domingo, 6 de junio de 2010

Pequeñas Semillitas 1093

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1093 ~ Domingo 6 de Junio de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Participar en la Eucaristía (Corpus Christi) supone la puesta en práctica del amor mutuo, y la identificación de vida con Jesús. Hacer lo que Él hizo y vivir como Él vivió. Ser “pan” y “vino” para los demás.
Donde no hay amor, solidaridad, vida compartida y comprometida no hay Eucaristía. Lo importante no es ”oír” muchas misas, repetir rutinariamente las palabras de Jesús, sino hacer presente comunitariamente el proyecto de Jesús en la vida cotidiana.


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, Jesús les hablaba acerca del Reino de Dios, y curaba a los que tenían necesidad de ser curados. Pero el día había comenzado a declinar, y acercándose los Doce, le dijeron: «Despide a la gente para que vayan a los pueblos y aldeas del contorno y busquen alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar deshabitado». Él les dijo: «Dadles vosotros de comer». Pero ellos respondieron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente».
Pues había como cinco mil hombres. Él dijo a sus discípulos: «Haced que se acomoden por grupos de unos cincuenta». Hicieron acomodarse a todos. Tomó entonces los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición y los partió, y los iba dando a los discípulos para que los fueran sirviendo a la gente. Comieron todos hasta saciarse. Se recogieron los trozos que les habían sobrado: doce canastos.
(Lucas 9, 11b-17)

Comentario
Hoy es el día más grande para el corazón de un cristiano, porque la Iglesia, después de festejar el Jueves Santo la institución de la Eucaristía, busca ahora la exaltación de este augusto Sacramento, tratando de que todos lo adoremos ilimitadamente. «Quantum potes, tantum aude...», «atrévete todo lo que puedas»: ésta es la invitación que nos hace santo Tomás de Aquino en un maravilloso himno de alabanza a la Eucaristía. Y esta invitación resume admirablemente cuáles tienen que ser los sentimientos de nuestro corazón ante la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. Todo lo que podamos hacer es poco para intentar corresponder a una entrega tan humilde, tan escondida, tan impresionante. El Creador de cielos y tierra se esconde en las especies sacramentales y se nos ofrece como alimento de nuestras almas. Es el pan de los ángeles y el alimento de los que estamos en camino. Y es un pan que se nos da en abundancia, como se distribuyó sin tasa el pan milagrosamente multiplicado por Jesús para evitar el desfallecimiento de los que le seguían: «Comieron todos hasta saciarse. Se recogieron los trozos que habían sobrado: doce canastos» (Lc 9,17).
Ante esa sobreabundancia de amor, debería ser imposible una respuesta remisa. Una mirada de fe, atenta y profunda, a este divino Sacramento, deja paso necesariamente a una oración agradecida y a un encendimiento del corazón. San Josemaría solía hacerse eco en su predicación de las palabras que un anciano y piadoso prelado dirigía a sus sacerdotes: «Tratádmelo bien».
Un rápido examen de conciencia nos ayudará a advertir qué debemos hacer para tratar con más delicadeza a Jesús Sacramentado: la limpieza de nuestra alma —siempre debe estar en gracia para recibirle—, la corrección en el modo de vestir —como señal exterior de amor y reverencia—, la frecuencia con la que nos acercamos a recibirlo, las veces que vamos a visitarlo en el Sagrario... Deberían ser incontables los detalles con el Señor en la Eucaristía. Luchemos por recibir y por tratar a Jesús Sacramentado con la pureza, humildad y devoción de su Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los santos.
Rvdo. D. Manuel COCIÑA Abella (Madrid, España)


Santoral Católico
San Marcelino Champagnat


Marcelino Champagnat, sacerdote francés que fundó la congregación de los Hermanos Maristas. Nació el año 1789, el mismo año de la Revolución Francesa, en Rosey al sur de Lyon. Sus padres, Juan Bautista y María Teresa, tuvieron 10 hijos, Marcelino fue el noveno. Durante su infancia, trabajó en casa: su familia poseía una pequeña granja y un molino. A los diez años comenzó a ir a la escuela, pero a los pocos días se desanimó y no volvió. A los catorce años, pasó por su casa un buen sacerdote que iba "reclutando" jóvenes para el seminario; se fijó en Marcelino y le animó: "Tienes que estudiar para ser sacerdote. Dios lo quiere" Y Marcelino se decidió.

Ingresó en el Seminario menor y comenzó sus estudios... con muchos problemas: como no había ido a la escuela, apenas sabía leer y escribir. Suspendió el primer curso y "le invitaron" a quedarse en su casa... Pero Marcelino no se desanimó y continuó estudiando. Después de muchos esfuerzos, fue pasando los cursos y pasó al Seminario mayor, en Lyon. Tenía ya 24 años. Allí, junto con otros seminaristas compañeros de estudios, empezó a madurar la idea de fundar una congregación de Hermanos, dedicados a la enseñanza y a la catequesis de los niños. Tres años después fue ordenado sacerdote y lo destinaron a La Valla. En el pueblo los niños no tenían escuela ni catequesis, y los mayores apenas iban a la iglesia. Marcelino empezó a hablar con la gente, se hizo cercano a todos, y el pueblo lo aceptó de buen grado.

