lunes, 10 de diciembre de 2018

Pequeñas Semillitas 3848

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 13 - Número 3848 ~ Lunes 10 de Diciembre de 2018
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina) 
Alabado sea Jesucristo…
Jesús mío, quiero encomendarme hoy a tu santísima divinidad. Que todo cuánto haga, piense y actúe, esté completamente lleno de Ti. Lo que yo más quiero es estar contigo. Fuera de Ti: nada, solo abunda el pecado y la astucia del demonio que intenta borrar los caminos que me conducen a Ti. Sé que tengo muchas debilidades y me asechan muchas tentaciones. A veces hago el mal que no debo intentando hacer el bien que quiero. Dame de tu gracia para saber discernir lo que más me conviene. Dame de tu sabiduría para querer siempre perseguir el bien, desechar toda situación de división y enemistad que el demonio quiera sembrar en mi familia. Conociéndote mejor, me ayudará a evitar los peligros y a reconocer las obras que realiza el maligno a mi alrededor en sus intentos por desviarme de tu Santo Amor. No me dejes, Señor mío, no me dejes nunca caer en la tentación y líbrame de todo mal. Amén

¡Buenos días!

¿Cómo me llamaba?
Toda persona es importante, y merece tu respeto y el mío. Alguien escribió que el sonido más dulce y querido para cualquiera de nosotros es el propio nombre y apellido. Ahí tienes un camino para llegar al corazón de los demás. Pon atención en recordar los nombres. Es cuestión de ejercicio y de interés humano.

Dios estaba creando el mundo y ponía nombre a cada animal. —Tú te llamarás  gallina. Tú te llamarás caballo. Tú te llamarás burro. Y así continuó con los demás. Se acercó el burro y preguntó: —¿Cómo me llamaba yo? Y Dios le contestó: —Burro. Después de tres minutos, el burro volvió a preguntar: —¿Cómo me llamaba yo? —Burro. Y así cinco veces más le preguntó: —¿Cómo me llamaba yo? Entonces Dios le respondió: —Burro idiota. Y el burro dijo: —Yo ya me estaba aprendiendo el nombre y usted ahora me dice el apellido.

Había un señor que en las fiestas recibía a los invitados y les preguntaba su nombre. Al final del banquete repetía nombre y apellido de los cien o más invitados. Un aplauso interminable ovacionaba a este prodigio de retentiva, Harry Lorrayne, autor de “Cómo desarrollar una supermemoria”. Algo puedes hacer para mejorar tu memoria. Vale la pena intentarlo.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
 
Primera Lectura: Is 35, 1-10

Salmo: Sal 84, 9ab. 10-14

SANTO EVANGELIO: Lc 5,17-26
Un día que Jesús estaba enseñando, había sentados algunos fariseos y doctores de la ley que habían venido de todos los pueblos de Galilea y Judea, y de Jerusalén. El poder del Señor le hacía obrar curaciones. En esto, unos hombres trajeron en una camilla a un paralítico y trataban de introducirle, para ponerle delante de Él. Pero no encontrando por dónde meterle, a causa de la multitud, subieron al terrado, le bajaron con la camilla a través de las tejas, y le pusieron en medio, delante de Jesús. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo: «Hombre, tus pecados te quedan perdonados».
Los escribas y fariseos empezaron a pensar: «¿Quién es éste, que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?». Conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: «¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados te quedan perdonados’, o decir: ‘Levántate y anda’? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados -dijo al paralítico- ‘A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa’». Y al instante, levantándose delante de ellos, tomó la camilla en que yacía y se fue a su casa, glorificando a Dios. El asombro se apoderó de todos, y glorificaban a Dios. Y llenos de temor, decían: «Hoy hemos visto cosas increíbles».

