PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
13 - Número 3861 ~ Domingo 23 de Diciembre de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El
Evangelio de hoy me sugiere hablar de la actitud de servicio, pues María fue a
ayudar a su prima Isabel en su avanzado embarazo. María tenía excusas para no
haber hecho el viaje, pero su espíritu de servicio pudo más, y fue a ayudar a
su prima. Es muy importante que sepamos poner las necesidades del prójimo por
encima de las nuestras.
Otra
lección del Evangelio de hoy es que Isabel reconoce que María es la Madre de
Dios, pues le dice: «¿de dónde a mí que venga a visitarme la Madre del Señor»?
El Señor es Dios. Y las palabras de Isabel han pasado al Avemaría: «Bendita tú
eres entre todas las mujeres».
Éste
es un bonito piropo para la Virgen. Por eso le gusta que recemos el Santo
Rosario, porque se lo repetimos cincuenta veces, y Ella lo oye con agrado.
En
casi todas las apariciones de la Virgen Ella pide que recemos el Rosario.
Deberíamos organizar nuestro tiempo para rezarlo a diario. Rezado en común o
ante un sagrario tiene indulgencia plenaria.
Padre Jorge Loring S.J.
¡Buenos días!
Como un niño…
Confiar en Dios, es depositar toda tu fe en él.
Dejarle el cuidado de tus cosas. Permitirle disponer de tu futuro, porque sabes
que te ama más que tú mismo. Reposar en él “como un niño en brazos de su madre”
(salmo 131). Y confiar sobre todo en las pruebas, cuando las cosas resultan
incomprensibles. Reflexiona sobre esta parábola contemporánea.
Una noche soñé que caminaba
a lo largo de una playa, acompañado por Dios. Durante la caminata muchas
escenas de mi vida se fueron proyectando como en una pantalla en el cielo.
Según iban pasando las escenas, notaba que unas huellas se formaban en la
arena. A veces aparecían dos pares de huellas, otras veces solamente aparecía
un par de ellas. Esto me preocupó grandemente, porque pude notar que durante
las escenas que reflejaban etapas tristes en mi vida, cuando me hallaba
sufriendo de angustias, penas o derrotas, solamente podía ver un par de huellas
en la arena. Entonces le dije a Dios: “Señor, tú me prometiste que si te
seguía, caminarías siempre a mi lado. Sin embargo, he notado que durante los
momentos más difíciles de mi vida, sólo había un par de huellas en la arena.
¿Por qué cuando más te necesitaba, no estuviste caminando a mi lado?” El Señor
me respondió: “Las veces que has visto sólo un par de huellas en la arena, hijo
mío, ha sido cuando te he llevado en mis brazos”.
Dios nos supera de manera insospechada en amor, bondad,
delicadeza. Todo esto lo comprenderás en plenitud en la vida futura. Entretanto
él valora tu fe, tu abandono incondicional en sus brazos, el haber llegado a lo
que Jesús dijo: “Si no te haces como un niño no entrarás en el Reino de los
Cielos”. Te deseo un gran crecimiento en confianza.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
♥ Primera Lectura: Miq 5, 1-4a
♥ Salmo: Sal 79, 2ac. 3b. 15-16. 18-19
♥ Segunda Lectura: Heb 10, 5-10
♥ SANTO EVANGELIO: Lc 1,39-45
En aquellos días, se levantó María y se fue con
prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de
Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de
María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu
Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito
el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?
Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en
mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron
dichas de parte del Señor!».
♥ Comentario:
Hoy es el último domingo de este tiempo de
preparación para la llegada —el Adviento— de Dios a Belén. Por ser en todo
igual a nosotros, quiso ser concebido —como cualquier hombre— en el seno de una
mujer, la Virgen María, pero por obra y gracia del Espíritu Santo, ya que era
Dios. Pronto, en el día de Navidad, celebraremos con gran alegría su
nacimiento.
El Evangelio de hoy nos presenta a dos personajes,
María y su prima Isabel, las cuales nos indican la actitud que ha de haber en
nuestro espíritu para contemplar este acontecimiento. Tiene que ser una actitud
de fe, y de fe dinámica.
