PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
13 - Número 3752 ~ Lunes 27 de Agosto de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Recuerda
que cuando descalificas a otro por un defecto, debes comenzar a vigilarte para
no caer en el mismo.
Pero,
¿quién te nombró juez de los demás?
Todos
podemos equivocarnos. Ni tú ni yo
estamos inmunizados contra los comportamientos reprobables. Lo que hoy
reprochamos a otro, podemos llegar a hacerlo peor antes de lo que imaginamos.
Comprender
al prójimo es expresión de amor y es una actitud de personas que actúan con
verdadera sabiduría. Quien se conoce
bien no condena a nadie.
¡Buenos días!
Portadores de paz
La paz del corazón es un tesoro tan grande que debes
cuidarla y defenderla. La ansiedad por el futuro perturba de tal manera que te
impide concentrar tus energías en el presente y disfrutar las alegrías de cada
día. Abandónate confiadamente en Dios que te ama y podrás vivir con plenitud y
paz el momento presente.
“¡Queridos hijos!
También hoy los invito a la oración, especialmente hoy cuando Satanás quiere la
guerra y el odio. Yo los invito de nuevo, hijitos: oren y ayunen para que Dios
les dé la paz. Testimonien la paz a cada corazón y sean portadores de paz en
este mundo sin paz. Yo estoy con ustedes e intercedo ante Dios por cada uno de
ustedes. Y no teman, porque quien ora no teme el mal y no tiene odio en su
corazón. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”.
Ojalá que, por propia experiencia, tengas la certeza
que el mejor descanso, ese oasis interior de paz que necesitas al fin del día,
son los brazos divinos de Dios. Allí está “la verde pradera donde recostarte,
de él fluye la fuente tranquila que repara tus fuerzas agotadas”. La oración es
la llave para cerrar sabiamente cada jornada. El Señor te bendiga y proteja.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
♥ Primera Lectura: 2Tes 1, 1-5. 11b-12
♥ Salmo: Sal 95, 1-5
♥ SANTO EVANGELIO: Mt 23,13-22
En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de vosotros,
escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los
Cielos! Vosotros ciertamente no entráis; y a los que están entrando no les
dejáis entrar. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que recorréis
mar y tierra para hacer un prosélito, y, cuando llega a serlo, le hacéis hijo
de condenación el doble que vosotros! ¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís:
‘Si uno jura por el Santuario, eso no es nada; mas si jura por el oro del
Santuario, queda obligado!’ ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el
oro, o el Santuario que hace sagrado el oro? Y también: ‘Si uno jura por el
altar, eso no es nada; mas si jura por la ofrenda que está sobre él, queda
obligado’. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda, o el altar que hace
sagrada la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo
que está sobre él. Quien jura por el Santuario, jura por él y por Aquel que lo
habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Aquel que
está sentado en él».
♥ Comentario:
Hoy, el Señor nos quiere iluminar sobre un concepto
que en sí mismo es elemental, pero que pocos llegan a profundizar: guiar hacia
un desastre no es guiar a la vida, sino a la muerte. Quien enseña a morir o a
matar a los demás no es un maestro de vida, sino un “asesino”.
El Señor hoy está —diríamos— de malhumor, está
justamente enfadado con los guías que extravían al prójimo y le quitan el gusto
del vivir y, finalmente, la vida: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipócritas, que recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y, cuando llega
a serlo, le hacéis hijo de condenación el doble que vosotros!» (Mt 23,15).
Hay gente que intenta de verdad entrar en el Reino de
los cielos, y quitarle esta ilusión es una culpa verdaderamente grave. Se han
apoderado de las llaves de entrada, pero para ellos representan un “juguete”,
algo llamativo para tener colgado en el cinturón y nada más. Los fariseos persiguen
a los individuos, y les “dan la caza” para llevarlos a su propia convicción
religiosa; no a la de Dios, sino a la propia; con el fin de convertirlos no en
hijos de Dios, sino del infierno. Su orgullo no eleva al cielo, no conduce a la
vida, sino a la perdición. ¡Que error tan grave!
