PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3578 ~ Martes 30 de Enero de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo
Marthe
Robin (1902-1981 fue una mística católica francesa estigmatizada. A los 21 años
sufrió una enfermedad que le hizo permanecer inmovilizada en su lecho hasta su
muerte. Pasó 50 años de su vida alimentándose únicamente con la Eucaristía.
En
una oportunidad ella manifestó para referirse al valor de la oración: “A veces,
envidio a los que tienen la dicha de estudiar la Teología... Pero la oración,
la divina contemplación, ¿no rebasa en mucho en conocimiento, en amor, en
fuerza, los estudios más profundos? La experiencia es más profunda, más
luminosa, más fecunda que la ciencia. Para mí, toda mi teología, toda mi
ciencia, es el amor, ¡la unión de mi alma a Dios por Jesucristo, con la
Santísima Virgen! ¡Ni más ni menos!”
¡Buenos días!
Pequeñas oraciones
La
Reina de la Paz es una excelente maestra de oración en sus mensajes. Hoy
rescata y valoriza esas pequeñas oraciones, con las que puedes unirte al Señor
a lo largo del día. Son como flechazos de amor que envías al corazón de Dios y
que te ayudan a unirte a él en medio de tus actividades cotidianas.
“¡Queridos hijos! Hoy los invito a la oración con el
corazón. Durante este tiempo de gracia yo deseo que cada uno de ustedes esté
unido con Jesús, pero sin la oración incesante ustedes no podrán experimentar
la belleza y la grandeza de la gracia que Dios les ofrece. Por tanto, hijitos,
en todo momento llenen sus corazones incluso con las más pequeñas oraciones. Yo
estoy con ustedes y velo incesantemente por cada corazón que se entrega a mí.
¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”
“Iáculum”,
en latín es “dardo” o cualquier arma arrojadiza; de allí deriva la palabra
“jaculatoria”, que designa esas breves oraciones que enviamos a Dios. Ejemplos:
“Mi Dios y mi todo”, “Señor, ¿qué quieres que haga?”, “Jesús mío, misericordia”,
“Señor mío y Dios mío”, “Señor, aumenta mi fe”. Hoy María, Reina de la Paz, te
recomienda uses jaculatorias.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús pasó de nuevo en la barca a la otra orilla y se aglomeró
junto a Él mucha gente; Él estaba a la orilla del mar. Llega uno de los jefes
de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae a sus pies, y le suplica con
insistencia diciendo: «Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos
sobre ella, para que se salve y viva». Y se fue con él. Le seguía un gran
gentío que le oprimía.
Entonces,
una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que había
sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho
alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo oído lo que se decía de Jesús, se
acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pues decía: «Si logro tocar
aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré». Inmediatamente se le secó la fuente
de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal. Al instante, Jesús,
dándose cuenta de la fuerza que había salido de Él, se volvió entre la gente y
decía: «¿Quién me ha tocado los vestidos?». Sus discípulos le contestaron:
«Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: ‘¿Quién me ha tocado?’». Pero
Él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho. Entonces, la
mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se
postró ante Él y le contó toda la verdad. Él le dijo: «Hija, tu fe te ha
salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad».
Mientras
estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos diciendo: «Tu
hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?». Jesús que oyó lo que habían
dicho, dice al jefe de la sinagoga: «No temas; solamente ten fe». Y no permitió
que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de
Santiago. Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos
que lloraban y otros que daban grandes alaridos. Entra y les dice: «¿Por qué
alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida». Y se burlaban de Él.
Pero Él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la
madre y a los suyos, y entra donde estaba la niña. Y tomando la mano de la
niña, le dice: «Talitá kum», que quiere decir: «Muchacha, a ti te digo,
levántate». La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía
doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor. Y les insistió mucho en que
nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer. (Mc 5,21-43)
Comentario:
Hoy
el Evangelio nos presenta dos milagros de Jesús que nos hablan de la fe de dos
personas bien distintas. Tanto Jairo —uno de los jefes de la sinagoga— como
aquella mujer enferma muestran una gran fe: Jairo está seguro de que Jesús
puede curar a su hija, mientras que aquella buena mujer confía en que un mínimo
de contacto con la ropa de Jesús será suficiente para liberarla de una enfermedad
muy grave. Y Jesús, porque son personas de fe, les concede el favor que habían
ido a buscar.
La
primera fue ella, aquella que pensaba que no era digna de que Jesús le dedicara
tiempo, la que no se atrevía a molestar al Maestro ni a aquellos judíos tan influyentes.
Sin hacer ruido, se acerca y, tocando la borla del manto de Jesús, “arranca” su
curación y ella enseguida lo nota en su cuerpo. Pero Jesús, que sabe lo que ha
pasado, no la quiere dejar marchar sin dirigirle unas palabras: «Hija, tu fe te
ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad» (Mc 5,34).
