PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 10 - Número 2720
~ Sábado 27 de Junio de 2015
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
Hoy sábado quisiera ser corto y simple
con la introducción de la página y se me ocurre decir que no de los servicios más
útiles que puedes hacer por los demás es ser feliz. Sucede que hay personas
que, al ver otras infelices, también se vuelven infelices, como si se
contagiaran. Es como aumentar la tragedia del otro. Otras, en cambio, tienen el
grato don de esparcir felicidad. La vida tiene espinas, pero también hay flores
y, en el momento actual que vivimos en el mundo, necesitamos las flores.
¡Gracias por las espinas!... pero no las queremos.
Entonces, dedícate a esparcir felicidad,
simplemente… siendo feliz.
¡Buenos días!
Sana mis tensiones
Defiende
y cultiva la paz en tu corazón, porque es el clima indispensable para crecer en
plenitud en todas las dimensiones de tu vida. Vigila cuanto entra en tu corazón
para que no se infiltre en él el polvo de la ansiedad, el ácido de la
irritación, o el veneno del odio. Gozar de la paz profunda del alma merece
estar en permanente alerta. Una oración del P. Víctor Fernández.
Señor, derrama en mí tu vida intensa y
armoniosa, para que no me resista al cansancio, al desgaste, a los cambios, y
para que no busque falsas seguridades. Enséñame a aceptar con serenidad y
fortaleza los límites variados de cada día y las cosas imprevistas. Libérame de
toda resistencia interior contra la realidad. Aplaca mi interior inquieto, cura
mis nerviosismos y tensiones, para que enfrente con calma y seguridad interior
todo lo que me suceda. Destruye toda desconfianza, porque deseo descansar en tu
presencia, entregarme en tus brazos, sin pretender escapar de tu mirada de
amor. Vive conmigo, Señor, enfrenta conmigo las dificultades. Contigo todo
terminará bien. Amén.
En los
momentos críticos aprende a conservar la calma, de modo que tus decisiones sean
justas y sabias. En lugar de exasperarte y dejarte dominar por la ira, cállate
porque el silencio aquieta. Respira profundamente y ora. El Señor te bendiga
con su paz.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, al entrar en Cafarnaúm,
se le acercó un centurión y le rogó diciendo: «Señor, mi criado yace en casa
paralítico con terribles sufrimientos». Dícele Jesús: «Yo iré a curarle».
Replicó el centurión: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta
que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo, que soy un
subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: ‘Vete’, y va; y a
otro: ‘Ven’, y viene; y a mi siervo: ‘Haz esto’, y lo hace». Al oír esto Jesús
quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que en Israel no he
encontrado en nadie una fe tan grande. Y os digo que vendrán muchos de oriente
y occidente y se pondrán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de
los Cielos, mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de
fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes». Y dijo Jesús al
centurión: «Anda; que te suceda como has creído». Y en aquella hora sanó el
criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a
la suegra de éste en cama, con fiebre. Le tocó la mano y la fiebre la dejó; y
se levantó y se puso a servirle. Al atardecer, le trajeron muchos endemoniados;
Él expulsó a los espíritus con una palabra, y curó a todos los enfermos, para
que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías: «Él tomó nuestras flaquezas y
cargó con nuestras enfermedades». (Mt 8,5-17)
Comentario
Hoy, en el Evangelio, vemos el amor, la
fe, la confianza y la humildad de un centurión, que siente una profunda estima
hacia su criado. Se preocupa tanto de él, que es capaz de humillarse ante Jesús
y pedirle: «Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles
sufrimientos» (Mt 8,6). Esta solicitud por los demás, especialmente para con un
siervo, obtiene de Jesús una pronta respuesta: «Yo iré a curarle» (Mt 8,7). Y
todo desemboca en una serie de actos de fe y confianza. El centurión no se
considera digno y, al lado de este sentimiento, manifiesta su fe ante Jesús y
ante todos los que estaban allí presentes, de tal manera que Jesús dice: «En
Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande» (Mt 8,10).
Podemos preguntarnos qué mueve a Jesús
para realizar el milagro. ¡Cuántas veces pedimos y parece que Dios no nos
atiende!, y eso que sabemos que Dios siempre nos escucha. ¿Qué sucede, pues?
Creemos que pedimos bien, pero, ¿lo hacemos como el centurión? Su oración no es
egoísta, sino que está llena de amor, humildad y confianza. Dice san Pedro
Crisólogo: «La fuerza del amor no mide las posibilidades (...). El amor no
discierne, no reflexiona, no conoce razones. El amor no es resignación ante la
imposibilidad, no se intimida ante dificultad alguna». ¿Es así mi oración?
