PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 10 - Número 2702
~ Martes 9 de Junio de 2015
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
El P. Roberto de Grandis en su libro
“Sanados por la Eucaristía” escribió: "Cuanto más fuerte sea la presencia de
Jesús, habrá más sanaciones. Y la presencia más grande del Señor, la tenemos en
la Eucaristía. Es mucho más fuerte que imponer las manos, mucho más fuerte que
ungir con aceite, mucho más fuerte que predicar la Palabra. La presencia de
Jesús en la Eucaristía, es la presencia absoluta. El momento más grande de
sanación es el momento de la comunión. Confieso que, después de veinticinco
años en el ministerio de sanación, es ahora cuando estoy empezando a ver la
realidad de lo que digo: El Señor sana en la Eucaristía.
Conocí a una mujer que estaba embarazada
y el médico le dijo que tenía que abortar; porque el niño estaba completamente
deforme. Fue a la iglesia. Durante la misa pidió fuerza para poder aceptar a
ese niño y, cuando el sacerdote elevaba la hostia sintió un poder grande dentro
de ella y una gran paz. El médico insistía en que tenía que abortar. Siguió
yendo diariamente a misa, y tuvo una niña perfectamente normal. Ya ha cumplido
los siete años y la están preparando para su primera comunión".
¡Buenos días!
Convertidos gracias a la Eucaristía
Refieren
los biógrafos de San Antonio de Padua que, estando en Rímini en 1225, un hereje
albigense, llamado Boniville, negaba la presencia de Cristo en la Eucaristía y
le pedía una prueba convincente. El hereje llevó a la plaza su mula, a la que
había dejado tres días sin comer, Y le llevó una bolsa de cebada mientras que
San Antonio llevaba el Santísimo Sacramento, y la mula dejando sin probar la
cebada, se arrodilló a su manera ante la Eucaristía. A la vista de este
milagro, se convirtió Boniville con varios de sus seguidores. Y allí se
construyó una capilla para recordar el milagro.
Cuando el santo cura de Ars llegó a ese pequeño
pueblo francés, apenas tres o cuatro ancianas iban a misa. Él, entonces, se
dedicó a pasarse muchas horas de adoración ante el Santísimo y siempre con
el Rosario entre las manos y los ojos
fijos en el sagrario. Poco a poco, la gente empezó a ir a la Iglesia y a querer
confesarse. Así empezó un ministerio de confesión que lo hizo famoso, pues
venían hasta de los últimos rincones de Francia y del extranjero para ver y oír
a aquel sacerdote con fama de santo, que tanto amaba a Jesús sacramentado.
Algo
parecido sucedió en el pueblo de San Giovanni Rotondo con el famoso P. Pío de
Pietrelcina, capuchino estigmatizado. Cuando Él llegó, era un pueblo
desconocido; hoy es un centro espiritual, sanitario y cultural de fama
internacional. ¿Qué es lo que hizo el milagro? El P. Pío, sencillo y enfermizo,
se pasaba las horas ante el sagrario, orando por los pecadores y sufriendo por
ellos. Poco a poco, la gente comenzó a visitarlo para confesarse con él. Y,
como le había sucedido al cura de Ars, tuvo que dedicar sus horas libres a
confesar. El 20 de setiembre de 1918, estando en oración ante el Santísimo,
recibió de Jesús las santas llagas en manos, pies y costado.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus
discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa,
¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y
pisoteada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse
una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y
la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos
los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para
que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los
cielos». (Mt 5,13-16)
Comentario
Hoy, san Mateo nos recuerda aquellas
palabras en las que Jesús habla de la misión de los cristianos: ser sal y luz
del mundo. La sal, por un lado, es este condimento necesario que da gusto a los
alimentos: sin sal, ¡qué poco valen los platos! Por otro lado, a lo largo de
los siglos la sal ha sido un elemento fundamental para la conservación de los
alimentos por su poder de evitar la corrupción. Jesús nos dice: —Debéis ser sal
en vuestro mundo, y como la sal, dar gusto y evitar la corrupción.
En nuestro tiempo, muchos han perdido el
sentido de su vida y dicen que no vale la pena; que está llena de disgustos,
dificultades y sufrimientos; que pasa muy deprisa y que tiene como perspectiva
final —y bien triste— la muerte.
