PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2284 ~ Jueves
20 de Febrero de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Saluda este día con sincero optimismo y con la certeza de
que puede ser el mejor día de tu vida. En ocasiones una sola palabra, un hecho aislado,
un determinado acto, puede determinar un cambio total en tu vida; mira atento,
con fe, con optimismo y positivismo cualquier circunstancia que te toque vivir
hoy, pudiera ser la llave de entrada a una mejor calidad de vida para el resto
de tus días.
Hoy podrías conocer a la persona que transformará tu
vida, o hacer el mejor negocio de tu carrera... hoy podría ser... en cualquier
momento. Debes estar atento, abierto, confiado y optimista.
¡Buenos días!
Jóvenes misioneras
El 7 de julio la
iglesia celebra la memoria de beata María Romero Meneses, Hermana salesiana,
nacida en Nicaragua (1902-1977); pero, pasó la mayor parte de su vida en Costa
Rica. Tuvo la capacidad de transmitir su espíritu de misionera a un numeroso
grupo de jóvenes que envió a dar catecismo por los barrios más pobres de San
José, capital de Costa Rica.
Las chicas Emilia y Blanca, catequistas
preparadas por Sor María Romero, misionaban en un pueblo muy humilde preparando
niños a la comunión. Como no tenían donde dormir, una amiga consiguió que su
padre les cediera un galpón lleno de cosas. Cansadas, se acostaban sobre un
banco. Entre sueños oían a veces un chip, chip, más bien raro, sibilante, pero
pensaban que habría allí un clueca con sus pollitos. La misión salió a las mil
maravillas. Volvieron a la ciudad y contaron lo que habían escuchado.
“Pero chicas, aquel chip, chip, no es de
pollitos, sino de serpientes”. Unos días después Blanca recibió una carta de su
amiga quien le decía que su padre, al barrer el galpón, encontró entre el pasto
seco dos serpientes. Sor María Romero comentó: “La Virgen es muy buena, ella
las libró si no de una muerte cierta, al menos de un susto tremendo, démosle
gracias”.
Esa fue una de
tantas aventuras que afrontaron aquellas jovencitas para llevar el mensaje del
Evangelio a los desprovistos de todo. Pero las sostenía esa fe y ardor
apostólico que irradiaba Sor María Romero, coordinadora de más de treinta
centros catequísticos en los que enseñaban a conocer, amar y servir a Dios.
¿Por qué no irradiar la fe que hay en tu corazón?
Padre Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos hacia los
pueblos de Cesarea de Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus
discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy yo?». Ellos le dijeron: «Unos,
que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas». Y Él
les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Pedro le contesta: «Tú
eres el Cristo».
Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de
Él. Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser
reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y
resucitar a los tres días. Hablaba de esto abiertamente. Tomándole aparte,
Pedro, se puso a reprenderle. Pero Él, volviéndose y mirando a sus discípulos,
reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus
pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres». (Mc 8,27-33)
Comentario
Hoy seguimos escuchando la Palabra de Dios con la ayuda
del Evangelio de san Marcos. Un Evangelio con una inquietud bien clara:
descubrir quién es este Jesús de Nazaret. Marcos nos ha ido ofreciendo, con sus
textos, la reacción de distintos personajes ante Jesús: los enfermos, los
discípulos, los escribas y fariseos. Hoy nos lo pide directamente a nosotros:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (Mc 8,29).
Ciertamente, quienes nos llamamos cristianos tenemos el
deber fundamental de descubrir nuestra identidad para dar razón de nuestra fe,
siendo unos buenos testigos con nuestra vida. Este deber nos urge para poder
transmitir un mensaje claro y comprensible a nuestros hermanos y hermanas que
pueden encontrar en Jesús una Palabra de Vida que dé sentido a todo lo que piensan,
dicen y hacen. Pero este testimonio ha de comenzar siendo nosotros mismos
conscientes de nuestro encuentro personal con Él. Juan Pablo II, en su Carta
apostólica "Novo millennio ineunte", nos escribió: «Nuestro
testimonio sería enormemente deficiente si nosotros no fuésemos los primeros
contempladores de su rostro».