Tras una fuerte experiencia con un joven moribundo, el P. Champagnat decide fundar una congregación de Hermanos que se dedicaran a la enseñanza y a la catequesis de los niños y jóvenes, especialmente los más necesitados. Enseguida dio los primeros pasos, y el 2 de enero de 1817 reunió, en una casita alquilada cerca de la parroquia, a dos jóvenes que le habían manifestado su deseo de ser religiosos. Se llamaban Juan María Granjon y Juan Bautista Audras. Éste fue el principio de los Hermanos Maristas. Pronto acudieron otros jóvenes. Marcelino les ayudó a organizar su vida en comunidad: oración y trabajo, formación personal, sencillez y pobreza. Y una filial devoción a la Virgen María, bajo cuya protección se puso, desde el primer momento, la naciente congregación. Después de un periodo de formación, el P. Champagnat les dio un hábito religioso y los jóvenes firmaron sus primeros compromisos (votos). Al cabo de un año, Marcelino abrió una escuela en La Valla y en seguida se hicieron cargo de ella los Hermanos. Después de esta primera escuela vinieron muchas más. Los párrocos y alcaldes de los pueblos vecinos se disputaban a los Hermanos. Así, el Instituto de los Hermanos Maristas comenzó a crecer, no sin dificultades, y hubo que construir una nueva casa, porque en La Valla ya no cabían todos.

Marcelino Champagnat fue un gran hombre que llevó a cabo una obra extraordinaria: cuidó como un buen pastor a la gente de su parroquia, atendió a huérfanos y ancianos, pero sobre todo se consagró a la educación religiosa de la juventud. Ciertamente, aquello no fue nada fácil. Su austeridad personal y el trabajo incansable fueron minado su salud. Murió en la madrugada del 6 de junio de 1840, a los 51 años, rodeado de sus Hermanos. Sus restos descansan en la capilla de Ntra. Sra. del Hermitage. En el momento de su muerte, la congregación tenía cerca de 300 Hermanos (más 50 que habían muerto ya), 50 casas y escuelas, y alrededor de 7.000 alumnos.

E P. Marcelino Champagnat fue declarado Beato en Roma, por S. S. Pío XII, el 29 de Mayo de 1955, domingo de Pentecostés. Tras un largo y detallado estudio, los expertos habían declarado la autenticidad de dos milagros obtenidos por su intercesión. La ceremonia de canonización del P. Marcelino Champagnat fue celebrada el domingo 18 de abril de 1999.

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Este primer domingo del mes de junio celebramos también la fiesta del Niño Jesús de Praga, por lo que les recomiendo una visita a su apartado del Web Católico de Javier en el que encontrarán numerosas oraciones, la historia de la devoción, la Novena, datos sobre el Museo del Niño Jesús de Praga, así como el vídeo en el que Benedicto XVI corona la figura del Niño hace unos meses.
Todo en http://webcatolicodejavier.org/JesusDePraga.html
Lo pueden leer en español, portugués e italiano.


Palabras de Juan Pablo II


"Tened fija la mirada en el Sagrado Corazón de Jesús Rey y centro de todos los corazones. Aprended de Él las grandes lecciones de amor, bondad, sacrificio y piedad, porque esta devoción, responde más que nunca a las aspiraciones de nuestro tiempo"


Tema del día:
Hacer memoria de Jesús


Al narrar la última Cena de Jesús con sus discípulos, las primeras generaciones cristianas recordaban el deseo expresado de manera solemne por su Maestro: «Hagan esto en memoria mía». Así lo recogen el evangelista Lucas y Pablo, el evangelizador de los gentiles.

Desde su origen, la Cena del Señor ha sido celebrada por los cristianos para hacer memoria de Jesús, actualizar su presencia viva en medio de nosotros y alimentar nuestra fe en Él, en su mensaje y en su vida entregada por nosotros hasta la muerte.

Recordemos cuatro momentos significativos en la estructura actual de la Misa. Los hemos de vivir desde dentro y en comunidad.

• La escucha del Evangelio.
Hacemos memoria de Jesús cuando escuchamos en los Evangelios el relato de su vida y su mensaje. Los Evangelios han sido escritos, precisamente, para guardar el recuerdo de Jesús alimentando así la fe y el seguimiento de sus discípulos.
Del relato evangélico no aprendemos doctrina sino, sobre todo, la manera de ser y de actuar de Jesús, que ha de inspirar y modelar nuestra vida. Por eso, lo hemos de escuchar en actitud de discípulos que quieren aprender a pensar, sentir, amar y vivir como Él.

