PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 10 - Número 2695
~ Martes 2 de Junio de 2015
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
Yo creo en un Dios. En Abbá, como creía
Jesús. Yo creo que el Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, es como
mi madre y puedo fiarme de Él. Lo creo porque así lo he visto en Jesús, que se
sentía Hijo. Yo creo que Abbá no está lejos sino
cerca, al lado, dentro de mí. Creo sentir su Aliento como una brisa suave que
me anima y me hace más fácil caminar. Creo que Jesús, más aún que un hombre, es
enviado, mensajero. Creo que sus palabras son palabras de Abbá. Creo que sus
acciones son mensaje de Abbá. Creo que puedo llamar a Jesús la Palabra presente
entre nosotros.
Yo sólo creo en un Dios, que es Padre,
Palabra y Viento, porque creo en Jesús, el Hijo, el hombre lleno del Espíritu
de Abbá.
José Enrique Ruiz de Galarreta
¡Buenos días!
El alacrán se ahoga
En
todo momento y en cualquier circunstancia de la vida estás en condiciones de
amar e imitar a Cristo, el incondicional servidor del Padre y de los hombres.
El modelo humano que te ofrece Jesús, y que él realizó plenamente, es el de
servidor humilde de quien necesita ayuda. “El Hijo del hombre no ha venido para
ser servido, sino para servir”. Lee esta parábola oriental.
Un maestro de la India que vio cómo un
alacrán se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el
alacrán le picó. Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el animal
cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. El maestro intentó sacarlo otra vez,
y otra vez el alacrán le picó. Alguien que había observado todo, se acercó al
maestro y le dijo: Perdone, ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que
intente sacarlo del agua le picará?" El maestro respondió: "La
naturaleza del alacrán es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es
ayudar". Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito
del agua y le salvó la vida.
Ayudar
y servir son dos expresiones concretas de un amor que se brinda generosamente a
los demás. De este olvido de ti mismo, surgirá como por magia, tu propia
felicidad y alegría, tu auténtica realización. “Dormí y soñé que la vida era
alegría. Desperté y vi que la vida era
servicio. Y, en el servicio, encontré la
alegría” (Tagore). ¡Siempre listo para servir!
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, enviaron a Jesús
algunos fariseos y herodianos, para cazarle en alguna palabra. Vienen y le
dicen: «Maestro, sabemos que eres veraz y que no te importa por nadie, porque
no miras la condición de las personas, sino que enseñas con franqueza el camino
de Dios: ¿Es lícito pagar tributo al César o no? ¿Pagamos o dejamos de pagar?».
Mas Él, dándose cuenta de su hipocresía,
les dijo: «¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea». Se lo trajeron
y les dice: «¿De quién es esta imagen y la inscripción?». Ellos le dijeron:
«Del César». Jesús les dijo: «Lo del César, devolvédselo al César, y lo de
Dios, a Dios». Y se maravillaban de Él. (Mc 12,13-17)
Comentario
Hoy, de nuevo nos maravillamos del
ingenio y sabiduría de Cristo. Él, con su magistral respuesta, señala
directamente la justa autonomía de las realidades terrenas: «Lo del César,
devolvédselo al César» (Mc 12,17).
Pero la Palabra de hoy es algo más que
saber salir de un apuro; es una cuestión que tiene actualidad en todos los
momentos de nuestra vida: ¿qué le estoy dando a Dios?; ¿es realmente lo más
importante en mi vida? ¿Dónde he puesto el corazón? Porque... «donde esté
vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Lc 12,34).
En efecto, según san Jerónimo, «tenéis
que dar forzosamente al César la moneda que lleva impresa su imagen; pero
vosotros entregad con gusto todo vuestro ser a Dios, porque impresa está en
nosotros su imagen y no la del César». A lo largo de su vida, Jesucristo
plantea constantemente la cuestión de la elección. Somos nosotros los que
estamos llamados a elegir, y las opciones son claras: vivir desde los valores
de este mundo, o vivir desde los valores del Evangelio.
Siempre es tiempo de elección, tiempo de
conversión, tiempo para volver a “resituar” nuestra vida en la dinámica de
Dios. Será la oración, y especialmente la realizada con la Palabra de Dios, la
que nos vaya descubriendo lo que Dios quiere de nosotros. El que sabe elegir a
Dios se convierte en morada de Dios, pues «si alguno me ama, guardará mi
Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él» (Jn 14,23).
Es la oración la que se convierte en la auténtica escuela donde, como afirma
Tertuliano, «Cristo nos va enseñando cuál era el designio del Padre que Él
realizaba en el mundo, y cual la conducta del hombre para que sea conforme a
este mismo designio». ¡Sepamos, por tanto, elegir lo que nos conviene!
