miércoles, 3 de marzo de 2010

Pequeñas Semillitas 1002

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1002 ~ Miércoles 3 de Marzo de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Por medio de estas breves palabras y de modo general porque es imposible hacerlo individualmente, quiero expresar mi más grande agradecimiento lleno de afecto por todos los incontables mensajes de salutación que han llegado y siguen llegando con motivo de las mil ediciones de "Pequeñas Semillitas".
Los recibo con agrado pero no por mí ni para mí, sino para las Semillitas... porque lo importante es el Mensaje y no el mensajero.
He encontrado en mis archivos una corta reflexión que firma Marian W. Edelman, que en alguna manera explica mi motivación diaria al escribir esta página. Dice así:
"Servir a los demás tuvo tanta importancia en mi educación como tomar el desayuno e ir a la escuela. No es algo que uno haga en su tiempo libre. Era claro que se trataba del objetivo mismo de mi vida. En ese contexto, uno no está obligado a ganar. Está obligado a seguir intentándolo, a seguir haciendo las cosas lo mejor que puede todos los días"


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, cuando Jesús iba subiendo a Jerusalén, tomó aparte a los Doce, y les dijo por el camino: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, para burlarse de Él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará».
Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. Él le dijo: «¿Qué quieres?». Dícele ella: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino». Replicó Jesús: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?». Dícenle: «Sí, podemos». Díceles: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre».
Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».
(Mateo 20, 17-28)

Comentario
Hoy, la Iglesia —inspirada por el Espíritu Santo— nos propone en este tiempo de Cuaresma un texto en el que Jesús plantea a sus discípulos —y, por lo tanto, también a nosotros— un cambio de mentalidad. Jesús hoy voltea las visiones humanas y terrenales de sus discípulos y les abre un nuevo horizonte de comprensión sobre cuál ha de ser el estilo de vida de sus seguidores.
Nuestras inclinaciones naturales nos mueven al deseo de dominar las cosas y a las personas, mandar y dar órdenes, que se haga lo que a nosotros nos gusta, que la gente nos reconozca un status, una posición. Pues bien, el camino que Jesús nos propone es el opuesto: «El que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo» (Mt 20,26-27). “Servidor”, “esclavo”: ¡no podemos quedarnos en el enunciado de las palabras!; las hemos escuchado cientos de veces, hemos de ser capaces de entrar en contacto con la realidad que significan, y confrontar dicha realidad con nuestras actitudes y comportamientos.
El Concilio Vaticano II ha afirmado que «el hombre adquiere su plenitud a través del servicio y la entrega a los demás». En este caso, nos parece que damos la vida, cuando realmente la estamos encontrando. El hombre que no vive para servir no sirve para vivir. Y en esta actitud, nuestro modelo es el mismo Cristo —el hombre plenamente hombre— pues «el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos» (Mt 20,28).
Ser servidor, ser esclavo, tal y como nos lo pide Jesús es imposible para nosotros. Queda fuera del alcance de nuestra pobre voluntad: hemos de implorar, esperar y desear intensamente que se nos concedan esos dones. La Cuaresma y sus prácticas cuaresmales —ayuno, limosna y oración— nos recuerdan que para recibir esos dones nos debemos disponer adecuadamente.
Rev. D. Francesc JORDANA i Soler (Mirasol, Barcelona, España)


Santoral Católico
Santos Emeterio y Celedonio, mártires


No se conocen las circunstancias del martirio de estos santos. ¿Fue al comienzo del siglo IV en la persecución de Diocleciano? Parece mejor inclinarse con La Fuente por la mitad del siglo III, en la de Valeriano, contando con que algún otro retrotrae la historia hasta el siglo II.