«Señor, no soy digno de que entres bajo
mi techo...» (Mt 8,8). Es la respuesta del centurión. ¿Son así tus
sentimientos? ¿Es así tu fe? «Sólo la fe puede captar este misterio, esta fe
que es el fundamento y la base de cuanto sobrepasa a la experiencia y al
conocimiento natural» (San Máximo). Si es así, también escucharás: «‘Anda; que
te suceda como has creído’. Y en aquella hora sanó el criado» (Mt 8,13).
¡Santa María, Virgen y Madre!, maestra
de fe, de esperanza y de amor solícito, enséñanos a orar como conviene para
conseguir del Señor todo cuanto necesitamos.
Rev. D. Xavier JAUSET i Clivillé (Lleida, España)
Santoral Católico:
Nuestra Señora del
Perpetuo Socorro
Advocación Mariana
Pocos casos hay en la historia de la
Iglesia de difusión tan rápida y universal de una devoción mariana como es la
del culto al famoso cuadro de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
El icono original está en el altar mayor
de la Iglesia de San Alfonso, muy cerca de la Basílica de Santa María la Mayor
en Roma.
El icono de la Virgen, pintado sobre
madera, de 21 por 17 pulgadas, muestra a la Madre con el Niño Jesús. El Niño
observa a dos ángeles que le muestran los instrumentos de su futura pasión. Se
agarra fuerte con las dos manos de su Madre Santísima quien lo sostiene en sus
brazos. El cuadro nos recuerda la maternidad divina de la Virgen y su cuidado
por Jesús desde su concepción hasta su muerte. Hoy la Virgen cuida de todos sus
hijos que a ella acuden con plena confianza.
Información amplia haciendo clic acá
San Cirilo de
Alejandría
Obispo y Doctor de
la Iglesia
Información amplia haciendo clic acá
© Catholic.net
Palabras del Papa
Francisco
“En el momento de la confesión,
Jesús nos acepta con todos nuestros
pecados
para darnos un corazón nuevo, capaz de
amar como él ama”
Tema del día:
Cuando ya lo hemos
intentado todo…
El problema sigue allí. Buscamos la
solución de mil maneras. Hicimos tantos esfuerzos. Afrontamos la situación una
y otra vez. Pero el problema parece vencernos. No dominamos los fenómenos
atmosféricos. No podemos impedir los movimientos de la tierra. No tenemos poder
absoluto sobre los virus. Sobre todo, estamos casi desarmados ante el gran
misterio de la libertad humana, de la malicia de personas sin escrúpulos.
La técnica, es cierto, abre la
posibilidad de construir casas más seguras. Mejora el rendimiento de la tierra.
Crea pantanos y presas para conservar el agua. Almacena y conserva alimentos.
Pero la fragilidad de nuestro cuerpo y la volubilidad de nuestro corazón siguen
al acecho.
Lo hemos intentado casi todo, y la
familia sigue peleada, y el dinero no llega para pagar las deudas pendientes, y
la comida falta para la mesa.
Son momentos en los que el desaliento
parece triunfar. Son momentos, sin embargo, para reaccionar y aprender que en
el mundo terreno nada es fijo, nada es inmutable, nada es perfecto.
Son momentos para mirar al cielo y
reconocer que tenemos un Padre que no nos abandona: porque somos hijos, porque
somos débiles, porque estamos enfermos, porque necesitamos mucho consuelo.
Descubrimos, entonces, la necesidad de
orar, desde lo más profundo, desde lo más íntimo, desde las necesidades más
radicales. Sentimos que más allá de los montes tenemos un auxilio que
"viene de Yahveh, que hizo el cielo y la tierra” (Sal 121,2).
"Cuando ya nadie me escucha, Dios
todavía me escucha. Cuando ya no puedo hablar con ninguno, ni invocar a nadie,
siempre puedo hablar con Dios. Si ya no hay nadie que pueda ayudarme -cuando se
trata de una necesidad o de una expectativa que supera la capacidad humana de
esperar-, Él puede ayudarme. Si me veo relegado a la extrema soledad...; el que
reza nunca está totalmente solo” (Benedicto XVI, encíclica "Spe salvi” n.
32).
Cuando creemos haberlo intentado todo...
quizá nos ha faltado lo más importante, lo decisivo: ponernos en manos de Dios.
