domingo, 21 de marzo de 2010

Pequeñas Semillitas 1020

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1020 ~ Domingo 21 de Marzo de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
San José fue el padre nutricio de Jesús, y Jesús le estaba sometido. Admira la humildad del Salvador, que, pudiendo nacer en el palacio de Augusto o de Herodes, prefiere elegirse un padre pobre y desconocido, un padre que debe trabajar con sus manos para procurarle alimento y vestido.
A ejemplo de San José, nunca te separes de Jesús: que en todos tus actos sea tu compañero, conversa a menudo con Él. Haz un lugar a Jesús en medio de tus hijos: que tu Señor venga a tu familia, que tu Creador se acerque a su creatura. (San Agustín)


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, Jesús se fue al monte de los Olivos. Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a Él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles. Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio y le dicen: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?». Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra.
Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra». E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio. Incorporándose Jesús le dijo: «Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?». Ella respondió: «Nadie, Señor». Jesús le dijo: «Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más».
(Juan 8, 1-11)

Comentario
Hoy vemos a Jesús «escribir con el dedo en la tierra» (Jn 8,6), como si estuviera a la vez ocupado y divertido en algo más importante que el escuchar a quienes acusan a la mujer que le presentan porque «ha sido sorprendida en flagrante adulterio» (Jn 8,3).
Es de llamar la atención la serenidad e incluso el buen humor que vemos en Jesucristo, aún en los momentos que para otros son de gran tensión. Una enseñanza práctica para cada uno, en estos días nuestros que llevan velocidad de vértigo y ponen los nervios de punta en un buen número de ocasiones.
La sigilosa y graciosa huida de los acusadores, nos recuerda que quien juzga es sólo Dios y que todos nosotros somos pecadores. En nuestra vida diaria, con ocasión del trabajo, en las relaciones familiares o de amistad, hacemos juicios de valor. Más de alguna vez, nuestros juicios son erróneos y quitan la buena fama de los demás. Se trata de una verdadera falta de justicia que nos obliga a reparar, tarea no siempre fácil. Al contemplar a Jesús en medio de esa “jauría” de acusadores, entendemos muy bien lo que señaló santo Tomás de Aquino: «La justicia y la misericordia están tan unidas que la una sostiene a la otra. La justicia sin misericordia es crueldad; y la misericordia sin justicia es ruina, destrucción».
Hemos de llenarnos de alegría al saber, con certeza, que Dios nos perdona todo, absolutamente todo, en el sacramento de la confesión. En estos días de Cuaresma tenemos la oportunidad magnífica de acudir a quien es rico en misericordia en el sacramento de la reconciliación.
Y, además, para el día de hoy, un propósito concreto: al ver a los demás, diré en el interior de mi corazón las mismas palabras de Jesús: «Tampoco yo te condeno» (Jn 8,11).
Pbro. D. Pablo ARCE Gargollo


Nota:

Enla parte final de esta página hay un video hermoso con este Evangelio y algo más.


Santoral Católico
Santa María Francisca de las 5 llagas, Mística



Nació en Nápoles, Italia en 1715. Su padre era un tejedor, hombre de terrible mal genio, y la madre era una mujer extraordinariamente piadosa. Desde muy pequeñita fue obligada por su padre a trabajar muchas horas cada día en su taller de hilados, pero la mamá aprovechaba todo rato libre para leerle libros piadosos y llevarla al templo a orar. El párroco, admirado de su piedad y viendo que se sabía de memoria el catecismo, la admitió a los 8 años a la Primera Comunión, y al año siguiente la encargó de preparar a varios niños.

Como era hermosa, el papá le consiguió un novio de clase rica. Pero María Francisca le dijo que ella había prometido a Dios conservarse soltera y virgen para dedicarse a la vida espiritual y a ayudar a salvar almas. El padre montó en cólera y la castigó severamente; sin embargo, gracias a las influencias y mediación de un padre franciscano, el papa de la santa aceptó dejarla en libertad para que ella siguiese su vocación religiosa. El 8 de septiembre de 1731 recibió el hábito de Terciaria franciscana y siguió viviendo en su casa, pero con comportamientos de religiosa.

Frecuentemente mientras estaba en oración entraba en éxtasis. La Virgen se le aparecía y le traía mensajes. Tras la muerte de su madre, la santa decidió abandonar su hogar y mudarse a una casa rural donde permaneció los últimos 38 años de su vida, siempre en constante oración, penitencia y sufrimiento que los ofrecía por las almas del purgatorio y la conversión de los pecadores.