El caso es que Emeterio y Celedonio -hermanos de sangre según algunos relatores- que fueron honrados con la condecoración romana de origen galo llamada torques por los méritos al valor, al arrojo guerrero y disciplina marcial, ahora se ven en la disyuntiva de elegir entre la apostasía de la fe o el abandono de la profesión militar. Así son de cambiantes los galardones de los hombres. Por su disposición sincera a dar la vida por Jesucristo, primero sufren prisión larga hasta el punto de crecerles el cabello. En la soledad y retiro obligados bien pudieron ayudarse entre ellos, glosando la frase del Evangelio, que era el momento de «dar a Dios lo que es de Dios» después de haberle ya dado al César lo que le pertenecía. Su reciedumbre castrense les ha preparado para resistir los razonamientos, promesas fáciles, amenazas y tormentos. En el arenal del río Cidacos se fija el lugar y momento del ajusticiamiento. Cuenta el relato que los que presencian el martirio ven, asombrados, cómo suben al cielo el anillo de Emeterio y el pañuelo de Celedonio como señal de su triunfo señero.

Muy pronto el pueblo comenzó a dar culto a los mártires. Sus restos se llevaron a la catedral del Salvador; con el tiempo, las iglesias de Vizcaya y Guipúzcoa con otras hispanas y medio día de Francia dispusieron de preciosas reliquias. Junto al arenal que recogió la sangre vertida se levanta la catedral que guarda sus cuerpos. Hoy Emeterio y Celedonio son los patronos de Calahorra que los tiene por hermanos o de sangre o -lo que es mayor vínculo- de patria, de ideal, de profesión, de fe, de martirio y de gloria.


Pensamiento


"Voy a pasar por esta vida una sola vez. Cualquier cosa buena que yo pueda hacer ó alguna amabilidad que pueda hacer a alguna persona, debo hacerla ahora, porque no pasaré de nuevo por aquí"
Teresa de Calcuta


Tema del día:
En esta Cuaresma...


1. Abre el depósito de tu corazón. La Palabra del Señor te llenará del combustible necesario para seguir caminando. Él te empujará y te guiará, incluso, por los caminos más insospechados por ti.

2. Apaga el motor de tus agobios y de tus obligaciones. El silencio o la contemplación te harán sentir la paz que tu mente y tu vida necesita. No es bueno ir deprisa ni preocuparse demasiado.

3. No mires el “cuánto cuesta” cargarse de Dios. A veces, lo más caro en el mundo, es lo más barato para alcanzar la felicidad. Tal vez, con tu voluntad, de momento es suficiente. Dios, pondrá lo demás.

4. Limpia el parabrisas de tu mirada. Las imágenes que nos sacuden todos los días nos hacen tener una visión demasiado pesimista del mundo.

5. Mientras Dios llena tu interior, disfruta de su fuerza. Pídele que nunca te falte su asistencia en tus decisiones, problemas e inquietudes.

6. Reajusta, en estos cuarenta días, las piezas que no encajan en tu forma de actuar, juzgar o vivir. La Cuaresma es un buen taller para que Jesús actúe en la complicada maquinaria que somos las personas.

7. No olvides el código de circulación de todo buen cristiano: los mandamientos. Con ellos aprenderás que, el amor a Dios, exige contraprestación a los que nos rodean. Pero, recuerda, aún haciendo el bien por los demás… no olvides a Dios que es la fuente de inspiración de la bondad.

8. Agarra con firmeza el volante de tu vida. No dejes que te manipulen. Que nada ni nadie te desvíe del camino de la fe. Cuando tengas que parar, para. Cuando tengas que acelerar, acelera. Pero, ¡nunca dejes que otros agarren el timón de tu vida por ti!

9. Incluye en el maletero lo imprescindible. Cuando vamos de excursión ¿qué llevamos? Que en estos días, previos a la Semana Santa, aprendamos a vivir con lo esencial. Y, lo esencial, no es lo mucho sino aquello necesario para ser feliz.

10. Desde la ventana observa el paisaje; da gracias a Dios por la vida, por el sol, por la familia, por la Iglesia. No olvides que, Dios, nunca te abandona.

11. Cuando surjan dificultades; cuando tus días sean una cuesta arriba ¡no te desesperes! Ofrece esa penitencia, ese sacrificio por tantas personas que no tienen posibilidades ni cuentan con tantos medios como tú.

12. No dejes de lado un alimento que, en cualquier fin de semana, no puede faltar en el equipaje de tu chasis cristiano: la Eucaristía. Con ella sabrás disfrutar y dar valor al domingo. Sin ella, tu vida no tendrá mucho sentido.

