martes, 23 de marzo de 2010

Pequeñas Semillitas 1022

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1022 ~ Martes 23 de Marzo de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Llegar tras larga marcha, a la orilla de tu playa. Estrenar camino nuevo sólo porque Tú me llamas...
Camino sin tierra firme, hecho de fe sobre el agua, avanzando mar adentro sólo porque Tú me llamas...
Y andando a paso ligero, vayas, Señor, donde vayas, porque tiene el corazón, de Ti, tremenda nostalgia.
María Isabel Pereda


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos:«Yo me voy y vosotros me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado. Adonde yo voy, vosotros no podéis ir». Los judíos se decían: «¿Es que se va a suicidar, pues dice: ‘Adonde yo voy, vosotros no podéis ir’?». El les decía: «Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba. Vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Ya os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que Yo Soy, moriréis en vuestros pecados».
Entonces le decían: «¿Quién eres tú?». Jesús les respondió: «Desde el principio, lo que os estoy diciendo. Mucho podría hablar de vosotros y juzgar, pero el que me ha enviado es veraz, y lo que le he oído a Él es lo que hablo al mundo». No comprendieron que les hablaba del Padre. Les dijo, pues, Jesús: «Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis que yo soy, y que no hago nada por mi propia cuenta; sino que, lo que el Padre me ha enseñado, eso es lo que hablo. Y el que me ha enviado está conmigo: no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada a Él». Al hablar así, muchos creyeron en Él.
(Juan 8, 21-30)

Comentario
Hoy, martes V de Cuaresma, a una semana de la contemplación de la Pasión del Señor, Él nos invita a mirarle anticipadamente redimiéndonos desde la Cruz: «Jesucristo es nuestro pontífice, su cuerpo precioso es nuestro sacrificio que Él ofreció en el ara de la Cruz para la salvación de todos los hombres» (San Juan Fisher).
«Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre...» (Jn 8,28). En efecto, Cristo Crucificado —¡Cristo “levantado”!— es el gran y definitivo signo del amor del Padre a la Humanidad caída. Sus brazos abiertos, extendidos entre el cielo y la tierra, trazan el signo indeleble de su amistad con nosotros los hombres. Al verle así, alzado ante nuestra mirada pecadora, sabremos que Él es (cf. Jn 8,28), y entonces, como aquellos judíos que le escuchaban, también nosotros creeremos en Él.
Sólo la amistad de quien está familiarizado con la Cruz puede proporcionarnos la connaturalidad para adentrarnos en el Corazón del Redentor. Pretender un Evangelio sin Cruz, despojado del sentido cristiano de la mortificación, o contagiado del ambiente pagano y naturalista que nos impide entender el valor redentor del sufrimiento, nos colocaría en la terrible posibilidad de escuchar de los labios de Cristo: «Después de todo, ¿para qué seguir hablándoos?».
Que nuestra mirada a la Cruz, mirada sosegada y contemplativa, sea una pregunta al Crucificado, en que sin ruido de palabras le digamos: «¿Quién eres tú?» (Jn 8,25). Él nos contestará que es «el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn 14,6), la Vid a la que sin estar unidos nosotros, pobres sarmientos, no podemos dar fruto, porque sólo Él tiene palabras de vida eterna. Y así, si no creemos que Él es, moriremos por nuestros pecados. Viviremos, sin embargo, y viviremos ya en esta tierra vida de cielo si aprendemos de Él la gozosa certidumbre de que el Padre está con nosotros, no nos deja solos. Así imitaremos al Hijo en hacer siempre lo que al Padre le agrada.
Rev. D. Josep Mª MANRESA Lamarca (Les Fonts del Vallès, Barcelona, España)


Santoral Católico
San Toribio de Mogrovejo, Obispo de Lima



En 1594, durante su tercera “visita” diocesana, escribiéndole al rey de España Felipe II, san Toribio Alfonso de Mogrovejo hacía un pequeño balance de su vida: 15.000 kilómetros recorridos y 60.000 confirmaciones administradas (Toribio no podía saber que entre ellos había tres santos: Rosa de Lima, Francisco Solano y Martín de Porres). La situación de América Latina sería muy distinta de la actual si sus sucesores y todos los cristianos hubieran tenido el mismo impulso y la misma coherencia de quien fue llamado “apóstol del Perú y nuevo Ambrosio” y a quien Benedicto XIV comparó con San Carlos Borromeo.

