PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
13 - Número 3863 ~ Martes 25 de Diciembre de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La
Navidad será siempre un día de esperanza, de misterio y de fe.
Cada
cual tendrá su gruta, la que ha ido cavando en el fondo de su corazón, y
necesita reformar, limpiar e iluminar todos los años.
Cada
cual, su regalo: el íntimo, el personal, el silencioso, el de las heridas
cerradas y rencores olvidados.
Cada
cual, su lámpara para calentarnos en Dios... y su aceite para ir curando,
suavizando y derritiendo ternura entre los muchos que lloran en la Navidad.
La
Navidad debiera ser más para compartir con los pobres y con la familia que para
ostentar con los ricos; más para prodigarnos con nuestros semejantes que para
meternos en el vértigo de las calles y las fiestas; más para que Dios nos
acompañe que para entrar en ese mundo ajeno y extraño donde se aumenta la
nostalgia, se entristecen los recuerdos y muchas veces nos sentimos tan solos.
¿Dónde
y cuándo vas a dar a Cristo el apretón de manos y la entrega del corazón en
esta Navidad?
No
olvidemos que es día de llenarnos de Dios. De sacar cuentas. De estrecharnos
las manos. De abrir las alforjas. De mirarnos tal cual somos. De recordar a los
que faltan. Y pedir perdón. ¡Esa es la Navidad!
Zenaida Bacardí de Argamasilla
¡Buenos días!
El gran regalo de Dios
En cada Navidad nos maravillamos de la bondad de
Dios, nuestro Padre, que nos regaló a su mismo Hijo Unigénito, hecho niño en
Belén. Ese día, inspirados por el ejemplo de la generosidad de Dios,
acostumbramos a prodigar regalos a nuestro alrededor, a parientes y amigos.
Pero hay dones más valiosos —¡y tan
necesarios!— que podemos hacernos sin gastar un centavo.
Esboza una sincera
sonrisa... y regálala a quien nunca la ha tenido. Recoge un rayo de sol en tu
corazón... y hazlo volar allá en donde reina la noche. Descubre una fuente... y
permite bañarse en ella a quien vive en el barro. Vierte una lágrima... y ponla
en el rostro de quien nunca ha llorado.
Enciende el valor en tu
pecho... y ponlo en el ánimo de quien no sabe luchar. Descubre la vida... y
alienta a quien se arrastra por ella. Cultiva la esperanza... e irradia su luz a tu alrededor. Imprégnate
de bondad... y dónala a quien la desconoce. Descubre el amor... y comunica su
fuego al mundo.
Amigo/a: ¡qué hermoso es hacer de tu vida una
Navidad! Anímate a esparcir a manos llenas en el hogar, en el barrio, en tu
ambiente de trabajo, el fuego del amor, la luz de la alegría y la fuerza de la
esperanza. Que esta celebración cristiana te ayude a meditar y proyectar a tu
vida la sorprendente bondad que Dios tiene con nosotros.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
-MISA DE LA MEDIANOCHE-
♥ Primera Lectura: Is 9, 1-6
♥ Salmo: Sal 95, 1-3. 11-13
♥ Segunda Lectura: Tit 2, 11-14
♥ SANTO EVANGELIO: Lc 2,1-14
Sucedió que por aquellos días salió un edicto de
César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer
empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Quirino. Iban todos a
empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la
ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser
él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que
estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron
los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en
pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.
Había en la misma comarca unos pastores, que dormían
al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el
Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de
temor. El Ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo
será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador,
que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño
envuelto en pañales y acostado en un pesebre». Y de pronto se juntó con el
Ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
«Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes Él se
complace».
-MISA DEL DÍA-
♥ Primera Lectura: Is 52, 7-10
♥ Salmo: Sal 97, 1-6
♥ Segunda Lectura: Heb 1, 1-6
♥ SANTO EVANGELIO: Jn 1, 1-5. 9-14
Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto
a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las
cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo
lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La
luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. La Palabra era
la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba
en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció.
Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la
recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser
hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de
la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se
hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria
que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
♥ Comentario:
Hoy, nos ha nacido el Salvador. Ésta es la buena
noticia de esta noche de Navidad. Como en cada Navidad, Jesús vuelve a nacer en
el mundo, en cada casa, en nuestro corazón.
Pero, a diferencia de lo que celebra nuestra sociedad
consumista, Jesús no nace en un ambiente de derroche, de compras, de
comodidades, de caprichos y de grandes comidas. Jesús nace con la humildad de
un portal y de un pesebre.
Y lo hace de esta manera porque es rechazado por los
hombres: nadie había querido darles hospedaje, ni en las casas ni en las
posadas. María y José, y el mismo Jesús recién nacido, sintieron lo que
significa el rechazo, la falta de generosidad y de solidaridad.
Después, las cosas cambiarán y, con el anuncio del
Ángel —«No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el
pueblo» (Lc 2,10)— todos correrán hacia el portal para adorar al Hijo de Dios.
Un poco como nuestra sociedad que margina y rechaza a muchas personas porque
son pobres, extranjeros o sencillamente distintos a nosotros, y después celebra
la Navidad hablando de paz, solidaridad y amor.
Hoy los cristianos estamos llenos de alegría, y con
razón. Como afirma san León Magno: «Hoy no sienta bien que haya lugar para la
tristeza en el momento en que ha nacido la vida». Pero no podemos olvidar que
este nacimiento nos pide un compromiso: vivir la Navidad del modo más parecido
posible a como lo vivió la Sagrada Familia. Es decir, sin ostentaciones, sin
gastos innecesarios, sin lanzar la casa por la ventana. Celebrar y hacer fiesta
es compatible con austeridad e, incluso, con la pobreza.
Por otro lado, si nosotros durante estos días no
tenemos verdaderos sentimientos de solidaridad hacia los rechazados,
forasteros, sin techo, es que en el fondo somos como los habitantes de Belén:
no acogemos a nuestro Niño Jesús.
Rev. D. