PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3125 ~ Lunes 12 de Setiembre de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La
Virgen María, nuestra Madre, le decía al padre Esteban Gobi, fundador del
Movimiento Sacerdotal Mariano, aprobado por la Iglesia: “A los niños les pido
que crezcan en la virtud de la pureza. A los jóvenes les pido que se formen en
el dominio de las pasiones con la oración y la vida de unión conmigo y que renuncien
a ir a los cines y discotecas, donde hay un continuo peligro de ofender la
virtud de la pureza. A los novios les pido que se abstengan de toda relación
antes del matrimonio. A las familias les pido que se formen en el ejercicio de
la castidad conyugal y nunca usen medios artificiales para impedir la vida”.
(13 de octubre de 1989).
En
estos tiempos en que hay tanta pornografía y tanta inmoralidad, es importante
protegerse bajo el manto de María y rezar el Rosario, que es un arma sencilla y
humilde contra la soberbia de Satanás. Y, además, acudir frecuentemente a Jesús
Eucaristía para recibir fuerza para seguir adelante. Algo importante es también
el acudir a los santos y ángeles en demanda de ayuda. Y muy especialmente,
pedir ayuda a todos nuestros familiares que estén ya en el cielo y a todos los
ángeles de nuestra familia que han sido sus custodios a lo largo de los siglos.
De vez en cuando, les recomiendo mandar celebrar una misa en honor de los
ángeles de la familia y por todos los difuntos, incluidos los niños muertos sin
bautismo. Que Dios haga de su familia, una gran familia para gloria de
Dios. * P. Ángel Peña
¡Buenos días!
En un juicio
Entre
nosotros con frecuencia las faltas de sinceridad son celebradas como “viveza
criolla”, feo vicio antisocial que ha vulnerado nuestra buena imagen en el
exterior. Y lo peor es que perdura entre nosotros cuando aplaudimos al
canchero, al piola, al madrugador, que son los “avivatos” y “ventajitas” de las
historietas cómicas. Sólo la verdad nos hará libres.
—¿Cuántos años tiene usted, señorita? –pregunta en un
juicio el presidente del tribunal a una solterona.
—Veinticinco recién cumplidos, señor.
—Bien, ahora que ya ha dicho su edad, ¿jura decir la
verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad?
Ser
una persona que ama la verdad, aún si ésta va en contra de uno, te reviste de
gran honor. Y el honor es mejor que los honores. Urge educar al niño a descubrir
y gozar la alegría que da hablar y actuar con verdad, reconociendo que no debe
avergonzarse de dar testimonio sincero de ella. Ojalá padres y maestros asuman esta tarea básica.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, cuando Jesús hubo acabado de dirigir todas estas palabras al
pueblo, entró en Cafarnaúm. Se encontraba mal y a punto de morir un siervo de
un centurión, muy querido de éste. Habiendo oído hablar de Jesús, envió donde Él
unos ancianos de los judíos, para rogarle que viniera y salvara a su siervo.
Éstos, llegando donde Jesús, le suplicaban insistentemente diciendo: «Merece
que se lo concedas, porque ama a nuestro pueblo, y él mismo nos ha edificado la
sinagoga».
Jesús
iba con ellos y, estando ya no lejos de la casa, envió el centurión a unos
amigos a decirle: «Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres
bajo mi techo, por eso ni siquiera me consideré digno de salir a tu encuentro.
Mándalo de palabra, y quede sano mi criado. Porque también yo, que soy un
subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: ‘Vete’, y va; y a
otro: ‘Ven’, y viene; y a mi siervo: ‘Haz esto’, y lo hace».
Al
oír esto Jesús, quedó admirado de él, y volviéndose dijo a la muchedumbre que
le seguía: «Os digo que ni en Israel he encontrado una fe tan grande». Cuando
los enviados volvieron a la casa, hallaron al siervo sano. (Lc 7,1-10)
Comentario:
Hoy,
nos enfrentamos a una pregunta interesante. ¿Por qué razón el centurión del
Evangelio no fue personalmente a encontrar a Jesús y, en cambio, envió por
delante algunos notables de los judíos con la petición de que fuese a salvar a
su criado? El mismo centurión responde por nosotros en el pasaje evangélico:
Señor, «ni siquiera me consideré digno de salir a tu encuentro. Mándalo de
palabra, y quede sano mi criado» (Lc 7,7).
Aquel
centurión poseía la virtud de la fe al creer que Jesús podría hacer el milagro
—si así lo quería— con sólo su divina voluntad. La fe le hacía creer que,
prescindiendo de allá donde Jesús pudiera hallarse, Él podría sanar al criado
enfermo. Aquel centurión estaba muy convencido de que ninguna distancia podría
impedir o detener a Jesucristo, si quería llevar a buen término su trabajo de
salvación.