Isabel, con sincera humildad, «quedó llena del
Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: ‘(...) ¿de dónde a mí que la
madre de mi Señor venga a mí?’» (Lc 1,41-43). Nadie se lo había contado; sólo
la fe, el Espíritu Santo, le había hecho ver que su prima era madre de su
Señor, de Dios.
Conociendo ahora la actitud de fe total por parte de
María, cuando el Ángel le anunció que Dios la había escogido para ser su madre
terrenal, Isabel no se recató en proclamar la alegría que da la fe. Lo pone de
relieve diciendo: «¡Feliz la que ha creído!» (Lc 1,45).
Es, pues, con actitud de fe que hemos de vivir la
Navidad. Pero, a imitación de María e Isabel, con fe dinámica. En consecuencia,
como Isabel, si es necesario, no nos hemos de contener al expresar el
agradecimiento y el gozo de tener la fe. Y, como María, además la hemos de
manifestar con obras. «Se levantó María y se fue con prontitud a la región
montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel»
(Lc 1,39-40) para felicitarla y ayudarla, quedándose unos tres meses con ella
(cf. Lc 1,56).
San Ambrosio nos recomienda que, en estas fiestas,
«tengamos todos el alma de María para glorificar al Señor». Es seguro que no
nos faltarán ocasiones para compartir alegrías y ayudar a los necesitados.
Mons. Ramón MALLA i Call Obispo Emérito de Lleida (Lleida, España)
Palabras de San Juan
Pablo II
“El
Hijo de Dios viene a la luz en la pobreza total: verdadero Dios salvador, anunciado
por los ángeles a los pastores, y verdadero hombre, envuelto en pañales y
acostado en un pesebre. ¡Qué sentimientos de ternura, amor y gratitud suscita
este acontecimiento tan extraordinario!
María,
la primera que acogió al Mesías prometido y lo ofreció al mundo, nos enseñe a
abrir de par en par las puertas de nuestro corazón al mensaje de esperanza y
amor de la Navidad”
Predicación del
Evangelio:
¿Qué celebramos?
Estamos en el frenesí de la temporada navideña. Las
empresas celebran con sus empleados la fiesta de cierre de las actividades del
año. Las familias y los amigos se reúnen para la novena de Navidad, una
actividad que tiene inspiración religiosa, pero que ha adquirido una fuerte
connotación social. En estos encuentros, los símbolos navideños ocupan el
centro. Pero, más allá de los estereotipos sociales, ¿somos conscientes de lo
que estamos celebrando? Es muy probable que estemos reproduciendo una
escenografía cuyo significado profundo se haya desdibujado.
Ante la proximidad de la Navidad, quiero invitarlos a
que nos detengamos un momento a reflexionar sobre los misterios que estamos
celebrando. Redescubramos el significado de la Navidad y dejémonos sorprender
por el mensaje que nos transmite.
¿Cuál es la quintaesencia de las fiestas navideñas?
Cada año nos vestimos de fiesta para celebrar esa extraordinaria iniciativa del
Padre, quien envía a su Hijo para que asuma nuestra condición humana y
reconfigure la relación entre Dios y la humanidad, que se había roto por una
equivocada opción de la libertad humana, que conocemos con el nombre de pecado
original. El sentimiento dominante en estas fiestas navideñas debe ser un
infinito agradecimiento a Dios, que quiere sellar una alianza nueva y eterna a
través de su Hijo encarnado.
La presencia del Hijo Eterno del Padre en medio de
nosotros produce la más radical de las revoluciones, pues todo lo humano queda
impregnado de divinidad, aun las realidades más simples de la vida diaria, como
son la vida familiar, el trabajo, la convivencia con los vecinos, etc. La
encarnación del Hijo Eterno del Padre, que nace en Belén, un pueblo
insignificante, cambia la lectura del acontecer humano. En Jesucristo, se
encuentran Dios y la humanidad, el tiempo y la eternidad, la materia y el
espíritu, la inmanencia y la trascendencia.
Este es el gran acontecimiento que celebramos con las
luces de diciembre, aunque muchas personas hayan reducido estas fiestas a una
promoción comercial. Vivamos esta
Navidad como una re-significación de los ritos que venimos celebrando desde
niños. Dejémonos sorprender por la iniciativa del amor infinito de Dios que
envía a su Hijo. Dejémonos sorprender por la transformación radical que se
produce por la presencia de Dios en medio de la comunidad, cuando la luz de la
divinidad ilumina el quehacer humano.