«Guías —les dice Jesús— ciegos, que coláis el
mosquito y os tragáis el camello» (Mt 23,24). Todo está trocado, revuelto; el
Señor repetidamente ha intentado destapar las orejas y desvelar los ojos a los
fariseos, pero dice el profeta Zacarías: «Ellos no pusieron atención, volvieron
obstinadamente las espaldas y se taparon las orejas para no oír» (Za 7,11).
Entonces, en el momento del juicio, el juez emitirá una sentencia severa:
«¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!» (Mt 7,23). No es
suficiente saber más: hace falta saber la verdad y enseñarla con humilde
fidelidad. Acordémonos del dicho de un auténtico maestro de sabiduría, santo
Tomás de Aquino: «¡Mientras ensalzan su propia bravura, los soberbios envilecen
la excelencia de la verdad!».
P. Raimondo M. SORGIA Mannai OP (San Domenico di Fiesole, Florencia,
Italia)
Santoral Católico:
Santa Mónica
Madre de San Agustín
Nació en Tagaste, provincia romana al norte de
África, el año 331, de familia cristiana. Educada con esmero, muy joven fue
dada en matrimonio a un hombre llamado Patricio, pagano, que se convirtió y
bautizó antes de morir; hombre bueno pero de carácter irascible, a quien supo
amar, servir y soportar, y del que tuvo tres hijos, entre ellos san Agustín,
por cuya conversión derramó muchas lágrimas y oró insistentemente a Dios. Fue
un modelo de madre y de esposa; alimentó su fe con la oración y la enriqueció
con sus virtudes. Educó a sus hijos en la fe, y según la costumbre de entonces
los inscribió en el catecumenado pero no los bautizó. Agustín en su juventud se
desvió religiosa y moralmente, lo que provocó las lágrimas y oración de la
madre. Ésta lo siguió a Roma y después a Milán, donde Agustín se convirtió y
recibió el bautismo de manos de san Ambrosio. Cuando volvían a África, Mónica
murió en Ostia (Roma) el año 387, contenta y satisfecha de ver a su hijo
convertido en siervo de Dios.
Oración: Oh
Dios, consuelo de los que lloran, que acogiste piadosamente las lágrimas de
santa Mónica impetrando la conversión de su hijo Agustín, concédenos, por
intercesión de madre e hijo, la gracia de llorar nuestros pecados y alcanzar tu
misericordia y tu perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Catholic.net
Pensamiento del día
“¡Mujer:
es imposible que se pierda
el hijo de tantas lagrimas!”
(San Ambrosio a
Santa Mónica)
Tema del día:
La liturgia de las horas
Es común ver a sacerdotes o religiosos y religiosas
detenidos durante el día para ofrecer oraciones recogidas en un pequeño libro
negro. A veces incluso los laicos tienen ese mismo libro negro y se sientan en
los bancos traseros de la iglesia para rezar. ¿Qué están rezando?
Sacerdotes, religiosos y diáconos están obligados a
rezar diariamente lo que se denomina la Liturgia de las Horas, también conocida
como Oficio Divino. Consiste en rezar un conjunto de oraciones cada día a
diferentes horas, desde la mañana a la noche. Es una rutina de oración no
exclusiva de los consagrados a Dios, sino una práctica de oración común para
muchos laicos.
Históricamente, los judíos han rezado en intervalos
fijos a lo largo del día. El rey David, quien se cree escribió los salmos, proclama:
“De tarde, de mañana, al mediodía, gimo y me lamento,
pero él escuchará mi clamor”. (Salmos 55:18)
Incluso el profeta Daniel parece haber rezado a
intervalos específicos.
“Cuando Daniel supo que el documento había sido
firmado, entró en su casa. Esta tenía en el piso superior unas ventanas que se
abrían en dirección a Jerusalén, y tres veces por día, él se ponía de rodillas,
invocando y alabando a su Dios, como lo había hecho antes” (Daniel 6:11).
El pueblo judío inició una tradición de rezar tres
veces al día: mañana, tarde y noche. Esto creció hasta desarrollar un programa
de oraciones de salmos en particular, ya que expresaban los múltiples deseos
del corazón humano.
Jesús aparece rezando los salmos en varias ocasiones,
como en una de sus palabras más famosas, del salmo 22, pronunciado desde la
cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”.
