martes, 30 de marzo de 2010

Pequeñas Semillitas 1029

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1029 ~ Martes 30 de Marzo de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Si bien para muchos la Semana Santa no es más que un período de días de descanso, para muchos creyentes cristianos en el mundo entero el significado es otro, totalmente diferente. Y es que se trata ni más ni menos que de la conmemoración anual de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret. Por ende, para aquellos que profesen la devoción hacia Cristo, sin duda alguna será un período de reflexión. Y en tal sentido vale pensar que la cruz no es para que la lleves al cuello, o la cuelgues de una pared; es para que la vivas día a día.


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, estando Jesús sentado a la mesa con sus discípulos, se turbó en su interior y declaró: «En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará». Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber de quién hablaba. Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa al lado de Jesús. Simón Pedro le hace una seña y le dice: «Pregúntale de quién está hablando». Él, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: «Señor, ¿quién es?». Le responde Jesús: «Es aquel a quien dé el bocado que voy a mojar». Y, mojando el bocado, le toma y se lo da a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dice: «Lo que vas a hacer, hazlo pronto». Pero ninguno de los comensales entendió por qué se lo decía. Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería decirle: «Compra lo que nos hace falta para la fiesta», o que diera algo a los pobres. En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche.
Cuando salió, dice Jesús: «Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado en Él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto. Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo voy, vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros». Simón Pedro le dice: «Señor, ¿a dónde vas?». Jesús le respondió: «Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde». Pedro le dice: «¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti». Le responde Jesús: «¿Que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes que tú me hayas negado tres veces».
(Juan 13, 21-33.36-38)

Comentario
Hoy, Martes Santo, la liturgia pone el acento sobre el drama que está a punto de desencadenarse y que concluirá con la crucifixión del Viernes Santo. «En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche» (Jn 13,30). Siempre es de noche cuando uno se aleja del que es «Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero» (Símbolo de Nicea-Constantinopla).
El pecador es el que vuelve la espalda al Señor para gravitar alrededor de las cosas creadas, sin referirlas a su Creador. San Agustín describe el pecado como «un amor a sí mismo hasta el desprecio de Dios». Una traición, en suma. Una prevaricación fruto de «la arrogancia con la que queremos emanciparnos de Dios y no ser nada más que nosotros mismos; la arrogancia por la que creemos no tener necesidad del amor eterno, sino que deseamos dominar nuestra vida por nosotros mismos» (Benedicto XVI). Se puede entender que Jesús, aquella noche, se haya sentido «turbado en su interior» (Jn 13,21).
Afortunadamente, el pecado no es la última palabra. Ésta es la misericordia de Dios. Pero ella supone un “cambio” por nuestra parte. Una inversión de la situación que consiste en despegarse de las criaturas para vincularse a Dios y reencontrar así la auténtica libertad. Sin embargo, no esperemos a estar asqueados de las falsas libertades que hemos tomado, para cambiar a Dios. Según denunció el padre jesuita Bourdaloue, «querríamos convertirnos cuando estuviésemos cansados del mundo o, mejor dicho, cuando el mundo se hubiera cansado de nosotros». Seamos más listos. Decidámonos ahora. La Semana Santa es la ocasión propicia. En la Cruz, Cristo tiende sus brazos a todos. Nadie está excluido. Todo ladrón arrepentido tiene su lugar en el paraíso. Eso sí, a condición de cambiar de vida y de reparar, como el del Evangelio: «Nosotros, en verdad, recibimos lo debido por lo que hemos hecho; pero éste no hizo mal alguno» (Lc 23,41).
Rev. D. Joaquim FAINÉ i Miralpech (Tarragona, España)


Santoral Católico
San Zósimo, Obispo de Siracusa



Los padres del santo fueron terratenientes sicilianos, que dedicaron a su pequeño hijo al servicio de Santa Lucía y lo colocaron, a la edad de siete años, en un monasterio que llevaba el nombre de la santa, cerca de su hogar. Allí su principal ocupación fue la de cuidar las reliquias de la santa, tarea que no iba con la manera de ser del niño acostumbrado a la vida de campo, llegando a escapar del convento. Fue devuelto con humillación y tras soñar con San Lucía -quien tenía un semblante de enojo- y ver a la Santísima Madre interceder por él, Zósimo prometió que nunca haría de nuevo tales cosas, adaptándose a la vida del claustro.

