PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
13 - Número 3753 ~ Martes 28 de Agosto de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Cualquier
día puede ser de fiesta, aunque no aparezca así en el calendario, pues cada día
veo más evidencias de la presencia activa de Dios en mi vida. Y todos los días
dedico tiempo para recordarme y recordar a otros esta buena nueva, participando
en oraciones de gozo y agradecimiento.
Mis
creencias y mi fe son las claves de mi felicidad y bienestar. Al creer en el
poder de Dios, estoy añadiendo esperanza a mis sueños, dando un propósito a mis
actos y devolviendo vida a mi existencia.
Ante
mi brilla siempre un rayo de esperanza y buena nueva como luz de Dios, un faro
que ilumina mi camino y guía mis pasos. Como estoy siempre atenta a la
presencia de Dios en mi vida, me yergo en el umbral de un nuevo día, un nuevo
comienzo colmado de gratas nuevas sobre la gloria y la maravilla de Dios.
¡Buenos días!
Las liebres y los leones
Hay una realidad indiscutible, normal y prevista por
Dios con un designio de amor: los talentos y capacidades han sido distribuidos
en forma desigual. ¿No te parece que es con el fin de hacernos crecer en el
amor y el servicio mutuo, complementándonos, ayudándonos, intercambiando los
dones, para integrarnos a la familia humana? Una fábula iluminará la idea.
Las liebres arengaban en
la asamblea y explicaban que todos deberían ser iguales. Los leones entonces
replicaron: —Sus palabras, señoras liebres, son buenas, pero carecen de garras
y colmillos como los que tenemos nosotros (Esopo).
Es fundamental convencerme que si quiero ser yo
mismo, el único punto de referencia para superarme soy yo. No necesito envidiar
a nadie. Lo correcto es conocer mis talentos y habilidades, alegrarme de lo que
tengo y cultivarlo. Aceptaré, por otra parte, mis límites y carencias. Piénsalo
y vive en armonía y paz tu propia realidad.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
♥ Primera Lectura: Tes 2, 1-3a. 14-17
♥ Salmo: Sal 95, 10-13
♥ SANTO EVANGELIO: Mt 23,23-26
En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de vosotros,
escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y
del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la
misericordia y la fe! Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar
aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de
vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el
plato, mientras por dentro están llenos de rapiña y codicia! ¡Fariseo ciego,
purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!».
♥ Comentario:
Hoy tenemos la impresión de “pillar” a Jesús en un
arrebato de mal humor; realmente alguien le ha hecho sentir molesto. Jesucristo
se siente incómodo con la falsa religiosidad, las peticiones pomposas y la
piedad egoísta. Él ha notado un vacío de amor, a saber, echa en falta «la
justicia, la misericordia y la fe» (Mt 23,23) tras las acciones superficiales
con las que tratan de cumplir la Ley. Jesús encarna esas cualidades en su
persona y ministerio. Él era la justicia, la misericordia y la fe. Sus
acciones, milagros, sanaciones y palabras rezumaban estos verdaderos
fundamentos, que fluyen de su corazón amoroso. Para Jesucristo no se trataba de
una cuestión de “Ley”, sino que era un asunto de corazón…
Incluso en las palabras de castigo vemos en Dios un
toque de amor, importante para quienes quieran volver a lo básico: «Se te ha
indicado, hombre, qué es lo bueno y qué exige de ti el Señor: nada más que
practicar la justicia, amar la fidelidad y caminar humildemente con tu Dios»
(Miq 6,8). El Papa Francisco dijo: «Un poco de misericordia hace al mundo menos
frío y más justo. Necesitamos comprender bien esta misericordia de Dios, este
Padre misericordioso que tiene tanta paciencia... Recordemos al profeta Isaías,
cuando afirma que, aunque nuestros pecados fueran rojo escarlata, el Amor de
Dios los volverá blancos como la nieve. Es hermoso, esto de la misericordia».
«¡Purifica primero por dentro la copa, para que
también por fuera quede pura!» (Mt 23,26). ¡Cuán cierto es eso para cada uno de
nosotros! Sabemos cómo la limpieza personal nos hace sentir frescos y vibrantes
por dentro y por fuera. Más aun, en el ámbito espiritual y moral nuestro
interior, nuestro espíritu, si está limpio y sano brillará en buenas obras y
acciones que honren a Dios y le rindan un verdadero homenaje (cf. Jn 5,23).
Fijémonos en el marco más grande del amor, de la justicia y de la fe y no nos
perdamos en menudencias que consumen nuestro tiempo, nos empequeñecen y nos
hacen quisquillosos. ¡Saltemos al vasto océano del Amor de Dios y no nos
conformemos con riachuelos de mezquindad!
Fr. Austin NORRIS (Mumbai, India)
Santoral Católico:
San Agustín
Obispo y Doctor de la
Iglesia
Nació en Tagaste (en la actual Argelia) el año 354.
