PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3135 ~ Jueves 22 de Setiembre de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Amado
Jesús, todo lo que soy te lo debo a Ti, al regalo de tu amor en mi vida. Quiero
entregarte hoy mi corazón para que lo muevas según tu voluntad y le des esa
pasión que invita a tomar acciones que llenen de bendiciones a todas las
personas que la vida me pondrá en mi camino. Continúa manifestando tu amor y tu
bondad en este servidor para que pueda construir vínculos sanos y duraderos
para Ti. Dame el privilegio de ser testigo de tus milagros, testigo de tu
palabra sanadora que es como un río de agua viva. Quiero ser fiel de ella,
proclamarla con mi boca, con mi corazón y con mis acciones, que me ayuden a
actuar con humildad y servicio. Cómo no querer anunciar tu palabra a toda
creatura si por ella me has dado vida nueva y todos mis sentidos han recobrado
su poder de percibirte en toda la creación. Quiero confiar en Ti, confiar en
que cada día me capacitas para salir adelante y no perder de vista el amor que
me espera cuando proclamo tu Palabra y la llevo a todos los rincones del mundo.
Ayúdame a ser testigo de tu misericordia, a ser testimonio vivo de tu amor y
que viva para anunciarte y hacer que otros sientan la alegría de vivir en tu
eterno gozo. Amén.
(Píldoras de Fe)
¡Buenos días!
En las tormentas
“No
hay árbol recio y consistente, si el viento no lo azota con frecuencia”. Los
huracanes o arrancan los árboles de escasas raíces o, si resisten, los urgen a
profundizar las que tienen. Lo mismo pasa con las personas que han sido capaces
de afrontar con fe y valor los desafíos de la vida Son luchadores que
recurrieron a Dios y triunfaron.
"Señor, que no necesite mi existencia de
tormentas para amarte; que no necesite de centellas que me atemoricen para
recurrir temblando a ti; que no sean necesarias las tinieblas para buscar dando
traspiés tu amorosa mano; que reconozca que únicamente junto a ti puedo
encontrar paz, alegría y entusiasmo... Y que cuando me sacudan el alma las
tormentas interiores, me refugie en la paz de tu amor”. Amén.
Hay
otra oración para rezar si te suceden esas cosas desagradables que no tienen
más solución: “Señor, concédeme fortaleza para solucionar lo que tiene
solución; pero, valor para aceptar lo que ya no puede solucionarse; y sabiduría
para reconocer la diferencia”. Es una sabia lección que se resume así:
“Aceptar, olvidar, y seguir adelante”.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, se enteró el tetrarca Herodes de todo lo que pasaba, y estaba
perplejo; porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos;
otros, que Elías se había aparecido; y otros, que uno de los antiguos profetas
había resucitado. Herodes dijo: «A Juan, le decapité yo. ¿Quién es, pues, éste
de quien oigo tales cosas?». Y buscaba verle. (Lc 9,7-9)
Comentario:
Hoy
el texto del Evangelio nos dice que Herodes quería ver a Jesús (cf. Lc 9,9).
Ese deseo de ver a Jesús le nace de la curiosidad. Se hablaba mucho de Jesús
por los milagros que iba realizando a su paso. Muchas personas hablaban de Él.
La actuación de Jesús trajo a la memoria del pueblo diversas figuras de
profetas: Elías, Juan el Bautista, etc. Pero, al ser simple curiosidad, este
deseo no trasciende. Tal es el hecho que cuando Herodes le ve no le causa mayor
impresión (cf. Lc 23,8-11). Su deseo se desvanece al verlo cara a cara, porque
Jesús se niega a responder a sus preguntas. Este silencio de Jesús delata a Herodes
como corrupto y depravado.
Nosotros,
al igual que Herodes, seguramente hemos sentido, alguna vez, el deseo de ver a
Jesús. Pero ya no contamos con el Jesús de carne y hueso como en tiempos de
Herodes, sin embargo contamos con otras presencias de Jesús. Te quiero resaltar
dos de ellas.
En
primer lugar, la tradición de la Iglesia ha hecho de los jueves un día por
excelencia para ver a Jesús en la Eucaristía. Son muchos los lugares donde hoy
está expuesto Jesús-Eucaristía. «La adoración eucarística es una forma esencial
de estar con el Señor. En la sagrada custodia está presente el verdadero
tesoro, siempre esperando por nosotros: no está allí por Él, sino por nosotros»
(Benedicto XVI). —Acércate para que te deslumbre con su presencia.