Comentario:
Hoy, el Señor enseña y cura a la vez. Hoy vemos al Señor que enseñaba a los que se consideraban muy sabios en aquellos tiempos: los fariseos y los maestros de la ley. A veces, nosotros podemos pensar que por el siglo en que vivimos o por los estudios que hemos hecho, poco nos queda para aprender. Esta lógica no sobrenatural nos lleva frecuentemente a querer hacer que los caminos de Dios sean los nuestros y no al revés.
En la actitud de quienes quieren la curación de su amigo vemos los esfuerzos humanos para conseguir lo que realmente desean. Lo que querían era algo muy bueno: que el enfermo pudiera andar. Pero no es suficiente con esto. Nuestro Señor quiere hacer con nosotros una sanación completa. Y por eso comienza con lo que Él ha venido a realizar en este mundo, lo que su santo nombre significa: Salvar al hombre de sus pecados.
—La fuente más profunda de mis males son siempre mis pecados: «Hombre, tus pecados te quedan perdonados» (Lc 5,20). Muy frecuentemente, nuestra oración o nuestro interés es puramente material, pero el Señor sabe lo que nos conviene más. Como en aquellos tiempos, los consultorios de los médicos están llenos de enfermos. Pero, como aquellos hombres, tenemos el riesgo de no ir con tanta diligencia al lugar donde realmente nos restablecemos plenamente: al encuentro con el Señor en el sacramento de la Penitencia.
Punto fundamental en todo tiempo para el creyente es el encuentro sincero con Jesucristo misericordioso. Él, rico en misericordia, nos recuerda especialmente hoy que en este Adviento no podemos descuidar el necesario perdón que Él da a manos llenas. Y, si es preciso, echemos los impedimentos —el tejado— que nos impiden verle. —Yo también necesito retirar las tejas de mis prejuicios, de mis comodidades, de mis ocupaciones, de las desconfianzas, que son un obstáculo para “mirar de tejas arriba”.
Rev. D. Joan Carles MONTSERRAT i Pulido (Cerdanyola del Vallès, Barcelona, España)

Santoral Católico:
Nuestra Señora de Loreto
Advocación Mariana 

A partir del siglo XVI, la "Santa Casa de Loreto" que se encuentra en la región italiana de la Marca de Ancona, ha sido un concurrido centro de peregrinación y una instancia de oración de famosos santos como San Francisco Javier, San Francisco de Borja, San Carlos Borromeo, San Luis Gonzaga, y muchos otros más, que dieron devoción de un santuario mariano muy amado en el occidente.
Pese a que la milagrosa traslación de la casa de Nazaret a Loreto no tiene ninguna prueba histórica, existen sólidas bases de esta devoción mariana. En 1470, una bula emitida por el Papa Pablo II, autorizaba la conmemoración de una imagen de la Santísima Virgen transportada por los ángeles a Loreto, dentro de un edificio sin cimientos, "milagrosamente fundado".
Hacia 1472, uno de los rectores del templo de Loreto relató sobre la forma en que la "Santa Casa de Nazaret" llegó a las cercanías de Fiume y después, a Loreto. De acuerdo con todos los relatos escritos, la bendita construcción debe haber llegado a las cercanías de Fiume en 1291 y a Loreto en 1294. Causa extrañeza a los investigadores el absoluto silencio sobre el suceso a lo largo de los siglos XIV y XV, pero sobre todo, que en una bula con fecha de 1320, relacionada con Loreto, no se hable para nada de la traslación. Tampoco en oriente aparece mención alguna sobre la "Santa Casa de Narazet" antes del siglo VI.
Sin embargo, hay testimonios auténticos, que datan de los años 1193, 1194 y 1285, de que existía en Loreto una iglesia dedicada a Nuestra Señora. Es posible que los católicos servios que huían de la persecución a fines del siglo XIII, transportasen hasta Loreto, donde se refugiaron, una estatua de la Virgen María, y no se puede descartar la probabilidad de que ellos mismos construyesen para proteger a su imagen, una casa a la que pusieron el nombre de Nazaret, de la misma manera que, en nuestros días, se han construido en todas partes grutas de Lourdes.
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© Aciprensa – Catholic.net

Pensamiento del día

“El tiempo de Adviento es un tiempo de esperanza, de espera, porque parece que hemos perdido la esperanza de que todo mejore... No podemos cambiar todo el mundo, pero si podemos cambiar con nuestra experiencia nuestra vida familiar, nuestro trabajo, nuestra comunidad”

Tema del día:
Juan Bautista y el Adviento
En el Adviento, la Iglesia nos pone la figura de san Juan Bautista, y con él otra nueva imagen. Ya no se trata de preparar una tierra capaz de acoger adecuadamente la buena semilla: se trata de preparar un camino para que pueda, por él, llegar a nuestra alma la Persona adorable del Señor.