Tuvo una juventud inquieta y desviada en cuanto a doctrina y costumbres.
Estudió en Cartago y cayó en el maniqueísmo. Su madre, santa Mónica, no cesaba
de llorar y orar por él. Marchó a Roma y de allí a Milán como profesor de
retórica. Los sermones de san Ambrosio y las cartas de san Pablo lo llevaron a
la fe cristiana; lo bautizó el año 387 el mismo san Ambrosio. Vuelto a su
patria, llevó vida ascética con algunos amigos, consagrada a Dios y al estudio
de las Escrituras. Elegido obispo de Hipona (en la actual Argelia), durante 34
años fue un modelo para su grey, a la que dio una sólida formación por medio de
sus sermones y de sus numerosos escritos, que abarcan todos los ámbitos del
saber de entonces, con los que ha contribuido en gran manera a una mayor
profundización de la fe cristiana; al mismo tiempo luchó con profundidad y
sabiduría contra dos grandes herejías, el donatismo y el pelagianismo. Fomentó
la vida monástica. Murió el 28 de agosto del año 430.
Oración: Renueva,
Señor, en tu Iglesia el espíritu que infundiste en tu obispo san Agustín, para
que, penetrados de ese mismo espíritu, tengamos sed de ti, fuente de la
sabiduría, y te busquemos como el único amor verdadero. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
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© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Catholic.net
Pensamiento del día
¡Tarde te amé, hermosura tan
antigua y tan nueva,
tarde te amé! y tú estabas
dentro de mí y yo afuera,
y así por de fuera te
buscaba; y, deforme como era,
me lanzaba sobre estas cosas
que tú creaste.
Tú estabas conmigo, mas yo
no estaba contigo.
Reteníanme lejos de ti
aquellas cosas que,
si no estuviesen en ti, no
existirían.
Me llamaste y clamaste, y
quebraste mi sordera;
brillante y resplandeciente,
y curaste mi ceguera;
exhalaste tu perfume, y lo
aspiré, y ahora te anhelo;
gusté de ti, y ahora siento
hambre y sed de ti;
me tocaste, y deseo con
ansia la paz que procede de ti.
(Agustín de Hipona)
Tema del día:
Francisco pidió perdón
en Irlanda
En su primer discurso en Irlanda, en el Encuentro con
las Autoridades, la Sociedad Civil y el Cuerpo Diplomático Papa Francisco ha
querido mandar un mensaje claro sobre “el grave escándalo causado en Irlanda
por los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia encargados de
protegerlos y educarlos”.
“El fracaso de las autoridades eclesiásticas
—obispos, superiores religiosos, sacerdotes y otros— al afrontar adecuadamente
estos crímenes repugnantes ha suscitado justamente indignación y permanece como
causa de sufrimiento y vergüenza para la comunidad católica. Yo mismo comparto
estos sentimientos”, afirma Papa Francisco.
En su discurso muestra cómo Benedicto XVI “no
escatimó palabras para reconocer la gravedad de la situación y solicitar que
fueran tomadas medidas «verdaderamente evangélicas, justas y eficaces» en
respuesta a esta traición de confianza”
El Pontífice recordó que “Cada niño es, en efecto, un
regalo precioso de Dios que hay que custodiar, animar para que despliegue sus
cualidades y llevar a la madurez espiritual y a la plenitud humana” “Deseo que
la gravedad de los escándalos de los abusos, que han hecho emerger las faltas
de muchos, sirva para recalcar la importancia de la protección de los menores y
de los adultos vulnerables por parte de toda la sociedad. En este sentido,
todos somos conscientes de la urgente necesidad de ofrecer a los jóvenes un
acompañamiento sabio y valores sanos para su camino de crecimiento”.
Ante las autoridades Papa Francisco habló de una “familia
global de naciones” que sin fundamento espiritual “corre el riesgo de
convertirse solo en un lugar común vacío”.
“¿Podemos decir que el objetivo de crear prosperidad
económica conduce por sí mismo a un orden social más justo y ecuánime? ¿No
podría ser en cambio que el crecimiento de una “cultura del descarte”
materialista, nos ha hecho cada vez más indiferentes ante los pobres y los
miembros más indefensos de la familia humana, incluso de los no nacidos,
privados del derecho a la vida?”, se preguntó, alertando del más grave desafío
actual “la enorme crisis migratoria, que no parece disminuir y cuya solución
exige sabiduría, amplitud de miras y una preocupación humanitaria que vaya más
allá de decisiones políticas a corto plazo”.
La visita del Pontífice a Irlanda es con motivo de su
participación en el Encuentro Mundial de las Familias, el que consideró “como
un testimonio profético del rico patrimonio de valores éticos y espirituales,
que cada generación tiene la tarea de custodiar y proteger”.