San Marcos, con este texto, nos ofrece un buen camino de
contemplación de Jesús. Primero, Jesús nos pregunta qué dice la gente que es
Él; y podemos responder, como los discípulos: Juan Bautista, Elías, un
personaje importante, bueno, atrayente. Una respuesta buena, sin duda, pero
lejana todavía de la Verdad de Jesús. Él nos pregunta: «Y vosotros, ¿quién
decís que soy yo?» (Mc 8,29). Es la pregunta de la fe, de la implicación
personal. La respuesta sólo la encontramos en la experiencia del silencio y de
la oración. Es el camino de fe que recorre Pedro, y el que hemos de hacer
también nosotros.
Hermanos y hermanas, experimentemos desde nuestra oración
la presencia liberadora del amor de Dios presente en nuestra vida. Él continúa
haciendo alianza con nosotros con signos claros de su presencia, como aquel
arco puesto en las nubes prometido a Noé.
Rev. D. Joan Pere PULIDO i Gutiérrez Secretario del
obispo de Sant Feliu (Sant Feliu de Llobregat, España)
Santoral Católico:
Beata Jacinta Marto
Vidente de Fátima
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
Palabras del Papa Francisco
“Alguno puede decir: ‘Yo me confieso solamente con Dios’.
Sí, tú puedes decir a Dios: ‘Perdóname’, y decirle tus pecados. Pero nuestros
pecados son también contra nuestros hermanos, contra la Iglesia y por ello es
necesario pedir perdón a la Iglesia y a los hermanos, en la persona del sacerdote…
Pero, padre, ¡me da vergüenza!’. También la vergüenza es buena, es ‘salud’
tener un poco de vergüenza. Porque cuando una persona no tiene vergüenza, en mi
país decimos que es un ‘senza vergogna’ un ‘sinvergüenza’. La vergüenza también
nos hace bien, nos hace más humildes. Y el sacerdote recibe con amor y con
ternura esta confesión, y en nombre de Dios, perdona. Desde el punto de vista
humano, para desahogarse, es bueno hablar con el hermano y decirle al sacerdote
estas cosas, que pesan tanto en mi corazón: uno siente que se desahoga ante
Dios, con la Iglesia y con el hermano. Por eso, no tengan miedo de la
Confesión. Uno, cuando está en la fila para confesarse siente todas estas cosas
–también la vergüenza– pero luego, cuando termina la confesión sale libre,
grande, bello, perdonado, blanco, feliz. Y esto es lo hermoso de la Confesión”
Papa Francisco
Historias:
Confianza en Dios
Me tocó luchar muchísimo para lograr que Dios me diera al
primero de mis dos hijos, y después de 4 años pude lograrlo sintiéndome la
mujer más feliz del mundo. Cuando mi hijo tenía 2 años recién cumplidos, decidí
realizarme una cirugía oftálmica para dejar de usar lentes de contacto; nunca
imaginé que el corte que realizó la cirujana ocasionaría una hemorragia
expulsiva que terminó con mi ojo y casi con mi vida. Me hundí en una depresión
por meses; casi me cuesta mi familia; mi ojo quedó impresionantemente
destruido, sentía vergüenza ver a mi hijo, esposo y a los padres de familia de
la Estancia Infantil donde laboro, ellos no me habían conocido así, ¡qué
vergüenza! ¡Tal vez podría asustar a los bebés!
Me volví contra Dios; le pregunté miles de veces el
porqué, para qué me había dado un hijo que jamás estaría orgulloso de su mamá.
En el Kinder se burlarían de él, pues su mamá tenía un ojo azul y otro negro.
Cambié mucho, sentía rencor con la vida, con todo y con todos; me costó
muchísimo luchar para sobrevivir y salir adelante.
Una noche, a los 2 meses de lo sucedido, mi hijo tuvo un
grave accidente en su ojo derecho (el mismo ojo en el que yo sufrí el
accidente); se encajó un palo para piñata, brincó de la cama y cayó con toda su
fuerza sobre el palo y en su ojito; esa noche fue un caos total, localicé a mi
actual médico tratante (excelente médico) a las 10:00 p.m. y después de un
minucioso chequeo, me dio la triste noticia de que tenía que operarlo ya que su
cornea había sufrido un grave daño.
