PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
13 - Número 3862 ~ Lunes 24 de Diciembre de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
“Al principio ya existía la Palabra. La Palabra
estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios”
El
Dios que se revela en la Palabra es Luz, es Camino, es Verdad, es Vida.
Esta
noche las tinieblas del mundo llegan a su fin… Llega Jesús que es Luz.
Esta
noche la desorientación se termina… Llega Jesús que es Camino.
Esta
noche la mentira va a ser derrotada… Llega Jesús que es la Verdad.
Esta
noche la muerte pierde la batalla… Llega Jesús que es Vida.
Todos
nosotros, seguidores de Jesús, debemos llevar a cada rincón del mundo su verdad
y su luz, para que muchos encuentren el camino y la vida por Él.
¡Buenos días!
Alabanza a Cristo Jesús
En Navidad te ofrezco una breve y hermosa oración de
alabanza a Jesús. Glorifica a Jesús por siete motivos que te ligan a él con
sentimientos de admiración y gratitud. Es una oración que ensanchará tu corazón
y te llenará de alegría y gozo al verte objeto de la ternura de quien dio su
vida por ti. San Pablo lo dice con pocas palabras: “Me amó y se entregó por
mí”.
Alabado seas Jesús, por
tu sonrisa, por el cariño que pones en tu trato con nosotros.
Alabado seas por tu
mirada que ilumina y serena, que alegra y acaricia.
Alabado seas por tus
palabras que orientan y conducen, que enseñan el verdadero camino.
Alabado seas por tus
manos que nos sanan, nos alivian y nos contienen.
Alabado seas por tu
presencia constante, porque nunca te vas, porque jamás nos abandonas.
Alabado seas porque eres
el viviente, que te levantaste victorioso de la muerte.
Alabado seas porque eres
Dios, pero también quisiste ser uno de nosotros. Amén.
Oraciones como ésta anudan una relación muy vivencial
y fuerte con el Señor. Son a propósito para cultivar un profundo trato de
amistad con quien sabes que te ama de verdad. Que la aproveches para animarte a
ese diálogo de amor en que consiste la verdadera oración. “Es cuestión de amar
mucho”, dijo santa Teresa de Ávila.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
(Misa
de la mañana)
♥ Primera Lectura: 2Sam 7, 1-5. 8b-12. 14a. 16
♥ Salmo: Sal 88, 2-5. 27. 29
♥ SANTO EVANGELIO: Lc 1,67-79
En aquel tiempo, Zacarías, el padre de Juan, quedó
lleno de Espíritu Santo, y profetizó diciendo: «Bendito el Señor Dios de Israel
porque ha visitado y redimido a su pueblo y nos ha suscitado una fuerza
salvadora en la casa de David, su siervo, como había prometido desde tiempos
antiguos, por boca de sus santos profetas, que nos salvaría de nuestros
enemigos y de las manos de todos los que nos odiaban haciendo misericordia a
nuestros padres y recordando su santa alianza y el juramento que juró a Abraham
nuestro padre, de concedernos que, libres de manos enemigas, podamos servirle
sin temor en santidad y justicia delante de Él todos nuestros días. Y tú, niño,
serás llamado profeta del Altísimo, pues irás delante del Señor para preparar
sus caminos y dar a su pueblo conocimiento de salvación por el perdón de sus
pecados, por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, que harán que nos
visite una Luz de la altura, a fin de iluminar a los que habitan en tinieblas y
sombras de muerte y guiar nuestros pasos por el camino de la paz».
♥ Comentario:
Hoy, el Evangelio recoge el canto de alabanza de
Zacarías después del nacimiento de su hijo. En su primera parte, el padre de
Juan da gracias a Dios, y en la segunda sus ojos miran hacia el futuro. Todo él
rezuma alegría y esperanza al reconocer la acción salvadora de Dios con Israel,
que culmina en la venida del mismo Dios encarnado, preparada por el hijo de
Zacarías.
Ya sabemos que Zacarías había sido castigado por Dios
a causa de su incredulidad. Pero ahora, cuando la acción divina es del todo
manifiesta en su propia carne —pues recupera el habla— exclama aquello que
hasta entonces no podía decir si no era con el corazón; y bien cierto que lo
decía: «Bendito el Señor Dios de Israel...» (Lc 1,68). ¡Cuántas veces vemos
oscuras las cosas, negativas, de manera pesimista! Si tuviésemos la visión
sobrenatural de los hechos que muestra Zacarías en el Canto del Benedictus,
viviríamos con alegría y esperanza de una manera estable.
