PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3555 ~ Domingo 7 de Enero de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La
narración de san Marcos es la más corta. Da menos detalles que los otros evangelistas
pero se atiene a lo esencial. Para nosotros, esta Palabra de Dios es siempre
viva. La primera vez que la escuchamos, fue también el día de nuestro bautismo,
cuando el Padre nos llamó por nuestro nombre.
En
san Marcos, Jesús oye la misma llamada. Ve al cielo abrirse y al Espíritu Santo
que baja sobre él. A pesar de una opinión extendida, la salvación de la
humanidad no reside sólo en la prolongación de nuestras previsiones y de
nuestros esfuerzos. Jesús recibe la fuerza del Espíritu. Luego oye la voz del
Padre: “Tú eres mi Hijo muy amado, estoy muy contento de ti.”
Así,
el día de su bautismo, Jesús es llamado por el Padre. Recibe de él su vocación
de hombre. Cumplirá la misión que algunos profetas han cantado, sin omitir ni
el poder divino que se expresará en la compasión y en las curaciones, ni la
convocación del Reino, ni el rescate de la humanidad que deberá pasar por su
proyecto personal en la humillación y muerte en la cruz. Es la misión que el
Hijo muy amado acepta libremente de su Padre hoy.
© Padre Felipe Santos SDB
¡Buenos días!
Atiman: una historia de amor
En
una familia muy pobre de África negra sufrían mucho por el hambre y las
enfermedades. Uno de los hijos, Atiman, fue raptado por unos negreros árabes,
que lo llevaron muy lejos. Lo maltrataban sin piedad, lo obligaban a trabajos
forzados. Su vida era muy triste y sin esperanzas. Creía que Dios lo había
abandonado. Pero Dios siempre vela sobre sus hijos queridos y escribe derecho
con renglones torcidos.
Sus dueños lo vendieron como esclavo en el mercado
público. Unos misioneros católicos lo compraron para darle la libertad. Su vida
cambió: ahora era libre y podía reír, cantar y alegrarse con los demás. Los
misioneros le enseñaron nuestra fe y comenzó a creer en el amor y en el poder
de Dios. Y era feliz. Como era inteligente, le pagaron sus estudios y, después
de varios años, se diplomó en Medicina. Era doctor en Medicina, nunca lo
hubiera imaginado en su tribu. En 1888 entregó su vida al servicio de los demás
y trabajó como médico en los lugares más apartados para servir a los pobres. Se
fue con los misioneros a orillas del lago Tanganica.
Era
el único médico en un inmenso territorio. Sólo Dios sabe cuántos fueron sanados
y bendecidos por él durante 70 años ininterrumpidos, junto a los enfermos como
un padre con sus hijos. Se ganó la estima y el cariño de todos y murió cargado
de días y de amor en 1956. Quizás algún día lo tengamos en el catálogo de los
santos.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, predicaba Juan diciendo: «Detrás de mí viene el que es más fuerte
que yo; y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias.
Yo os he bautizado con agua, pero Él os bautizará con Espíritu Santo». Y
sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue
bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto salió del agua vio que los cielos se
rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a Él. Y se oyó una voz
que venía de los cielos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco». (Mc 1,7-11)
Comentario:
Hoy,
solemnidad del Bautismo del Señor, termina el ciclo de las fiestas de Navidad.
Dice el Evangelio que Juan se había presentado en el desierto y «predicaba un
bautismo de conversión para el perdón de los pecados» (Mc 1,4). La gente iba a
escucharlo, confesaban sus pecados y se hacían bautizar por él en el río
Jordán. Y entre aquellas gentes se presentó también Jesús para ser bautizado.
En
las fiestas de Navidad hemos visto como Jesús se manifestaba a los pastores y a
los magos que, llegando desde Oriente, lo adoraron y le ofrecieron sus dones.
De hecho, la venida de Jesús al mundo es para manifestar el amor de Dios que
nos salva.