Toribio nació en España hacia el año 1538 de una noble familia; estudió en Valladolid, Salamanca y Santiago de Compostela, en donde obtuvo la licencia en derecho. Fue nombrado inquisidor en Granada. Gracias a la relación que cultivaba con Felipe II fue nombrado por Gregorio XIII, arzobispo de Lima, con jurisdicción sobre las diócesis de Cuzco, Cartagena, Popayán, Asunción, Caracas, Bogotá, Santiago, Concepción, Córdoba, Trujillo y Arequipa: de norte a sur eran más de 5.000 kilómetros, y el territorio tenía más de 6 millones de kilómetros cuadrados. Después de haber sido consagrado obispo en agosto de 1580, partió inmediatamente para América, a donde llegó en la primavera de 1581.

Durante 25 años vivió exclusivamente al servicio del pueblo de Dios. Decía: “¡El tiempo es nuestro único bien y tendremos que dar estricta cuenta de él!”. Fue un verdadero organizador de la Iglesia en América, cuya actividad abarcó también diez sínodos diocesanos y tres provinciales.

También fundó el primer seminario de América; intervino con energía contra los derechos particulares de los religiosos, a quienes estimuló para que aceptaran las parroquias más incómodas y pobres; casi duplicó el número de las “Doctrinas” o parroquias, que pasaron de 150 a más de 250.

Al final de su vida, Toribio recibió el viático en una capillita india, el 23 de marzo de 1606, un jueves santo, y ahí expiró.

Fue canonizado en 1726 por Benedicto XIII.


Pensamiento


"Cuando conozco a alguien no me importa si es blanco, negro, judío o musulmán. Me basta con saber que es un ser humano"
Walt Whitman


Tema del día:
Cuaresma, encuentro con Cristo


1) Para saber

Ha sido costumbre los últimos 25 años que el Papa dirija a los jóvenes un mensaje al iniciar la Semana Santa, el Domingo de Ramos. En esta ocasión ha tomado las palabras que un joven, pudiendo ser cualquiera de nosotros, le dirige a Jesucristo: "Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?" (Mc 10,17).

El evangelista señala que Jesús interrumpe su camino para atenderlo, mostrando así el interés que tiene por nuestras expectativas, nuestras esperanzas, y muestra qué grande es su deseo de encontrarnos personalmente y de abrir un diálogo con cada uno de nosotros. Cada uno ha de tener su propia plática con Cristo: un coloquio que es fundamental y esencial para todos.

Este amor de Jesús por cada uno se ha manifestado en la Cruz de una manera plena y total. Esa conciencia de que Cristo ama a cada uno y siempre, se convierte en un punto firme de apoyo para toda nuestra existencia humana, y nos permite superar todas las pruebas: el descubrimiento de nuestros pecados, el sufrimiento, el desánimo.

2) Para pensar

En este Año Sacerdotal, el Papa nos invita a conocer la vida de los santos, en particular la de los santos sacerdotes. Así podemos ver que Dios les guió y que encontraron su camino día a día, precisamente en la fe, en la esperanza y en el amor. Aunque no han faltado penosos casos de falta de correspondencia de algunos, podemos asegurar que ha habido muchos miles de ejemplos, algunos ignorados, que han sabido responder fielmente al Señor, incluso a veces a costa de su vida.

