PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3570 ~ Lunes 22 de Enero de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Iniciamos
esta edición de “Pequeñas Semillitas” intentando aclarar el significado de tres
expresiones parecidas pero no iguales:
- Santiguarse:
Es una oración haciendo la señal de la cruz en la frente, en el pecho, en el
hombro izquierdo y luego en el hombro derecho. Diciendo: ‘En el nombre del
Padre, del hijo y del Espíritu Santo. Amén’. Hay quienes acostumbran al final
besar el dedo pulgar extendido sobre el índice formando una cruz, como
reverencia y devoción al signo de nuestra redención. Sin embargo, por piadosa
que sea, esta práctica no forma parte del acto de santiguarse.
- Signarse: Es
una oración haciendo una pequeña cruz con el dedo pulgar en la frente, luego
otra en la boca y luego otra en el pecho. Diciendo: ‘Por la señal de la santa
cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro’. Cuando nos signamos y
luego inmediatamente nos santiguamos, entonces nos estamos persignando. En la
misa, antes de leer el Evangelio, el sacerdote y el pueblo se signan.
- Persignarse:
Es una oración haciendo una pequeña cruz con el dedo pulgar en la frente, luego
otra en la boca y luego otra en el pecho. Diciendo: ‘Por la señal de la santa
cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro’. Y termina
santiguándose.
La
base de todo esto es la insignia del cristiano, que es la cruz ya que
Jesucristo crucificado en ella nos redimió y pagó por nuestros pecados. El
conocimiento de la Liturgia siempre es útil porque nos ayuda a entender todos
los signos y las celebraciones de las que somos parte.
¡Buenos días!
Una viuda y sus criadas
El
tiempo utilizado en estudiar un problema no es tiempo perdido. Evita los
desánimos que surgen cuando se encuentran dificultades en plena acción. Esto
detiene el empuje y entra la desconfianza al comprobar errores. Sin embargo,
debes estar dispuesto a resolver siempre estas situaciones con inteligente
paciencia. Que sepas discernir con sabiduría.
Una viuda muy laboriosa tenía unas jóvenes criadas a
las que despertaba por la noche al canto del gallo para empezar el trabajo.
Ellas, extenuadas siempre de fatiga, resolvieron matar el gallo de la casa por
ser él —según su parecer— la causa de su desgracia, puesto que despertaba a su
señora antes del amanecer. Sin embargo una vez que realizaron su plan, sucedió
que habían agravado su mal, porque su señora, no teniendo el gallo que le
indicaba la hora, las hacía levantar mucho antes para empezar el trabajo
(Esopo).
En
tu vida, como en la de cualquier persona, hay días decisivos en los que ves
abrirse ante ti un horizonte nuevo donde vislumbras más paz y felicidad. Es el
momento de discernir con sabiduría y hacer una buena opción. Consulta si lo ves
necesario con un experto en el tema. Y que no te pase como a las criadas de la
viuda…
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Está poseído
por Beelzebul» y «por el príncipe de los demonios expulsa los demonios».
Entonces Jesús, llamándoles junto a sí, les decía en parábolas: «¿Cómo puede
Satanás expulsar a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, ese
reino no puede subsistir. Si una casa está dividida contra sí misma, esa casa
no podrá subsistir. Y si Satanás se ha alzado contra sí mismo y está dividido,
no puede subsistir, pues ha llegado su fin. Pero nadie puede entrar en la casa
del fuerte y saquear su ajuar, si no ata primero al fuerte; entonces podrá
saquear su casa. Yo os aseguro que se perdonará todo a los hijos de los
hombres, los pecados y las blasfemias, por muchas que éstas sean. Pero el que
blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca, antes bien, será reo
de pecado eterno». Es que decían: «Está poseído por un espíritu inmundo». (Mc 3,22-30)
Comentario:
Hoy,
al leer el Evangelio del día, uno no sale de su asombro —“alucina”, como se
dice en el lenguaje de la calle—. «Los escribas que habían bajado de Jerusalén»
ven la compasión de Jesús por las gentes y su poder que obra en favor de los
oprimidos, y —a pesar de todo— le dicen que «está poseído por Beelzebul» y «por
el príncipe de los demonios expulsa los demonios» (Mc 3,22). Realmente uno
queda sorprendido de hasta dónde pueden llegar la ceguera y la malicia humanas,
en este caso de unos letrados. Tienen delante la Bondad en persona, Jesús, el
humilde de corazón, el único Inocente y no se enteran. Se supone que ellos son
los entendidos, los que conocen las cosas de Dios para ayudar al pueblo, y
resulta que no sólo no lo reconocen sino que lo acusan de diabólico.
