domingo, 10 de octubre de 2010

Pequeñas Semillitas 1179

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1179 ~ Domingo 10 de Octubre de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Jesús contagia salud y vida. La terapia que Jesús pone en marcha es su propia persona: su amor apasionado a la vida, su acogida entrañable a cada enfermo o enferma, su fuerza para regenerar a la persona desde sus raíces, su capacidad de contagiar su fe en la bondad de Dios.
Su poder para despertar energías desconocidas en el ser humano crea las condiciones que hacen posible la recuperación de la salud.
La curación que suscita la llegada del reino de Dios es gratuita, y así la tendrán que regalar también sus discípulos.
José Antonio Pagola


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


Un día, sucedió que, de camino a Jerusalén, Jesús pasaba por los confines entre Samaría y Galilea, y, al entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia y, levantando la voz, dijeron: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!». Al verlos, les dijo: «Id y presentaos a los sacerdotes». Y sucedió que, mientras iban, quedaron limpios.
Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz; y postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias; y éste era un samaritano. Tomó la palabra Jesús y dijo: «¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?». Y le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado».
(Lucas 17, 11-19)

Comentario
Hoy podemos comprobar, ¡una vez más!, cómo nuestra actitud de fe puede remover el corazón de Jesucristo. El hecho es que unos leprosos, venciendo la reprobación social que sufrían los que tenían la lepra y con una buena dosis de audacia, se acercan a Jesús y —podríamos decir entre comillas— le obligan con su confiada petición: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!» (Lc 17,13).
La respuesta es inmediata y fulminante: «Id y presentaos a los sacerdotes» (Lc 17,14). Él, que es el Señor, muestra su poder, ya que «mientras iban, quedaron limpios» (Lc 17,14).
Esto nos muestra que la medida de los milagros de Cristo es, justamente, la medida de nuestra fe y confianza en Dios. ¿Qué hemos de hacer nosotros —pobres criaturas— ante Dios, sino confiar en Él? Pero con una fe operativa, que nos mueve a obedecer las indicaciones de Dios. Basta un mínimo de sentido común para entender que «nada es demasiado difícil de creer tocando a Aquel para quien nada es demasiado difícil de hacer» (Card. J. H. Newman). Sin no vemos más milagros es porque “obligamos” poco al Señor con nuestra falta de confianza y de obediencia a su voluntad. Como dijo san Juan Crisóstomo, «un poco de fe puede mucho».
Y, como coronación de la confianza en Dios, llega el desbordamiento de la alegría y del agradecimiento: en efecto, «uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz; y postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias» (Lc 17,15-16).
Pero..., ¡qué lástima! De diez beneficiarios de aquel gran milagro, sólo regresó uno. ¡Qué ingratos somos cuando olvidamos con tanta facilidad que todo nos viene de Dios y que a él todo lo debemos! Hagamos el propósito de obligarle mostrándonos confiados en Dios y agradecidos a Él.
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)


Santoral Católico
San Cerbonio
Obispo de Populonia



San Régulo y otro obispo fueron expulsados de África a principios del siglo VI. San Régulo y San Cerbonio se establecieron en Populonia (Piombino de Toscana) y, poco después este último fue elegido obispo de la ciudad. San Gregorio dice en sus "Diálogos" que Totila, rey de los invasores ostrogodos, condenó a San Cerbonio a enfrentarse con un oso por haber dado asilo a unos soldados romanos; pero la fiera, en vez de hacerle daño, le lamió mansamente los pies. Entonces Totila puso en libertad al santo. Loa lombardos le desterraron más tarde a Elba, donde murió 30 años después. Su cuerpo fue trasladado a Populonia, donde se le venera como patrón de la diócesis de Massa Marítima.

La fiesta de este santo reviste particular solemnidad entre los canónigos regulares de Letrán, porque San Cerbonio vivía en común con su clero.


Palabras de Juan Pablo II


En este tiempo amenazado por la violencia, por el odio y por la guerra, testimoniad que Él y sólo Él puede dar la verdadera paz al corazón del hombre, a las familias y a los pueblos de la tierra. Esforzaos por buscar y promover la paz, la justicia y la fraternidad. Y no olvidéis la palabra del Evangelio: «Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios» (Mt 5,9).


Tema del día:
Curación


El episodio es conocido. Jesús cura a diez leprosos enviándolos a los sacerdotes para que les autoricen a volver sanos a sus familias. El relato podía haber terminado aquí. Al evangelista, sin embargo, le interesa destacar la reacción de uno de ellos.

Una vez curados, los leprosos desaparecen del relato. Nada sabemos de ellos. Parece como si nada se hubiera producido en sus vidas. Sin embargo, uno de ellos «ve que está curado» y comprende que algo grande le han regalado: Dios está en el origen de aquella curación. Entusiasmado, vuelve «alabando a Dios a grandes gritos» y «dando gracias a Jesús».

Por lo general, los comentaristas interpretan la reacción del leproso en clave de agradecimiento: los otros nueve son unos desagradecidos; sólo el que ha vuelto sabe agradecer. Ciertamente es lo que parece sugerir el relato. Sin embargo, Jesús no habla de agradecimiento. Dice que el samaritano ha vuelto «para dar gloria a Dios». Y dar gloria a Dios es mucho más que decir gracias.