Por ejemplo, el santo Cura de Ars a quien se ha propuesto como Patrono de los sacerdotes, nos da una muestra de entrega y sacrificio. De él escribía Juan Pablo II: “San Juan María Vianney sorprende en especial porque en él se manifiesta el poder de la gracia que actúa en la pobreza de medios humanos. Me impresionaba profundamente, en particular, su heroico servicio de confesionario. Este humilde sacerdote que confesaba más de diez horas al día comiendo poco y dedicando al descanso apenas unas horas, había logrado, en un difícil periodo histórico, provocar una especie de revolución espiritual en Francia y fuera de ella. Millares de personas pasaban por Ars y se arrodillaban en su confesionario” (“Don y Misterio”).

3) Para vivir

Ante la pregunta del joven, el relato evangélico relata cómo “Jesús, fijando en él su mirada, le amó” (cfr Mc 10,21). En la mirada del Señor está el corazón de este especialísimo encuentro y de toda la experiencia cristiana. De hecho el cristianismo no es en primer lugar una moral, sino experiencia de Jesucristo, que nos ama personalmente, jóvenes o viejos, pobres o ricos; incluso nos ama también cuando le damos la espalda. Por ello el papa Juan Pablo II nos invitaba: “¡Os auguro que experimentéis una mirada así! ¡Os auguro que experimentéis la verdad de que él, el Cristo, os mira con amor!" (Carta a los jóvenes, n. 7).

Preparémonos para la Semana Santa teniendo este encuentro con Cristo que nos llama cada uno a comprometernos con Él y a asumir las propias responsabilidades para construir la civilización del amor. Sólo si seguimos su Palabra, nuestro camino se iluminará y nos conducirá a metas altas, que dan alegría y sentido pleno a la vida.

Pbro. José Martínez Colín


Cuaresma día por día


Día 35º. Martes Quinto - 23 de Marzo.

¿Puedo ayudarte en algo, Dios mío?

En una obra del escritor brasileño Pedro Bloch encuentro un diálogo con un niño que me deja literalmente conmovido.

- ¿Rezas a Dios? - pregunta Bloch.

- Sí, cada noche - contesta el niño.

- ¿Y qué le pides?

- Nada. Le pregunto si puedo ayudarle en algo.

Y ahora soy yo quien me pregunto a mí mismo qué sentirá Dios al oír a este chiquillo que no va a Él, como la mayoría de los mayores, pidiéndole dinero, salud, amor o abrumándole de quejas, de protestas por lo mal que marcha el mundo, y que en cambio, lo que hace es simplemente ofrecerse a echarle una mano, si es que la necesita para algo.

Que muchos días le reces así a Dios.

Coméntale a Dios con tus palabras algo de lo que has leído. Después termina con una oración final.

P. José Pedro Manglano Castellary
http://webcatolicodejavier.org


Pedidos de oración


Pedimos oración por el eterno descanso del alma de la señora Raquel Rebolledo Altamirano, fallecida el día 14 de marzo pasado en la ciudad de Lima, Perú. Que el Señor la reciba en el paraíso.


Pedimos oración por el joven Gabriel C. de 18 años de edad, que vive en Bogotá, Colombia, al que han diagnosticado un tumor cerebral y será operado pasado mañana 25 de marzo, día de la Anunciación. Que la Santísima Virgen, Madre de Jesús y Madre nuestra, interceda por Gabriel (mismo nombre del ángel del anuncio) para que el Señor le conceda la gracia de curarse.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Ven Espíritu Santo...!


Espíritu de ciencia, sólo por el cual se conoce la vanidad de los humanos conocimientos; alumbra nuestra mente con aquella ciencia divina que se llama ciencia de los santos, a fin de que conozcamos nuestros pecados para detestarlos, nuestros deberes para cumplirlos, nuestros defectos para corregirlos, las vanidades de la tierra para despreciarlas y las grandezas del cielo para desearlas continuamente. Gloria…
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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