PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3552 ~ Jueves 4 de Enero de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Señor,
gracias por estar en mi primer pensamiento de la mañana. Quiero entregarte hoy
todos mis miedos, preocupaciones, dolores y confusiones, porque sé que sólo
pueden encontrar sanación en Ti. Gracias, porque sé que siempre estarás conmigo
y me ayudarás a que todo me salga bien y harás que todas las dificultades y
todos los problemas sean auténticos trampolines que me impulsen a lograr mis
objetivos. Te suplico que seas el escudo que no permita que los malos deseos,
palabras destructivas o las acciones de aquellos que no me quieren, me hagan
daño y me hagan sufrir. Cuento con tu presencia para la realización de tantos
sueños que tengo y que quiero ver realizados. Amén.
¡Buenos días!
Su padre era sastre
“No
hay trabajo que no tenga importancia. Toda tarea que eleve a la humanidad, es
digna e importante, y debería ser asumida con dedicación, buscando la
excelencia. Si alguien está llamado a ser barrendero, debería barrer las calles
como Miguel Ángel pintaba, como Beethoven componía música o como Shakespeare
escribía versos” (Martin L. King).
El dramaturgo irlandés Bernardo Shaw tenía muchos
enemigos en la alta sociedad inglesa. En una reunión que se realizaba en la
corte, uno de ellos se le acercó y le preguntó con cierta sorna: —¿No era
sastre su padre? El escritor hizo un ademán afirmativo y dijo: —Es cierto. —¿Y
por qué no se ha hecho sastre usted también? Shaw sonrió, y a continuación
planteó a su interlocutor esta pregunta: —¿No era su padre un caballero? —Sí,
lo era en efecto, —replicó el otro. —Entonces, ¿por qué no lo es usted también?
“Ningúna
tarea es despreciable, cualquier ocupación merece que pongamos todas nuestras
fuerzas y nuestra creatividad en ella, como lo hizo Jesús en Nazaret. Nuestro
trabajo puede ser vivido con una gran profundidad espiritual si lo realizamos a
la luz del trabajo de Jesús en su vida oculta” (Víctor Fernández). Que estés
orgulloso de tu trabajo.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos.
Fijándose en Jesús que pasaba, dice: «He ahí el Cordero de Dios». Los dos
discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús. Jesús se volvió, y al ver
que le seguían les dice: «¿Qué buscáis?». Ellos le respondieron: «Rabbí —que
quiere decir, “Maestro”— ¿dónde vives?». Les respondió: «Venid y lo veréis».
Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con Él aquel día. Era más o
menos la hora décima. Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que
habían oído a Juan y habían seguido a Jesús. Éste se encuentra primeramente con
su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías» —que quiere decir,
Cristo—. Y le llevó donde Jesús. Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: «Tú
eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» —que quiere decir, “Piedra”.
(Jn
1,35-42)
Comentario:
Hoy,
el Evangelio nos recuerda las circunstancias de la vocación de los primeros
discípulos de Jesús. Para prepararse ante la venida del Mesías, Juan y su
compañero Andrés habían escuchado y seguido durante un tiempo al Bautista. Un
buen día, éste señala a Jesús con el dedo, llamándolo Cordero de Dios.
Inmediatamente, Juan y Andrés lo entienden: ¡el Mesías esperado es Él! Y,
dejando al Bautista, empiezan a seguir a Jesús.
Jesús
oye los pasos tras Él. Se gira y fija la mirada en los que le seguían. Las
miradas se cruzan entre Jesús y aquellos hombres sencillos. Éstos quedan
prendados. Esta mirada remueve sus corazones y sienten el deseo de estar con
Él: «¿Dónde vives?» (Jn 1,38), le preguntan. «Venid y lo veréis» (Jn 1,39), les
responde Jesús. Los invita a ir con Él y a mirar, contemplar.
