domingo, 19 de agosto de 2018

Pequeñas Semillitas 3744

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 13 - Número 3744 ~ Domingo 19 de Agosto de 2018
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La Eucaristía es el gran milagro del amor de Dios. Dios ha querido instituirla para ser nuestro alimento y fortaleza.
Por eso dice: «si no coméis de este pan no tendréis vida eterna»; «sin Mí nada podéis hacer». La Eucaristía nos ayuda a vivir “en cristiano”.
Cuando comemos un alimento lo trasformamos en nosotros. Cuando comulgamos Cristo nos trasforma en Él y nos fortalece.
Es admirable el amor que Cristo nos demuestra instituyendo la Eucaristía sabiendo lo solos que iban a estar muchos sagrarios, y los sacrilegios que iba a sufrir.
Seamos muy devotos de la Eucaristía y recibámosla con enorme devoción, recordando lo de San Pablo: «quien la recibe en pecado se traga su propia condenación».
Padre Jorge Loring S. J.

¡Buenos días!

Pedir libertad interior
Quien vive abandonado en el Señor crece en una relación verdaderamente filial con Dios, su Padre; está disponible a todo lo que se presente, su corazón se vuelve simple y libre, tiene facilidad para vivir con humildad de corazón los misterios de la vida, se libera de toda ansiedad por el porvenir incierto: “Será lo que el Padre quiera”, dice con total sumisión.

“Mira, Señor, ese dolor inútil que a veces se apodera de mí. Sufro por el amor que no me dan, por las desilusiones, porque a veces no me comprenden, porque no pude lograr cosas que mi corazón deseaba. Toca esas necesidades y deseos insatisfechos con tu amor, Dios mío, y enséñame a gozar serenamente de tu divina ternura, del fuego de tu amor que nunca me falta. Regálame, Señor, la libertad interior, no dejes que me haga esclavo de mis sensaciones y sentimientos que me enferman y me abruman. Y enséñame a reconocer tu amor en las cosas simples de cada día. Porque siempre tengo el pan de tu ternura. Amén.” (P. Víctor Fernández).

La confianza en el Señor que es abandono en su voluntad, te dejará sereno y tranquilo en las tempestades de la vida, porque te has fiado de Dios que es poderoso, bondadoso y fiel a su Palabra. Él asegura por boca del salmista: “Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor, porque no quedará defraudado”. ¿Qué te parece? Vale la pena.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
Primera Lectura: Prov 9, 1-6

Salmo: Sal 33, 2-3. 10-15

Segunda Lectura: Ef 5, 15-20

SANTO EVANGELIO: Jn 6,51-58
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo». Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre».  

Comentario:
Hoy continuamos con la lectura del ‘Discurso del pan de vida’ que nos ocupa en estos domingos: «Yo soy el pan vivo, bajado del cielo» (Jn 6,51). Tiene una estructura, incluso literaria, muy bien pensada y llena de ricas enseñanzas. ¡Qué bonito sería que los cristianos conociésemos mejor la Sagrada Escritura! Nos encontraríamos con el mismo Misterio de Dios que se nos da como verdadero alimento de nuestras almas, con frecuencia amodorradas y hambrientas de eternidad. Es fantástica esta Palabra Viva, la única Escritura capaz de cambiar los corazones.
Jesucristo, que es Camino, Verdad y Vida, habla de sí mismo diciéndonos que es Pan. Y el pan, como bien sabemos, se hace para comerlo. Y para comer —debemos recordarlo— hay que tener hambre. ¿Cómo podremos entender qué significa, en el fondo, ser cristiano, si hemos perdido el hambre de Dios? Hambre de conocerle, hambre de tratarlo como a un buen Amigo, hambre de darlo a conocer, hambre de compartirlo, como se comparte el pan de la mesa. ¡Qué bella estampa ver al cabeza de familia cortando un buen pan, que antes se ha ganado con el esfuerzo de su trabajo, y lo da a manos llenas a sus hijos! Ahora, pues, es Jesús quien se da como Pan de Vida, y es Él mismo quien da la medida, y quien se da con una generosidad que hace temblar de emoción.
Pan de Vida..., ¿de qué Vida? Está claro que no nos alargará ni un día más nuestra permanencia en esta tierra; en todo caso, nos cambiará la calidad y la hondura de cada instante de nuestros días. Preguntémonos con honestidad: —Y yo, ¿qué vida quiero para mí? Y comparémosla con la orientación real con que vivimos. ¿Es esto lo que querías? ¿No crees que el horizonte puede ser todavía mucho más amplio? Pues mira: mucho más aun que todo lo que podamos imaginar tú y yo juntos... mucho más llena... mucho más hermosa... mucho más... es la Vida de Cristo palpitando en la Eucaristía. Y allí está, esperándonos para ser comido, esperando en la puerta de tu corazón, paciente, ardiente como quien sabe amar. Y después de esto, la Vida eterna: «El que coma este pan vivirá para siempre» (Jn 6,58). —¿Qué más quieres?
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Palabras de San Juan Pablo II
“La Eucaristía es verdadero banquete, en el cual Cristo se ofrece como alimento. Es pregustar el gozo pleno prometido por Cristo. Es verdaderamente un resquicio del cielo que se abre sobre la tierra. La Eucaristía, es, en cierto sentido, anticipación del Paraíso y «prenda de la gloria futura» Quien se alimenta de Cristo en la Eucaristía no tiene que esperar el más allá para recibir la vida eterna: la posee ya en la tierra como primicia de la plenitud futura, que abarcará al hombre en su totalidad”

