PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
13 - Número 3747 ~ Miércoles 22 de Agosto de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Bien
dicen que el verdadero dar sucede cuando es tan feliz quien da como quien
recibe, y cuando los confines entre dar y recibir desaparecen.
Quien
da sin esperar nada a cambio, siempre tiene en las manos la flor de la alegría.
Lo
que se hace por amor no se pierde, sino que permanece y se multiplica.
Tengamos
hoy un día de dar... dar... y dar....
¡Buenos días!
El santo de la alegría
Defiende y cultiva la alegría. El sentido del humor
te ayudará a encarar las situaciones estresantes de la vida. Ríe, y tus cargas
serán aliviadas. Ríe, y tu vida se alargará. Ríe cuando más lo necesites. Si
eres capaz de reírte de una situación, por más dolorosa que sea, podrás
superarla.
Donde quiera que san
Felipe Neri llegaba, se formaba un ambiente de fiesta y buen humor. Las gentes
se reían de buena gana. A algunos muy serios les parecía que él debería ser un
poco más mesurado y solemne. Por eso a veces se le llamaba “el bufón de Dios”.
Tuvo siempre el don de la alegría. A él se le atribuye la frase: «Tristeza y
melancolía, fuera de la casa mía». Un
día, una señora rica se presentó delante de Felipe Neri calzada con un par de
zapatos bastante elevados. Cuando le preguntó a Felipe tímidamente, temiendo
una condena o una crítica, si podía andar así de engalanada, el santo se limitó
a decir: «Cuide de no caerse». Y en aquel “caerse” la interlocutora entendió
todo un discurso.
Te sugiero un modo más para mantener la alegría que
sale de adentro: “vive dando gracias a Dios”, como exhortaba san Pablo a los
colosenses. Pues, dar gracias a Dios en toda ocasión te hará experto en
descubrir lo bueno y gratificante que sucede en tu entorno. ¿Cómo no va a vivir
sereno y alegre quien transformó la acción de gracias en una luminosa
costumbre?
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
♥ Primera Lectura: Ez 34, 1-11
♥ Salmo: Sal 22, 1-6
♥ SANTO EVANGELIO: Lc 1, 26-38
El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de
Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre
perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era
María. El ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: “¡Alégrate, llena de
gracia, el Señor está contigo!”. Al oír estas palabras, ella quedó
desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el ángel
le dijo: “No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a
luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y se le llamará Hijo
del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre
la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin”. María dijo al ángel:
“¿Cómo puede ser eso, si yo no convivo con ningún hombre?”. El ángel le
respondió: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra. Por eso el niño será santo y se le llamará Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era
considerada estéril ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada
imposible para Dios”. María dijo entonces: “Yo soy la servidora del Señor, que
se cumpla en mí lo que has dicho”. Y el ángel se alejó.
♥ También puede leerse: Mt 19,23-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os
aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los Cielos. Os lo
repito, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que un rico
entre en el Reino de los Cielos». Al oír esto, los discípulos, llenos de
asombro, decían: «Entonces, ¿quién se podrá salvar?». Jesús, mirándolos
fijamente, dijo: «Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es
posible».
Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo: «Ya lo
ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué recibiremos,
pues?». Jesús les dijo: «Yo os aseguro que vosotros que me habéis seguido, en
la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, os
sentaréis también vosotros en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de
Israel. Y todo aquel que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre,
hijos o hacienda por mi nombre, recibirá el ciento por uno y heredará la vida
eterna. Pero muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros».