Nosotros
también estamos llamados a tener la misma fe en nuestras vidas. Hay ocasiones
en que podemos ser tentados a creer que Jesús está lejos y que no escucha
nuestros ruegos. Sin embargo, la fe ilumina nuestras mentes y nuestros
corazones haciéndonos creer que Jesús está siempre cerca para ayudarnos. De
hecho, la presencia sanadora de Jesús en la Eucaristía ha de ser nuestro
recordatorio permanente de que Jesús está siempre cerca de nosotros. San
Agustín, con ojos de fe, creía en esa realidad: «Lo que vemos es el pan y el
cáliz; eso es lo que tus ojos te señalan. Pero lo que tu fe te obliga a aceptar
es que el pan es el Cuerpo de Jesucristo y que en el cáliz se encuentra la
Sangre de Jesucristo».
La
fe ilumina nuestras mentes para hacernos ver la presencia de Jesús en medio de
nosotros. Y, como aquel centurión, diremos: «Señor, no te molestes, porque no
soy digno de que entres bajo mi techo» (Lc 7,6). Por tanto, si nos humillamos
ante nuestro Señor y Salvador, Él viene y se acerca a curarnos. Así, dejemos a
Jesús penetrar nuestro espíritu, en nuestra casa, para curar y fortalecer
nuestra fe y para llevarnos hacia la vida eterna.
* Fr. John A. SISTARE (Cumberland, Rhode Island,
Estados Unidos)
Santoral Católico:
El Santísimo nombre de María
Fiesta
El
evangelista san Lucas, en la escena de la Anunciación, escribe: «Y el nombre de
la Virgen era María». Benedicto XVI decía el 12 de septiembre de 2006:
«Celebramos hoy la fiesta del "Nombre de María". A quienes llevan
este nombre -mi madre y mi hermana lo llevaban- quisiera expresarles mi más
cordial felicitación por su onomástico. María, la Madre del Señor, recibió del
pueblo fiel el título de "Abogada", pues es nuestra abogada ante
Dios. Desde las bodas de Caná la conocemos como la mujer benigna, llena de solicitud
materna y de amor, la mujer que percibe las necesidades ajenas y, para ayudar,
las lleva ante el Señor. En la cruz el Señor la entrega como Madre al discípulo
predilecto y, en él, a todos nosotros. En todas las épocas los cristianos han
acogido con gratitud este testamento de Jesús, y junto a la Madre han
encontrado siempre la seguridad y la confiada esperanza que nos llenan de gozo
en Dios y en nuestra fe en él. Acojamos también nosotros a María como la
estrella de nuestra vida, que nos introduce en la gran familia de Dios. Sí, el
que cree nunca está solo».
Oración: Te pedimos, Dios Todopoderoso, que a cuantos
celebramos el nombre glorioso de santa María Virgen, ella nos consiga los
beneficios de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
El pensamiento del día
"Ángel
santo de la guarda, compañero de mi vida,
tú
que nunca me abandonas, ni de noche ni de día.
Aunque
espíritu invisible, sé que te hallas a mi lado,
escuchas
mis oraciones y cuenta todos mis pasos.
En
las sombras de la noche, me defiendes del demonio,
tendiendo
sobre mi pecho tus alas de nácar y oro.
Ángel
de Dios, que yo escuche tu mensaje y que lo siga,
que
vaya siempre contigo hacia Dios, que me lo envía.
Testigo
de lo invisible, presencia del cielo amiga,
gracias
por tu fiel custodia, gracias por tu compañía.
En
presencia de los Ángeles, suba al cielo nuestro canto:
gloria
al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
Amén".
-Himno
de Laudes al Santo Ángel de la Guarda-
Tema del día:
Ángeles custodios
Dios
ha asignado a cada hombre un ángel para protegerle y facilitarle el camino de
la salvación mientras está en este mundo. Afirma a este respecto San Jerónimo: “Grande
es la dignidad de las almas cuando cada una de ellas, desde el momento de
nacer, tiene un ángel destinado para su custodia”.
En
el Antiguo Testamento se puede observar cómo Dios se sirve de sus ángeles para
proteger a los hombres de la acción del demonio, para ayudar al justo o
librarlo del peligro, como cuando Elías fue alimentado por un ángel (1 Reyes
19, 5.)
En
el Nuevo Testamento también se pueden observar muchos sucesos y ejemplos en los
que se ve la misión de los ángeles: el mensaje a José para que huyera a Egipto,
la liberación de Pedro en la cárcel, los ángeles que sirvieron a Jesús después
de las tentaciones en el desierto.
La
misión de los ángeles custodios es acompañar a cada hombre en el camino por la
vida, cuidarlo en la tierra de los peligros de alma y cuerpo, protegerlo del
mal y guiarlo en el difícil camino para llegar al Cielo. Se puede decir que es
un compañero de viaje que siempre está al lado de cada hombre, en las buenas y
en las malas. No se separa de él ni un solo momento. Está con él mientras
trabaja, mientras descansa, cuando se divierte, cuando reza, cuando le pide
ayuda y cuando no se la pide. No se aparta de él ni siquiera cuando pierde la
gracia de Dios por el pecado. Le prestará auxilio para enfrentarse con mejor
ánimo a las dificultades de la vida diaria y a las tentaciones que se presentan
en la vida.
