PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3573 ~ Jueves 25 de Enero de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Cuentan
que un campesino cansado de la rutina del campo y de tanto trabajo duro,
decidió vender su finca. Como sabía que su vecino era un destacado poeta, se
decidió a pedirle el favor de que le hiciera el aviso de venta. El poeta
accedió gustosamente y empezó a elaborarlo: El cartel decía: “Vendo un pedacito
de cielo, adornado con bellas flores y verdes árboles, hermosos prados y un
cristalino río con el agua más pura que jamás hayan visto” El poeta tuvo que
marcharse por un tiempo, pero a su regreso decidió visitar a sus nuevos
vecinos, pensando que aquél hombre del aviso de venta ya se había mudado. Cuál
fue su sorpresa al encontrarse otra vez con el campesino trabajando en sus
campos. El poeta le preguntó: ¡Amigo! ¿No se iba de la finca? El campesino con
una sonrisa le respondió: No mi querido vecino, después de leer el aviso que
usted me hizo, comprendí que tenía el lugar más maravilloso de la tierra y que
por ahora no existe otro mejor…
Tú
no necesitas esperar a que venga un poeta para realizar un cartel que diga lo
maravillosa que es tu vida... ¿o sí?
¡Buenos días!
El santo de la alegría
San
Felipe Neri (1515-1595) fue un santo muy simpático. Reunía centenares de niños
desamparados para educarlos y hacerlos buenos cristianos. Estos muchachos en
sus juegos hacían un ruido ensordecedor, pero Felipe sonriente les decía:
"Hagan todo el ruido que quieran, a mí lo único que me interesa es que no
ofendan al Señor. Lo demás no me disgusta".
Donde quiera que san Felipe Neri llegaba, se formaba
un ambiente de fiesta y buen humor. Las gentes se reían de buena gana. A
algunos muy serios les parecía que él debería ser un poco más mesurado y
solemne. Por eso a veces se le llamaba “el bufón de Dios”. Tuvo siempre el don
de la alegría. A él se le atribuye la frase: «Tristeza y melancolía, fuera de
la casa mía». Un día, una señora rica se
presentó delante de Felipe Neri calzada con un par de zapatos bastante
elevados. Cuando le preguntó a Felipe tímidamente, temiendo una condena o una
crítica, si podía andar así de engalanada, el santo se limitó a decir: «Cuide
de no caerse». Y en aquel “caerse” la interlocutora entendió todo un discurso.
La
expresión «Cuide de no caerse» está en la Biblia en 1 Corintios 10, 12, y es un
llamado de atención a los que, con cierta presunción o vanagloria, piensan
hallarse seguros en el camino espiritual, pues también ellos pueden caer, si no
confían humildemente en Dios. Felipe le daba así una buena advertencia a esa
dama. Que el Señor nos arraigue en la humildad.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo: «Id por todo el mundo y
proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se
salvará; el que no crea, se condenará. Éstas son las señales que acompañarán a
los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas,
agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño;
impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien». (Mc 16,15-18)
Comentario:
Hoy,
la Iglesia celebra la fiesta de la Conversión de san Pablo, apóstol. El breve
fragmento del Evangelio según san Marcos recoge una parte del discurso acerca
de la misión que confiere el Señor resucitado. Con la exhortación a predicar
por todo el mundo va unida la tesis de que la fe y el bautismo son requisitos
necesarios para la salvación: «El que crea y sea bautizado, se salvará; el que
no crea, se condenará» (Mc 16,16). Además, Cristo garantiza que a los
predicadores se les dará la facultad de hacer prodigios o milagros que habrán
de apoyar y confirmar su predicación misionera (cf. Mc 16,17-18). La misión es
grande —«Id por todo el mundo»—, pero no faltará el acompañamiento del Señor:
«Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20).
La
oración colecta de hoy, propia de la fiesta, nos dice: «Oh Dios, que con la
predicación del Apóstol san Pablo llevaste a todos los pueblos al conocimiento
de la verdad, concédenos, al celebrar hoy su conversión, que, siguiendo su
ejemplo, caminemos hacia Ti como testigos de tu verdad». Una verdad que Dios
nos ha concedido conocer y que tantas y tantas almas desearían poseer: tenemos
la responsabilidad de transmitir hasta donde podamos este maravilloso
patrimonio.