Ya que la mayoría de los primeros cristianos eran
conversos del judaísmo, continuaron con la tradición judía de rezar los salmos.
Este tipo de oración se mantuvo a medida que creció la Iglesia y, según señala
el padre Timothy Gallagher en su libro ‘Praying the Liturgy of the Hours’
[Rezar la Liturgia de las Horas]: “Por toda la Iglesia, en Palestina,
Antioquía, Constantinopla y África, los cristianos se reunían en sus iglesias
dos veces al día para rezar los salmos. Diariamente se reunían para los ‘himnos
matinales y nocturnos’”.
Más tarde, esta tradición se extendió en los
monasterios a rezar los salmos siete u ocho veces al día, en un esfuerzo por
vivir las palabras de san Pablo de “orar sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17).
Esta tradición tiene la siguiente forma:
- Maitines (durante la noche, a menudo a medianoche);
también llamados Vigilias o Nocturnos (Oficio Nocturno)
- Laudes u “Oración de la mañana” (al amanecer o a
las 3 a.m.)
- Prima u “Oración de la madrugada” (Primera Hora, en
torno a las 6 a.m.)
- Tercia u “Oración de Media mañana” (Tercera Hora,
alrededor de las 9 a.m.)
- Sexta u “Oración de Mediodía” (Sexta Hora, en torno
al mediodía)
- Nona u “Oración de Media Tarde” (Novena Hora, en
torno a las 3 p.m.)
- Vísperas u “Oración del Atardecer” (en torno a las
6 p.m.)
- Completa u “Oración de la Noche” (antes de ir a
dormir, normalmente a las 8 p.m. o 9 p.m.)
La Iglesia extendió los 150 salmos a lo largo de
estas horas y con el tiempo terminó creando un ciclo de oración. Actualmente
consiste en un Salterio de cuatro semanas con el que se rezan todos los salmos
en un periodo de cuatro semanas (si se observan todas las “horas” de oración).
Los monasterios contemplativos mantienen este ritmo
de oración, mientras que los sacerdotes u otros religiosos activos tienden a
“agrupar” las horas juntas. Por ejemplo, si un párroco tiene reuniones toda la
tarde y noche, rezará la Oración del Atardecer y la Oración de la Noche
seguidas inmediatamente antes de retirarse a dormir. El momento del día es
menos importante para los que viven en el mundo que para los hombres y mujeres
enclaustrados, que acatan un ritmo sagrado de oración y trabajo.
Desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia ha
continuado fomentando esta práctica y animado al laico a unirse a esta
Liturgia.
“Procuren los pastores de almas que las Horas
principales, especialmente las Vísperas, se celebren comunitariamente en la
iglesia los domingos y fiestas más solemnes. Se recomienda, asimismo, que los
laicos recen el Oficio divino o con los sacerdotes o reunidos entre sí e
inclusive en particular” (Sacrosanctum Concilium, 100).
Pero, ¿cómo se reza el Oficio Divino?
Puede resultar un poco confuso y complejo asumir la
práctica de rezar la Liturgia de las Horas. En otro artículo les guiamos a
través del rezo de la Liturgia de las Horas y les ofrecemos una “guía para
principiantes” que desmitificará esta oración poderosa y habitual de la
Iglesia.
© Philip Kosloski
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas”
Dios es la misma Misericordia, y si pecamos y nos
arrepentimos de corazón y le pedimos perdón, Él nos perdona; y no sólo nos
perdona, sino que nos premia y nos da la forma de reparar el mal que hicimos.
Por eso debemos confiar siempre en Dios, y si tenemos la desgracia de
ofenderlo, no debemos desesperarnos ni tener miedo de Dios, sino acercarnos a
Él con corazón contrito y humillado y pedirle humildemente perdón.
No hay que cometer el pecado; pero si lo hemos
cometido, sepamos que ese mismo pecado nos ayudará a subir más alto, pues nos
hará más humildes y conocedores de nuestra nada, y Dios ama mucho a los
humildes y premia esta virtud. Ya lo dice Jesús en el Evangelio que quien se
humilla será ensalzado, y el que se ensalza será humillado. Entonces, si un
pecado que hemos cometido nos sirve para comprobar nuestra debilidad y nuestra
miseria y hacernos más humildes, ¡bendito sea Dios, que de un mal sabe sacar un
bien para su criatura!
