PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 10 - Número 2696
~ Miércoles 3 de Junio de 2015
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
Jesús siempre toma la iniciativa para
hacer posible el encuentro y la transformación interior. Jesús siempre se acerca,
siempre habla.
El objetivo es “hacer discípulos”. No en
sentido proselitista. Se trata de ofrecer a todos la posibilidad y la alegría
de conocer a Jesús, de seguirle, de mantener una relación íntima y personal con
Él; que es lo que caracteriza y da sentido y plenitud a la vida humana y
cristiana.
Si deseo y anhelo el encuentro con Jesús
tengo que moverme, ponerme en camino, ir donde él estuvo, estar con quienes
estuvo. Y sigue estando.
La misión que se nos confía como
discípulos se extiende a toda la humanidad. No excluye a nadie ni tiene
fronteras. Jesús nos invita a enseñar a los demás la mejor manera de ser
realmente felices: vivir como vivió Él, haciendo de sus invitaciones, actitudes
y recomendaciones el fundamento de sus vidas.
El anuncio y la práctica del Evangelio
han de llevar a hacer de quienes lo escuchen y lo vean, seguidoras y seguidores
de Jesús. Personas que busquen y encuentren la auténtica alegría y felicidad en
el compartir, dando y recibiendo; en el empeño de la construcción de una nueva
sociedad más austera, más justa, más solidaria, más humana. Como hizo Él.
El Espíritu, aliento, amor, fuerza,
impulso, la alegría de Dios, regalo de Dios, nos vivifica, es nuestro gozo,
todo lo llena de dones. Tenemos motivos para vivir y transmitir la alegría del
Evangelio a todas las gentes y en todos los tiempos.
¡Buenos días!
Vivir la Palabra
En la
Palabra de Dios encuentras alimento cotidiano y orientación en tu camino,
consuelo y fortaleza en tus penas, semillas de vida nueva, promesas de alegría
sin fin, normas de vida inocente y pura, maravillosos ejemplos de fe. La Reina
de la Paz te pide que pongas el Libro Sagrado en un lugar visible de tu casa y
vivas con amor sus mensajes.
“¡Queridos hijos! También hoy los invito a
ser portadores del Evangelio en sus familias. Hijitos, no olviden leer la
Sagrada Escritura. Pónganla en un lugar visible y testimonien con su vida que
creen y viven la Palabra de Dios. Yo estoy cerca de ustedes con mi amor, e
intercedo ante mi Hijo por cada uno de ustedes. ¡Gracias por haber respondido a
mi llamado! ”
Antes
de leer la Palabra puedes orar así: “Concédeme, Señor, escucharte cada día con
humildad, en un ambiente de silencio interior. Ayúdame a liberarme de las
palabras inútiles que distraen mi espíritu. Haz que, meditando tu Palabra como
María en mi corazón, pueda hacerla fructificar en mi vida. Gracias, Jesús,
porque tus palabras son espíritu y vida”.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, se le acercaron a Jesús
unos saduceos, que niegan que haya resurrección, y le preguntaban: «Maestro,
Moisés nos dejó escrito que si muere el hermano de alguno y deja mujer y no
deja hijos, que su hermano tome a la mujer para dar descendencia a su hermano.
Eran siete hermanos: el primero tomó mujer, pero murió sin dejar descendencia;
también el segundo la tomó y murió sin dejar descendencia; y el tercero lo
mismo. Ninguno de los siete dejó descendencia. Después de todos, murió también
la mujer. En la resurrección, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer?
Porque los siete la tuvieron por mujer».
Jesús les contestó: «¿No estáis en un
error precisamente por esto, por no entender las Escrituras ni el poder de
Dios? Pues cuando resuciten de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni
ellas marido, sino que serán como ángeles en los cielos. Y acerca de que los
muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en lo de la zarza,
cómo Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de
Jacob? No es un Dios de muertos, sino de vivos. Estáis en un gran error». (Mc
12,18-27)
Comentario
Hoy, la Santa Iglesia pone a nuestra
consideración —por la palabra de Cristo— la realidad de la resurrección y las
propiedades de los cuerpos resucitados. En efecto, el Evangelio nos narra el
encuentro de Jesús con los saduceos, quienes —mediante un caso hipotético
rebuscado— le presentan una dificultad acerca de la resurrección de los
muertos, verdad en la cual ellos no creían.
Le dicen que, si una mujer enviuda siete
veces, «¿de cuál de ellos [los siete esposos] será mujer?» (Mc 12,23). Buscan,
así, poner en ridículo la doctrina de Jesús. Mas, el Señor deshace tal
dificultad al exponer que, «cuando resuciten de entre los muertos, ni ellos
tomarán mujer, ni ellas marido, sino que serán como ángeles en los cielos» (Mc
12,25).