«El Señor ya está cerca; el Señor ya está aquí». El
padre del precursor es consciente de que la venida del Mesías es, sobre todo,
luz. Una luz que ilumina a los que viven en la oscuridad, bajo las sombras de
la muerte, es decir, ¡a nosotros! ¡Ojalá que nos demos cuenta con plena
conciencia de que el Niño Jesús viene a iluminar nuestras vidas, viene a
guiarnos, a señalarnos por dónde hemos de andar...! ¡Ojalá que nos dejáramos
guiar por sus ilusiones, por aquellas esperanzas que pone en nosotros!
Jesús es el “Señor” (cf. Lc 1,68.76), pero también es
el “Salvador” (cf. Lc 1,69). Estas dos confesiones (atribuciones) que Zacarías
hace a Dios, tan cercanas a la noche de la Navidad, siempre me han sorprendido,
porque son precisamente las mismas que el Ángel del Señor asignará a Jesús en
su anuncio a los pastores y que podremos escuchar con emoción esta misma noche
en la Misa de Nochebuena. ¡Y es que quien nace es Dios!
Rev. D. Ignasi FABREGAT i Torrents (Terrassa, Barcelona, España)
Santoral Católico:
Día de la Nochebuena
«Hoy sabréis que viene el Señor, y mañana
contemplaréis su gloria». Escuchemos, hermanos, la calenda o pregón de Navidad,
que nos trae la buena noticia, la gran alegría para todo el mundo:
«Transcurridos innumerables siglos desde la creación del mundo, cuando en el
principio creó Dios el cielo y la tierra y formó al hombre a su imagen.
Transcurridos veintiún siglos desde la emigración de Abrahán, nuestro padre en
la fe, de la ciudad de Ur en la Caldea. Trece siglos después de la partida de
Israel de la tierra de Egipto, bajo la guía de Moisés. Transcurridos alrededor
de mil años desde que David fuera ungido como rey. En la semana sesenta y cinco
de la profecía de Daniel. En la Olimpíada ciento noventa y cuatro. En el año
752 de la fundación de Roma. En el año 42 del imperio del César Octavio
Augusto, estando todo el orbe en paz, Jesucristo, Dios eterno e Hijo del eterno
Padre, queriendo consagrar al mundo con su venida, concebido del Espíritu Santo
y transcurridos nueve meses desde su concepción, nace en Belén de Judá, hecho
hombre, de la Virgen María. Es la Natividad de nuestro Señor Jesucristo según
la carne».
Oración: Apresúrate,
Señor Jesús, y no tardes, para que tu venida consuele y fortalezca a los que
esperan todo de tu amor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – EWTN
Palabras del Papa
Francisco
“También a nosotros se nos
ha dado una señal de Navidad: ‘Un niño envuelto en pañales” (Lc 2,12). Como la
Virgen María y San José, y los pastores de Belén, acojamos en el Niño Jesús el
amor de Dios hecho hombre por nosotros, y esforcémonos, con su gracia, para
hacer que nuestro mundo sea más humano, más digno de los niños de hoy de
mañana”
Tema del día:
Oración de Nochebuena
Esta es una oración para
rezar en familia ante el pesebre en Nochebuena:
Querido Padre, Dios del cielo y de la tierra:
En esta noche santa te queremos dar gracias por tanto
amor. Gracias por nuestra familia y por nuestro hogar.
Gracias por las personas que trabajan con nosotros.
Bendícenos en este día tan especial en el que
esperamos el nacimiento de tu Hijo. Ayúdanos a preparar nuestros corazones para
recibir al Niño Jesús con amor, con alegría y esperanza. Estamos aquí reunidos
para adorarlo y darle gracias por venir a nuestro mundo a llenar nuestras
vidas.
Hoy al contemplar el pesebre recordamos especialmente
a las familias que no tienen techo, alimento y comodidad.
Te pedimos por ellas para que la Virgen y San José
les ayuden a encontrar un cálido hogar.
Padre bueno, te pedimos que el Niño Jesús nazca
también en nuestros corazones para que podamos regalarle a otros el amor que Tú
nos muestras día a día. Ayúdanos a reflejar con nuestra vida tu abundante
misericordia.
