martes, 27 de septiembre de 2016

Pequeñas Semillitas 3140

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 3140 ~ Martes 27 de Setiembre de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hoy se celebra la memoria litúrgica de San Vicente de Paúl, y es una buena oportunidad para saludar a todos los vicentinos: los miembros de la Sociedad de San Vicente de Paúl, distribuidos por todo el mundo en grupos de trabajo que son las “Conferencias de Caridad”, creadas en 1833 por el hoy beato Federico Ozanam, que era entonces un joven estudiante de la universidad de la Sorbona, en París, inspirado en el apostolado de caridad del santo que hoy recordamos.
La Sociedad de San Vicente de Paúl, desde su inicio se puso bajo la  protección de la Virgen María y el patrocinio del gran santo del que tomó su nombre, quien reunió todos los caracteres de lo que pretende ser una Conferencia: la oración,  la acción para aliviar a los más pobres, y la inquietud de la inteligencia que  los lleva a reflexionar sobre las causas de la pobreza para tratar de superarlas.
Con gran rapidez los grupos se han extendido a través del mundo entero, guiados por esta voluntad fundadora de servir a Cristo en los pobres. En 1846 la SSVP llega a América y ya en 1913 había 8.000 Conferencias que agrupaban a 134.000 miembros en el mundo.
Hoy en día, la SSVP es una  verdadera multinacional de caridad, que combate la miseria con sencillez y sin ruido; está ubicada en 146 países, con cerca de 720.000 los socios, quienes conforman 45.440 Conferencias. Las dos terceras partes de las Conferencias (equipos de trabajo) se encuentran en países en vías de  desarrollo, por lo que la Sociedad puede considerarse precursora en cuanto a la  ayuda fraterna en el tercer mundo, en un espíritu de reparto, solidaridad y hermanamiento. Los pobres ayudan a los más pobres. Sus acciones solidarias van desde las visitas a  familias en situación de pobreza, hasta muchas otras actividades como la  entrega de alimentos, ropa, etc.
Elevamos una oración a San Vicente de Paúl, al beato Federico Ozanam, y a la Santísima Virgen María, para que iluminen, acompañen y fortalezcan la gran acción de caridad que realizan los vicentinos en todo el mundo desde hace más de 180 años. Dedico esta edición de “Pequeñas Semillitas” a mis amigos vicentinos de la ciudad de Córdoba (Argentina), cuyo apostolado acompañé por un par de años y de cuya espiritualidad me sigo nutriendo.

¡Buenos días!

Mantener la alegría
"No te dejes llevar por la tristeza, ni dejes que tus pensamientos te atormenten. Un corazón alegre es la vida del hombre, y la alegría le alarga la vida. Sosiega tu espíritu, y consuela tu corazón; aleja de ti la tristeza, porque la tristeza ha perdido a muchos, y ningún provecho se saca de ella. El de corazón radiante tiene buen apetito: le aprovecha la comida”, (Ecli 30, 21-25)

Evalúa el nivel de tu alegría y, si lo encuentras algún tanto más bajo de lo conveniente, esboza una sonrisa frente al espejo y mantenla por un minuto, mientras te repites “así quiero estar hoy, y así estaré con tu ayuda, Señor”. Esto es tan efectivo como tomar una aspirina para sacarse el dolor de cabeza. La alegría es una opción. Se cuenta que, cuando Don Bosco estaba más alegre y contento que de costumbre, sus amigos íntimos pensaban: “Pobre Don Bosco, hoy debe tener algún gravísimo problema que resolver”. El santo de la alegría había comprendido la necesidad de gobernar las propias emociones y no dejarse esclavizar por ellas. Intenta pasar una jornada de constante alegría.