Y
allí, en el Jordán, se produjo una nueva manifestación de la divinidad de Jesús:
el cielo se abrió y el Espíritu Santo, en forma de paloma descendía hacia Él y
se oyó la voz del Padre: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco» (Mc 1,11).
Es el Padre del cielo en este caso y el Espíritu Santo quienes lo manifiestan.
Es Dios mismo que nos revela quién es Jesús, su Hijo amado.
Pero
no era una revelación sólo para Juan y los judíos. Era también para nosotros.
El mismo Jesús, el Hijo amado del Padre, manifestado a los judíos en el Jordán,
se manifiesta continuamente a nosotros cada día. En la Iglesia, en la oración,
en los hermanos, en el Bautismo que hemos recibido y que nos ha hecho hijos del
mismo Padre.
Preguntémonos,
pues: —¿Reconozco su presencia, su amor en mi vida? —¿Vivo una verdadera
relación de amor filial con Dios? Dice el Papa Francisco: «Lo que Dios quiere
del hombre es una relación “papá-hijo”, acariciarlo, y le dice: ‘Yo estoy
contigo’».
También
a nosotros el Padre del cielo, en medio de nuestras luchas y dificultades, nos
dice: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco».
Mons. Salvador CRISTAU i Coll Obispo Auxiliar de
Terrassa (Barcelona, España)
Palabras de San Juan Pablo II
Durante
el bautismo de Jesús en el Jordán “se abrió el cielo” (Lc 3, 21). En otro
tiempo el profeta Isaías había dirigido a Dios la invocación: “¡Ah, si
rompieses los cielos y descendieses!” (Is 63, 19). Ahora Dios parecía responder
a ese grito, escuchar esa oración, precisamente en el momento del bautismo.
Aquel “abrirse” del cielo está ligado a la venida del Espíritu Santo sobre
Cristo en forma de paloma. Es un signo visible de que la oración del profeta
era escuchada, y de que su profecía se estaba cumpliendo; ese signo venía
acompañado por una voz del cielo: “Y se oyó una voz que venía de los cielos:
‘Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco’” (Mc 1, 11; Lc 3, 22). El signo
toca, por tanto, la vista (con la paloma) y el oído (con la voz) de los
privilegiados beneficiarios de aquella extraordinaria experiencia sobrenatural
[...] La paloma, en el simbolismo bautismal, va unida al agua y, según algunos
Padres de la Iglesia, evoca lo que sucedió al fin del diluvio, interpretado
también él como figura del bautismo cristiano. Leemos en el libro del Génesis:
(Noé) “volvió a soltar la paloma fuera del arca. La paloma vino al atardecer, y
he aquí que traía en el pico un ramo de olivo, por donde conoció Noé que habían
disminuido las aguas de encima de la tierra” (Gn 8, 10-11). El símbolo de la
paloma indica el perdón de los pecados, la reconciliación con Dios y la
renovación de la Alianza. Y es eso lo que halla su pleno cumplimiento en la era
mesiánica, por obra de Cristo redentor y del Espíritu Santo.
Predicación del Evangelio:
El Espíritu de Jesús
Jesús
apareció en Galilea cuando el pueblo judío vivía una profunda crisis religiosa.
Llevaban mucho tiempo sintiendo la lejanía de Dios. Los cielos estaban
"cerrados". Una especie de muro invisible parecía impedir la
comunicación de Dios con su pueblo. Nadie era capaz de escuchar su voz. Ya no
había profetas. Nadie hablaba impulsado por su Espíritu.
Lo
más duro era esa sensación de que Dios los había olvidado. Ya no le preocupaban
los problemas de Israel. ¿Por qué permanecía oculto? ¿Por qué estaba tan lejos?
Seguramente muchos recordaban la ardiente oración de un antiguo profeta que
rezaba así a Dios: "Ojalá rasgaras el cielo y bajases".
