martes, 23 de junio de 2015

Pequeñas Semillitas 2716

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2716 ~ Martes 23 de Junio de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Jesús sacude todo inmovilismo. Nos invita a ponernos en marcha, a embarcarnos, a soltar amarras, a no quedarnos en tierra y a emprender la travesía con Él a bordo. Hay que “ir a la otra orilla”, la fe no es inmovilismo. La cercanía de Jesús, la certeza de que navega con nosotros y de que lleva la barca de nuestra vida a buen puerto, no supone la ausencia de dificultades y tormentas en nuestra vida. Jesús no nos dice que estamos libres de ellas. Pero nos asegura que en las tempestades no estamos solos. Pase lo que pase Él recorre con nosotros nuestra travesía.
La fe consiste en fiarse de Jesús. La cuestión está en confiar, dejarle actuar a Él. Contra toda lógica y toda ley de la naturaleza Jesús calma el viento y llena el espacio de calma y de paz. Él es nuestra paz.
Ojalá que, como Jesús, nos preocupemos por proporcionar lo que necesitan tantas personas que viven "con el agua hasta el cuello".

¡Buenos días!

Después de la vida
Una vez un taxista me interrumpió una reflexión sobre la vida que sigue a esta vida terrenal, diciéndome: “¡Nadie ha venido a contarnos lo que hay después!”. “Mire, le dije, en la vida de san Juan Bosco hay un hecho que fue presenciado por un grupo de seminaristas entre los 20 y 30 años y que ha testificado este santo en sus memorias”.

Siendo Don Bosco seminarista hizo un trato con su amigo Luis Comollo: el que muera primero vendrá a avisar si está o no en el Cielo. Al poco tiempo murió el amigo de Don Bosco. Habían pasado cuatro días del entierro, y Bosco no podía dormir. Cuando el reloj de la iglesia tocó las doce, se oyó un rumor sordo que hizo vibrar las paredes, el pavimento y el techo. Los seminaristas se despertaron y quedaron mudos. “Yo estaba petrificado de horror —cuenta Don Bosco— se abrió violentamente la puerta del dormitorio; solo se vio un fulgor pálido. Luego un repentino silencio; la luz brilló más y oí la voz de Comollo, que por tres veces me dijo: “¡Bosco, Bosco, Bosco! ¡Me he salvado!”.

Morir en pecado mortal sin estar arrepentido ni acoger el amor misericordioso de Dios, significa permanecer separados de Él para siempre por nuestra propia y libre elección. Eso es el infierno: algo peor que el fuego y cualquier tormento, la separación de un Dios todo bondad, belleza y verdad. Jesús habló quince veces del infierno para que estemos muy atentos.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen. Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas. Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y pocos son los que lo encuentran». (Mt 7,6.12-14)

Comentario
Hoy, el Señor nos hace tres recomendaciones. La primera, «No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos» (Mt 7,6), contrastes en que los “bienes” son asociados a “perlas” y lo “que es santo”; y, por otro lado, los “perros y puercos” a lo que es impuro. San Juan Crisóstomo nos enseña que «nuestros enemigos son iguales a nosotros en su naturaleza pero no en su fe». A pesar de que los beneficios terrenales son concedidos de igual manera a los dignos e indignos, no es así en lo que se refiere a las “gracias espirituales”, privilegio de aquellos que son fieles a Dios. La correcta distribución de los bienes espirituales implica un celo por las cosas sagradas.
La segunda es la llamada “regla de oro” (cf. Mt 7,12), que compendiaba todo lo que la Ley y los Profetas recomendaron, tal como ramas de un único árbol: El amor al prójimo presupone el Amor a Dios, y de Él proviene.
Hacer al prójimo lo que queremos que nos hagan implica una transparencia de acciones para con el otro, en el reconocimiento de su semejanza a Dios, de su dignidad. ¿Por qué razón deseamos el Bien para nosotros mismos? Porque lo reconocemos como medio de identificación y unión con el Creador. Siendo el Bien el único medio para la vida en plenitud, es inconcebible su ausencia en nuestra relación con el prójimo. No hay lugar para el bien donde prevalezca la falsedad y predomine el mal.
Por último, la "puerta estrecha"... El Papa Benedicto XVI nos pregunta: «¿Qué significa esta ‘puerta estrecha’? ¿Por qué muchos no pueden pasar por ella? ¿Es un pasaje reservado para algunos elegidos?». ¡No! El mensaje de Cristo «nos dice que todos podemos entrar en la vida. El pasaje es ‘estrecho’, pero abierto a todos; ‘estrecho’ porque es exigente, requiere compromiso, abnegación, mortificación del propio egoísmo».
Roguemos al Señor que realizó la salvación universal con su muerte y resurrección, que nos reúna a todos en el Banquete de la vida eterna.
Diácono D. Evaldo PINA FILHO (Brasilia, Brasil)