En este redescubrimiento del mensaje profundo de la
Navidad, los invito a contemplar el encuentro de María e Isabel, narrado por el
evangelista Lucas. Estas dos mujeres son protagonistas principalísimas de la
historia de la salvación a través de su maternidad. A estas dos mujeres, Dios
las invita a colaborar en el plan de salvación generando vida. Pero ellas se
encuentran en condiciones atípicas: Isabel es una mujer mayor, que no está en
edad de concebir; y María está prometida con José, su novio, pero todavía no
conviven.
Estas dos mujeres excepcionales, de una fe
inquebrantable en Dios, responden positivamente al llamado, asumiendo la cuota
de sacrificio que tan alta misión implicaba. Llama la atención la discreción
con que ellas cumplen su tarea; estando muy cerca de sus hijos, apenas se hacen
notar…
Como preparación para la inminente llegada del Señor,
los invito a leer detenidamente las palabras de saludo que Isabel dirigió a
María cuando la recibió en su casa, y el himno de acción de gracias que
pronunció María. Hagamos una pausa en estos agitados días para dejarnos
sorprender por el mensaje de amor y esperanza que nos transmite el nacimiento
de Jesús.
Padre Jorge Humberto Peláez S.J.
Nuevo vídeo y artículo
Hay
un nuevo vídeo subido al blog
de
"Pequeñas Semillitas" en
internet.
Para
verlo tienes que ir al final de esta página
Hay
nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes
acceder en la dirección:
Ofrecimiento para
sacerdotes y religiosas
Formulo
el siguiente ofrecimiento únicamente
para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas
Semillitas" por e-mail: Si desean recibir los comentarios del Evangelio
del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de
preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales sobre la
Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com
Sólo
deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia
y a qué comunidad religiosa pertenecen.
Agradecimientos
Imaginemos
que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las
oraciones de las personas en la tierra:
Una
es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que
atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que
llegan en todo momento.
La
otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y
en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega
ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde
esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por
semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina:
agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos
de oración.
♡ Desde Banfield, Buenos Aires, Argentina,
nuestra lectora Liliana Z. escribe y
dice: “Querido Felipe y queridas Semillitas quiero agradecerles por las
oraciones. He terminado mis visitas semestrales de control (por el cáncer de
mama de 2013) y todos los estudios han salido bien. Jesús Misericordioso y
Nuestra Señora de Fátima siempre a mi lado para guiar mi camino. Además gracias
por la bella noticia de volver a ser abuelos por segunda vez. Que todo salga
bien para mayo, fecha aproximada de la llegada del nuevo/a integrante a la
familia. Y si pueden rezar para que mi dulce nieto Máximo Salvador, que tiene
autismo pueda al menos hablar para poder tener una vida un poco más placentera
pudiendo expresarse. Gracias a todos y que Dios nos Bendiga a todos porque
creemos en su poder”.
Cinco minutos del
Espíritu Santo
Diciembre 23
El Espíritu Santo no se deleita cuando nos escondemos
de las dificultades, cuando queremos ignorar los problemas, cuando escapamos de
los desafíos que la vida permanentemente nos presenta.
Al contrario, el Espíritu Santo es viento que empuja.
Él nos invita siempre a enfrentar las dificultades, nunca a escapar.
Porque cada dificultad que yo tenga que enfrentar
será siempre una nueva posibilidad para crecer.
En cada problema que resuelvo aprendo algo nuevo,
después de cada experiencia dura que atravieso, queda siempre algo más de
sabiduría en el corazón. Ninguna dificultad es en vano, ningún sufrimiento es
inútil.
Siempre, después de una tormenta de la vida, salimos
renovados. Se libera algo nuevo que, sin esa tormenta, no habríamos
descubierto.
Hay muchas cosas bellas en nuestro interior que
tenemos que ejercitar para que se desarrollen, y cada nuevo desafío de la vida
es esa oportunidad para desarrollarlas.
Por eso, el Espíritu Santo siempre nos mueve a
enfrentar las cosas, y nunca a retraernos como perros miedosos. Dejémonos
llevar.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito
de todos)
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