Y, dada la ocasión, Nuestro Señor
aprovecha la circunstancia para afirmar la existencia de la resurrección,
citando lo que le dijo Dios a Moisés en el episodio de la zarza: «Yo soy el
Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob», y agrega: «No es un Dios
de muertos, sino de vivos» (Mc 12,26-27). Ahí Jesús les reprocha lo equivocados
que están, porque no entienden ni la Escritura ni el poder de Dios; es más,
esta verdad ya estaba revelada en el Antiguo Testamento: así lo enseñaron
Isaías, la madre de los Macabeos, Job y otros.
San Agustín describía así la vida de
eterna y amorosa comunión: «No padecerás allí límites ni estrecheces al poseer
todo; tendrás todo, y tu hermano tendrá también todo; porque vosotros dos, tú y
él, os convertiréis en uno, y este único todo también tendrá a Aquel que os
posea a ambos».
Nosotros, lejos de dudar de las
Escrituras y del poder misericordioso de Dios, adheridos con toda la mente y el
corazón a esta verdad esperanzadora, nos gozamos de no quedar frustrados en
nuestra sed de vida, plena y eterna, la cual se nos asegura en el mismo Dios,
en su gloria y felicidad. Ante esta invitación divina no nos queda sino
fomentar nuestras ansias de ver a Dios, el deseo de estar para siempre reinando
junto a Él.
Pbro. D. Federico Elías ALCAMÁN Riffo (Puchuncaví -
Valparaíso, Chile)
Santoral Católico:
Santos Carlos
Luanga y compañeros
Mártires
Entre los años 1885 y 1887, apenas
iniciada la nueva evangelización de África negra, un centenar de cristianos de
Uganda, católicos o anglicanos, fueron condenados a muerte por el rey Mwanga
que se propuso acabar con todos los cristianos, entre otras razones porque se
oponían a la esclavitud y a la venta de esclavos. Hoy se conmemora en particular
al grupo formado por Carlos Luanga y sus doce compañeros, todos ellos de edades
comprendidas entre los catorce y los treinta años, que pertenecían a la corte
regia de jóvenes nobles o al cuerpo de guardia del rey Mwanga, y eran neófitos
o fervorosos católicos; pues bien, porque, coherentemente con su fe en Cristo,
no cedieron a los deseos impuros del monarca, murieron en la colina de
Namugongo en Uganda, el 3 de junio de 1886, unos degollados y otros quemados
vivos. Estos son sus nombres: Calos Luanga, Mbaya Tuzinde, Bruno Seronuma,
Santiago Buzabaliao, Kizito, Ambrosio Kibuka, Mgagga, Gyavira, Aquiles
Kiwanuka, Adolfo Ludigo Mkasa, Mukasa Kiriwanvu, Anatolio Kiriggwajjo y Lucas
Banabakintu.
Oración: Señor, Dios nuestro, tú
haces que la sangre de los mártires se convierta en semilla de nuevos
cristianos; concédenos que el campo de tu Iglesia, fecundo por la sangre de san
Carlos Luanga y de sus compañeros, produzca continuamente, para gloria tuya,
abundante cosecha de cristianos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
La frase de hoy
“Nos sentimos Iglesia de Jesús. ¡Qué
hermosa vocación! Comprometidos en hacer realidad nuestros anhelos de justicia,
de solidaridad y defensa de la dignidad de nuestros hermanos, especialmente de
los más pobres y excluidos… Hemos buscado entre todos qué nos pide Dios en este
momento de nuestra vida social y eclesial. Y esta búsqueda la hemos hecho en un
clima de familia, de diálogo y de respeto a las diferencias, porque es el mismo
Espíritu el que nos convoca, nos impulsa y nos mantiene en la fidelidad” ~ Mons. P. Olmedo ~
Tema del día:
La escritura a
mano
En Inglaterra se vuelve a usar la
estilográfica para que los estudiantes aprendan
la grafía. En Francia también se
considera que no se debe prescindir de esa habilidad, pero allí el problema
reside en que ya no la dominan ni los maestros.
Aunque el mundo adulto no está aún
preparado para recibir las nuevas inteligencias de los niños producto de la
Tecnología, la pérdida de la habilidad de la escritura cursiva explica
trastornos del aprendizaje que advierten los maestros e inciden en el desempeño
escolar.
En la escritura cursiva, el hecho de que
las letras estén unidas una a la otra por trazos permite que el pensamiento
fluya con armonía de la mente a la hoja de papel. Al ligar las letras con la
línea, quien escribe vincula los pensamientos traduciéndolos en palabras.