Santoral Católico:
Santa María, Reina
Celebramos hoy a María, la madre de Jesucristo y
madre nuestra, glorificada por el Padre como Reina junto a su Hijo. Aunque el
título de Reina se atribuye a María desde antiguo -recuérdese la Salve Regina,
el Regina coeli o las letanías lauretanas- su fiesta fue instituida por Pío XII
en 1954. Desde el año siguiente, la Iglesia la celebraba el 31 de mayo, como
coronación del mes mariano, mientras la Familia franciscana, por especial
concesión pontificia, la celebraba, con misa y oficio propios y bajo el título
de «María Virgen, Reina de la Orden de los Menores», el 15 de diciembre, octava
de la Inmaculada. En la última reforma litúrgica, la celebración se ha
trasladado al 22 de agosto, octava de la Asunción, para subrayar el vínculo de
la realeza de María con su participación especial en la obra de la redención y
en el misterio de la Asunción. Dice el Concilio Vaticano II en su Constitución
dogmática: «María fue asunta a la gloria celestial y fue ensalzada por el Señor
como Reina universal con el fin de que se asemeje de forma más plena a su
Hijo».
Oración: Dios
todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu
Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria
de tus hijos en el reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Catholic.net
Pensamiento del día
“Contemplando a María en la
gloria celestial, comprendemos qua tampoco para nosotros la tierra es una
patria definitiva y que, si vivimos orientados hacia los bienes eternos, un día
compartiremos su misma gloria y así se hace más hermosa también la tierra.[...]
A la derecha de Cristo está asociada de modo singularísimo la Virgen María:
uniendo su sí incondicional al de su Hijo Jesús y haciéndose con él obediente
hasta el sacrificio… Por eso, Dios la exaltó por encima de toda criatura y
Cristo la coronó Reina del cielo y de la tierra” (Benedicto XVI)
Historias:
El herrero
Lynell Waterman cuenta la historia del herrero que,
después de una juventud llena de excesos, decidió entregar su alma a Dios.
Durante muchos años trabajó con ahínco, practicó la caridad, pero, a pesar de
toda su dedicación, nada parecía andar bien en su vida. Muy por el contrario:
sus problemas y sus deudas se acumulaban día a día.
Una hermosa tarde, un amigo que lo visitaba, y que
sentía compasión por su situación difícil, le comentó:
- Realmente es muy extraño que justamente después de
haber decidido volverte un hombre temeroso de Dios, tu vida haya comenzado a
empeorar. No deseo debilitar tu fe, pero a pesar de tus creencias en el mundo
espiritual, nada ha mejorado.
El herrero no respondió enseguida: él ya había
pensado en eso muchas veces, sin entender lo que acontecía con su vida. Sin embargo, como no
deseaba dejar al amigo sin respuesta, comenzó a hablar y terminó por encontrar
la explicación que buscaba. He aquí lo que dijo el herrero:
- "En este taller, yo recibo el acero aún sin
trabajar y debo transformarlo en espadas. ¿Sabes tú como se hace esto? Primero,
caliento la chapa de acero a un calor infernal, hasta que se pone roja.
Enseguida, sin ninguna piedad, tomo el martillo más pesado y le aplico varios
golpes, hasta que la pieza adquiere la forma deseada. Luego la sumerjo en un
balde de agua fría y el taller entero se llena con el ruido del vapor, porque
la pieza estalla y grita a causa del violento cambio de temperatura. Tengo que
repetir este proceso hasta obtener la espada perfecta: una sola vez no es
suficiente".
El herrero hizo una larga pausa, encendió un
cigarrillo y siguió:
- "A veces, el acero que llega a mis manos no
logra soportar este tratamiento. El calor, los martillazos y el agua fría
terminan por llenarlo de rajaduras. En ese momento, me doy cuenta de que jamás
se transformará en una buena hoja de espada. Y entonces, simplemente lo dejo en
la montaña de hierro viejo que ves a la entrada de mi herrería.
Hizo otra pausa más, y el herrero terminó:
-Sé que Dios me está colocando en el fuego de las
aflicciones. Acepto los martillazos que la vida me da, y a veces me siento tan
frío e insensible como el agua que hace sufrir al acero. Pero la única cosa que
pienso es: "Dios mío, no desistas, hasta que yo consiga tomar la forma que
Tú esperas de mí. Inténtalo de la manera que te parezca mejor, por el tiempo
que quieras, pero nunca me pongas en la montaña de hierro viejo de las
almas".
