquier cosa, y hasta persecuciones que parecen una implacable caza de
brujas. ¿A quién vamos a evangelizar con esos comportamientos?”. El Papa quiere
trabajar por una Iglesia en la que “todos puedan admirar cómo os cuidáis unos a
otros, cómo os dais aliento mutuamente y cómo os acompañáis”.
José Antonio Pagola
Nuevo video y artículo
Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página.
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo
II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
Nunca olvidemos agradecer
Alguna vez leí que en el cielo hay dos oficinas
diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí
los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la
cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por
las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque
prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para
dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas"
pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la
segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como
respuesta a nuestros pedidos de oración.
Desde la provincia de Santa Fe, Argentina, llega el
pedido de agradecer a Dios por los 54 años de matrimonio que el día 14 han
cumplido María del Valle y Juancito.
Nos sumamos diciendo ¡Gracias Señor!
Desde Bogotá, Colombia, nuestro lector Carlos C. quiere agradecer a Dios por
el otorgamiento de su Jubilación en estos días y por el cumpleaños de su madre Carlota, y por los cumpleaños recientes
de sus hermanas Mariluz y María Esperanza.
Un estímulo todos los días
Febrero 16
Un valor importante de esta época en que vivimos es una
mayor conciencia de los derechos humanos
y de la propia dignidad, lo cual no es decir poca cosa. Durante siglos
muchas personas han soportado y tolerado que arrasaran con su dignidad, y han
vivido como esclavos sometidos al capricho de sus patrones. En algunos colegios
había torturas. Los que tenían poder imponían todo y podían hacer lo que quisieran
sólo por el hecho de tener poder.
Es bueno que hoy no sea tan fácil mantener ese
autoritarismo sin límites. Los autoritarismos son firmemente rechazados y hay
mayor capacidad de defender los propios derechos, las propias ideas y las
prioridades personales. Por consiguiente, hoy nadie puede imponer ideas; tiene que ser coherente y mostrar que lo
que se propone es razonable y coherente. Esto nos plantea mayores exigencias a
todos. Nos exige que todos sin excepción nos abramos al diálogo constructivo si
queremos ser escuchados y respetados por los demás.
Pregúntate si estás realmente dispuesto a dialogar y a
mostrar la belleza de tus propuestas u opiniones, o si todavía pretendes
imponer a los demás tus ideas y convicciones.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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