Predicación del Evangelio:
Vivir con Cristo
 
“Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. Quien come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Como... yo vivo por el Padre, así quien me come también él vivirá por mí” (Jn 6, 55-57)

Jesús había dicho antes de subir al cielo: Yo estoy con vosotros todos los días hasta la consumación del mundo (Mt 28,20). No estaba presente sólo en el recuerdo, como puede estarlo un músico o un poeta en la memoria de sus admiradores. Cristo estaba vivo y se podía hablar con Él en la oración, estaba presente en su Iglesia, en sus sacramentos, especialmente tras el velo de la Eucaristía. ¡Jesús estaba vivo! Pero había que creer. Dirá san Juan al concluir su evangelio: Estas (señales realizadas por Jesús) fueron escritas para que creáis que Jesús es el Mesías, Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre (Jn 20,31).

La vida cristiana consistirá a partir de entonces en vivir «con Él» de una manera personal e intensa. San Pablo sacará esta convicción cuando entre en crisis en su encuentro con Jesús camino de Damasco. Al preguntarle quién era, el Señor le contestó: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues” (Hch 9,5). Jesús afirmaba que Él estaba en cada cristiano: Él era los cristianos a los que Saulo perseguía.

Por eso, una vez convertido al cristianismo, Pablo va a utilizar este lenguaje: “hay que vivir con Cristo y morir con Él, para que, siendo con Él sepultados, con Él resucitar a la vida eterna”. El bautismo es eso.

La vida cristiana es eso: una renuncia, una muerte a la soberbia que, con Cristo, produce ya en esta vida obras de vida eterna. “Si con Él sufrimos, reinaremos con Él, si con Él morimos, viviremos con Él. Para mí, vivir es Cristo” (Fl 1,21) dirá el apóstol. Y así hasta el momento de la muerte, que no será otra cosa que el encuentro definitivo y sin velos con Jesús.

Jesús amoroso, el más fino amante; quiero en todo instante sólo en Ti pensar. Tú eres mi tesoro, tú eres mi alegría; tú eres vida mía, yo te quiero amar.
© Padre Jesús Martínez García

Nuevo vídeo

Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página

Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
   
Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas Semillitas" por e-mail: Si desean recibir los comentarios del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com 
Sólo deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.
  
Agradecimientos 
 
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

 Desde USA nos llega un agradecimiento de nuestra lectora Marité por las oraciones elevadas en favor de la salud de Christopher (de Nueva York), quien por más de un año y medio ha visitado numerosos médicos sin haber recibido de ninguno un diagnóstico exacto. Luego de las oraciones, por primera vez se está encaminando hacia una mejoría considerable en su salud. No está curado aún, pero la mejoría es milagrosa y por eso el agradecimiento a Dios y a todos los que oraron y lo seguirán haciendo por él.

Un agradecimiento por tres personas: Kelley (59 años, Canadá) pues su columna ha mejorado y ahora puede ya moverse y vestirse por sí misma; Carola (75 años, Perú), cuya salud está mejor y el tumor aparentemente encapsulado; y Katia (49 años, Canadá), operada de un tendón de la mano, ha salido bien de la operación y va mejorando día a día. Por todos ellos damos gracias a Dios.

Desde Cuba llega un agradecimiento a la Santísima Virgen, a la Trinidad Santa, y a todos los que oraron por la recuperación de Kevin Yoel, de San José de las Lajas, cuya salud está en franca recuperación.

Desde Costa Rica, Sonia M. Q. agradece al Padre celestial y a todas las personas que rezaron por su viaje de hace unos días, de San Francisco, California a San José, Costa Rica, ya que ha sido enteramente bendecido por Dios.

El autor de esta página (Felipe) expresa su más grande agradecimiento a Dios, y a la Virgen María en sus advocaciones de Lourdes y María Auxiliadora, como así también a la intercesión de San Cayetano, por una gracia especial que le ha sido concedida.

Cinco minutos del Espíritu Santo 
Agosto 19
"Ven Espíritu Santo, y enséñame a escuchar la música de la vida.
Toca mis oídos espirituales para que aprenda a gozar esa canción que tú vas creando con cada cosa que me toca vivir.
Ayúdame a apreciar todos los sonidos, y también los silencios, porque también lo que me parece desagradable, puede convertirse en parte de esa bella canción.
Ven Espíritu Santo, ilumina mi vida, para que no me encierre a llorar lo que me falta y lo que he perdido. No dejes que cierre mi corazón a las cosas nuevas que quieres hacer nacer en mí, ven para que me atreva a tomar ese nuevo camino que me propones, cuando los demás caminos se han perdido.
Enséñame a escuchar con el corazón, para que reconozca que, cuando una nota se apaga, comienza a sonar una nota distinta, comienza a vibrar otra cuerda, y la vida continúa.
Ven Espíritu Santo. Amén."
* Mons. Víctor Manuel Fernández 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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