martes, 26 de octubre de 2010

Pequeñas Semillitas 1195

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1195 ~ Martes 26 de Octubre de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Abrimos esta edición de "Pequeñas Semillitas" recordando palabras de la Beata Madre Teresa de Calcuta:
"La paz y la guerra empiezan en el hogar. Si de verdad queremos que haya paz en el mundo, empecemos por amarnos unos a otros en el seno de nuestras propias familias. Si queremos sembrar alegría en derredor nuestro precisamos que toda familia viva feliz"


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, Jesús decía: «¿A qué es semejante el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza, que tomó un hombre y lo puso en su jardín, y creció hasta hacerse árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas». Dijo también: «¿A qué compararé el Reino de Dios? Es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo».
(Lucas 13, 18-21)

Comentario
Hoy, los textos de la liturgia, mediante dos parábolas, ponen ante nuestros ojos una de las características propias del Reino de Dios: es algo que crece lentamente —como un grano de mostaza— pero que llega a hacerse grande hasta el punto de ofrecer cobijo a las aves del cielo. Así lo manifestaba Tertuliano: «¡Somos de ayer y lo llenamos todo!». Con esta parábola, Nuestro Señor exhorta a la paciencia, a la fortaleza y a la esperanza. Estas virtudes son particularmente necesarias a quienes se dedican a la propagación del Reino de Dios. Es necesario saber esperar a que la semilla sembrada, con la gracia de Dios y con la cooperación humana, vaya creciendo, ahondando sus raíces en la buena tierra y elevándose poco a poco hasta convertirse en árbol. Hace falta, en primer lugar, tener fe en la virtualidad —fecundidad— contenida en la semilla del Reino de Dios. Esa semilla es la Palabra; es también la Eucaristía, que se siembra en nosotros mediante la comunión. Nuestro Señor Jesucristo se comparó a sí mismo con el «grano de trigo que cuando cae en tierra y muere (...) da mucho fruto» (Jn 12,24).
El Reino de Dios, prosigue Nuestro Señor, es semejante «a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo» (Lc 13,21). También aquí se habla de la capacidad que tiene la levadura de hacer fermentar toda la masa. Así sucede con “el resto de Israel” de que se habla en el Antiguo Testamento: el “resto” habrá de salvar y fermentar a todo el pueblo. Siguiendo con la parábola, sólo es necesario que el fermento esté dentro de la masa, que llegue al pueblo, que sea como la sal capaz de preservar de la corrupción y de dar buen sabor a todo el alimento (cf. Mt 5,13). También es necesario dar tiempo para que la levadura realice su labor.
Parábolas que animan a la paciencia y la segura esperanza; parábolas que se refieren al Reino de Dios y a la Iglesia, y que se aplican también al crecimiento de este mismo Reino en cada uno de nosotros.
Rev. D. Lucas Francisco MATEO Seco (Pamplona, Navarra, España)


Santoral Católico:
San Evaristo, Papa y Mártir


Nació por los años 60, de una familia judía asentada en tierras griegas. Recibió educación judía y aprendió en los liceos helénicos.

No se conocen datos de su conversión al cristianismo, pero se le ve ya en Roma como uno de los presbíteros muy estimados por los fieles que, lleno de celo, eleva el nivel de la comunidad de cristianos de la ciudad, entregándose por completo a mostrarle a Jesucristo. Amplio conocedor de la Sagrada Escritura, es docto en la predicación y humilde en el servicio.

Muerto mártir el Papa Anacleto, sucesor de Clemente, la atención se fija en Evaristo. Por humildad se resistió con todas las fuerzas posibles a asumir la dignidad que comportaba tan alto servicio. El día 27 de Julio del año 108 tuvo la Iglesia por Papa a Evaristo.

Atendió cuidadosamente las necesidades del rebaño. Defiende la verdadera fe contra los errores gnósticos. Establece normas que afectan a la consagración y trabajo pastoral de los Obispos y de los diáconos. Manda la celebración pública de los matrimonios. Se ocupa de la vida de los fieles, esbozándose ya una cierta administración territorial, para su mejor atención y gobierno. También escribió cartas a los fieles de África y de Egipto.

Murió mártir, siendo Trajano emperador, hacia el 117.


Pensamiento


“En la prosperidad, nuestros amigos nos conocen;
en la adversidad, nosotros conocemos a nuestros amigos”
J. Churton


Tema del día:
¿Qué es pedir?


El llanto sonoro del recién nacido —puerta por la que todos llegamos a la vida— bien expresa nuestra condición inicial: ¿qué es ese llanto, qué ese gemido, sino nuestra primera petición? ¿Qué dicen esas lágrimas, sino una especie de súplica: "por favor, recíbanme en la vida"?

Y sin embargo, el bebé no sabe pedir. Su llanto es más una exigencia que una petición. Y la diferencia está en que quien exige no admite razones. Puesto que en la vida del bebé sólo caben sus necesidades y sus caprichos, y no hay sitio para nada más, por eso el bebé no pide propiamente.