Santoral Católico:
San José Cafasso
Presbítero
Nació en Castelnuovo Don Bosco (Piamonte, Italia) el año 1811. De joven optó por la carrera eclesiástica y, hechos los estudios, recibió la ordenación sacerdotal en 1833. Su vida discurrió, serena pero intensa, en Turín. Ingresó en la Tercera Orden de san Francisco, como hicieron sus santos colegas Juan Bosco y José Benito Cottolengo. Se incorporó al "Convitto" Eclesiástico de San Francisco de Asís, fundado por Don Guala, en el que los nuevos sacerdotes completaban su formación, y desde la cátedra y el confesonario formó maestros de fe, y hombres y mujeres de Dios. Se le encontraba también con frecuencia en las cárceles atendiendo a los detenidos, o acompañando a los condenados a muerte. Formó un plantel de excelentes sacerdotes entre los que destaca san Juan Bosco. Murió en Turín el 23 de junio de 1860. Pío XII lo proclamó patrono de los encarcelados.
© Directorio Franciscano    

Palabras del Papa Francisco

“Todos hablan de la paz, algunos potentes de la Tierra dicen cosas muy bonitas de la paz, pero por debajo venden armas. Sí, existe la hipocresía siempre… por eso he dicho: no es suficiente hablar de paz, se debe hacer la paz. Y quien habla solamente de paz y no hace la paz se contradice, y quien habla de paz y favorece la guerra, por ejemplo con la venta de armas, es un hipócrita. Es así. Paz es el sueño de Dios, es el proyecto de Dios para la humanidad, para la historia, con toda la creación. Y es un proyecto que encuentra siempre oposición por parte del hombre y por parte del maligno... ¡Cuánto sufrimiento, cuánta destrucción, cuánto dolor! Hoy, queridos hermanos y hermanas, se eleva una vez más el grito del pueblo de Dios y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad: ¡Nunca más la guerra!”

Historias:
Sembrar semillas
Un hombre iba cada día al trabajo en el autobús. Una parada después que él, una anciana subía al autobús y se sentaba al lado de la ventana. La anciana abría una bolsa y durante todo el trayecto, iba tirando algo por la ventana. Siempre hacía lo mismo y un día, intrigado, el hombre le preguntó qué era lo que tiraba por la ventana.

- ¡Son semillas! - le dijo la anciana.

- ¿Semillas? ¿Semillas de qué?

- De flores, es que miro afuera y está todo vacío... Me gustaría poder viajar viendo flores durante todo el camino. ¿Verdad que sería bonito?

- Pero las semillas caen encima del asfalto, las aplastan los coches, se las comen los pájaros... ¿Cree que sus semillas germinarán al lado del camino?

- Seguro que sí. Aunque algunas se pierdan, algunas acabarán en la cuneta y, con el tiempo, brotarán.

- Pero... Tardarán en crecer, necesitan agua...

- Yo hago lo que puedo hacer. ¡Ya vendrán los días de lluvia!

La anciana siguió con su trabajo...

Y el hombre bajó del autobús para ir a trabajar, pensando que la anciana había perdido un poco la cabeza.

Unos meses después... yendo al trabajo, el hombre, al mirar por la ventana, vio todo el camino lleno de flores... ¡Todo lo que veía era un colorido y florido paisaje! Se acordó de la anciana, pero hacía días que no la había visto.  Preguntó al conductor:

- ¿Qué hay de la anciana de las semillas?

- Pues, ya hace un mes que murió.

El hombre volvió a su asiento y siguió mirando el paisaje.

- "Las flores han brotado, se dijo, pero ¿de qué le ha servido su trabajo? No ha podido ver su obra".

De repente, oyó la risa de una niña pequeña que señalaba entusiasmada las flores...

- "¡Mira papá! ¡Mira cuantas flores!"

¿Verdad que no hace falta explicar mucho el sentido de esta historia?

La anciana de nuestra historia había hecho su trabajo y dejó su herencia a todos los que la pudieran recibir, a todos los que pudieran contemplarla y ser más felices.