Con
este panorama es como para darse media vuelta y decir: «¡Ahí os quedáis!». Pero
el Señor sufre con paciencia ese juicio temerario sobre su persona. Como ha
afirmado San Juan Pablo II, Él «es un testimonio insuperable de amor paciente y
de humilde mansedumbre». Su condescendencia sin límites le lleva, incluso, a
tratar de remover sus corazones argumentándoles con parábolas y consideraciones
razonables. Aunque, al final, advierte con su autoridad divina que esa cerrazón
de corazón, que es rebeldía ante el Espíritu Santo, quedará sin perdón (cf. Mc
3,29). Y no porque Dios no quiera perdonar, sino porque para ser perdonado,
primero, uno ha de reconocer su pecado.
Como
anunció el Maestro, es larga la lista de discípulos que también han sufrido la
incomprensión cuando obraban con toda la buena intención. Pensemos, por
ejemplo, en santa Teresa de Jesús cuando intentaba llevar a más perfección a
sus hermanas.
No
nos extrañe, por tanto, si en nuestro caminar aparecen esas contradicciones.
Serán indicio de que vamos por buen camino. Recemos por esas personas y pidamos
al Señor que nos dé aguante.
Rev. D. Vicenç GUINOT i Gómez (Sant Feliu de
Llobregat, España)
Santoral Católico:
San Vicente de Zaragoza
Diácono y Mártir
Natural
de Huesca, hijo de una familia consular, estudió en Zaragoza, donde llegó a ser
diácono del obispo san Valero, que lo dedicó a la predicación. En la
persecución del emperador Diocleciano, el prefecto Daciano apresó a ambos y los
trasladó a Valencia. Aquí, para hacerles apostatar, los sometió a cruel
prisión, hambre, cadenas..., pero no consiguió su propósito. Entonces envió a
Valero al destierro y continuó atormentando al joven Vicente, que no cesó de
confesar su fe. La tradición narra las múltiples torturas que sufrió hasta
morir y el ensañamiento con que maltrataron su cadáver, lo que dio lugar a
intervenciones extraordinarias de Dios. Murió en Valencia el 22 de enero del
año 304, y de inmediato se extendió su culto por toda la Iglesia. Su basílica
sepulcral, extramuros de la ciudad, fue templo de un monasterio ilustre y hogar
de la fe cristiana durante la dominación musulmana. San Agustín y Prudencio
celebraron en sus escritos el martirio.
Oración: Dios todopoderoso y eterno, derrama sobre
nosotros tu Espíritu, para que nuestros corazones se abrasen en el amor intenso
que ayudó a san Vicente a superar los tormentos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa
Beata Laura Vicuña
Virgen Adolescente
Nació
en Santiago de Chile en abril de 1891, y murió en Junín de los Andes
(Argentina) en enero del año 1904, o sea, con trece años de edad. Su madre,
cuando enviudó, marchó a Argentina y, dada su compleja situación personal,
confió la educación de la pequeña a las Hijas de María Auxiliadora. Era
estudiosa, piadosa, responsable, generosa y simpática. Ofreció su vida por la
conversión de su madre.