Defiende y cultiva la alegría. El sentido del humor te ayudará a encarar las situaciones estresantes de la vida. Ríe, y tus cargas serán aliviadas. Ríe, y tu vida se alargará. Ríe cuando más lo necesites. Si eres capaz de reírte de una situación, por más dolorosa que sea, podrás superarla. Que sepas fomentar hoy tu capacidad de alegría.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy 
Texto del Evangelio:
Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, Él se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?». Pero volviéndose, les reprendió; y se fueron a otro pueblo. (Lc 9,51-56)

Comentario:
Hoy, en el Evangelio, contemplamos cómo «Santiago y Juan, dijeron: ‘Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?’. Pero volviéndose, les reprendió» (Lc 9,54-55). Son defectos de los Apóstoles, que el Señor corrige.
Cuenta la historia de un aguador de la India que, en los extremos de un palo que colgaba en sus espaldas, llevaba dos vasijas: una era perfecta y la otra estaba agrietada, y perdía agua. Ésta —triste— miraba a la otra tan perfecta, y avergonzada un día dijo al amo que se sentía miserable porque a causa de sus grietas le daba sólo la mitad del agua que podía ganar con su venta. El trajinante le contestó: —Cuando volvamos a casa mira las flores que crecen a lo largo del camino. Y se fijó: eran flores bellísimas, pero viendo que volvía a perder la mitad del agua, repitió: —No sirvo, lo hago todo mal. El cargador le respondió: —¿Te has fijado en que las flores sólo crecen a tu lado del camino? Yo ya conocía tus fisuras y quise sacar a relucir el lado positivo de ellas, sembrando semilla de flores por donde pasas y regándolas puedo recoger estas flores para el altar de la Virgen María. Si no fueses como eres, no habría sido posible crear esta belleza.
Todos, de alguna manera, somos vasijas agrietadas, pero Dios conoce bien a sus hijos y nos da la posibilidad de aprovechar las fisuras-defectos para alguna cosa buena. Y así el apóstol Juan —que hoy quiere destruir—, con la corrección del Señor se convierte en el apóstol del amor en sus cartas. No se desanimó con las correcciones, sino que aprovechó el lado positivo de su carácter fogoso —el apasionamiento— para ponerlo al servicio del amor. Que nosotros también sepamos aprovechar las correcciones, las contrariedades —sufrimiento, fracaso, limitaciones— para “comenzar y recomenzar”, tal como san Josemaría definía la santidad: dóciles al Espíritu Santo para convertirnos a Dios y ser instrumentos suyos.
* Rev. D. Llucià POU i Sabater (Granada, España)

Santoral Católico:
San Vicente de Paúl
Sacerdote y Fundador
Nació en Pouy, distrito de Tarbes (Mediodía-Pirineos, Francia) el año 1581, en el seno de una familia de humildes labriegos. Después de estudiar en Dax, Zaragoza y Toulouse, fue ordenado de sacerdote a los 19 años de edad. Lleno de espíritu sacerdotal, en cualquier persona que sufriera veía el rostro de su Señor. Capturado por los piratas turcos cuando navegaba de Marsella a Narbona, fue vendido como esclavo en Túnez. Liberado y vuelto a su patria, ejerció de párroco en París, entregándose al servicio de los pobres, y, luego, de capellán en las galeras, atendiendo con solicitud a los remeros galeotes. A raíz de sus experiencias como párroco en zonas rurales, fundó la Congregación de la Misión (Padres Paúles), destinada sobre todo al servicio de los campesinos pobres y a la formación del clero. Fundó también, con la colaboración de santa Luisa de Marillac, la Compañía de las Hijas de la Caridad. Murió en París el 27 de septiembre de 1660. León XIII lo proclamó patrono de las obras de caridad.
Oración: Señor, Dios nuestro, que dotaste de virtudes apostólicas a tu presbítero san Vicente de Paúl para que entregara su vida al servicio de los pobres y a la formación del clero, concédenos, te rogamos, que, impulsados por su mismo espíritu, amemos cuanto él amó y practiquemos sus enseñanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano    