13. Finalmente, cuando sientas el cansancio, detente un momento. Reza a Dios. Hazle sabedor de que, Él, te puede llenar de oxígeno y de vida, de paz y de fortaleza. La oración es el gran combustible que, muy pocos, saben aprovechar o encontrar. Y, por cierto, se encuentra gratis en el silencio.

Enviado por Pipi


Nuevos videos y artículos


Hay nuevos videos subidos a este blog.
Te recuerdo que para verlos tienes que ir a la parte final de la página.

Hay nuevo material publicado en el blog "Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
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Cuaresma día por día


Día 15º. Miércoles Segundo - 3 de Marzo.

Se curó el monstruo.

Lo escribía J. Urteaga: "Ocurrió en un pueblo español. Intervienen como protagonistas: un muchacho enfermo, su familia, una ermita dedicada a Santa María y muchas súplicas.

El chico tiene 14 años, era alegre, dinámico, dicharachero, incapaz de estarse quieto un instante, deportista...; en muy poco tiempo el muchacho ha sufrido un cambio espectacular. Una parálisis progresiva le tiene inmovilizado en un sillón de ruedas. Toda aquella alegría contagiosa se ha transformado en un infierno, especialmente para la familia; en lo humano es inútil, en lo espiritual un pequeño monstruo egoísta. Todos deben servirle, cuidarle, atenderle, desvivirse por él. Todo es poco.

Una luz se ha encendido en el alma de su madre. Le llevaran a la ermita. Rezarán a la Virgen. Le pedirán su curación. Se hará el milagro.

Llegó el día. Ante la reja hay una madre que habla en voz alta con la Virgen, sin que le importe ni poco ni mucho que haya gente en su entorno.

¡María, tienes que cuidar a mi hija! ¡Es mi pequeña! Cúrala María. Que fallen los diagnósticos. ¡Qué no sea cáncer! Esta niña es todo lo que tengo en mi vida. ¡Cómo te la vas a llevar! ¡María, que no sea cáncer! Ella también te lo pide. Me ha dicho que venga a rezarte a la ermita. ¡Anda, María, que no sea cáncer!

Poco después, aquella madre angustiada, santiguándose, abandonó la reja de la ermita.

Es ahora cuando la otra madre, la de nuestro muchacho, se acerca para decirle, al tiempo, con miedo y con dulzura:

¡Hijo!, ¿ya has Pedido a la Virgen...?

Y se realiza el portento.

- Sí, mamá. He pedido la curación... He pedido a la Virgen que no sea cáncer.

Señor, a veces yo también soy un auténtico monstruo por el egoísmo. Si ser cristiano es parecerse a Ti... me tienes que cambiar. ¡Qué piense en los demás! ¡Que haga más por los demás que por mí! ¡Que ayude, que haga favores, que me dé cuenta de lo que necesitan o de lo que podría alegrarles! ¡Cúrame, Madre mía, y dame mi corazón generoso! Gracias.

Continúa hablándole a Dios con tus palabras

P. José Pedro Manglano Castellary
http://webcatolicodejavier.org


Pedidos de oración


Pedimos oración por el eterno descanso del almita de Sofía, niña de 12 años que partió por un cáncer hacia los brazos de Jesús y de María desde Canals, Córdoba, Argentina, dejando desconsolados a sus jóvenes padres y a toda la familia, para los cuales rogamos el consuelo de la fe en la gloria de la resurrección.


Irma V. nos pide oración por las difíciles situaciones sociales que se viven en Ciudad Juárez, Chih., México, azotada por la violencia del narcotráfico, con extorsiones, secuestros, asesinatos y corrupción generalizada. Nos unimos a la plegaria para que la sensatez y la paz se restablezcan en esa y otras ciudades de nuestro planeta que se ven abobiadas por problemas similares.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Ven Espíritu Santo...!


Confirma Dios Padre todopoderoso y eterno, lo que has obrado en nosotros, y conserva en nuestros corazones los dones de tu Espíritu Santo, para que no nos avergoncemos nunca de dar testimonio de Cristo Resucitado y cumplamos sus mandamientos con sincero amor. Por el mismo Cristo nuestro Señor. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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