Para
el segundo caso podemos hacer referencia a una canción popular, que dice: «Con
nosotros está y no lo conocemos». Jesús está presente en tantos y tantos
hermanos nuestros que han sido marginados, que sufren y no tienen a nadie que
“quiera verlos”. En su encíclica Dios es Amor, dice el Papa Benedicto XVI: «El
amor al prójimo enraizado en el amor a Dios es ante todo una tarea para cada
fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial». Así pues, Jesús te
está esperando, con los brazos abiertos te recibe en ambas situaciones.
¡Acércate!
* Rev. P. Jorge R. BURGOS Rivera SBD (Cataño, Puerto
Rico)
Santoral Católico:
233 Mártires de la Guerra Civil Española
La
II República española, proclamada el 14 de abril de 1931, llegó impregnada de
fuerte anticlericalismo. Apenas un mes más tarde se produjeron incendios de
templos en Madrid, Valencia, Málaga y otras ciudades, sin que el Gobierno
hiciera nada para impedirlos y sin buscar a los responsables para juzgarles
según la ley. Los daños fueron inmensos, pero el Gobierno no los reparó ni
material ni moralmente, por lo que fue acusado de connivencia.
Durante
la guerra civil desatada derramaron su sangre muchos mártires, sacerdotes, religiosos
y seglares, que son expresión de los numerosos carismas y familias de vida
consagrada; entre ellos 40 miembros de los presbíteros diocesanos de Valencia
(37) y Zaragoza (3), así como 22 mujeres y 20 hombres y jóvenes, miembros de la
entonces floreciente Acción Católica Española y de otras asociaciones de
apostolado seglar, y muchos más de otras diócesis y de todas las edades,
profesiones y estado social, todos los cuales fueron los primeros beatos del
siglo XXI (11 de marzo de 2001, Juan Pablo II)
Hoy
los veneramos en los altares como mártires de la fe cristiana, porque la
Iglesia ha reconocido oficialmente que entregaron sus vidas por Dios durante la
persecución religiosa de 1936. No les debemos llamar caídos en guerra, porque
no fueron a la guerra ni la hicieron contra nadie, pues eran personas
pacíficas, que desarrollaban normalmente sus actividades en sus pueblos y
parroquias; tampoco les podemos llamar víctimas de la represión política,
porque los motivos fundamentales de sus muertes no fueron de carácter político
o ideológico sino religioso: porque eran sacerdotes o religiosos, porque eran
seglares católicos practicantes, muy comprometidos con la Iglesia en la defensa
y promoción de la fe cristiana.
© Aciprensa
El pensamiento del día
“Cuando
oramos hablamos con Dios,
pero
cuando leemos Su Palabra,
es
Dios quien habla con nosotros”
-San
Agustín-
Tema del día:
La defensa de una madre
1) Para saber
El
15 de Septiembre en la liturgia se celebró a Nuestra Señora de los Dolores. Por
ese motivo el Papa Francisco señaló que la Virgen María, al pie de la Cruz de
Jesús, estaba en un verdadero martirio, “nos da a luz en ese momento con tanto
dolor… Y, desde ese momento, Ella se vuelve nuestra Madre, aquella que nos
cuida y no se avergüenza de nosotros: nos defiende, nos cuida porque es madre
de todos los cristianos y bajo su manto “no puede entrar el diablo”.
El
Santo Padre recordó que los primeros místicos rusos buscaron refugio en el
manto de Santa María, pues “es madre y defiende como una madre”. Luego el
Occidente tomó este consejo e hizo la primera antífona mariana ‘Sub tuum praesidium’ (Bajo tu amparo),
‘Bajo tu manto, oh Madre, estamos seguros’ ”.
2) Para pensar
Se
cuenta que en un día caluroso de verano en el sur de Florida, un niño decidió
ir a nadar en la laguna detrás de su casa. Salió corriendo por la puerta
trasera, se tiró en el agua y nadaba feliz. Su mamá desde la casa lo miraba por
la ventana, y vio con horror lo que venía: un caimán se acercaba. Enseguida
corrió hacia su hijo gritándole lo más fuerte que podía. Al oírla el niño se
alarmó y nadó hacia su mamá. Pero era demasiado tarde. Desde el muelle la mamá
agarró al niño por sus brazos, justo cuando el caimán le agarraba sus piernitas.
La mujer jalaba con toda la fuerza de su corazón. El cocodrilo era más fuerte,
pero la mamá era mucho más apasionada y su amor no la abandonaba.
Un
señor, al oír los gritos, se apresuró al lugar con una pistola y mató al
cocodrilo. El niño sobrevivió y, aunque sus piernas sufrieron bastante, pudo
llegar a caminar. Cuando salió del trauma, un periodista le preguntó al niño si
le quería enseñar las cicatrices de sus piernas. El niño se las mostró. Pero
entonces, con gran orgullo se remango las mangas y dijo: "Pero las que
usted debe de ver son estas".
