PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3577 ~ Lunes 29 de Enero de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Los
cambios son parte de la existencia; si no cambiáramos, no viviríamos. Y, sin
embargo, nos resistimos a ellos aunque sean por nuestro bien.
¿Por
qué nos cuesta tanto afrontarlos? La respuesta es que en todo cambio dejamos
algo atrás. Y eso duele, pero también libera: sin ataduras al pasado, podemos
decidir de nuevo cómo queremos ser.
En
los cambios está la oportunidad de corregir errores, de rectificar caminos
equivocados, de encontrar el rumbo adecuado a nuestras buenas metas.
Por
eso, pidamos ayuda a Jesús, que es luz y es camino... Tengamos ánimo y coraje
para asumir todos los cambios necesarios para hacer de nuestra vida algo que
merezca ser vivido...
¡Buenos días!
Don Bosco te anima
Entre
los múltiples talentos que tuvo san Juan Bosco está el de escritor. Por varios
años cada mes producía un opúsculo popular para una colección llamada “Lecturas
católicas”. Se empeñó en redactar con estilo sencillo y claro para que
cualquiera pudiera entender fácilmente. Con ese fin leía los borradores a su
madre Margarita, y corregía toda palabra que no comprendiera. He aquí algunos
pensamientos simples pero luminosos de este admirable santo.
La vida es demasiado corta. Hay que hacer de prisa lo
poco que se pueda, antes que nos sorprenda la muerte. Los ociosos, al final de
la vida, experimentarán grandes remordimientos por el tiempo perdido. Las
espinas de la vida serán las flores de la eternidad. A la hora de la muerte se
ven las cosas desde otro punto de vista. ¿Quieres llevar contigo el dinero a la
eternidad? Da limosna a los pobres. Hagamos el bien que podamos y no aguardemos
la recompensa del mundo, sino solamente de Dios. Un trocito de paraíso lo
arregla todo.
Como
los santos, Don Bosco vivió en la tierra sumergido en múltiples tareas y
aspiraciones, en especial buscaba la promoción de los jóvenes humildes a una
vida más digna; pero se notaba siempre que su corazón estaba en la eternidad,
en los bienes celestiales que pagarían con creces su trabajo incansable y dedicación
total a sus queridos jóvenes.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron al otro lado del mar, a la región
de los gerasenos. Apenas saltó de la barca, vino a su encuentro, de entre los
sepulcros, un hombre con espíritu inmundo que moraba en los sepulcros y a quien
nadie podía ya tenerle atado ni siquiera con cadenas, pues muchas veces le
habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado
los grillos, y nadie podía dominarle. Y siempre, noche y día, andaba entre los
sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras. Al ver de
lejos a Jesús, corrió y se postró ante Él y gritó con gran voz: «¿Qué tengo yo
contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me
atormentes». Es que Él le había dicho: «Espíritu inmundo, sal de este hombre».
Y le preguntó: «¿Cuál es tu nombre?». Le contesta: «Mi nombre es Legión, porque
somos muchos». Y le suplicaba con insistencia que no los echara fuera de la
región.
Había
allí una gran piara de puercos que pacían al pie del monte; y le suplicaron:
«Envíanos a los puercos para que entremos en ellos». Y se lo permitió. Entonces
los espíritus inmundos salieron y entraron en los puercos, y la piara -unos dos
mil- se arrojó al mar de lo alto del precipicio y se fueron ahogando en el mar.
Los porqueros huyeron y lo contaron por la ciudad y por las aldeas; y salió la
gente a ver qué era lo que había ocurrido. Llegan donde Jesús y ven al
endemoniado, al que había tenido la Legión, sentado, vestido y en su sano
juicio, y se llenaron de temor. Los que lo habían visto les contaron lo
ocurrido al endemoniado y lo de los puercos. Entonces comenzaron a rogarle que
se alejara de su término.
Y
al subir a la barca, el que había estado endemoniado le pedía estar con Él.
Pero no se lo concedió, sino que le dijo: «Vete a tu casa, donde los tuyos, y
cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti». Él
se fue y empezó a proclamar por la Decápolis todo lo que Jesús había hecho con
él, y todos quedaban maravillados. (Mc 5,1-20)
Comentario:
Hoy
encontramos un fragmento del Evangelio que puede provocar la sonrisa a más de
uno. Imaginarse unos dos mil puercos precipitándose monte abajo, no deja de ser
una imagen un poco cómica. Pero la verdad es que a aquellos porqueros no les
hizo ninguna gracia, se enfadaron mucho y le pidieron a Jesús que se marchara
de su territorio.