© Directorio Franciscano - Aciprensa
Pensamiento del día
“La vida merece ser vivida
con todo entusiasmo y alegría.
Es el don más precioso que poseemos”
(Rabindranath Tagore)
Tema del día:
Cosas que no debes hacer en Misa
1. No llegues tarde
Recuerda
que Dios te está esperando para colmarte de Su amor, darte Su perdón y un
abrazo; hablarte al oído, decirte lo que necesitas oír… Te ha apartado un lugar
en Su mesa, no lo dejes esperando…
2. No vistas provocativamente
No
uses prendas que puedan distraer o provocar (escote, minifalda, shorts, mallas).
3. No entres sin saludar al Señor
Al
llegar persígnate. Él está allí, feliz de verte. Agradécele haberte invitado.
4. No te dé pena hacer reverencia o genuflexión
Si
pasas frente al altar, que representa a Cristo, haz reverencia. Si pasas frente
al Sagrario, donde está Cristo, haz genuflexión (toca el suelo con la rodilla).
5. No masques chicle ni comas o bebas
Sólo
se permite agua sola, en caso de necesidad por cuestión de salud.
6. No cruces la pierna
Se
considera una postura poco respetuosa. Que tu cuerpo exprese tu devoción.
7. No vale que
una misma persona proclame la Lectura y el Salmo
Si
ves que sólo hay un lector o lectora, ofrécete a leer, porque las Lecturas y el
Salmo deben ser proclamados por distintos lectores (dos entre semana y tres en
domingos o días festivos, cuando hay Segunda Lectura).
8. No añadas frases cuando lees las Lecturas o el Salmo
No
leas las letritas rojas ni digas: ‘Primera Lectura’ o ‘Salmo responsorial’, o
‘Segunda Lectura’. Y al final no digas: ‘ésta es la Palabra de Dios’, porque no
es explicación, sino rúbrica divina. Sólo di: ‘Palabra de Dios’. Tampoco digas:
‘respondamos al Salmo’; pues no es recitación, el Salmo es en sí la respuesta a
la Primera Lectura.
9. Nunca recites el Aleluya
No
te adelantes a decir; ‘Aleluya Aleluya’. Espera unos segundos, y de seguro
alguien lo cantará, y si ni el padre ni nadie canta, omítelo, pero nunca lo
recites.
10. Antes de la proclamación del Evangelio, no te
persignes
Sólo
debes signarte (trazar tres cruces pequeñas, en frente, labios y pecho).
11. No respondas en plural cuando el Credo se hace en
forma de preguntas
Quien
preside pregunta en plural: ‘¿Creen en Dios Padre Todopoderoso?’ No respondas:
‘sí creemos’, pues la fe es personal. Responde: ‘sí creo’.
12. No recojas la colecta durante la Oración
Universal
La
colecta se recoge durante la presentación de los dones (cuando todos están
sentados y quien preside sirve el vino en el cáliz, bendice a Dios por los
dones del pan y el vino, y se purifica las manos).
13. No te levantes durante la presentación de los
dones
A
veces alguien se levanta y por imitación se levantan otros; tal vez al ver al
padre levantar el cáliz y la hostia creen que es la Consagración, pero no lo
es.
14. No te arrodilles apenas termine el ‘Santo’
Hay
que esperar a que quien preside la Misa ponga ambas manos por encima del copón
y el cáliz y pida al Espíritu Santo que transforme el pan y el vino en Cuerpo y
Sangre de Cristo. Ése es el momento de arrodillarse (si hay campanita, es ahí
cuando la tocan).
15. No te sientes durante la Consagración
Si
no te puedes hincar, quédate de pie, pero sentarse, a menos que sea por
enfermedad o ancianidad, es falta de respeto a Cristo, que se hace presente en
el altar.
16. No digas nada en voz alta durante la Consagración
Hay
quien en la Consagración dice en voz alta: ‘Señor mío, Dios mío’, pero distrae
a quienes están haciendo su propia adoración en silencio.