A
Jairo, Jesús le pide una fe todavía más grande. Como ya Dios había hecho con
Abraham en el Antiguo Testamento, pedirá una fe contra toda esperanza, la fe de
las cosas imposibles. Le comunicaron a Jairo la terrible noticia de que su
hijita acababa de morir. Nos podemos imaginar el gran dolor que le invadiría en
aquel momento, y quizá la tentación de la desesperación. Y Jesús, que lo había
oído, le dice: «No temas, solamente ten fe» (Mc 5,36). Y como aquellos
patriarcas antiguos, creyendo contra toda esperanza, vio cómo Jesús devolvía la
vida a su amada hija.
Dos
grandes lecciones de fe para nosotros. Desde las páginas del Evangelio, Jairo y
la mujer que sufría hemorragias, juntamente con tantos otros, nos hablan de la
necesidad de tener una fe inconmovible. Podemos hacer nuestra aquella bonita
exclamación evangélica: «Creo, Señor, ayuda mi incredulidad» (Mc 9,24).
Rev. D. Francesc PERARNAU i Cañellas (Girona, España)
Santoral Católico:
Santa Jacinta Mariscotti
Terciaria Franciscana
Nació
en Vignanello, cerca de Viterbo (Italia), en 1585, de familia noble. Sus padres
la enviaron a las clarisas, que pronto abandonó. A los 20 años ingresó en el
monasterio de las Franciscanas de la Tercera Orden Regular de Viterbo. Tanto en
el siglo como en el claustro llevó una vida ligera y disipada hasta que, a los
treinta años y a raíz de una grave enfermedad, se convirtió del todo al Señor.
A partir de entonces llevó una vida de gran austeridad y penitencia, y se afanó
en obras de caridad; fundó cofradías para la adoración de la Eucaristía y para
atender a los pobres, enfermos y ancianos. Dios adornó su intensa oración y
contemplación con carismas extraordinarios. Murió en Viterbo el 30 de enero de
1640.
Oración: Oh Dios, que nos has dejado en santa Jacinta
un ejemplo vivo de mortificación y amor a ti, concédenos, por su intercesión,
reconocer nuestros pecados, llorarlos y permanecer en tu amistad. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa
Pensamiento del día
"Cásate con un arqueólogo
y cuanto más vieja te hagas
más encantadora te encontrará"
-Agatha Christie-
Historias:
Alain Delon y la Virgen
Alain
Delon es el gran icono del cine francés del último medio siglo, tras
protagonizar películas como ‘El gatopardo’ (1963), ‘Rocco y sus hermanos’
(1960) y ‘A pleno sol’ (1960), entre muchas otras. A sus 82 años este artista
ha llevado tras de sí una turbulenta vida llena de romances, matrimonios,
separaciones y muchas heridas que arrastra desde niño y que ni el dinero ni la
fama han podido curar.
Ahora
que va viendo la muerte más cara a cara y que muchos de sus amigos y romances
ya no están, Delon se está haciendo preguntas más profundas que le hacen mirar
a Dios, al que ha observado con desconfianza y al que todavía hoy no ha
descubierto de verdad.
Entre
la tristeza y el creer que ya ha hecho todo en esta vida, Alain Delon afirma no
tener miedo a la muerte, de la que habla con total naturalidad en las últimas
entrevistas que ha concedido y donde el cielo también aparece como un horizonte
en el que le gustaría estar
En
una entrevista en Paris Match, y que recoge “Famille Chrétienne”, abre su
corazón y también su mansión, en la que ha construido una capilla y en la que
también ha preparado ya un nicho para cuando llegue el momento de la muerte.
La
Virgen María, su auxilio y consuelo
En
este turbulento viaje que le mantiene en la estrecha línea entre creer y no
creer, la Virgen María es su gran aliada y el gran argumento que un día le
pueda llevar a Dios y por ende al cielo que tanto anhela.
En
la entrevista confiesa que “mi pasión es María porque amo a esta mujer, amo
todo lo que ella hizo. Obviamente, sabemos más acerca de su hijo, pero ¿quién
era realmente? Hablo con María, le digo cosas, le pregunto cosas.
Ella
me da alivio, me da una compañía que no tengo, Ella siempre está allí. Ella me
escucha y me consuela”.
Jesús,
a través de María. La posible conversión de Delon, a sus 82 años, haría casi
con total probabilidad ese camino.
El
divorcio de sus padres que ha marcado su vida
Este
caparazón que tiene Alain Delon con el que ha intentado protegerse proviene de
una infancia difícil de la que habla ahora. En el fondo, resalta la importancia
de la familia unida para los niños, pues aunque su carrera ha sido un éxito y
ha podido tener mucho dinero, asegura que hay cosas que nunca podrá comprar.