Poco después, le aparecieron las cinco llagas o heridas de Jesús en su cuerpo. Su salud era muy defectuosa y las enfermedades la hacían sufrir enormemente. El 6 de octubre de 1791 murió santamente. Y al año 1867 el Sumo Pontífice la declaró santa.


Palabras de Juan Pablo II


"...Es muy significativa la circunstancia en que Cristo se pone de parte de la mujer sorprendida en adulterio y la defiende de la lapidación. El dice a los acusadores: "Quien de vosotros esté sin pecado tire la primera piedra contra ella" (Jn 8, 7). Cuando ellos dejan las piedras y se alejan, dice a la mujer: "Anda, y en adelante no peques más" (Jn 8, 11). Cristo identifica, pues, claramente el adulterio con el pecado. En cambio, cuando se dirige a los que querían lapidar a la mujer adúltera, no apela a las prescripciones de la ley israelita, sino exclusivamente a la conciencia. El discernimiento del bien y del mal inscrito en las conciencias humanas puede demostrarse más profundo y más correcto que el contenido de una norma..."

Juan Pablo II
13 de agosto de 1980


Tema del día:
Revolución ignorada


Le presentan a Jesús a una mujer sorprendida en adulterio. Todos conocen su destino: será lapidada hasta la muerte según lo establecido por la ley. Nadie habla del adúltero. Como sucede siempre en una sociedad machista, se condena a la mujer y se disculpa al varón. El desafío a Jesús es frontal: «La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras. Tú ¿qué dices?».

Jesús no soporta aquella hipocresía social alimentada por la prepotencia de los varones. Aquella sentencia a muerte no viene de Dios. Con sencillez y audacia admirables, introduce al mismo tiempo verdad, justicia y compasión en el juicio a la adúltera: «el que esté sin pecado, que arroje la primera piedra».

Los acusadores se retiran avergonzados. Ellos saben que son los más responsables de los adulterios que se cometen en aquella sociedad. Entonces Jesús se dirige a la mujer que acaba de escapar de la ejecución y, con ternura y respeto grande, le dice: «Tampoco yo te condeno». Luego, la anima a que su perdón se convierta en punto de partida de una vida nueva: «Anda, y en adelante no peques más».

Así es Jesús. Por fin ha existido sobre la tierra alguien que no se ha dejado condicionar por ninguna ley ni poder opresivo. Alguien libre y magnánimo que nunca odió ni condenó, nunca devolvió mal por mal. En su defensa y su perdón a esta adúltera hay más verdad y justicia que en nuestras reivindicaciones y condenas resentidas.

Los cristianos no hemos sido capaces todavía de extraer todas las consecuencias que encierra la actuación liberadora de Jesús frente a la opresión de la mujer. Desde una Iglesia dirigida e inspirada mayoritariamente por varones, no acertamos a tomar conciencia de todas las injusticias que sigue padeciendo la mujer en todos los ámbitos de la vida. Algún teólogo hablaba hace unos años de "la revolución ignorada" por el cristianismo.

Lo cierto es que, veinte siglos después, en los países de raíces supuestamente cristianas, seguimos viviendo en una sociedad donde con frecuencia la mujer no puede moverse libremente sin temer al varón. La violación, el maltrato y la humillación no son algo imaginario. Al contrario, constituyen una de las violencias más arraigadas y que más sufrimiento genera.

¿No ha de tener el sufrimiento de la mujer un eco más vivo y concreto en nuestras celebraciones, y un lugar más importante en nuestra labor de concienciación social? Pero, sobre todo, ¿no hemos de estar más cerca de toda mujer oprimida para denunciar abusos, proporcionar defensa inteligente y protección eficaz?

José Antonio Pagola


Mensaje de María Reina de la Paz


Mensaje de María Reina de la Paz del 18 de marzo de 2010

¡Queridos hijos!
Hoy los invito a amar con todo su corazón y con toda su alma. Oren por el don del amor, porque cuando el alma ama llama a sí a mi Hijo, mi Hijo no rechaza a aquellos que lo llaman y que desean vivir de acuerdo a Él. Oren por aquellos que no comprenden el amor, que no saben qué es amar. Oren para que Dios sea para ellos Padre y no Juez. Hijos míos, sean mis apóstoles, sean mi río de amor. Los necesito. Gracias.