El pensamiento del día

“Amemos a Dios, hermanos míos, amemos a Dios,
pero que esto sea a costa de nuestros brazos,
que esto sea con el sudor de nuestros rostros […]
Después del soberano amor de Dios,
la segunda cosa que Dios les pide, es que se amen mutuamente
como hermanas que Él unió con lazos de su amor […]
No podemos asegurar mejor nuestra felicidad
que viviendo y muriendo en el servicio de los pobres”
-San Vicente de Paúl-

Historias:
El Padre Pedro Opeka
Al Padre Pedro Opeka, misionero paúl (vicentino) argentino que trabaja desde 1975 en Madagascar, le concedieron el Premio MUNDO NEGRO a la Fraternidad 2007. Al borde de un vertedero, comenzó a construir viviendas para alojar a los sin techo. Hoy es una ciudad con unos 20.000 habitantes. Se llama Akamasoa, que significa "buenos amigos". Está dotada de guarderías, escuelas y centros de formación.

El P. Opeka, como buen argentino, es un gran aficionado al fútbol. Nacido en 1948, lleva más de la mitad de su vida trabajando en Madagascar. Esta pasión por el fútbol la contagia ahora a los chavales (chicos) que pululan, bien vestidos y alimentados, en las distintas escuelas que alegran la ciudad de sus sueños y desvelos: Akamasoa.

Hijo de emigrantes eslovenos, nació en San Martín, en la provincia de Buenos Aires en 1948. Siempre vio en su padre, que era albañil, un modelo de esfuerzo y de trabajo. Para él, sin trabajo no se consigue nada. Comenzó a trabajar con su padre a los 9 años. A los 14 años ya era oficial albañil. Su madre tuvo 8 hijos y su padre trabajaba muchísimo. Ellos le dieron la vida y le trasmitieron la fe. Los fines de semana, y pese a que Pedro prefería jugar al fútbol, comenzó a ir a las obras con su padre. Allí, con mucha iniciativa, aprendió el oficio. Así, cuando llegó a Madagascar y comenzó a trabajar con sus manos, la gente se extrañaba. Él les decía: "Tengo dos manos como vosotros".

A los 17 años hizo su primera casa en Junín de los Andes, entre los indios mapuches, y desde entonces no ha parado por dar dignidad a los más pobres. Ingresó en la congregación de San Vicente de Paúl en Argentina. Estudió Filosofía en Eslovenia y Teología en Francia. A los 27 años se ordenó sacerdote y fue destinado a Madagascar.

Su primera experiencia en Madagascar transcurrió en Vangaindrano, al sureste del país. Estuvo 15 años animando la parroquia y allí comenzó a sentir la necesidad de estar junto a la gente. Cultivó arroz para sobrevivir, metiéndose en el barro como cualquier campesino malgache. Con ellos jugó al fútbol, llegando a ser una estrella del equipo local. Según cuenta él mismo, "el fútbol fue el camino para ganarme su confianza y sentirme entre ellos".

Todo empezó en un basurero. En 1989 fue destinado a la capital, Antananarivo, para ocuparse del seminario de los Paúles. Cuando vio la miseria de la gente, especialmente en la periferia de la ciudad, con más de 800 familias escarbando en la basura para poder comer, se dijo a sí mismo que ahí no valía para nada hablar, que lo pertinente era actuar.

Empezó con una pequeña casa de acogida para los chicos, un hogar de apenas 16 metros cuadrados al borde de un vertedero de 20 hectáreas sobre el que vivían 5.000 personas.

Con un pequeño grupo de voluntarios de su antigua parroquia, empezó en un pequeño terreno de dos hectáreas, cedido por las autoridades municipales. Allí construyó las primeras viviendas, una pequeña ciudad que se llamaba Manantenasoa, que significa en lengua malgache "la colina del coraje". Poco a poco se fueron construyendo casas de madera, que luego pasarían a ser reconstruidas con ladrillos.

Del granito de la montaña empezó a sacar piedra, grava y adoquines, para venderlos para la construcción. Del basurero empezó también a sacar abono natural, que también vendía. Poco a poco, lo que primero había sido un albergue de jóvenes se convirtió en un pequeño barrio, luego en dos, hasta llegar a la ciudad que es hoy y en la que viven casi 20.000 personas.