Los
primeros que escucharon el evangelio de Marcos tuvieron que quedar
sorprendidos. Según su relato, al salir de las aguas del Jordán, después de ser
bautizado, Jesús «vio rasgarse el cielo» y experimentó que «el Espíritu de Dios
bajaba sobre él». Por fin era posible el encuentro con Dios. Sobre la tierra
caminaba un hombre lleno del Espíritu de Dios. Se llamaba Jesús y venía de
Nazaret.
Ese
Espíritu que desciende sobre él es el aliento de Dios que crea la vida, la
fuerza que renueva y cura a los vivientes, el amor que lo transforma todo. Por
eso Jesús se dedica a liberar la vida, a curarla y hacerla más humana. Los
primeros cristianos no quisieron ser confundidos con los discípulos del
Bautista. Ellos se sentían bautizados por Jesús con su Espíritu.
Sin
ese Espíritu todo se apaga en el cristianismo. La confianza en Dios desaparece.
La fe se debilita. Jesús queda reducido a un personaje del pasado, el Evangelio
se convierte en letra muerta. El amor se enfría y la Iglesia no pasa de ser una
institución religiosa más.
Sin
el Espíritu de Jesús, la libertad se ahoga, la alegría se apaga, la celebración
se convierte en costumbre, la comunión se resquebraja. Sin el Espíritu la
misión se olvida, la esperanza muere, los miedos crecen, el seguimiento a Jesús
termina en mediocridad religiosa.
Nuestro
mayor problema es el olvido de Jesús y el descuido de su Espíritu. Es un error
pretender lograr con organización, trabajo, devociones o estrategias diversas
lo que solo puede nacer del Espíritu. Hemos de volver a la raíz, recuperar el
Evangelio en toda su frescura y verdad, bautizarnos con el Espíritu de Jesús.
No
nos hemos de engañar. Si no nos dejamos reavivar y recrear por ese Espíritu,
los cristianos no tenemos nada importante que aportar a la sociedad actual tan
vacía de interioridad, tan incapacitada para el amor solidario y tan necesitada
de esperanza.
© Padre José Antonio Pagola
Nuevo vídeo
Hay
un nuevo vídeo subido al blog
de
"Pequeñas Semillitas" en
internet.
Para
verlo tienes que ir al final de esta página
Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
Formulo
el siguiente ofrecimiento únicamente
para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas
Semillitas" por e-mail: Si desean recibir los comentarios del Evangelio
del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de
preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales sobre la
Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com
Sólo
deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia
y a qué comunidad religiosa pertenecen.
Agradecimientos
Imaginemos
que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las
oraciones de las personas en la tierra:
Una
es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que
atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que
llegan en todo momento.
La
otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y
en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega
ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde
esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por
semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina:
agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros
pedidos de oración.
♡ Desde Asunción, Paraguay, llega un agradecimiento a Dios y
a todas las personas que rezaron por la niña Fiorella Jazmín, de 7 años de edad, por la que pedíamos hace unos
veinte días ya que debía ser operada de un tumor. La cirugía se realizó con
todo éxito, y por ese motivo ahora damos gracias a Dios.
♡ Desde
Maryland, USA, nuestra lectora Marta
Valladares escribe y dice: “...darle gracias a Dios, a nuestro Senior Jesus
y a la Virgencita, por permitirnos cumplir 48 años de aniversario de bodas el
pasado miércoles. Gracias por todas las bendiciones y las lecciones aprendidas
en momentos oscuros, que con la ayuda de Dios hemos salido adelante. También
gracias a usted y su equipo de “Pequeñas Semillitas”, por todos los mensajes
recibidos, con los cuales hemos crecido en la fe y estamos más unidos a Dios”
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Enero 7
Repitamos
esta oración varias veces, lentamente, hasta que sintamos cómo el Espíritu Santo
toca con su amor nuestro interior:
"¡Oh llama de amor viva
que tiernamente hieres
el más profundo centro de mi alma,
tú que no eres esquiva
acaba ya si quieres,
rompe la tela
de este dulce encuentro!"
(San
Juan de la Cruz)
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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