Durante 30 años vivió casi olvidado; al morir el abad de Santa Lucía, recayó en el obispo de Siracusa designar al nuevo abad, quien eligió a Zósimo, siendo ordenado luego unos días después como sacerdote. El santo gobernó el monasterio con tal sabiduría, amor y prudencia que superó a todos sus predecesores y a todos sus antecesores. Cuando la sede de Siracusa quedó vacante, el Papa Teodoro designó a Zósimo y lo consagró. Durante su episcopado, el santo fue notable por su celo en la enseñanza del pueblo y por su generosidad con los pobres.

San Zósimo murió alrededor del año 660, a la edad de 90 años.


Palabras de Juan Pablo II


"¿Hay en el mundo una realización más grande de nuestra humanidad
que poder representar cada día “in persona Christi”
el Sacrificio redentor, el mismo que Cristo llevó a cabo en la Cruz?
En este Sacrificio está presente del modo más profundo el Misterio trinitario,
y como recapitulado todo el universo creado"


Tema del día:
La dignidad de las personas


1) Para saber

Cuando se contempla el cielo y se conoce que la tierra es una parte muy pequeña del universo, se puede pensar en la propia insignificancia. Sin embargo, al considerar la decisión de Dios de crearlo y de enviar a su Hijo para salvarnos a un “precio exorbitante”, como dice el papa Benedicto XVI, podemos valorar la alta dignidad a la que Dios ha elevado al ser humano.

La Iglesia nos aclara que la razón más alta de la dignidad humana está: “en la vocación del hombre a la comunión con Dios. El hombre es invitado al diálogo con Dios desde su nacimiento; … creado por Dios por amor, es conservado siempre por amor; y no vive plenamente según la verdad si no reconoce libremente aquel amor y se entrega a su Creador” (Gaudium et spes 19,1).

2) Para pensar

Cuentan de un campesino que se encontró en el campo un huevo muy grande. Nunca había visto nada igual. Decidió llevarlo a su casa. “¿Será de un avestruz?”, preguntó su mujer. “No, no es demasiado abultado”, dijo el abuelo. “¿Y si lo rompemos?”, propuso el ahijado. “Es una lástima, perderíamos una hermosa curiosidad” respondió la abuela. “Miren, ante la duda, se lo voy a colocar a la pava que está calentando los huevos, tal vez con el tiempo, nazca algo”, afirmó el campesino. Y así lo hizo.

Cuenta la historia que después de varios días nació un ave oscura, grande, nerviosa, que con mucha avidez comió todo el alimento que encontró. Luego, miró a la madre con vivacidad y le dijo entusiasta: “Bueno, ¡ahora vamos a volar!”

La pava se sorprendió muchísimo de la proposición de su flamante crío y le explicó: “Mira, los pavos no vuelan. A ti te hace mal comer tanto y de prisa”. Entonces, todos los pavos trataron de de que el pavito comiera más despacio y en la medida justa. Pero el pavito cada vez que terminaba su almuerzo o su cena, les decía a sus hermanos: “¡Vamos, muchachos, vamos a volar!” Todos los pavitos le explicaban nuevamente: “Nuestros padres nos han dicho que los pavos no vuelan. Te hace daño tu alimento”. Así fue que el pavito mejor fue hablando más de comer y menos de volar. Así creció y murió en la pavada general.