Dicen que aquel hombre, desde aquel día, hace el viaje de casa al trabajo con una bolsa de semillas.

Está reflexión está dedicada a todos aquellos maestros, educadores, profesionales de la enseñanza, que, hoy, más que nunca, no pueden ver cómo crecen las semillas plantadas, las esperanzas sembradas en el corazón, sobretodo, de los adolescentes que llenan sus clases.

Y como los padres son, o deberían ser, los grandes educadores, también está dedicada a ellos.

Porque... Educar es enseñar caminos.

El rincón del lector
Desde hace años hemos tenido esta sección llamada “El rincón del lector” destinada a dar cabida a los mensajes, opiniones y comentarios de las personas que leen Pequeñas Semillitas, que han podido expresarse libre y respetuosamente. Ahora, con nuestra presencia en Facebook, la posibilidad de manifestarse es mucho más abierta, directa y permanente.
Igual vamos a mantener esta sección para los que deseen expresarse por esta vía. Para que tu mensaje se publique debes dirigirlo por correo electrónico a feluzul@gmail.com  con el título "El rincón del lector" y deberá ser muy breve y no contener conceptos agraviantes para nada ni para nadie.
Los mensajes serán moderados por el propietario de esta página y se publicarán a medida que el tiempo y el espacio en la misma lo permitan, y no se admitirán réplicas o respuestas públicas a mensajes anteriores de otros lectores.

# Carlos Cardona Ortiz – Bogotá, Colombia – 20 de Junio de 2015.
El Señor todos los días bendice nuestras vidas. Pero desde hace 6 años -ello es lo que cumplí el 4 de este mes- todos los días me acompaña “Pequeñas Semillitas”. Sin duda alguna esta obra ha penetrado profundamente en mi corazón y en el de mi familia. Siempre sus mensajes de aliento, sus oraciones, sus espacios dedicados al santoral, la Palabra de Dios, los 'Buenos Días', las constantes y dicientes reflexiones, y muchas cosas más, han acrecentado mi fe y mi esperanza. Me siento orgulloso de ser un simpatizante de esta hermosa obra de Felipe de Urca, quien con su característica humildad, nos regala todos los días, y que sin descanso, al acudir a ella, me reconforta, me sube los ánimos y me lleva a contemplar, muy de cerca, la presencia del Señor en mi vida y en la de aquellas personas que amo incondicionalmente. Dios bendiga siempre la salud, el bienestar y la familia de Felipe, a quien siento muy cercano y, a pesar de la distancia, le considero como si fuera de mi familia. Un aplauso desde lo más profundo de mi corazón, y un sincero agradecimiento, acompañado de un abrazo fraterno a quienes apoyan a Felipe en esta maravillosa obra. A él, un reconocimiento especial, pues su siembra hoy ha hecho nacer y crecer frutos bellos, ponderables y hermosos en mi vida espiritual, en la de mi familia y mis discípulos en el Colegio en el que soy profesor de Religión. Un abrazo cordial a todos sus lectores.

# Nota del autor:
Agradezco profundamente a Carlos por sus palabras, porque sé que nacen de su corazón. Confieso que he dudado si publicarlas o no, porque son conceptos demasiado generosos y exageran mis nulas virtudes de pequeño sembrador de la Palabra de Jesús. Pero por el respeto que Carlos y cada lector se merecen, las he transcripto en forma completa y textual. Muchas gracias a todos y es un motivo de gran alegría para el sembrador el saber que buena parte de las semillas encuentran “tierra fértil” para crecer y dar hermosos frutos en las praderas del Señor.
Alabado sea Jesucristo…!!!
Felipe

Junio, mes del Corazón de Jesús
Día 23: Frente a tanto mal
Cuando San Juan Bautista desde la prisión envió a dos de sus discípulos a Jesús para pedirle si era verdaderamente el redentor prometido. Jesús, por toda respuesta se refirió a los frutos: "Id y referid a Juan que los ciegos ven, los cojos andan, los muertos resucitan, los pobres son evangelizados". Jesús quiere nuestra salvación. Él vive y obra por nosotros; por nosotros muere en la cruz.
Siembra mucho, siembra a manos llenas el bien; no se perderá en la tierra; fructificará siempre para el cielo.
¡Cuántos defectos en las personas que tú conoces, que tú quieres! ¡Cuántas malas inclinaciones y quizá cuántos escándalos! Tú sabes que la caridad cristiana obliga a todos a la corrección fraterna.
Del Web Católico de Javier

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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