Cuando
tenía cuatro años sus padres se divorciaron, lo que le generó un trauma
terrible, puesto que llegó a pasar por un centro de acogida y luego por un
internado antes de que volviese con su madre años después.
“Me
convertí en un objeto vergonzoso, todos hicieron su vida a su manera y yo
estaba en el medio”, confiesa décadas después de que sucediese. Por eso, pese a
los sufrimientos que le ocasionaron asegura que cuando muera tiene una petición
a Dios.
“Nunca
he visto a mi padre y a mi madre juntos, me duele mucho, y cuando llegue al
cielo, sé lo que voy a pedir: ver a mi padre y a mi madre juntos”.
A
Alain Delon nada le ata aquí pero le sigue faltando esa esperanza cristiana, y
que de momento se manifiesta en su vida a través del consuelo que asegura
recibir de la Virgen.
Recientemente,
el actor agregaba que "la vida no me aporta gran cosa. Lo conozco todo y
lo he visto todo. Y además detesto el mundo en el que vivimos. Todo es mentira
y falso. Ya no hay respeto. No se cumple la palabra dada. Solo cuenta el
dinero. ¿Cuántos años me quedan de vida? Puedo llegar a los 90, 92 años. Yo no
decido, es el que está allí arriba".
Pese
a ser el gran referente del cine francés en el último medio siglo, Alain Delon
no ha sido tan reconocido por la industria como sí lo ha sido por el público. Y
esto se ha podido dar debido a que nunca ha callado y no se ha dejado llevar
por la corrección política.
En
2014, por ejemplo, hizo campaña por la lista de ‘Force Vie’ de la exministra
Christine Boutin, retirada recientemente para estudiar Teología. “Niega el
cambio de civilización de hoy, no tengas miedo, con Force Vie, di sí a la
vida”, aseguraba Delon en un vídeo de campaña, defendiendo públicamente la vida
humana.
Pero
más criticado fue por su apoyo a la ‘Manif pour Tous’ manifestándose en contra
de la adopción por parte de parejas homosexuales: "Ya no hay diferencia,
no existe el respeto. Siento decirlo, no tengo nada contra los gays que van
juntos, pero para mí eso va contra la naturaleza. Estamos aquí para amar a una
mujer, para cortejarla. No para ligar o acostarnos con otros tíos". Y
recalcó: “No quiero que adopten”.
© J. Lozano / ReL
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"Juan Pablo II inolvidable"
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Meditaciones
El
joven chileno, Khristian Briones se volvió adicto a las drogas estando en
prisión, antes de ser salvado por el Rosario.
Por
desgracia, un tiempo después de su liberación de la prisión, se sumerge de
nuevo en las drogas. Sin embargo, un día, le da un cigarrillo a alguien que le
responde a manera de agradecimiento: "¡Dios te bendiga! Una oración, un
estímulo que lo convenció para tomar el camino correcto. "Lloré, recé y me
aferré al Rosario, comencé a practicar mi fe", dijo Khristian Briones.
Y
para dar testimonio: "Tengo fe en que Dios existe y que Nuestra Señora
está con nosotros, y ella puede cambiarte. La Virgen me impidió morir, ella me
ayudó a seguir adelante. (...) Dios trabaja conmigo para convertirme en un
mejor cristiano ", explica. Khristian Briones que quiere compartir un
mensaje de esperanza con los presos, a través de "un taller del Rosario
alrededor de cuatro veces a la semana con la catequesis y la misa
incluida", también planea crear una fundación de rehabilitación y
reintegración para prisioneros. El ex delincuente está seguro de que «con la
oración, el objetivo se puede lograr».
(Un minuto con María)
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para Estela S. M., de
México, que fue atropellada por un vehículo y se encuentra ahora en estado muy
delicado de la salud. Que la Virgen de Guadalupe la proteja y Jesús la sane. Amén
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo. Al rezar por la paz, rezamos
por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea
desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser
abortados. Paz para los jóvenes que no
encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido
la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Enero 30
"Ven
Espíritu Santo. Hoy quiero entregarte todo, para vivir con plena libertad
interior, sin aferrarme a nada, sin apegos que me esclavicen. Muchas veces me
hago esclavo de tantas cosas y no soy capaz de renunciar a ellas. Así me lleno
de tristezas e insatisfacciones.
Ven
Espíritu Santo, toca mi corazón y regálame un santo desprendimiento, para que
no pierda la paz cuando no logro conseguir algo, y para que no me angustie
cuando algo se acaba.
Quiero
caminar liviano, sin tanto peso en mis hombros. Quiero respirar libre, sin
estar atado a tantas cosas y personas. Quítame esos apegos, Espíritu de
libertad, para que pueda caminar alegre y sereno.
Amén."
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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