Eran
las marcas de las uñas de su mamá que habían presionado con fuerza. "Las
tengo porque mamá no me soltó y me salvó la vida". Alguien decía que
también tenemos cicatrices de un pasado doloroso, pero es porque la Virgen nos
ha agarrado fuerte para que no caigamos en las garras del mal.
3) Para vivir
Francisco
recordó que, siendo Arzobispo, visitaba a los presos en las cárceles y se
encontraba con una fila de mujeres que esperaban entrar. “Eran mamás. No se
avergonzaban… estas mujeres sufrían humillaciones y vergüenza de lo que oían:
“¡Pero mira a esa! ¿Qué habrá hecho su hijo?" O por lo que los controles
les hacían antes de entrar”.
Así
también María estaba con su Hijo sufriendo humillaciones. Al pie de la cruz,
escuchaba: “¡Esa es la madre del delincuente!” o a los sacerdotes: ‘Si eres tan
hábil y capaz ¡baja! ¡Baja!’.
Pero
María no se fue. ¡No renegó de su Hijo!”. Francisco precisó que María tampoco
reniega de nosotros. “Los cristianos tenemos una Madre, la misma de Jesús.
Tenemos un Padre, el mismo de Jesús. ¡No somos huérfanos! Tenemos a una Madre
que nos defiende, nos enseña, nos acompaña; que no se avergüenza de nuestros
pecados” dijo.
“¡Que
el Espíritu Santo, este amigo que el Señor nos ha enviado, nos haga comprender
este misterio tan grande de la maternidad de María!” concluyó el Papa.
* Pbro. José Martínez Colín
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los
presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la
unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de
los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales
y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para Vicky R., de México,
que tiene muy alta la presión y temen un derrame cerebral. Rogamos al Señor que
se la controlen rápidamente, pues tiene muchísimo dolor de cabeza, y se aleje
el peligro de un accidente cerebro vascular.
Pedimos
oración por María del Rosario, de
Córdoba, Argentina, de 25 años de edad, que hace un par de meses tuvo un brote
psicótico que requirió internación psiquiátrica, y ahora intenta de a poco
recuperarse ya en su casa, aunque por momentos queda sumida en estados
depresivos. Que la Santísima Virgen interceda ante Jesús para su recuperación,
y pueda vivir la alegría de su juventud y trabajar en su profesión mirando al
futuro con mucha fe.
Pedimos
oración para Camilo C. G., de
Colombia, internado por cuadro febril, aún sin diagnóstico cierto, pero
confiando plenamente en la Santa Voluntad Sanadora del Señor. También oramos
por Carlos C. O., para que las
situaciones personales y de salud, tanto de él como de su familia, sean
atendidas por el Señor.
Pedimos
oración para Marina R. G., de
Málaga, España, que por sus problemas oncológicos está recibiendo radioterapia
en la cabeza, lo cual es sumamente molesto
y doloroso. Imploramos a Jesús, que soportó en Su cabeza la corona de
espinas, que haga más llevaderas las sesiones de rayos que aún le quedan a
nuestra querida amiga española.
Pedimos oración por Ana María Z., de Guatemala, que está
afectada por problemas respiratorios y también anímicos. Que el Señor le ayude
a superar lo físico y lo espiritual.
Pedimos oración para Beatriz M. T., de San Luis Potosí,
México, intervenida por una perforación de la vesícula y ahora en muy grave
estado. Rogamos a nuestra Señora de Guadalupe que interceda antes Jesús por su
recuperación, ya que los médicos dan pocas esperanzas pero para Dios nada es
imposible.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de Dios
Setiembre 22
Dicen
que el rostro es el espejo del alma; en él se manifiestan los distintos estados
anímicos, las distintas disposiciones internas.
Si
no quieres que tu rostro refleje la cólera o el mal humor, no lo fomentes en tu
interior; no ofrezcas a tus familiares, a tus dependientes, a quienes tratan
contigo o se mueven a tu alrededor, la triste escena de un rostro amargo,
aplastado y repelente.
Ofrece
más bien un aspecto alegre, optimista, emprendedor; la sonrisa es siempre más
atractiva que el ceño adusto o el gesto amargo.
Y
no sólo más atractiva sino también más constructiva; serás más, conseguirás
más, serás más útil si en tu interior fomentas el orden, la tranquilidad y una
serena paz.
Los
demás te aceptarán mejor porque en tu exterior, en tu rostro, aparecerá tu
interior.
“Yo glorifico a mi Dios, el Rey del cielo y mi alma
proclama con gozo su grandeza; que todos lo celebren en Jerusalén” (Tob 13,9).
Tú tienes sobrados motivos para alabar al Señor y para dedicarte a que todos
cuantos te rodean se dediquen también a alabarlo. Todo lo has recibido de Él;
vive permanentemente en acción de gracias.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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