La
Conversión de san Pablo es un gran acontecimiento: él pasa de perseguidor a
convertido, es decir, a servidor y defensor de la causa de Cristo. Muchas
veces, quizá, también nosotros mismos hacemos de “perseguidores”: como san
Pablo, tenemos que convertirnos de “perseguidores” a servidores y defensores de
Jesucristo.
Con
Santa María, reconozcamos que el Altísimo también se ha fijado en nosotros y
nos ha escogido para participar de la misión sacerdotal y redentora de su Hijo
divino: Regina apostolorum, Reina de
los apóstoles, ¡ruega por nosotros!; haznos valientes para dar testimonio de
nuestra fe cristiana en el mundo que nos toca vivir.
Rev. D. Josep GASSÓ i Lécera (Ripollet, Barcelona,
España)
Santoral Católico:
La Conversión de San Pablo
Saulo
de Tarso, fariseo fanático, discípulo de Gamaliel, fue desde muy joven
perseguidor de la Iglesia naciente. Pero, cuando iba camino de Damasco para
traerse presos a Jerusalén a los cristianos, se le apareció Cristo, lo derribó
del caballo y le dijo: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» Saulo acabó
respondiendo: «¿Señor, qué quieres que haga?» Entró en Damasco y allí lo
bautizó Ananías. Ya convertido, volvió a Jerusalén para conocer a Pedro y luego
marchó a Tarso, donde permaneció hasta que Bernabé fue a buscarlo y lo integró
en la comunidad de Antioquía. Algún tiempo después comenzó su carrera de
Apóstol de las Gentes.
Oración: Señor, Dios nuestro, tú que has instruido a
todos los pueblos con la predicación del apóstol san Pablo, concede a cuantos
celebramos su conversión caminar hacia ti, siguiendo su ejemplo, y ser ante el
mundo testigos de tu verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa
Pensamiento del día
"Sé que nada bueno hay en mí, es decir, en mi
carne. En efecto, el deseo de hacer el bien está a mi alcance, pero no el
realizarlo. Y así, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Pero
cuando hago lo que no quiero, no soy yo quien lo hace, sino el pecado que
reside en mí. Queriendo hacer el bien, se me presenta el mal. Pero observo que
hay en mis miembros otra ley que lucha contra la ley de mi razón y me ata a la
ley del pecado que está en mis miembros. ¡Ay de mí! ¿Quién podrá librarme de
este cuerpo que me lleva a la muerte? (San Pablo: Rm 7,18-21.23)"
Tema del día:
Diferencia entre Apóstol y Discípulo
En
el cristianismo, las palabras ‘apóstol’ y ‘discípulo’ a menudo se usan
indistintamente, pero lo cierto es que hacen referencia a realidades
diferentes. Aunque a primera vista las palabras pueden confundirse con
facilidad, después de aprender sus definiciones, la distinción es clara.
La
palabra ‘apóstol’ deriva del griego apostello, que significa ‘enviar’.
Aunque apenas se usa en el Antiguo Testamento, sí se puede encontrar al menos
80 veces en el Nuevo Testamento. Según la Enciclopedia Católica, es probable
que Jesús usara originalmente la palabra aramea seliah, que describe a “quienes
eran enviados desde la ciudad madre por los gobernantes en alguna misión al
extranjero, especialmente aquellos que estaban encargados de recoger los
tributos que se pagaban para el servicio del templo”.
Un
apóstol es alguien que es “enviado” por Dios para predicar el Evangelio por las
naciones. Durante muchos siglos, la palabra se empleó exclusivamente para
identificar a los 12 apóstoles que fueron enviados por el mundo por Jesús. De
forma similar, san Pablo a menudo es llamado “apóstol” debido a su encargo
divino recibido de Jesús.
Desde
entonces, la palabra se usa a veces para grandes santos que fueron “apóstoles”,
enviados de Dios para una misión específica. Por ejemplo, san Bonifacio es
conocido como el “apóstol de los germanos”, debido a su obra misionera entre
dicho pueblo. Aunque no fue encargado directamente por Jesús, sí siguió la
inspiración divina para extender el cristianismo.
En
cambio, la palabra ‘discípulo’
deriva del latín discipulus, que
significa ‘estudiante’ o ‘pupilo’. Al igual que la palabra ‘apóstol’, se usa
casi exclusivamente en el Nuevo Testamento. Normalmente designa a los muchos
“estudiantes” que rodeaban a Jesús y aprendían con entusiasmo sus múltiples
enseñanzas.