Tu verdad mídela en tu capacidad de dar amor
incondicional a pesar de tu soledad y del vacío del mundo. Que Dios te acompañe
en tu búsqueda.
Nuevo vídeo
Hay
un nuevo vídeo subido al blog
de
"Pequeñas Semillitas" en
internet.
Tema:
MARÍA REINA
Para
verlo tienes que ir al final de esta página
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas”
La oración es una fuerza tan real como la gravitación
terrestre. Hay médicos que han visto hombres y mujeres desquiciados por todo
tipo de terapias, librarse de su enfermedad y de la melancolía, por el sincero
esfuerzo de la oración.
La oración es el único poder del mundo que es capaz
de vencer las llamadas leyes de la naturaleza: a estos resultados así obtenidos
se los llama milagros. Pero un constante y silencioso milagro acontece, de hora
en hora, en los corazones de hombres y mujeres que han descubierto, con
asombro, que la oración los enriquece con una continua corriente de fortaleza
que los sostiene en sus vidas cotidianas.
Adecuadamente comprendida, la oración es una
actividad de personas maduras, indispensable para el completo desarrollo de la
personalidad y la integración final de todas las más profundas facultades del
hombre. Sólo por la oración podemos alcanzar la completa y armoniosa
unificación del cuerpo, mente y espíritu, que le da a la frágil constitución
humana su fortaleza invencible.
Alexis Carrel
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y
martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros
hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el
abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por
los pacientes internados en la Casa de la Bondad en Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer
y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por
los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas
Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por la salud del Padre Santiago
Martín, español, muy conocido por sus homilías en Magníficat.tv, que está
internado en Irlanda por una obstrucción intestinal. Que el Padre celestial le
conceda la gracia de recuperarse a este valioso sacerdote de la Iglesia Católica,
para que sigamos aprendiendo a ser buenos cristianos siguiendo sus sanos y
santos consejos.
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del
Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras
preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de
nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz,
rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia
sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser
abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los
deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin
rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que
tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto
el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias
que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se
hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse
elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la
pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo
nuestro Señor.
Amén
Cinco minutos del
Espíritu Santo
Agosto 22
Es cierto que lo principal es dejarse llevar por el
Espíritu Santo, llenos de confianza. Pero siempre tenemos que recordar que él
nos quiere vivos, y por eso no quiere que anulemos nuestra creatividad y
nuestro empeño. Ni siquiera la oración debería ser algo puramente pasivo.
Porque orar no es solamente dejarse estar en la presencia de Dios.
Si queremos regalarle a Dios lo mejor, y queremos que
nuestro ser entero se encuentre con él, entonces tenemos que estar ahí, con
todo nuestro ser y nuestras capacidades en su presencia, no adormecidos ni
atontados. Si nos relajamos demasiado, la mente se llena de imágenes que nos
desvían la atención hacia otras cosas. Esas imágenes a veces nos llenan de
tristezas o de malos recuerdos. Entonces, cuando termina la oración, nos
encontramos cargados de malas sensaciones.
Dejarse llevar por el Espíritu Santo no es estar
perdidos en una especie de nebulosa. Se trata más bien de una altísima y amable
atención. Es un atento recogimiento donde la persona busca concentrar en Dios
todo su ser.
Lo ideal es que se trate de un momento de vida vivido
a pleno, con todas las capacidades de la persona ofreciéndose activamente a
Dios. Por eso conviene, antes de ir a orar, lavarse la cara y los brazos con
agua fresca para despertarse bien. Quizás sea también necesario dar unos
saltos, flexionar las piernas, mover un poco los brazos, hacer masajes en el
rostro, respirar hondo varias veces, caminar unos minutos, etc. Así el cuerpo y
la mente se disponen para estar despiertos y serenos al mismo tiempo, para
estar vivos ante Dios.
Es verdad que la iniciativa en este encuentro siempre
la toma el Espíritu Santo. Él debe ser el protagonista para que haya verdadera
oración. Pero al mismo tiempo nos invita a responderle con todo nuestro ser.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito
de todos)
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