Para el Papa, la familia tiene problemas: “No hace
falta ser profetas para darse cuenta de las dificultades que las familias
tienen que afrontar en la sociedad actual, que evoluciona rápidamente, o para
preocuparse de los efectos que la quiebra del matrimonio y la vida familiar
comportarán, inevitablemente y en todos los niveles, en el futuro de nuestras
comunidades. La familia es el aglutinante de la sociedad; su bien no puede ser
dado por supuesto, sino que debe ser promovido y custodiado con todos los
medios oportunos”.
En su intervención Papa Francisco también quiso recordar
el nacimiento del Estado Libre de Irlanda y cómo “hace casi noventa años, la
Santa Sede estuvo entre las primeras instituciones internacionales que lo
reconocieron” y recordó la historia del lugar “cuando el mensaje cristiano,
predicado por Paladio y Patricio, echó sus raíces en Irlanda y se volvió parte
integrante de la vida y la cultura irlandesa”.
También recordó el conflicto que separó a los
irlandeses y a la firma hace veinte años del Acuerdo del Viernes Santo:
“Podemos dar gracias por las dos décadas de paz que han seguido a ese Acuerdo
histórico, mientras que manifestamos la firme esperanza de que el proceso de
paz supere todos los obstáculos restantes y favorezca el nacimiento de un
futuro de concordia, reconciliación y confianza mutua”.
© Alvaro Real / Aleteia
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas”
Un día, Agustín paseaba por la orilla de una playa reflexionando
sobre el Misterio de la Santísima Trinidad. Su mente era incapaz de
comprenderlo. En eso vio a un niño que estaba, con una pequeña conchita,
sacando el agua del mar y echándola en un pocito en la arena.
¿Qué haces niño? – preguntó Agustín.
¿No lo ves?, estoy sacando toda el agua del mar para
vaciarla en este pocito – dijo el niño.
Pero… ¿no te das cuenta que eso es imposible? –
replicó Agustín.
Agustín – le dijo el niño – es mucho más fácil que yo
logre hacer esto, que tú comprendas el Misterio de la Santísima Trinidad.
En efecto, el Niño Jesús se le había aparecido.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y
martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros
hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el
abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por
los pacientes internados en la Casa de la Bondad en Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer
y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por
los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas
Almas del Purgatorio.
Cinco minutos del
Espíritu Santo
Agosto 28
Hoy recordamos a San Agustín, y su conversión es un
estímulo para que invoquemos al Espíritu Santo, y con su gracia tratemos de
cambiar lo que haya que cambiar en nuestras vidas.
La vanidad nos lleva a pensar que somos el centro del
universo y que la vida no puede privarnos de ningún placer. Esa misma vanidad
nos lleva a pretender tener a Dios a nuestro servicio, nos hace incapaces de
entregar la vida, y finalmente nos hace probar el sabor amargo de la propia
miseria y del propio vacío. Algo de eso le sucedía a Agustín. Y cuando Agustín
estaba encaminado hacia la conversión, esas viejas experiencias seguían
mostrando su falso atractivo y le sugerían que era imposible vivir sin ellas:
"Lo que me retenía eran bagatelas de bagatelas,
vanidades de vanidades, antiguas amigas mías que me sacudían la vestidura
carnal diciéndome: '¿Así que nos vas a dejar? ¿Desde este momento te privarás
de nosotras por toda la eternidad? ¿Nunca más te será lícito esto y aquello?' Y
así ¡cuántas cosas no me sugerían Señor! Me sentía aún amarrado a ellas y
lanzaba gemidos llenos de miseria: ¿Cuándo, cuándo acabaré de decidirme? ¿Lo
voy a dejar siempre para mañana?" (Confesiones Libro VIII, Capítulos
11-12).
Sin embargo, en Agustín triunfó la potencia del
Espíritu Santo. Así pudo descubrir que no era la humana debilidad la que podía
triunfar, sino el amor que derrama el Espíritu en esa fragilidad. Su conversión
fue una experiencia maravillosa que cambió por completo su existencia. Es más,
podemos oír a este hombre que lo probó todo, lamentándose por haber desgastado
su vida pasada en los vicios y vanidades mundanas. Lo escuchamos quejándose por
no haberse entregado antes: "¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan
nueva! ¡Tarde te amé!" (Confesiones Libro X, Capítulo 27).
Es cierto que los condicionamientos que con
frecuencia nos dominan impiden a la gracia manifestarse plenamente en todas las
dimensiones de nuestra existencia. Pero el testimonio de Agustín nos muestra la
eficacia de la gracia del Espíritu Santo. Esa misma eficacia puede realizarse
con mayor plenitud en nuestras vidas si lo dejamos actuar, y le ofrecemos
nuestra pequeña cooperación.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito
de todos)
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