La
actitud de los porqueros, aunque humanamente podría parecer lógica, no deja de
ser francamente recriminable: preferirían haber salvado sus cerdos antes que la
curación del endemoniado. Es decir, antes los bienes materiales, que nos
proporcionan dinero y bienestar, que la vida en dignidad de un hombre que no es
de los “nuestros”. Porque el que estaba poseído por un espíritu maligno sólo
era una persona que «siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los
montes, dando gritos e hiriéndose con piedras» (Mc 5,5).
Nosotros
tenemos muchas veces este peligro de aferrarnos a aquello que es nuestro, y
desesperarnos cuando perdemos aquello que sólo es material. Así, por ejemplo,
el campesino se desespera cuando pierde una cosecha incluso cuando la tiene
asegurada, o el jugador de bolsa hace lo mismo cuando sus acciones pierden
parte de su valor. En cambio, muy pocos se desesperan viendo el hambre o la
precariedad de tantos seres humanos, algunos de los cuales viven a nuestro
lado.
Jesús
siempre puso por delante a las personas, incluso antes que las leyes y los
poderosos de su tiempo. Pero nosotros, demasiadas veces, pensamos sólo en
nosotros mismos y en aquello que creemos que nos procura felicidad, aunque el
egoísmo nunca trae felicidad. Como diría el obispo brasileño Helder Cámara: «El
egoísmo es la fuente más infalible de infelicidad para uno mismo y para los que
le rodean».
Rev. D. Ramon Octavi SÁNCHEZ i Valero (Viladecans,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Sulpicio Severo
Obispo
Fue obispo de Bourges, en Aquitania, y senador de las Galias. San Gregorio de
Tours lo alabó por su sabiduría, su celo pastoral y su diligencia en restaurar
la disciplina. Murió en su sede episcopal el año 591.
© Directorio Franciscano
Pensamiento del día
“La razón más alta de la dignidad humana
consiste en la vocación del hombre a la unión con
Dios.
Desde su mismo nacimiento el hombre es invitado al
diálogo con Dios”
Beato Pablo VI
Tema del día:
Te amo, por eso te corrijo
El
fin de la corrección fraterna es
reparar la relación que ese ser querido ha roto con Dios. La corrección
fraterna es un acto de caridad. Es un medio formativo evangélico, pero no por
eso compete practicarlo solo a los creyentes. No, esto es una obligación -y
derecho- de todo aquel que ama y que busca el bien de sus semejantes.
Es
decir, corregimos -y se nos debe corregir- como fruto de un profundo amor hacia
el alma de la persona y, aún más importante, amor hacia “La Verdad”. Por lo tanto,
hay que hacer de la corrección fraterna una herramienta de justicia -Virtud
Cardinal- para crecer en el amor.
Cuando
nos viene esa inspiración interior de querer corregir al prójimo es porque ya
hemos observado repetidamente que tiene algún comportamiento desordenado que no
conviene a su persona. No se le está condenando, al contrario, le amamos tanto
que deseamos que sienta la plenitud del amor de Dios.
La
corrección fraterna tiene sus reglas las cuales son básicas tomar en cuenta
para que la persona a la que deseamos hacerle saber nuestro amor por medio de
nuestra observación se sienta abrazada por nuestro cariño y compasión y no
atacada o juzgada negativamente.
Antes
de hacer una corrección fraterna:
-
Hacer oración, sacrificio y penitencia por la persona que se desea corregir y
por esa intención. Antes de confrontar a la persona es importante hacer oración
y hablar a Dios acerca de ella. Él nos dirá qué y cómo decir las cosas. Dios es
quien cambiará el corazón de la otra persona y no lo que nosotros le digamos.
Es decir, Dios dispondrá su actitud y su corazón para escuchar lo que Él le
quiere decir a través de nosotros. También es importante poner en práctica
nuestro juicio moral -habilidad de razonar correctamente sobre lo que debe
hacerse en una situación específica-. Este juicio nos ayuda a tomar decisiones
y juicios de valor sobre lo que está bien o sobre lo que está mal.
-
Consultar la corrección con alguien que sea respetable, que tenga peso moral y
que nos ayude a ver las cosas de una forma imparcial y a discernir las razones
que nos llevan a dicha corrección. Se trata de pedir ayuda para tomar en cuenta
de una forma sincera nuestra lucha personal precisamente en ese aspecto que
deseamos corregir porque a veces podemos estar obstinados con el mismo defecto.
Repito, corregimos -no lo que nos molesta de forma personal-, sino lo que tiene
en riesgo el alma de nuestros semejantes.
Al
hacer la corrección fraterna. Una vez que ya están en acción las armas
espirituales sigue el paso que más trabajo cuesta: llevar a cabo la corrección.