La aparición tuvo lugar esta vez en la Cruz Azul. Comenzó a las 13.50 h y duró 4 minutos.


Cuaresma día por día


Día 33º. Domingo Quinto - 21 de Marzo.

Perdonar siempre.

Un día, la Madre Teresa de Calcuta, encontró sobre un montón de basura una mujer moribunda que le dijo que su propio hijo la había dejado abandonada allí. La Madre la recogió y la llevó al hogar de Kalighat. Aquella mujer no se quejaba de su estado sino de que hubiera sido su propio hijo quien la dejó allí. No podía perdonarle... La Madre Teresa, que quería que aquella mujer muriese en gracia de Dios, trataba de convencerla:

¿Debe perdonar a su hijo? le decía. Es carne de su carne y sangre de su sangre... Sin duda hizo lo que hizo en un momento de locura y ya estará arrepentido... Pórtese como una verdadera madre y perdónelo... Si ha pedido a Dios que le perdone sus pecados debe perdonar el que su hijo cometió con usted. Si lo hace, Dios recompensará su generosidad con un lugar en el Cielo. La mujer se resistía, pero la gracia terminó venciendo. -Le perdono, le perdono... dijo por fin llorando. Poco después moría.

Dios mío, dame gracia y amor para perdonar siempre: que ningún día me acueste guardando rencor a alguien, aunque me parezca que tengo motivos. ¡Me has perdonado Tú a mí!

Coméntale a Dios con tus palabras algo de lo que has leído. Después termina con una oración final.

P. José Pedro Manglano Castellary
http://webcatolicodejavier.org


Nunca nos olvidemos de agradecer


Alguna vez leí que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana los mensajes para la segunda oficina:agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.


Nuestra lectora Diana, nos escribe a través del blog para decirnos que es cubana y vive en Miami (USA) y agradece al Señor de la Divina Misericordia porque le concedió la ansiada gracia de que sus padres puedan ir a vivir con ella luego de casi un año de esperar ese momento.


Desde Perú, Sara nos informa que su amiga Ángela a quien se le diagnosticó cáncer, fue operada con exito y se está recuperando. Da gracias al Padre Celestial por esta gracia recibida y a todos los que rezaron por ella.


Diana C. B. escribe para agradecer a Dios nuestro Señor, a la Virgen María de Lourdes y a todos los lectores de esta página, por la salud de su hijo Armando y por la recuperación de Herminia, operada de un tumor en el párpado.


Desde Rosario nos llega la buena noticia de la evolución favorable de María Asunción, por quien pedíamos oración hace unos días. Su esposo Ricardo agradece a Dios en primer lugar y a todos los que rezaron por ella y que por cierto lo seguirán haciendo.


Nuestro querido amigo y hermano en la evangelización, José Luis Dominguez Pascual, de España, quiere agradecer a Dios nuestro Señor y a la especial intercesión de San José, ya que justamente el día 19 de marzo su hijo Rodrigo José ha salvado su vida en la carretera cuando un neumático se le estaba destrozando y pudo detener el vehículo gracias al aviso de un buen conductor. Nos unimos en la acción de gracias.


Desde México agradecen a Dios y a las personas que oraron por el niño Diego, de 5 años de edad, el que se está recuperando favorablemente de sus operaciones. Que la Virgen de Guadalupe le siga brindando su protección maternal.


"Pequeñas Semillitas" por e-mail


Si quieres recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo, más el agregado de un powerpoint diario, debes suscribirte gratis enviando un mail en blanco a la dirección peque_semillitas_2-subscribe@gruposyahoo.com.ar
Las inscripciones son moderadas y pueden demorar un par de días, siendo importante que no te suscribas desde una computadora de tu oficina o lugar laboral, y que sólo te inscribas si de verdad estás dispuesto/a a leer todos los días nuestros mensajes e incluso compartirlos con tus amigos y conocidos reenviándoselos por correo electrónico.
Felipe de Urca
pequesemillitas@gmail.com


Ven Espíritu Santo...!


Espíritu de modestia, enséñanos a ser recatados con nosotros mismos, a fin de no servir nunca de tentación a los demás, y vivir siempre como ángeles bajo el manto de la Inmaculada.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.