Y es que la función de Dios es sacar un bien del mal
realizado; así como la función de Satanás es sacar un mal del bien realizado.
Así que no nos desanimemos si hemos pecado, sino que
con mucha humildad pidamos perdón a Dios, hagamos una buena y completa
confesión con un sacerdote y sigamos adelante, sabiendo que donde abundó el
pecado, sobreabundó la gracia; y como dice la liturgia en Pascua: “¡Feliz
culpa, que nos mereció tan gran Redentor!”. Así nosotros no nos desanimemos por
nuestras caídas, sino levantémonos y sigamos adelante con paz en el alma y
confianza en la Bondad infinita de Dios que siempre nos perdona.
(Sitio Santísima Virgen)
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con
el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y
martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros
hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el
abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por
los pacientes internados en la Casa de la Bondad en Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer
y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por
los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas
Almas del Purgatorio.
Pedimos oración para Norma C., de Córdoba, Argentina, 86 años de edad, internada por
descompensación general de varias patologías pre existentes, incluyendo
enfermedad oncológica con metástasis. Que Jesús Misericordioso la tome en Sus
Santas Manos y le conceda lo mejor.
Pedimos oración para el Padre Santiago Martín, de la congregación de Franciscanos de María,
español de origen, que estando circunstancialmente en Irlanda sufrió un cuadro
agudo intestinal por lo que aún permanece internado en Dublín. Que la Santísima
Virgen a la que tanto predica este buen sacerdote, lo acompañe en su
recuperación.
Pedimos oración para Jefferson Samir G. F., de Colombia, que está atravesando episodios
de salud muy delicados, rogando a Jesús le conceda sus gracias de sanación.
Pedimos oración para las siguientes personas: César R. F., de Perú, internado por
infección en una pierna por causa de la diabetes; Nancy E., 75 años, de Canadá, con osteoartritis y mucho dolor; María P., 77 años, de Canadá, que por causas
cerebro vasculares está perdiendo la memoria; Carola C.S., 75 años, de Perú, con cáncer, rogando que la
medicación haga efecto y disminuyan los dolores; Tulia del Carmen G., 93 años, de Venezuela, que por caídas se ha
fracturado ambas caderas, ha sido operada y no puede caminar; Violeta Edda, 71 años, de USA, con
problemas de temblores en las manos, niveles de amonio elevados, depresión, y
estudios ginecológicos pendientes; y por el eterno descanso de Esperanza Z., Nina P., Enrique T. y Nené.
Pedimos oración para Gladys A., 66 años de edad, de Chile, con grandes problemas en sus
ojos. Mañana la operan de cataratas. Que por la intercesión de Santa Lucía,
Dios le conceda la gracia de recuperar la visión.
Pedimos oración para Celia Elba, de Santa Fe, Argentina, mujer mayor internada en
terapia intensiva en grave estado. Que Jesús Misericordioso esté junto a ella y
le conceda lo mejor según Su Voluntad. Acompañamos a su hija Griselda en estos
duros momentos.
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del
Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras
preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de
nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz,
rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia
sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser
abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los
deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin
rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que
tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto
el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que
te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se
hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse
elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la
pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo
nuestro Señor.
Amén
Cinco minutos del
Espíritu Santo
Agosto 27
"Espíritu Santo, fuerza de mi vida, hoy vuelvo a
darte gracias.
Gracias porque me colocaste en este universo para que
yo haga un camino, para que aprenda a amar, para que descubra tu amistad día a
día.
Gracias porque estás conmigo en todo lo que me pasa y
me ayudas a aprender algo de cada cosa que me suceda.
Gracias porque quieres transformar todo mi ser con tu
vida divina.
Gracias porque cada día es una novedad, porque
siempre hay nuevos signos de tu amor, porque siempre me invitas a algo más.
Cuando te abro mi mente y mi corazón puedo recibir
maravillas de tu ternura.
Y siempre me llamas a volver a empezar.
Gracias Espíritu Santo. Amén."
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito
de todos)
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