Por su parte, el escribir en letra de
imprenta implica escindir lo que se piensa en letras, desguazarlo, anular el
tiempo de la frase, interrumpir su ritmo y su respiración.
Si bien ya resulta claro que las
computadoras son un apéndice de nuestro ser, hay que advertir que favorecen un
pensamiento binario, mientras que la escritura a mano es rica, diversa,
individual, y nos diferencia a unos de otros.
Habría que educar a los niños desde la
infancia en comprender que la escritura responde a su voz interior y representa
un ejercicio irrenunciable. Los sistemas de escritura deberían convivir,
precisamente por esa calidad que tiene la grafía de ser un lenguaje del alma
que hace únicas a las personas. Su abandono convierte al mensaje en frío, casi
descarnado, en oposición a la escritura cursiva, que es vehículo y fuente de
emociones al revelar la personalidad, el estado de ánimo.
Posiblemente sea esto lo que los jóvenes
temen, y optan por esconderse en la homogeneización que posibilita el recurrir
a la letra de imprenta. Porque, como lo destaca Umberto Eco, que interviene
activamente en este debate, la escritura cursiva exige componer la frase
mentalmente antes de escribirla, requisito que la computadora no sugiere.
En todo caso, la resistencia que ofrecen
la pluma y el papel impone una lentitud reflexiva.
Como en tantos otros aspectos de la
sociedad actual, surge aquí la centralidad del tiempo. Un artículo reciente
en la revista Time , titulado: “Duelo
por la muerte de la escritura a mano”, señala que es ése un arte perdido, ya
que, aunque los chicos lo aprenden con placer porque lo consideran un rito de
pasaje, nuestro objetivo es expresar el pensamiento lo más rápidamente posible.
Hemos abandonado la belleza por la velocidad, la artesanía por la eficiencia.
La escritura cursiva parece condenada a
seguir el camino del latín: dentro de un tiempo, no la podremos leer. Abriendo
una tímida ventana a la individualidad, aún firmamos a mano. Por poco tiempo...
Propósito: Que llegue a maestros,
educadores en general y -por supuesto- padres de familia y/o abuelos con niños
en edad escolar.
© Guillermo
Jaim Etcheverry
Mensaje de María
Reina de la Paz
Mensaje de María Reina de la Paz del 2 de junio de 2015
"Queridos hijos, deseo actuar a
través de ustedes, mis hijos, mis apóstoles, para que al final pueda reunir a
todos mis hijos allí donde está todo preparado para su felicidad. Oro por
ustedes, para que con las obras puedan convertir a los demás, porque ha llegado
el tiempo de las obras de la verdad, de mi Hijo. Mi amor obrará en ustedes, me
serviré de ustedes. Tengan confianza en mí, porque todo lo que deseo, lo deseo
para su bien, eterno bien, creado por el Padre Celestial. Ustedes, hijos míos,
apóstoles míos, viven la vida terrena en comunidad con mis hijos que no han
conocido el amor de mi Hijo, aquellos que a mí no me llaman Madre. Pero no
tengan miedo de dar testimonio de la verdad, porque, si ustedes no tienen miedo
y dan testimonio con valor, la verdad milagrosamente vencerá. Pero recuerden:
¡La fuerza está en el amor! Hijos míos, el amor es arrepentimiento, perdón,
oración, sacrificio y misericordia. Si saben amar con las obras convertirán a
los demás, permitirán que la luz de mi Hijo penetre en las almas. ¡Les doy las
gracias! Oren por sus pastores, ellos pertenecen a mi Hijo, Él los ha llamado.
Oren para que siempre tengan la fuerza y el valor de brillar con la luz de mi Hijo."
Junio, mes del Corazón de Jesús
Día 3: La corona de espinas
Si
observas al Corazón de Jesús, pruebas un sentimiento de pena. Es coronado de
espinas, mana sangre, es traspasado su Corazón. Es el símbolo de la vida de
Jesús. Nacido en medio de sufrimientos, abraza al dolor, abraza una cruz, la
lleva al Calvario, muere crucificado.
Jesús
valora el dolor y crea una escuela: "Quien quiera venir en pos de mí, tome
su cruz" (Mt.16,24). Es una frase un poco amarga, un poco triste, pero es
así. El dolor cristiano está para purificar, para santificar las almas.
La
cruz que Él te da es aquella que es buena para ti. Trata de tener devoción a tu
cruz; ámala, como la amaron los Santos, como la amó Jesús.
Del Web Católico de Javier
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.