• La memoria de la Cena.
Hacemos memoria de la acción salvadora de Jesús escuchando con fe sus palabras: "Esto es mi cuerpo. Véanme en estos pedazos de pan entregándome por ustedes hasta la muerte... Éste es el cáliz de mi sangre. La he derramado para el perdón de sus pecados. Así me recordarán siempre. Los he amado hasta el extremo".
En este momento confesamos nuestra fe en Jesucristo haciendo una síntesis del misterio de nuestra salvación: "Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. Ven, Señor Jesús". Nos sentimos salvados por Cristo nuestro Señor.

• La oración de Jesús.
Antes de comulgar, pronunciamos la oración que nos enseñó Jesús. Primero, nos identificamos con los tres grandes deseos que llevaba en su corazón: * el respeto absoluto a Dios, * la venida de su reino de justicia y * el cumplimiento de su voluntad de Padre. Luego, con sus cuatro peticiones al Padre: * pan para todos, * perdón y misericordia, * superación de la tentación y * liberación de todo mal.

• La comunión con Jesús.
Nos acercamos como pobres, con la mano tendida; tomamos el Pan de la vida; comulgamos haciendo un acto de fe; acogemos en silencio a Jesús en nuestro corazón y en nuestra vida: "Señor, quiero comulgar contigo, seguir tus pasos, vivir animado con tu Espíritu y colaborar en tu proyecto de hacer un mundo más humano".
José Antonio Pagola


Nuevos videos y artículos


Hay un nuevo video subido a este blog
Para verlo debes ir al final de esta página


Hay nuevo material publicado
en el blog "Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
http://juanpabloinolvidable.blogspot.com/


Junio:
Mes del Sagrado Corazón de Jesús


6. - La agonía del Corazón de Jesús

También Jesús llora. ¿Recordáis el Huerto de los Olivos? Allí, el Corazón de Jesús fue expuesto al dolor, al miedo, a la tristeza. Aquí Jesús te renueva aquella triste escena. Pide adoradores, tiene sed de almas, y está solo, abandonado,olvidado. Solo en la noche. Solo en las largas jornadas. Siempre solo. ¿Irá quizá alguno a hacerle compañía?
Jesús vive en el sagrario y es abandonado por el hombre. Quiere ser su comida y sufre el rechazo. Derrama por él su sangre y la derrama inútilmente.
En vano el señor llama adoradores a su altar. En vano llama a las almas a la comunión; pero los hombres se obstinan en vivir lejos de Él. Por eso, Él está triste.
http://webcatolicodejavier.org/junio.html


Nunca nos olvidemos de agradecer


Alguna vez leí que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.


Nuestros queridos amigos Exequiel y Pamela, de San Lorenzo, provincia de Santa Fe, Argentina, elevan una oración de acción de gracias al Señor y a la Santísima Virgen, porque han recibido la gracia que tanto pedían, incluso a través de esta página: están esperando su primer bebé... Nos sumamos a la alegría y al agradecimiento al cielo.


La familia y amigos de Leonel, de Buenos Aires, Argentina, agradecen a Jesús Misericordioso y a las personas que rezaron por su salud, a la vez que informan que ya está totalmente restablecido y en su casa.


Nuestra lectora María del Carmen agradece a Dios y a las personas que rezaron oportunamente por el Dr. Guillermo P. que se enfermó gravemente durante una visita a Sudáfrica tiempo atrás, y nos informa que él ya se ha recuperado y regresó a su hogar.


Desde El Salvador nos escribe María Mercedes para agradecer las oraciones hechas hace poco tiempo por su sobrino nieto Santiago que nació con seis meses de gestación y ahora se está recuperando bien. Nos adjunta una cartita "escrita por Santiago":
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Queridos amigos:
Soy Santiago y mañana cumplo 5 semanas. Las semanas anteriores estuve malito, pero gracias a sus oraciones me voy recuperando. Ya me desentubaron y estoy comiendo 14cc cada dos horas. Mis papás están felices y primero Dios, cada día me voy a ir fortaleciendo cada vez más y ganando peso. Ya superé mi primera etapa de INMADURO y he alcanzado la de PREMATURO.
Espero que pronto pueda conocerlos y darles las gracias personalmente.
Por favor sigan orando por mí, pues la oración le encanta escucharla a PAPA DIOS.
Besitos
Santiago


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Felipe de Urca
pequesemillitas@gmail.com


Ven Espíritu Santo...!


Espíritu Santo, Tú que permitiste que la Inmaculada Virgen se encontrara con Jesús en la calle de la amargura, concédeme llorar toda mi vida haberlo ofendido y así seque tantas lágrimas con un amor a toda prueba, y que esto lo digan mis obras. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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