Van,
y lo contemplan escuchándolo. Y conviven con Él aquel atardecer, aquella noche.
Es la hora de la intimidad y de las confidencias. La hora del amor compartido.
Se quedan con Él hasta el día siguiente, cuando el sol se alza por encima del
mundo.
Encendidos
con la llama de aquel «Sol que viene del cielo, para iluminar a los que yacen
en las tinieblas» (cf. Lc 1,78-79), marchan a irradiarlo. Enardecidos, sienten
la necesidad de comunicar lo que han contemplado y vivido a los primeros que
encuentran a su paso: «¡Hemos encontrado al Mesías!» (Jn 1,41). Los santos
también lo han hecho así. San Francisco, herido de amor, iba por las calles y
plazas, por las villas y bosques gritando: «El Amor no está siendo amado».
Lo
esencial en la vida cristiana es dejarse mirar por Jesús, ir y ver dónde se
aloja, estar con Él y compartir. Y, después, anunciarlo. Es el camino y el
proceso que han seguido los discípulos y los santos. Es nuestro camino.
Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)
Santoral Católico:
Santa Ángela de Foligno
Terciaria Franciscana
Nació
en Foligno (Umbría) en 1248. De elevada posición económica, durante algún
tiempo se dio a los placeres y vanidades del mundo. Se casó y tuvo varios
hijos. Pero, cuando tenía unos 35 años, huérfana de todos sus seres queridos,
madre, esposo e hijos, empezó su conversión, amargada por la crisis que le
producían las malas confesiones, hasta que, en Asís, tras una buena confesión
general, se convirtió del todo al Señor. Luego se alistó en la Tercera Orden
Franciscana y arrastró a muchas mujeres a su imitación. Se distinguió por su
ferviente amor a Dios y al prójimo, particularmente a los pobres, y asimismo
por su humildad, paciencia y pobreza. Colmada de dones celestiales y
experiencias místicas, profesó gran devoción a los misterios de la vida y, en
particular, de la pasión de Cristo, y dejó admirables escritos sobre la vida
espiritual, hasta merecer el sobrenombre de «maestra de teólogos». Murió en
Foligno el 4 de enero de 1309, rodeada de un gran coro de hijos y discípulos
espirituales. Canonizada de manera equipolente el 9-X-2013.
Oración: Oh Dios, que has distinguido a la santa
Ángela con la gracia de la contemplación de los misterios de tu Hijo;
concédenos por sus méritos participar ahora de esos mismos misterios y después
gozar de la manifestación de tu gloria en el cielo. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa
Pensamiento del día
"Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los
imprescindibles"
Bertol Brecht
Historias:
La sopa de Mamá Margarita
Mamá
Margarita, madre de Don Bosco, vivió al lado de su hijo en el oratorio por diez
años, siempre en completa pobreza y oración. Se hacía cargo con mucho amor y
ternura materna de todos los pequeños huérfanos que traía su hijo para darles
una vida más digna.
Cuando
estos niños volvían de sus tareas y estudios, corrían hambrientos a la cocina
de mamá Margarita, y le hacían la misma pregunta de siempre: ¿Qué hay para
comer hoy, mamá Margarita? Y ella respondía: arroz y papa, o pasta y frijoles.
Eran
muy pobres, y era lo único que podían ofrecer a los huerfanitos. Sin embargo
era mucho, no sólo saciaban sus estómagos, sino también les ofrecían un lugar
cómodo para dormir, estudios y sobre todo una familia que les dedicaba tanto
amor y cuidados.
Hoy
te traemos la receta, aunque pobre de ingredientes, pero muy rica en sabor y
nutrientes como era la sopa de arroz y papa de mamá Margarita.