Es Padre, y nos dará aquello que nos conviene.
Si lo que pedíamos no corresponde a sus
planes (es decir, si no era lo mejor para nosotros), no lo recibiremos. Nos
dará, lo sabemos, algo mucho mejor, como enseñaba Charles de Foucauld.
Ha llegado entonces el momento para
decirle, desde el corazón, con la confianza de un hijo: "Hágase, oh Padre,
tu Voluntad”.
© P. Fernando Pascual LC
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Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia
Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos,
sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el
cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno,
así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu
Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del
Inmaculado Corazón de María; por la
conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África,
y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los
inmigrantes del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad
en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los
matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el
aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas
del Purgatorio.
Pedimos oración para que Alicia Q., que vive en Costa Rica,
pueda encontrar y trabajo bueno y digno. Y también de Costa Rica, pedimos por
la salud de Carmen C. que está muy
delicada; Yana S., de 36 años, para
que su operación resulte exitosa; y Luis
Carlos G., de 35 años, para que su salud siga igual como hasta ahora pues
es un sobreviviente de cáncer.
Seguimos orando por la completa
recuperación de nuestras amigas y colaboradoras María Cristina y Marta
Cecilia (Chechu), que se reponen de serias afecciones y por eso las
encomendamos a la Virgen Santísima para que ella las acompañe, las fortalezca,
y Jesús las sane.
Pedimos oración para la señora Asunción del Carmen V., 74 años, de
Tucumán, Argentina, en grave estado por un infarto cerebral. Que el Señor
Misericordioso la asista en tan difícil momento y María Santísima fortalezca a
su hija Marilyn.
Pedimos oración por México y otros
países donde los legisladores aprueban leyes pro abortistas, o de matrimonio
homosexual, o contrarias a intereses de niños y adolescentes y también
contrarias a la ley natural. Que la conciencia de los políticos se abra, la Luz
del Espíritu Santo penetre en ellas, y adviertan las aberraciones que están
cometiendo contra los principios fundacionales de la sociedad.
Pedimos oración para Bartolomé Isidoro J., de Salta,
Argentina, que tiene problemas de salud y está esperando una cirugía. Que el
Señor lo acompañe y todo se resuelva de la mejor manera.
Pedimos oración por la salud de Cataldo Ricardo C., quien reside en la
provincia de Buenos Aires, Argentina, padece cáncer en estado terminal y está
muy débil. También pedimos por su hija Rosa
Liliana, de 55 años, quien además de sobrellevar la enfermedad de su padre
está con muchos otros problemas familiares y económicos.
Pedimos oración para Leonilda P. de L., de 85 años, Buenos
Aires, Argentina, quien tiene Parkinson y está muy descompensada. Asimismo por
la salud de Irma C. de A., de 88
años quien desde hace varios años está muy enferma con problemas de deglución,
insuficiencia cardíaca y miedo de quedarse sola, sumado ahora una fuerte gripe
que la hace sentir muy mal y hace temer por su vida.
Pedimos oración por las tres hijas de Oscar S., de Argentina, una con la
aparición nuevamente de cáncer, otra diagnosticada con TLP y la mayor con
problemas glandulares. Rogamos que se pronto se restablezcan completamente y
Dios le dé la fortaleza a su padre para salir de este trance.
Pedimos oración por José C. S., de México, lo operan el viernes de cataratas del
segundo ojo, por lo que oramos para que todo salga bien.
Tú
quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para
poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha
ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y
concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la
gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y
de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te
lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Junio, mes del Corazón de Jesús
Día 27: El premio final
¡Qué
premio tan hermoso te ha reservado el Sagrado Corazón!
Es el
momento en que, el solo pensamiento hace estremecerse: el momento de la muerte.
Ante este pensamiento, el hombre tiembla, se agita; sin embargo, debe
afrontarlo con amor y con la esperanza puesta en la misericordia de Dios.
Jesús
te sonríe y quiere asegurarte la muerte santa, la muerte del justo. Entre las
promesas que hizo a Santa Margarita María quiere recordar este punto: "Mi
corazón será para todos mis devotos el seguro asilo en vida y especialmente en
el momento de la muerte".
Si
quieres, pues, afrontar la muerte con la calma del justo, trata de creer en
Jesús, de vivir en Jesús. Entonces será cuando Él te dirá estas dulces
palabras: "Hoy estarás conmigo en el paraíso".
Del Web Católico de Javier
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
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