«Vosotros sois la sal de la tierra» (Mt
5,13). El cristiano ha de dar el gusto: mostrar con la alegría y el optimismo
sereno de quien se sabe hijo de Dios, que todo en esta vida es camino de santidad;
que dificultades, sufrimientos y dolores nos ayudan a purificarnos; y que al
final nos espera la vida de la Gloria, la felicidad eterna.
Y, también como la sal, el discípulo de
Cristo ha de preservar de la corrupción: donde se encuentran cristianos de fe
viva, no puede haber injusticia, violencia, abusos hacia los débiles... Todo lo
contrario, ha de resplandecer la virtud de la caridad con toda la fuerza: la
preocupación por los otros, la solidaridad, la generosidad...
Y, así, el cristiano es luz del mundo
(cf. Mt 5,14). El cristiano es esta antorcha que, con el ejemplo de su vida,
lleva la luz de la verdad a todos los rincones del mundo, mostrando el camino
de la salvación... Allá donde antes sólo había tinieblas, incertidumbres y
dudas, nace la claridad, la certeza y la seguridad.
Rev. D. Francesc PERARNAU i Cañellas (Girona, España)
Santoral Católico:
San Efrén de Siria
Doctor de la
Iglesia
Nació en Nísibe, en la Mesopotamia
septentrional, hacia el año 306 y recibió una educación cristiana. Tenía pocos
años cuando el emperador Constantino promulgó el edicto de Milán. Pero Efrén no
gozó la libertad de culto porque su padre, que era sacerdote pagano, no veía con
buenos ojos la educación cristiana que le daba su madre, y lo echó de casa. Se
ordenó de diácono a los 18 años y, cuando Nísibe cayó bajo el poder persa, se
estableció en Edesa (hoy Urfa, en Turquía), de cuya escuela teológica fue
iniciador y director. Tanto en su patria como en Edesa puso de manifiesto sus
dotes naturales de orador, místico y poeta (son memorables sus himnos y
cánticos para las celebraciones litúrgicas que le valieron el título de «cítara
del Espíritu Santo»), a la vez que profundo teólogo y conocedor de la
Escritura. A pesar de su intensa vida ascética, desplegó una gran actividad
como predicador y como autor de importantes obras destinadas a la refutación de
los errores de su tiempo. Murió en Edesa el 9 de junio del año 373.
Oración: Señor, infunde en nuestros
corazones el Espíritu Santo que con su inspiración impulsaba a tu diácono san
Efrén a cantar con alegría tus misterios y a consagrar su vida a tu servicio.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa
Francisco
“La alianza de amor entre el hombre y la
mujer, alianza para la vida, no se improvisa, no se hace de un día al otro. No
existe el matrimonio ‘express’ es necesario trabajar sobre el amor, es
necesario caminar. La alianza del amor del hombre y de la mujer se aprende y se
refina. Me permito decir que es una alianza artesanal. Hacer de dos vidas una
vida sola, es también casi un milagro, un milagro de la libertad y del corazón,
confiado a la fe”
Tema del día:
Educación y diversión
En la
actualidad, para muchos padres la diversión es el valor central en la educación
de los hijos y todo se subordina a ella. Sin embargo, “chicos divertidos” no es
siempre sinónimo de “chicos felices”.
En la época
de nuestros abuelos inmigrantes, el esfuerzo era el mayor valor, de modo tal
que sólo era bueno y valioso aquello que se había conseguido a través del
sacrificio personal. Poco tiempo quedaba para disfrutar, para el placer y el
buen vivir. Hoy, en cambio, sólo es bueno lo que es divertido y la diversión se
ha convertido en el mayor valor. Así, los padres tenemos terror a que nuestros
hijos se aburran. Inclusive nos acercamos al colegio porque “no le va bien en
matemática”, pero la culpa es de la maestra que enseña de manera “muy
aburrida”.
Comienzan
a edades muy tempranas con programas recargados de elementos, cumpleaños con
banda musical, animadoras, disfraces, tortas, piñatas, souvenirs, pinturas y
catering diverso. Si no ponemos todos estos condimentos, los chicos no se
divierten. Tampoco alcanza con invitarle un amigo, le invitamos quince, hacemos
un pijama party, con colchones en el piso, películas y pochoclo. No importa que
tengan apenas cuatro años, así es “más divertido”.