Muchas
veces se piensa en el ángel de la guarda como algo infantil, pero no debía ser
así, pues si pensamos que la persona crece y que con este crecimiento se tendrá
que enfrentar a una vida con mayores dificultades y tentaciones, el ángel
custodio resulta de gran ayuda.
Para
que la relación de la persona con el ángel custodio sea eficaz, necesita hablar
con él, llamarle, tratarlo como el amigo que es. Así podrá convertirse en un
fiel y poderoso aliado nuestro. Debemos confiar en nuestro ángel de la guarda y
pedirle ayuda, pues además de que él nos guía y nos protege, está cerquísima de
Dios y le puede decir directamente lo que queremos o necesitamos. Recordemos que
los ángeles no pueden conocer nuestros pensamientos y deseos íntimos si
nosotros no se los hacemos saber de alguna manera, ya que sólo Dios conoce
exactamente lo que hay dentro de nuestro corazón. Los ángeles sólo pueden
conocer lo que queremos intuyéndolo por nuestras obras, palabras, gestos, etc.
También se les pueden pedir favores especiales a los ángeles de la guarda de
otras personas para que las protejan de determinado peligro o las guíen en una
situación difícil.
El
culto a los ángeles de la guarda comenzó en la península Ibérica y después se
propagó a otros países. Existe un libro acerca de esta devoción en Barcelona
con fecha de 1494. Actualmente se habla mucho de los ángeles: se encuentran
libros de todo tipo que tratan este tema; se venden “angelitos” de oro, plata o
cuarzo; las personas se los cuelgan al cuello y comentan su importancia y sus
nombres. Hay que tener cuidado al comprar estos materiales, pues muchas veces
dan a los ángeles atribuciones que no le corresponden y los elevan a un lugar
de semi-dioses, los convierten en “amuletos” que hacen caer en la idolatría, o
crean confusiones entre las inspiraciones del Espíritu Santo y los consejos de
los ángeles.
Es
verdad que los ángeles son muy importantes en la Iglesia y en la vida de todo católico,
pero son criaturas de Dios, por lo que no se les puede igualar a Dios ni
adorarlos como si fueran dioses. No son lo único que nos puede acercar a Dios
ni podemos reducir toda la enseñanza de la Iglesia a éstos. No hay que olvidar
los mandamientos de Dios, los mandamientos de la Iglesia, los sacramentos, la
oración, y otros medios que nos ayudan a vivir cerca de Dios.
* Lucrecia Rego de Planas | Fuente: Catholic.net
Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
Formulo
el siguiente ofrecimiento únicamente
para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas
Semillitas" por e-mail: Si desean recibir el power point y los comentarios
del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para
tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales
sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com
Sólo
deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia
y a qué comunidad religiosa pertenecen.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración para las
siguientes personas: Eddie C., de
Puerto Rico, que atraviesa un momento crucial de su vida por tener que tomar
decisiones importantes que afectarán su futuro, rogando que el Espíritu Santo
lo ilumine; por Hilda S. S. M., de
Monterrey, México, que se encuentra en coma, rogando a Dios le conceda recobrar
su salud; Pablo M. A., de México, hospitalizado con neumonía; Ana Paola F., de México, que hace pocos
días ha dado a luz y está anémica y con infección en las mamas; y por la
recuperación de José C. S., Alejandro G. R., Javier H. T., el bebé Jesús
A., Magali N. C. (todos de
México) para que pronto estén bien.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de Dios
Setiembre 12
Sucede
que los más imperfectos son los que más perfección exigen; lo menos humildes
son los que menos toleran las faltas de humildad en los otros.
El
más humilde es el más comprensivo con las faltas de los demás; el más perfecto
es el más comprensivo con las imperfecciones de los demás, porque la virtud es
la comprensión de lo no virtuoso, y la imperfección es la intransigencia aún
con la misma virtud.
Si
eres intolerante con los demás, con tus familiares, con tus hijos, con tus
dependientes, con tus vecinos... ¿no será porque no eres tú suficientemente
perfecto?
Siempre
es bueno juzgarse a sí mismo antes de pretender juzgar a los demás.
Pero,
eso sí: juzgarse a sí mismo con entera imparcialidad y no con un certificado de
buena conducta que nos extendemos ya antes de iniciar el juicio.
“Escucha, Señor, mi justa demanda, atiende a mi
clamor, presta oído a mi plegaria, porque en mis labios no hay falsedad. Tú me
harás justicia, porque tus ojos ven lo que es recto” (Sal 17,1-2). Todo lo
conoce el Señor, todo lo pesa y mide con absoluta imparcialidad y justicia: Él
es santísimo y exige la santidad de sus hijos. * P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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