-
Hacerlo en tiempo y forma prudente. No cuando yo quiera o por un mero capricho
personal, sino cuando observe que todo está alineado para hacerlo. No hay que
desesperarse porque puede tomar tiempo. El chiste es no retrasarlo o dejarla de
hacer por cobardía. Recordemos que lo que está en riesgo es el alma.
-
Soltar el miedo de lastimar a la persona. Si no corregimos, entonces lastimamos
y no estamos amando. De verdad, cuesta más trabajo hacer una corrección que
recibirla. Por lo mismo siempre hay que recordar que la corrección fraterna no
es para humillar a nadie ni para demostrar que estamos en lo correcto o que
somos buenos; no estamos juzgando a su persona, sino ayudándole a que modifique
su actuar y que -haciendo uso de su libre albedrío- corrija aquello que le
puede estar restando dignidad.
-
Corregir en privado -uno a uno- y jamás, bajo ninguna circunstancia mostrar al
mundo los defectos del prójimo. El hecho de que se consulte una corrección
fraterna es una medida de prudencia y caridad y nunca su fin será exponer las
debilidades de nadie.
-
Hablar de una forma amorosa. Cuidemos que cada palabra que digamos vaya llena
de caridad. Que cada frase que pronunciemos le hagamos sentir nuestro amor y
que solo buscamos su bien. Si la persona no siente amor y se siente juzgada de
inmediato se cerrará a escucharnos.
Repito:
nunca se corrige “porque a mí me moleste” lo que alguien dice o hace, sino
porque su alma y bienestar están en riesgo. Si la persona se siente verdaderamente
amada por nosotros aceptará la sugerencia de una forma más amable porque tendrá
la certeza de que viene de alguien que le ama incondicionalmente y solo busca
su bien.
Como
decía San Agustín: “Debemos corregir por amor; no con deseo de hacer daño, sino
con la cariñosa intención de lograr su enmienda”.
© Luz Ivonne Ream
Meditaciones
¿Cómo
dejarte ser sólo Tú mismo, sin reducirte, sin manipularte?
¿Cómo,
creyendo en Ti, no proclamarte igual, mayor, mejor que el Cristianismo?
Cosechador
de riesgos y de dudas, develador de todos los poderes.
Tu
carne y Tu verdad en cruz, desnudas, contradicción y paz... ¡Eres quien eres!
Jesús
de Nazaret, hijo y hermano, viviente en Dios y pan en nuestra mano, camino y
compañero de jornada,
Libertador
total de nuestras vidas que vienes, junto al mar, con la alborada, las brasas y
las llagas encendidas.
Pedro Casaldáliga
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por el eterno descanso en el cielo del alma de Sergio Cardona Ortiz, de Colombia, al cumplirse hoy 36 años de su
fallecimiento a la temprana edad de 18 años.
Pedimos
oración para Raúl Luis P., de
Córdoba, Argentina, cursando el pos operatorio de una afección intestinal, con
algunas complicaciones. Que por la intercesión del Santo Cura Brochero y la
maternal ayuda de la Virgen del Valle, Dios le conceda la gracia de una plena
recuperación de su salud.
Pedimos
oración por las necesidades especiales del W. Que Jesús atienda con justicia su problema y la Santísima
Virgen acompañe y fortalezca a su familia en la espera.
Pedimos oración para Francisco C., de México, que tiene
tumores en el hígado, rogando al Señor que sean benignos y que pronto esté
bien.
Pedimos
oración para Nikole P., de
California, que está embarazada de una niña (Isabella) que vendrá al mundo en marzo, si Dios lo permite. La mamá
vive una situación matrimonial complicada en lo legal por lo que la ponemos en
oración para que todo pueda encaminarse de la mejor manera y esos problemas no
influyan negativamente en su situación y la de su beba por nacer.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo. Al rezar por la paz, rezamos
por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea
desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser
abortados. Paz para los jóvenes que no
encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido
la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Enero 29
En
la encíclica "Dominum et
Vivificantem" (57), Juan Pablo II invita a invocar al Espíritu que da
la vida, para poder enfrentar los signos de muerte y las tentaciones de muerte
que hay en el mundo actual.
Hay
variadas maneras de elegir la muerte: los excesos, la venganza, la melancolía,
el encierro, evadirse con la televisión, con internet, y muchas formas más.
Sería
bueno preguntarme qué formas de muerte se han ido metiendo en mi vida, qué
esclavitudes me han ido ahogando y no me permiten sentirme realmente alegre,
feliz, vivo.
En
un momento de oración ruego al Espíritu que entre en esos sectores oscuros y
enfermos de mi existencia, le entrego esos lugares de mi ser y de mi vida
cotidiana, y trato de liberarme para siempre de esos falsos dioses que no me
dan la vida, sino que me la consumen inútilmente.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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