Son cuatro las órdenes, los consejos o las consignas que san Juan Bautista -y la Iglesia con él- nos da:

• La primera consigna de san Juan el Bautista es bajar los montes: todo monte y toda colina sea humillada, sea volteada, bajada, desmoronada. Y cada uno tiene que tomar esto con mucha seriedad y ver de qué manera y en qué forma ese orgullo -que todos tenemos- está en la propia alma y está con mayor prestancia, para tratar en el Adviento -con la ayuda de la gracia que hemos de pedir-, de reducirlo, moderarlo, vencerlo, ojalá suprimirlo en cuanto sea posible, a ese orgullo que obstaculizaría el descenso fructífero del Señor a nosotros.

• En segundo lugar, Juan el Bautista nos habla de enderezar los senderos. Es la consigna más importante: Yo soy una voz que grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Y aquí tenemos, entonces, el llamado también obligatorio a la rectitud, es decir, a querer sincera y prácticamente sólo el bien, sólo lo que está bien, lo que es bueno, lo que quiere Dios, lo que es conforme con la ley de Dios o con la voluntad de Dios según nos conste de cualquier manera, lo que significa imitarlo a Jesús y darle gusto a Él, aquello que se hace escuchando la voz interior del Espíritu Santo y de nuestra conciencia manejada por Él.

A cada uno corresponde en este momento ver qué es lo que hay que enderezar en la propia conducta, pero sobre todo en la propia actitud interior para que Jesucristo Nuestro Señor, viendo claramente nuestra buena voluntad y viéndonos humildes, esté dispuesto a venir a nuestro interior con plenitud, o por lo menos con abundancia de gracias.

• El tercer aspecto del mensaje de san Juan el Bautista se refiere a hacer planos los caminos abruptos, los que tienen piedras o espinas, los que punzan los pies de los caminantes, los que impiden el camino tranquilo, sin dificultad. Y ese llamado hace referencia a la necesidad de ser para nuestro prójimo, precisamente, camino fácil y no obstáculo para su virtud y para su progreso espiritual: quitar de nosotros todo aquello que molesta al prójimo, que lo escandaliza, que lo irrita o que le dificulta de cualquier manera el poder marchar, directa o indirectamente, hacia el cielo.

• El cuarto elemento del mensaje de san Juan Bautista es el de llenar toda hondonada, todo abismo, todo vacío. Los caminos no sólo se construyen bajando los montes excesivos, ni sólo enderezando los senderos torcidos, o allanando los caminos que tengan piedras: también llenando las hondonadas o cubriendo las ausencias. Este mensaje se refiere a la necesidad de llenar nuestras manos y nuestra conciencia con méritos, con oraciones, con obras buenas -como hicieron los Reyes Magos y los pastores- para poder acoger a Jesucristo con algo que le dé gusto; no sólo con la ausencia de obstáculos o de cosas que lo molesten, no sólo con ausencia de orgullo o con ausencia de falta de rectitud o de dificultades en nuestra conducta para con el prójimo, sino también positivamente con la construcción: con nuestras oraciones y con nuestras buenas obras y un pequeño -al menos- caudal, capital de méritos, que dé gusto al Señor cuando venga y que podamos depositar a sus pies.

El Adviento, además de la conmemoración y el sentido del Antiguo Testamento -de la tierra que espera la buena semilla-, además de la figura límite entre el Antiguo Testamento y el Nuevo -san Juan Bautista-, este Tiempo nos acerca más al Señor por aquélla que, en definitiva, fue quien nos entregó a Jesucristo: la Virgen. No sólo en el hemisferio sur entramos al Adviento por la puerta del Mes de María, sino que en toda la Iglesia se entra al Adviento por la fiesta de la Inmaculada Concepción.

Por lo tanto, unamos a toda la ayuda que nos pueden prestar los patriarcas del Antiguo Testamento que desde el cielo ruegan por nosotros (ellos que tanto pidieron la venida del Mesías), unamos a la intercesión y a la figura sacramental de san Juan Bautista, unamos por encima de ellos la presencia de la Santísima Virgen y en todo este tiempo, pidiendo bien concretamente el poder liberarnos del pecado, de todo lo que en nosotros haya de orgullo, de falta de rectitud, de falta de caridad con el prójimo, de ausencia de virtud; liberarnos de todo ello para que, cuando venga Jesucristo el día de Navidad, no encuentre en nosotros ningún obstáculo a sus intenciones de llenar nuestra alma con su gracia.