Ingredientes:
200
gr. de arroz
2
papas
1
cebolla
1
puerro
1
hoja de apio entera con sus hojas
1
ramito de perejil
1
litro y medio de caldo de pollo
1
cucharada de manteca
queso
rallado
Preparación:
Cortar
finamente la cebolla, el puerro y el apio. Pelar y cortar por la mitad las
papas. En una olla agregar el caldo, las verduras y hervir. Cuando las papas
estén cocidas, quitar de la olla y agregar el arroz, aplastar las papas con un
tenedor y agregar a mitad de cocción a la olla junto con el perejil triturado.
Antes de servir agregar una cucharada de manteca y queso rallado.
A
San Juan Bosco no le gustaba hacerse servir, él junto a su madre realizaban
todo tipo de trabajo doméstico, cocinar, limpiar, lavar platos, cortar la leña,
cosía, remendaba, etc. etc. Y esto fue un gran testimonio para sus jóvenes, que
lo imitaban con devoción.
© Maria Paola Daud
Nuevo vídeo y artículo
Hay
un nuevo vídeo subido al blog
de
"Pequeñas Semillitas" en
internet.
Para
verlo tienes que ir al final de esta página
Hay
nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes
acceder en la dirección:
Meditaciones
“¡Creo
que la Virgen María tiene muchos deseos que haya muchas personas que recen por
los sacerdotes! A través de esta frase sencilla el Espíritu Santo nos envió en
misión para sostener a los sacerdotes y seminaristas y también para hacer amar
a la Iglesia.
Descubrimos
una evidencia: es necesario dejar de criticar a nuestros sacerdotes y callar
sus debilidades, a menos que se trate de actos criminales.
La
Virgen María nos invita a transformar nuestras recriminaciones en oraciones y a
entregarle todos los sacerdotes… ya que ella es su Madre. Ella se ocupa de sus
hijos y los guía a lo largo de su sacerdocio. En María, los sacerdotes renuevan
su sacerdocio en el Espíritu Santo y nos conducen a la alegría eterna. Cuanto
más unidos estén los sacerdotes a la Virgen María, tanto más fácilmente Ella
podrá guiarlos para conducirnos a la santidad haciéndolos a ellos mismos más
santos.
Podemos
escoger confiarlos durante la misa, de pie junto a María al pie de la Cruz y
ofrecer la comunión por ellos, especialmente el jueves para que las gracias de
la Muerte y de la Resurrección de Jesús se extiendan en su sacerdocio para la
mayor gloria de Dios y de la Iglesia.
Santa
Virgen María, Madre de los sacerdotes, te confiamos los sacerdotes y
seminaristas del mundo entero.
Anne Isabelle Chartier-Kastler
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para Gloria T. M., de la
ciudad de Medellín, Antioquia, Colombia, que por hacer malos negocios se quedó
en la ruina y está a punto de perder su apartamento, el único patrimonio que le
queda. ¡Socórrela Señor!
Pedimos
oración para Florencia R., de 20
años de edad, de Canals, Córdoba, Argentina, que está delicada de salud por
acción de un virus o una bacteria. Que por la intercesión de la Santísima
Virgen, logre superar su enfermedad.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz
para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para
los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y
sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Enero 4
El
Espíritu Santo quiere regalarnos un mundo mejor. Pero más bien parece que nos
hemos olvidado de buscarlo, que nuestro corazón cerrado no le deja espacio, que
no nos decidimos a ponernos de rodillas e invocarlo con fe, con ansias. Él ya
ha tomado la iniciativa de buscarnos. Ahora es necesario que le permitamos
actuar. Te propongo que le abras el corazón y le digas con ternura:
"Ven Espíritu Santo,
ven padre de los pobres,
ven viento divino, ven.
Ven como lluvia deseada,
a regar lo que está seco en nuestras vidas, ven.
Ven a fortalecer lo que está débil,
a sanar lo que está enfermo, ven.
Ven a romper mis cadenas,
ven a iluminar mis tinieblas, ven.
Ven porque te necesito,
porque todo mi ser te reclama.
Espíritu Santo,
dulce huésped del alma, ven, ven Señor".
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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