Pero esa ave no era pavo sino un cóndor. Había nacido para volar hasta los 7.000 metros de altura. Pero nunca se decidió a hacerlo, pues no veía volar a ninguno los pavos, y éstos intentaron siempre de disuadirlo. Tenía toda la capacidad para hacerlo, unas alas grandes y fuertes, pero nunca las utilizó.

Al hombre le puede pasar algo semejante que al cóndor: está llamado a algo muy grande, la santidad, la unión con Dios, pero muchas veces se deja llevar por un ambiente cómodo en donde no hay esfuerzo. Y si intenta hacerlo es acallado por los demás diciendo no es posible para él la santidad. Cuando lucha por ser mejor, nunca falta alguien que le desaconseje, diciéndole que no vale la pena hacer un esfuerzo, que él solo no va a cambiar las cosas.

3) Para vivir

Se dice que muchas puertas están cerradas porque nadie las abre. El potencial de cada persona es inmenso, cada ser humano está llamado a cosas grandes, a buscar su propia santidad y ayudarle a los demás a conseguirla también. La gracia de Dios no falta.

San Josemaría nos aconseja: “No tengas espíritu pueblerino. Agranda tu corazón, hasta que sea universal, “católico”. No vueles como un ave de corral, cuando puedes subir como las águilas” (Camino 7).

Pbro. José Martínez Colín


Meditación breve


Deja que todo lo que ha ocurrido hasta aquí sirva de guía, pero no dejes que se convierta en una restricción. Cada instante es una oportunidad de estar más plenamente vivo, más lleno de sentido que nunca antes. Cada día constituye un nuevo comienzo con el cual puedes construir a partir de lo que ha sucedido hasta entonces. Cada día puedes avanzar, haciendo que la vida resulte aún mejor. Hoy es un día nuevo. Y en él yace un camino, algo que ahora puedes hacer para moverte hacia tu más preciado sueño. Tus deficiencias del pasado han quedado atrás. Este día es tu oportunidad para hacerlo bien, para hacer que funcione. Tu mayor desilusión puede empezar a ser transformada, hoy, en tu más asombroso logro. En este nuevo día, los que alguna vez fueran obstáculos interponiéndose en tu camino pueden convertirse en escalones que te lleven a tus sueños. Tienes ahora frente a ti un día nuevo. Haz de él lo mejor que puedas llegar a imaginar.


Pedidos de oración


Pedimos oración por Fernanda Ayelén L. de 12 años de edad, de Córdoba, Argentina, a quien hace dos años operaron de un tumor cerebral, seguido de quimio y radioterapia, y ahora ha comenzado de nuevo con síntomas y le han detectado dos tumores más que son inoperables (sólo quimio y rayos). Que Jesús, por los méritos de su divina sangre derramada en la Pasión por todos nosotros, le conceda la gracia inmensa de curarla.


Nuestra lectora Ramona Z. nos pide oraciones por su ciudad, que es Cd. Juárez, en México, que últimamente ha sido calificada en medios periodísticos como la más violenta del mundo, a raíz de la guerra de narcotraficantes caracterizada por asesinatos, secuestros, asaltos, extorsiones, etc. Le pedimos a María, Reina de la Paz, que ponga sus ojos sobre esta ciudad para que la violencia sea desterrada y reemplazada definitivamente por la Paz.


Pedimos una especial oración de acción de gracias por la recuperación de Dieguito, un niño mexicano que nació con severas alteraciones neurológicas congénitas, fue operado y con el paso del tiempo ha evolucionado mucho más de lo que los mismos médicos predecían. Que la Virgen de Guadalupe lo siga ayudando a completar su recuperación en los aspectos que todavía faltan.


Pedimos oración por Luisito, nieto de Norma P., lectora de esta página, el cual se opera de un pulmón en una cirugía dificultosa. Que el Buen Juesús lo acompañe para que todo se resuelva favorablemente.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Ven Espíritu Santo...!


Espíritu Santo, hazme cada vez más digno de que habites en mi corazón como en tu propio lugar, como la paloma habita en su nido, sin entristecerte jamás en mi vida. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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