Que junto con tus Ángeles y Arcángeles vivamos
siempre alabándote y glorificándote.
(En este momento, alguien de la familia pone al Niño
Jesús en el pesebre o, si ya está allí, se coloca un pequeño cirio o velita
delante de Él).
Santísima Virgen Maria: gracias por aceptar ser la
Madre de Jesús y Madre nuestra. Gracias por tu amor y protección. Sabemos que
día a día intercedes por nosotros y por nuestras intenciones; gracias Madre.
Querido San José: gracias por ser padre y protector
del Niño Jesús. Te pedimos que ruegues a Dios por nosotros para que seamos una
familia unida en el amor y podamos ser ejemplo de paz y reconciliación para los
demás.
Amén.
A continuación, se reza un Padrenuestro, un Avemaría
y un Gloria.
Web católico de Javier
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas”
Había ya decretado Dios que su Hijo naciese no en la
casa de José, sí en una gruta y establo de bestias, del modo más pobre y más
penoso que puede nacer un niño; y para esto dispuso que César Augusto publicase
un edicto, mandando que cada uno fuese a empadronarse en la propia ciudad, de
la que traía su origen.
José cuando tuvo noticia de esta orden se puso en
agitación, pensando si debía dejar, o llevar consigo la Virgen Madre, que
estaba próxima al parto.
Sabía bien ésta Señora, por inspiración divina, y
también porque estaba bien penetrada de la profecía de Miqueas, que en Belén
había de nacer el Divino Infante. Por lo que, toma las fajas y los otros pobres
paños preparados ya, y marcha con José.
Vamos aquí considerando los devotos y santos
discursos que en este viaje deberían tener los dos santos Esposos acerca de la
misericordia, de la bondad y del amor del Verbo Divino, que dentro de poco
había de nacer y aparecer sobre la tierra, para la salvación de los hombres.
Consideremos aquí también las alabanzas, las
bendiciones y acciones de gracias, los actos de humildad y de amor en que se
ejercitarían por el camino estos dos grandes viajeros. Mucho ciertamente
padecía aquella santa doncellita vecina al parto, caminando largas distancias
por sendas extraviadas, y en la estación del invierno; pero padecía con paz, y
con amor; ofrecía todas aquellas penas a Dios, uniéndolas con las de Jesús, que
llevaba en su seno.
¡Unámonos también nosotros, y acompañemos al Rey del
cielo con María y José: a este Rey, que va a nacer en una cueva, y hacer su
primera entrada en el mundo, de niño, pero niño el más pobre y abandonado que
jamás ha nacido entre los hombres, y pidamos a Jesús, María y José, que por el
mérito de las penas padecidas en este viaje nos acompañen en el que estamos
haciendo a la eternidad.
¡Dichosos nosotros, si nos acompañásemos y fuésemos
siempre acompañados de estos tres grandes personajes!
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y
martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros
hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el
abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por
los pacientes internados en la Casa de la Bondad en Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer
y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por
los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Cinco minutos del
Espíritu Santo
Diciembre 24
El Espíritu Santo engendró a Jesús en el seno de
María. Dice el Evangelio que ella "concibió un hijo por obra del Espíritu
Santo" (Mateo 1,18).
De la misma manera, el Espíritu Santo puede hacer
nacer a Jesús en nuestro interior, para que Jesús alegre nuestro corazón.
Pero no basta decir esto, que hoy se repite mucho.
Porque la Navidad no es una celebración puramente íntima, no es un encuentro
entre mi corazón y Jesús, como si no existiera nada más. El Espíritu Santo
quiere hacer renacer a Jesús en toda mi existencia: en mi trabajo, en mis
proyectos, en mis relaciones, en mi familia. Y lo más importante es que Jesús
nazca entre nosotros, para ayudarnos a crear un mundo mejor, de fraternidad y
justicia.
Porque a él no le agradamos sólo por nuestros dulces
sentimientos, sino por nuestra docilidad llena de amor que nos lleva a
comunicar a los demás lo que hemos recibido. El Espíritu Santo siempre busca
crear vida comunitaria, y una vida comunitaria cada vez más generosa y
ejemplar. Por eso, a él no le basta con hacer nacer a Jesús en la intimidad de
cada uno, sino en la vida compartida de cada familia, de cada grupo, de cada
comunidad.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito
de todos)
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