Para peor,
todo es contagioso y competitivo: si Pedrito invitó a quince, mi hijo va a
invitar a dieciocho, para no ser menos, y que el programa de él sea el más
divertido, y yo el papá más piola.
Además,
con una televisión sola en el hogar no alcanza, tiene que haber por lo menos
una por miembro de la familia, para que no se peleen, si es posible una en cada
cuarto. A esto se le suma la computadora, la PlayStation y el reproductor de
MP3.
Para
cuando nos queremos dar cuenta, entran en la pre-adolescencia. Y, entonces, si
el programa no es de noche, es aburrido; si no hay música, luces y disc jockey,
“es un papelón”. Si están los grandes cerca, es “un quemo”; si no hay adultos,
“mucho mejor”.
En la
adolescencia aparecen toda la carga sexual, la invasión del alcohol (porque sin
alcohol “no es divertido”), las fiestas hasta cualquier hora, una atrás de la
otra e incluso durante la semana cuando empiezan las fiestas de egresados. Como
frutilla de la torta, el viaje de egresados y la fiesta en el boliche, un
permiso para la “diversión total”, y un consentimiento explícito de los padres
a estar ausentes, porque lo importante es que los chicos se diviertan.
Tal vez,
de tanto buscar que se diviertan, nos hemos olvidado de que el verdadero
sentido de la educación, el mismo que el de la vida, es ser felices, y esto es
mucho más profundo, complejo, completo y trabajoso que la mera diversión. O tal
vez, y sólo tal vez, tanta diversión esconda nuestra profunda tristeza, nuestro
vacío existencial y estemos formando una generación de hijos divertidos, aunque
sin rumbo y sin modelos a imitar.
Padres
presentes, amantes y seguros formaremos hijos felices, que sabrán divertirse
sanamente cuando corresponda, experimentando una profunda alegría de corazón
con una diversión que plenifica. Padres inseguros, ausentes e inmaduros
formaremos hijos divertidos, pero con una tristeza de corazón que no les
permitirá experimentar la verdadera alegría, haciéndose eco de una diversión de
masas que despersonaliza, vacía y, a veces, mata.
Elegimos,
con mi mujer, educar a nuestros hijos en la felicidad, en el esfuerzo, en la
aceptación del dolor, en la sana diversión, en la responsabilidad, en la
alegría. Elegimos ser padres responsables, ejercer nuestra autoridad con
entusiasmo, permanecer fieles a lo que creemos valioso para nuestros hijos,
aunque a veces duela. Elegimos educar, y eso no siempre es divertido. Tal vez
tengamos éxito, tal vez no. Sin embargo, estamos seguros y entusiasmados porque
queremos educar hijos felices.
© Eduardo Cazenave
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia
Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos,
sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el
cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno,
así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu
Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del
Inmaculado Corazón de María; por la
conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África,
y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los
inmigrantes del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad
en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los
matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el
aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas
del Purgatorio.
Pedimos oración para que una niña sin
familia pueda ser adoptada por Lorena y su esposo, de Argentina.
Pedimos oración para José Roberto M., de Guatemala, que
tiene diabetes y un pie con infección y no puede conseguir los remedios.
También rezamos por su esposa que padece un trastorno cerebral neuro motor. Que
el Señor provea lo necesario para ambos la Santísima Virgen María los ampare en
todo momento.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Junio, mes del Corazón de Jesús
Día 9: El pecado venial
En el
tribunal de Anás, Jesús recibe una bofetada de un siervo y en la humildad de su
Corazón exclama: El pecado venial deliberado es una bofetada a Jesús; no lo
pone en la cruz como el pecado mortal, pero es siempre un agravio, una
injusticia, una ofensa.
¿Qué
diríamos de un criado que obedeciese los mandatos del amo, pero despreciase sus
deseos y sus consejos? ¿Qué diríamos de un hijo que diese una bofetada a su
madre? Nosotros hacemos algo peor con Jesús cuando cometemos el pecado venial.
Del Web Católico de Javier
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
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