Pedir es en primer lugar un acto de la inteligencia. Es el reconocimiento lúcido de las propias posibilidades y de las posibilidades de los demás. Pero, por encima de todo, pedir es haber comprendido que lo que cada uno ha recibido lo ha recibido no sólo para sí mismo. Por eso, el verdadero pedir no supone humillación. Quizá nuestra soberbia nos hace autosuficientes, y nuestra suficiencia, hipersensibles a todo lo que parezca que nos rebaja.

Pero, en realidad, humillante sería una de estas dos cosas: que lo que yo puedo hacer irresponsablemente se lo deje a otro, o que lo que él otro no debe hacer yo pretenda que lo haga. Pero no es humillación, ni debe ser entendido así, que yo desee superar mi limitación con la ayuda de otro; ni es humillación recibir lo que el otro en cierto modo me debe, pues nadie fue creado para sí mismo.

Es evidente que en la sociedad del individualismo —que es la antítesis de lo que significa sociedad— el verbo pedir queda en la práctica prohibido y tácitamente reemplazado por verbos que se le parecen sólo lejanamente; verbos como "negociar", "pactar", "acordar", etc. Pero el ser humano, para sentirse humano, necesita poder pedir, y si esto le es impedido, se cierra sobre sí mismo en una cárcel de incomunicación y resentimiento. Al fin y al cabo, nuestra vida empezó como regalo, y ese primer regalo de algún modo nos autorizó a pedir, fundamentalmente a pedir que nos completen la vida, a pedir que el regalo no quede a medio camino.

Saber pedir, pues, tiene su ciencia. Pedir —es preciso repetirlo— no es un negocio. Y en esto nos equivocamos mucho. Queremos pedir pero sin parecer débiles, y entonces terminamos haciéndole sentir a la otra persona que, en el fondo, sí tenía que darnos lo pedido. Obrando así le quitamos a nuestra petición su dimensión más humana, precisamente la que podía abrirnos más puertas, a saber, la alegría de simplemente dar.

Por eso el arte de una petición, como tal, está sobre todo en la claridad con la que se haga. La clave está en ayudar a que el otro descubra su dar como una oportunidad de ser. Es hermoso tener claro que nuestras peticiones en realidad hacen más humanos a los demás, en la medida en que les dan margen para ser ellos mismos. Exactamente lo que recortamos de nosotros cuando decimos "necesito" se lo otorgamos a ellos al decirles: "por favor, dame…".

Material de Internet
Desconozco el autor


Meditación breve


Las expresiones de amor suavizan la dureza de cualquier experiencia. Ya seamos los receptores o los emisores del amor, compartimos las recompensas prometidas, la mayor de las cuales consiste en saber que encajamos, que los demás nos conocen. Sabemos que no estamos solos cuando sentimos el amor de otro y cuando tenemos a alguien quien ofrecer nuestro amor.
La independencia y la confianza en nosotros mismos son atributos valiosos y pueden prepararnos para sobrevivir en tiempos difíciles. Sin embargo, si interfieren con nuestra conciencia de la naturaleza interdependiente del mundo, pronto descubriremos que nuestra supervivencia está en juego. Nuestro desarrollo emocional, intelectual y físico se enriquece cuando nos relacionamos con los demás.
La alineación que sentimos en este momento puede disiparse rápidamente si ofrecemos la mano del amor y la recibimos con gusto. La satisfacción y la riqueza de nuestras vidas son proporcionales al amor que damos y que recibimos.
Hoy haré saber a alguien que lo amo y apreciaré la agradable sensación que seguirá.


Pedidos de oración


Pedimos oración por dos personas residentes en Caracas, Venezuela: la señora María S. que ya ha sido operada tres veces por un accidente de tránsito que le provocó fractura de fémur, y esto le ocasiona un estado anímico muy depresivo; y por su hijo Humberto José L. S. que ha caído en el vicio del alcohol. Que el Buen Jesús fortalezca a María e ilumine el corazón de Humberto para que ambos puedan encontrar el camino de la salud física y espiritual, y de ese modo sean felices.


Pedimos oración por Marta, de la ciudad de Córdoba, Argentina, que está atravesando momentos muy difíciles en su vida por cuestiones personales que la tienen sumida en la tristeza y la depresión. Rogamos a Jesús Misericordioso que la fortalezca en sus momentos de debilidad, a María Santísima que la acompañe en su soledad, y al Espíritu Santo que la ilumine con sus dones para que pueda encontrar el mejor y más feliz de los caminos.


Pedimos oración por la salud del niño Oscar David O. B. que vive en Bogotá, Colombia, nacido hace 20 días e internado por una afección congénita en sus riñones. Que la misericordia de Dios y la intercesión maternal de María logren el milagro de la curación de este bebito.


Por falta de trabajo pedimos oración por Úrsula que vive en el Distrito San Borja, Perú. Que el Señor se lo conceda pronto.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén


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Ven Espíritu Santo...!


Espíritu Santo, Tú nos dices por medio de San Pablo a los Corintios: “La esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo”. Aumenta entonces en nuestros corazones ese amor a Dios, refrendado en nuestro amor al prójimo. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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