Me citó una semana después mientras le recetó medicamento
para el dolor. Durante la semana sentí que definitivamente Dios se había olvidado
de mí, pero un día me armé de valor y con el corazón en la mano le pedí que me
escuchara, que era importante lo que le diría; cerré mis ojos y le dije:
"Señor mío, te pido, te suplico, te imploro que tomes el ojo que me queda,
te lo ofrezco Señor, cerraré mis ojos y al abrirlos déjame ciega, toma el único
ojo que me queda, pero sana a mi hijo. Contaré hasta 3 y Tú que todo lo puedes,
¡hazlo!" Y así lo hice; 1, 2, 3 ¡y nada! Yo seguía viendo.
Mi fe se fue al suelo nuevamente; al pasar la semana acudimos
a la cita con el médico y al revisar él a mi niño de nuevo, no sabía cuál ojo
había sido el dañado, ya que ninguno tenía rastro de nada... ¡Ese fue mi Padre
Celestial!
Comprendí que Dios sí me había tomado la palabra pero
anticipadamente y este ojo que me dejó fue para poder ver a mis hijos crecer.
Sé que Dios Nuestro Señor es incondicional y no necesita intercambiar algo para
darnos otro algo, pero comprenderlo de esta manera me ayudó a sanar mi corazón.
Más tarde sin esperarlo, nació mi hija Estefanía. ¿Qué
más le puedo pedir a la vida? Recientemente he pasado por otro momento muy duro
de mi vida, me he sometido a una nueva cirugía oftálmica (con duración de 3
horas y media), para extraer mi órgano ocular e implantar una prótesis; no es
fácil hacerse a la idea de traer un "plástico" con un ojo dibujado.
He estado preparándome psicológicamente para esto, es muy difícil aceptar estas
cosas de la vida, pero en fin, Dios sabe el porqué de ellas; deseo expresar que
me siento plenamente agradecida con Él por darme toda la Fe y Confianza en su
amor que es eterno y de su piedad y misericordia divina e infinita.
Historia real de Nancy D. Sánchez
Fuente: Web Católico de Javier
Nuevo artículo
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo
II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por Lucía,
de Buenos Aires, Argentina, para que Jesús la ayude a resolver sus serios
problemas familiares; y por María
Angélica, de Chaco, Argentina, para que la Santísima Virgen y Juan Pablo II
le concedan paciencia y fortaleza para sobrellevar las pruebas que el Señor le
envíe.
Pedimos oración por dos personas de México: Mónica, que tiene cáncer de mama, y Adriana, con problemas personales y de salud.
Pedimos oración por dos personas de México: Mónica, que tiene cáncer de mama, y Adriana, con problemas personales y de salud.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Ofrecimiento para sacerdotes
y religiosas
Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente
"Pequeñas Semillitas" por e-mail:
Si desean recibir el power point y los comentarios del Evangelio del
domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de
preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos sobre la Palabra de Dios,
pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com
Solo deben indicar claramente su nombre, su correo
electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.
Un estímulo todos los días
Febrero 20
Reconozcamos que mientras más amplitud tenga una persona,
más podrá disfrutar de la vida. Mientras más variedad de placeres pueda
valorar, más feliz será y menos obsesiones alimentará. Al mismo tiempo,
necesitará menos dinero para ser feliz.
En cambio, alguien que piensa que el único placer intenso
es beber, sólo se sentirá pleno bebiendo. Quien cree que el único placer es la
comida, vivirá sintiéndose un niño abandonado por la vida cuando no pueda comer
lo que le agrada. Cuando lo haga, sentirá por un instante que el sentido de la
vida está logrado. Pero inmediatamente necesitará repetir ese placer para no
sentirse un infeliz. Así perderá su libertad de elección, volviéndose
dependiente de un estímulo externo. De este modo se le escaparán innumerables
ocasiones de gozo y de realización personal, porque dejará su vida en un nivel
muy inferior a sus posibilidades de felicidad.
Quizás no estés obsesionado por la bebida o por la
comida, pero hay otras obsesiones que pueden limitarte: la apariencia, el
dinero, la buena fama, los viajes, las compras, los afectos, etc.
Pregúntate si no te conviene ampliar un poco más tu
capacidad de disfrutar. Quizás tengas que abrir un poco tu mente y tu corazón
para que puedas reconocer mejor muchos pequeños placeres que la vida te está
ofreciendo.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.