Se empezaron a crear escuelas primarias, secundarias... Actualmente, hay más de 7.000 alumnos, sin contar las guarderías. También hay talleres escuela (carpintería, mecánica...) que forman y dan trabajo a los jóvenes; talleres y escuelas de bordado, de artesanía... en las que las mujeres no sólo aprenden un oficio, sino que consiguen unos ingresos que les ayudan a sobrevivir.

Poco a poco las colinas que rodean el basurero se fueron llenando de hermosas casas, fabricadas con ladrillos y agradables para vivir. Lo que antes era un paisaje de basura y porquería se fue transformando en una auténtica ciudad, con jardines, flores, calles pavimentadas y limpias. Aquello se llamó Akamasoa ("buenos amigos", en lengua malgache).

El P. Opeka cuenta con la ayuda de Manos Unidas, de la Comunidad Europea, del Principado de Mónaco y de otras muchas instituciones internacionales. Eslovenia y Mónaco lo propusieron hace años para el Premio Nobel de la Paz. Ha recibido numerosos premios y galardones a nivel internacional, entre los que destaca la Medalla de la Legión de Honor, máxima distinción francesa.

Akamasoa es hoy un ejemplo de cooperación y solidaridad. Por toda su obra y por ese ejemplo de cooperación y solidaridad, Mundo Negro (Misioneros Combonianos) decidió otorgarle el Premio Mundo Negro a la Fraternidad 2007.

Su constante labor a favor de los más pobres le ha supuesto ser nominado nuevamente para el premio Nobel de la Paz en 2016.
© Web Católico de Javier

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por la Paz en Colombia. El próximo domingo 2 de octubre se realizará un plebiscito de gran importancia para el futuro de ese país hermano.

Pedimos oración por el eterno descanso de Carmelita M., de México, que ya descansa abrazada por el Padre celestial.

Pedimos oración por Camilo C. G., de Colombia, a quién aún no han encontrado cuál es su enfermedad, a pesar de los muchos exámenes practicados. Rogamos al Señor, por intercesión de nuestra Madre de Lourdes, que lo toque con sus Manos Sanadoras. También para que se concrete la pensión a la que aspira con justo derecho nuestro lector Carlos C. O. de la ciudad de Bogotá.

Pedimos oración para Bibiana G., de Ituzaingó, Buenos Aires, Argentina, de 56 años, que hoy será intervenida de la tiroides, para que el Señor la cuide y la sane de sus dolencias. 

Pedimos oración por el niño Mario C., de México, de 14 años de edad, a quien hoy operan de cáncer en el cerebro y calculen que dure 10 horas la cirugía. Que dios se apiade de él, guíe a los médicos y todo saldrá bien.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de Dios
Setiembre 27
Siempre está en nuestros planes hacer algo; nunca desistimos de pretender hacer algo, pero nunca llegamos a hacerlo.
Tú pasas la vida haciendo planes; esos planes raras veces llegan a ser realidades para ti o para los demás.
No son realizados por ti; pues sigues haciendo nuevos planes en lugar de realizar los ya planeados y aprobados; tampoco por los demás, pues no son planes que ellos hayan organizado.
De esta forma, nunca terminas de planificar y nunca comienzas a realizar, y así terminas un año y vuelves a comenzar; y así terminas tu vida y comenzarías de nuevo tu vida, si pudieras.
¿No habrá llegado ya el tiempo de la realización que suplante al de la planificación?
Para ello, planea cosas realizables por t; entrégate de una vez por todas a una acción de bien; piensa menos y realiza más; no dejes para mañana lo que debes realizar hoy.
“¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: Este comenzó a edificar y no puede terminar” (Lc 14,28-30). Muy buenos son, pues, los propósitos; mejores, las realizaciones; más fructífero es prometer poco y cumplirlo que prometer mucho y no cumplirlo.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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