La perspectiva de un nuevo nacimiento del Señor, en nosotros y en el mundo tan necesitado de Él, tiene que ser objeto de una preocupación, de todo un conjunto de sentimientos y de actos de voluntad que estén polarizados por el deseo de poner de nuestra parte todo lo que podamos, para que el Señor venga lo más plenamente posible sobre cada uno y sobre el mundo.

Quedémonos en espíritu de oración, fomentando en nuestro interior el deseo de que las cosas ocurran según las intenciones y los deseos del mismo Señor. Quedémonos, pues, unidos con Jesús, conversemos sobre estos temas, preguntémosle qué nos sugiere a cada uno en particular para que podamos, desde el comienzo, vivir el Adviento del modo más conducente para obtener la plenitud de Navidad que Él sin duda quiere darnos.
Autor: P. Luis María Etcheverry Boneo | Fuente: Catholic.net

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Meditaciones de “Pequeñas Semillitas” 
Señor, Dios nuestro, Rey. Pastor del pueblo escogido, pastor de los pobres y pequeños, pastor de las ovejas despreciadas, escúchanos.
Hay todo un clamor que nadie atiende: el clamor de los que pierden en la guerra, el de los pueblos hambrientos, el de los extranjeros y refugiados, el de los campesinos y todos los marginados.
Tú, que no te sientas sobre nadie. Tú, que nos sientas a todos sobre tus rodillas fuertes y seguras. Tú, que caminas siempre, acompañando, protegiendo, conduciendo. Resplandece.
Resplandezca tu rostro de hermosura; manifiesta tu rostro iluminado por el brillo de la misericordia.
Despierta el poder maravilloso de tu corazón invencible. Y ven a salvarnos. No tienes que hacer un largo viaje, porque tienes aquí tu cielo, entre nosotros, tus hijos más queridos.
Ven a visitar esta familia, enteramente tuya. Ven y quédate con nosotros, como uno más de la familia.
Ven, Señor, y danos vida, enséñanos los caminos de la dicha.
Ven a hacernos libres y enséñanos a amar. Ven, Amor.

Pedidos de oración 
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad en  Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para Erika K., argentina que vive en Suiza, que está siendo estudiada por un proceso aparentemente cerebral, esperando resultado de los estudios realizados. Ella es una mujer joven, casada y madre de dos hijos adolescentes. Lejos de su patria, la familia está sufriendo la incertidumbre de no saber de qué se trata, por lo que rogamos a la Santísima Virgen que la proteja y pida a Jesús por su pronto restablecimiento.

Pedimos oración para Maricarmen I., que es peruana pero vive en California, y ha sido diagnosticada con Linfoma. Por ese motivo está en proceso de estudios y luego vendrán los tratamientos. Que Dios Misericordioso le conceda todas sus gracias para que su enfermedad pueda ser curada.

Pedimos oración para Rosmary, de Buenos Aires, Argentina, que será intervenida de cáncer de mama mañana. Que el Señor la acompañe y la proteja para que la cirugía sea exitosa y tenga una pronta curación.

Pedimos oración para las siguientes personas de Chaco, Argentina: Ángela D., por su pronta recuperación luego de su décima operación por un problema óseo; Paula G., para que resuelva favorablemente desinteligencias surgidas en su trabajo; Jorge V., afectado de cáncer en la garganta; Leli M., con un serio problema psicofísico; Irma de G., con cáncer de útero; Ramón G., con cáncer de pulmón y problemas de próstata; María A. G., por salud psíquica, física y espiritual; y Daiana F., para que apruebe la última materia que le falta para graduarse.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Cinco minutos del Espíritu Santo 
Diciembre 10
Respiro profundamente, como si el aire fuera un soplo del Espíritu que viene a regalarme nueva vida.
Expulso el aire viciado, lo saco todo afuera hasta que no quede nada, para que con ese aire se alejen de mí todas las impurezas interiores, la tristeza, el cansancio, las tensiones, los malos recuerdos. Me vacío.
Luego aspiro de nuevo con profundidad, recibiendo la vida nueva del Espíritu y la frescura que me alivia.
Poco a poco voy haciendo silencio en mi interior, dejando que se apaguen todos los nerviosismos, que se acallen los pensamientos. Permito que cada parte de mi cuerpo se relaje y se desplome serenamente.
Así, habitado por un profundo silencio, dejo que el Espíritu Santo me diga palabras nuevas, eso que necesito escuchar en este momento de mi vida.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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