Dentro de la pequeña historia de cada persona, con sus enfermedades, sus dolencias, sus penas y aflicciones, la curación es una experiencia privilegiada para dar gloria a Dios como Salvador de nuestro ser. Así dice una célebre fórmula de san Ireneo de Lyon: "Lo que a Dios le da gloria es un hombre lleno de vida". Ese cuerpo curado del leproso es un cuerpo que canta la gloria de Dios.

Creemos saberlo todo sobre el funcionamiento de nuestro organismo, pero la curación de una grave enfermedad no deja de sorprendernos. Siempre es un "misterio" experimentar en nosotros cómo se recupera la vida, cómo se fortalecen nuestras fuerzas y cómo crece nuestra confianza y nuestra libertad.

Pocas experiencias podremos vivir tan radicales y básicas como la sanación, para experimentar la victoria frente al mal y el triunfo de la vida sobre la amenaza de la muerte. Por eso, al curarnos, se nos ofrece la posibilidad de acoger de forma renovada al Dios de la Vida que viene a nosotros como fundamento de nuestro ser y fuente de vida nueva.

La medicina moderna permite hoy a muchas personas vivir el proceso de curación con más frecuencia que en tiempos pasados. Hemos de agradecer a quienes nos curan, pero la sanación puede ser, además, ocasión y estímulo para iniciar una nueva relación con Dios. Podemos pasar de la indiferencia a la fe, del rechazo a la acogida, de la duda a la confianza, del temor al amor.

Recibir a Dios que nos sana, nos puede curar de los miedos, los vacíos y las heridas que nos hacen daño. Nos puede enraizar en la vida de manera más saludable y liberada. Nos puede sanar de manera íntegra y total.

José Antonio Pagola


Nuevos videos


Hay un nuevo video subido a este blog.
Te recuerdo que para verlo tienes que ir
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Hay un nuevo vide subido al blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
http://juanpabloinolvidable.blogspot.com
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Nunca nos olvidemos de agradecer


Alguna vez leí que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.


Nos escribe Diego desde Buenos Aires, Argentina para decirnos: Tengo el agrado y la alegría de comunicarte que gracias a Dios, el día 23/09 nació Felipe, el bebé mellizo que se mantuvo con vida luego del fallecimiento de su hermanito por nacer, por el cual en tu blog “Pequeñas Semillitas” se hizo pedido de oración. Es un milagro del Señor, ya que las expectativas de vida eran bajísimas. Tanto el cómo su madre están en perfecto estado de salud, a la espera del alta correspondiente.


También escribe Olga F. y nos dice: Quiero compartir con vos y todos los que estamos permanentemente unidos en oración, ayudándonos y fortaleciéndonos, porque antes te escribí para que todos juntos, rogáramos a Dios para que mi hija Milena Rocío, que vive en Santa Fe, Argentina, consiguiera trabajo, y a los 3 días de que aparació en la página el pedido, a ella le llamaron, para entrevistarla, y a la semana comenzó a trabajar. Todos estamos muy felices por ella y su familia pues hacía más de un año, que solos pedíamos a Dios, pero la unión de todos, nos fortaleció.


También recibimos una nota agradeciendo a Dios y a la Santísima Virgen de Lourdes por la extraordinaria mejoría de Víctor, de Sarandí, Argentina, por el que hemos pedido oraciones hace tres meses por cáncer de próstata. Nos dice Olga que la mejoría es notable y los niveles del antígeno prostático han descendido tanto que hasta genera el asombro de los médicos tratantes. Demos gracias a Dios.


Nuestra lectora Susana nos pide que elevemos una oración de agradecimiento a Dios por la mejoría de Flavio, que es de Salliqueló, provincia de Buenos Aires, Argentina, tiene 22 años y fue operado de un tumor en la cabeza, siendo un exito dicha cirugía y el tumor resultó ser benigno. Gracias a la intercesión de la Virgen de San Nicolás a la que se había encomendado la salud de Flavio... y gracias enormes a Dios.


Meditación breve


La verdadera curación va más allá de lo físico. Abarca desde la cicatrización de un hueso fracturado hasta la restauración de un espíritu devastado. La curación profunda y efectiva requiere que deje ir el temor, los remordimientos, la preocupación, la duda y la crítica para poder perdonar.
La curación real comienza en el silencio, donde siento el poder sanador de lo Divino, la presencia vivificante de Dios. Allí soy uno con la esencia de mí ser y realizo la perfección de todo lo que soy.
Al afianzar mi atención en el amor de Dios, disfruto de perfecta salud. Alerta a la conciencia crística, sé que todo está en perfecto orden aquí y ahora. Soy sanado en todos los niveles. ¡Gracias, Dios!
Pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo. Juan 16:24


Ven Espíritu Santo...!


Espíritu Santo, te pido por la intercesión de la Virgen María, la luz necesaria para reconocer los carismas y capacidades que sembraste en nosotros para bien de la Iglesia y del mundo; para no experimentar la tristeza de la propia esterilidad y poder regalar algo más bello a nuestros hermanos y así ayudarlos a crecer ante Dios y los hombres. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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