En
este contexto, un discípulo de Jesús no es necesariamente alguien que es
“enviado” a predicar el Evangelio por el mundo, sino una persona que está en
aprendizaje constante de lo que significa ser cristiano.
© Philip Kosloski
Meditaciones
Parece
curioso que una oración tan sencilla como el Rosario sea particularmente
asociada a los dominicos. Pensamos raramente en los dominicanos como en
personas sencillas. Tenemos la reputación de escribir obras teológicas largas y
complejas. Sin embargo, hemos luchado para conservar el Rosario. Es nuestra
santa herencia. (…)
Pero
¿por qué esta oración sencilla es tan amada por los dominicos? Probablemente
porque en el corazón de nuestra tradición teológica reside una aspiración a la
sencillez. Santo Tomás de Aquino decía que no podemos comprender a Dios por que
Dios es perfectamente sencillo. (…)
Hay
una sencillez falsa de la que nos tenemos que deshacer. Es la simplificación de
aquellos que tienen siempre una respuesta fácil a todo, que saben todo por
adelantado; o son muy perezosos o son incapaces de pensar. Hay una verdadera
sencillez, la del corazón, la de la visión clara. Y nosotros sólo podemos
acceder poco a poco con la gracia de Dios, acercándonos a la cegadora sencillez
de Dios.
El
Rosario es sencillo, en efecto, bien sencillo. Pero de una sencillez sabia y
profunda a la que aspiramos y en la cual encontraremos la paz.
(Fr. Timothy Radcliffe, OP)
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por las siguientes intenciones de personas de México: Betty S., pues la recuperación del
derrame cerebral que tuvo va muy lenta y ella está deprimida; Elvia M., tuvo un infarto y está en
espera de sus estudios y recuperación; Quintila
T., la operan de la cadera, que Dios guíe a los médicos para que salga con
bien; Elia G., tuvo un procedimiento
en el ojo izquierdo para protección de la retina y la mácula con éxito; Fuensanta G., tiene exámenes de
cardiología; por el eterno descanso del Sr.
Miguel; y por la salud de Graciela R.,
para que por el golpe tan fuerte que sufrió pronto su cerebro esté
completamente desinflamado. Todo esto te lo pedimos Señor.
Pedimos
oración para Sandra T., de Colombia,
quien se encuentra embarazada de cinco meses, de alto riesgo, y le han
diagnosticado una posible malformación en el bebé, con posibilidades de “abortar
terapéuticamente'”, según sea la recomendación médica. Seguros que con la
intercesión de San Ramón Nonato, guiado por nuestra Madre, la Virgen Santísima,
se hará la Santa Voluntad del Señor, siempre implorando porque todo salga bien
para ella y su bebe, pues estamos convencidos que para Dios no hay nada
imposible.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo. Al rezar por la paz, rezamos
por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea
desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser
abortados. Paz para los jóvenes que no
encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la
dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Enero 25
Hoy
la Iglesia celebra la fiesta de la conversión de San Pablo. Esa conversión
maravillosa ciertamente fue obra del Espíritu Santo, porque sin él un corazón
cerrado no puede abrirse. Además, el Espíritu Santo impulsó a San Pablo a
predicar el Evangelio con gran entusiasmo.
La
predicación del Evangelio está al servicio de un mundo nuevo. Cuando esa
predicación es entusiasta, convencida, valiente, confiada, entonces el poder de
Jesucristo se manifiesta de maneras variadas, transformando la vida de las
personas y de la sociedad.
Si
hay un modelo de lo que significa una predicación con poder, ése es San Pablo.
Su fervorosa misión apostólica es un modelo del entusiasmo que derrama el
Espíritu Santo. Vale la pena leer la descripción que él mismo hace en 2
Corintios 11,26. El libro de los Hechos recoge las tradiciones que se habían
difundido sobre los prodigios "poco comunes" que Jesús hacía a través
de Pablo (Hechos 19,11-12). Y concluye: "Así, por el poder del Señor, la
Palabra se difundía y se afianzaba" (Hechos 19,20).
Recordando
a San Pablo, pidamos al Espíritu Santo que nos ayude para que podamos
convertirnos más profundamente y también para que no desgastemos inútilmente
nuestras energías y vivamos con ese entusiasmo que experimentó San Pablo.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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