Rev. D. Manuel SÁNCHEZ Sánchez (Sevilla, España)
Santoral Católico:
Santos Marcelino y
Pedro
Mártires
Marcelino era sacerdote y Pedro
exorcista, y ambos fueron mártires. El papa san Dámaso es quien nos ha dejado
las noticias de su muerte que oyó de boca del mismo verdugo. Fueron condenados
a muerte en Roma durante la persecución de Diocleciano, a comienzos del siglo
IV, seguramente el año 304. Para su ejecución los llevaron a un bosque fuera de
la ciudad, a fin de que se desconociera el lugar de su sepultura. Allí los
obligaron a cavar con sus manos su propia fosa, en la que los enteraron después
de haberlos decapitado. Pero una piadosa matrona romana, llamada Lucilia,
consiguió localizar los restos de los mártires, los recogió y los sepultó en el
cementerio llamado Ad duas lauros, en
la Vía Labicana de Roma donde, después de la paz de Constantino, su madre,
santa Elena, hizo construir una basílica.
Oración: Señor, tú has hecho del
glorioso testimonio de tus mártires san Marcelino y san Pedro nuestra
protección y defensa; concédenos la gracia de seguir sus ejemplos y de vernos
continuamente sostenidos por su intercesión. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa
Francisco
“Quien sigue a Jesús se pone en el
camino de la obediencia,
como imitando la condescendencia del
Señor,
abajándose y haciendo propia la voluntad
del Padre,
también hasta la aniquilación y la
humillación de sí mismo”
Poesía
Háblame de Dios
Dije al almendro: háblame de Dios
y el almendro floreció,
Dije al pobre: háblame de Dios,
y el pobre me ofreció su capa.
Dije al sueño: háblame de Dios
y el sueño se hizo realidad.
Dije a un campesino: háblame de Dios
y el campesino me enseñó a labrar.
Dije a la naturaleza: háblame de Dios
y la naturaleza se cubrió de hermosura
Dije a un amigo: háblame de Dios
y el amigo me enseñó a amar.
Dije a un pequeño: háblame de Dios
y el pequeño sonrió.
Dije a un ruiseñor: háblame de Dios
y el ruiseñor se puso a cantar.
Dije a la fuente: háblame de Dios
y el agua brotó.
Dije a mi madre: háblame de Dios
y mi madre me dio un beso en la frente.
Dije a la gente: habladme de Dios
y la gente se amaba.
Dije a la voz: háblame de Dios
y la voz no encontró palabras.
Dije al dolor: háblame de Dios
y el dolor se transformó en
agradecimiento.
Dije a la Biblia: háblame de Dios
y la Biblia no paró de hablar
Dije a Jesús: háblame de Dios
y Jesús rezó el Padrenuestro.
Dije temeroso al sol poniente: háblame
de Dios
y el sol se ocultó sin decirme nada.
Pero al día siguiente al amanecer,
cuando abría la ventana, ya me volvió a
sonreír.
Nikos Kazantzakis
Ofrecimiento para
sacerdotes y religiosas
Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas
que reciben diariamente "Pequeñas Semillitas" por e-mail: Si desean
recibir el power point y los comentarios del Evangelio del domingo siguiente
con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de preparar sus
meditaciones, homilías o demás trabajos sobre la Palabra de Dios, pueden
pedírmelo a feluzul@gmail.com
Sólo deben indicar claramente su nombre,
su correo electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa
pertenecen.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia
Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos,
sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el
cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno,
así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu
Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del
Inmaculado Corazón de María; por la
conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África,
y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los
inmigrantes del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad
en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los
matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el
aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas
del Purgatorio.
Pedimos oración para que la Santísima
Trinidad habite en el alma de los integrantes de la familia Estrada de la Riva,
de Guatemala.
Pedimos oración por la salud del Padre
Ángel Santos, de Puerto Rico, que ha iniciado un tratamiento oncológico.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Junio, mes del Corazón de Jesús
Día 2: Fuente de salvación
En
cada página del evangelio, el Corazón de Jesús habla de la fe. Por la fe Jesús
cura las almas, sana los cuerpos y resucita a los muertos. Cada uno de los
milagros es el fruto de la fe; cada palabra suya es una incitación a la fe.
La fe
es necesaria como el pan que comes, como el aire que respiras. Con la fe eres
todo; sin la fe no eres nada. Con frecuencia nuestra fe es lánguida como una
llama a punto de extinguirse. Cuando en los campos, en las casas, en las
oficinas, en las tiendas, se mofan de tu fe ¿sientes el coraje de defenderla
sin sonrojarte, sin respeto humano? Cuando las pasiones te asaltan
ferozmente, ¿Te acuerdas que con un acto
de fe resultas invencible porque Dios combate por ti y contigo?
Del Web Católico de Javier
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.