17. No digas en voz alta: ‘Por Cristo, con Él y en
Él…’
Es
parte de la Plegaria Eucarística y sólo le toca decirla a quien preside la
Misa.
18. No te muevas de tu lugar para ir a dar la paz
Sólo
debes dar la paz a quienes están junto a ti, no a los de otras bancas. Tampoco
aprovechar para ir a felicitar o dar pésame.
19. No comulgues si no te has preparado
Debes
haber guardado el ayuno eucarístico (no haber comido o bebido nada, ni mascado
chicle, una hora antes de comulgar), y no tener pecado grave.
20. No te formes a comulgar sólo en la fila del
sacerdote
Jesús
está presente en la Hostia Consagrada, sin importar si lo da el sacerdote o un
Ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión, que es una persona que ha recibido
una preparación especial, ha sido instituida por el obispo, y cuenta con la
autorización de la Iglesia para distribuir la Comunión en Misa y llevarla a
ancianos y a enfermos.
21. Después de comulgar, no platiques con los demás
Tras
comulgar, regresa a tu lugar y habla con el Señor, al que acabas de recibir. Si
no pudiste comulgar, haz una Comunión Espiritual y habla con Él.
22. Cuando acabó la distribución de la Comunión no
sigas cantando
Se
debe terminar el canto con la última persona que comulga, para dar tiempo a que
haya un silencio sagrado que permita a cada persona entrar en diálogo con Dios.
23. Que tu celular no sea distracción
Al
llegar a la iglesia pon tu celular en silencio. No te pongas a textear ni a
hablar por el celular, porque te distraes tú y distraes a los demás. Dedica
toda tu atención al Señor, que te está dedicando toda Su atención a ti en esta
cita de amor que es la Misa.
24. No desatiendas a tus pequeños
Enséñalos
a disfrutar estar en la casa de su Padre Dios, y a saberse comportar.
25. No te salgas antes ni igual que como llegaste
No
te pierdas le bendición con la que se te envía al mundo a dar testimonio en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Y sal con un propósito nuevo
que haya inspirado en ti el Señor, para edificar en el mundo Su Reino de amor.
- Fuente: Desde la Fe -
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para Raúl Luis P., de
Córdoba, Argentina, que será operado de una afección intestinal, poniéndolo en
las manos de Nuestra Señora del Valle, seguros de su protección y de la
intercesión de Ella ante Jesús para que
la cirugía sea exitosa y la recuperación breve y total.
Pedimos oración por una
intención particular de Mary, de la
provincia de Córdoba, Argentina, confiados en la infinita misericordia de Dios
que habrá de atender sus necesidades.
Pedimos
oración para Nikole P., de
California, que está embarazada de una niña (Isabella) que vendrá al mundo en marzo, si Dios lo permite. La mamá
vive una situación matrimonial complicada en lo legal por lo que la ponemos en
oración para que todo pueda encaminarse de la mejor manera y esos problemas no
influyan negativamente en su situación y la de su beba por nacer.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo. Al rezar por la paz, rezamos
por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea
desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser
abortados. Paz para los jóvenes que no
encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido
la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención
del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Enero 22
"Ven
Espíritu Santo, y ayúdame a mirarme a mí mismo con cariño y paciencia.
Enséñame
a descubrir todo lo bueno que sembraste en mí, y ayúdame a reconocer que en mí
también hay belleza, porque soy obra de un Padre divino que me ama y me ha dado
su Espíritu.
Sabes
que a veces me duelen los recuerdos de errores que he cometido. Ayúdame a
mirarme como Jesús me mira, para que pueda comprenderme y perdonarme a mí
mismo.
Ven,
Espíritu Santo, derrama en mí toda tu fuerza, para que pueda comenzar de nuevo
y no me desprecie a mí mismo.
No
permitas que me dominen los remordimientos, porque tu amor siempre me permite
comenzar de nuevo.
Ven
Espíritu Santo. Amén."
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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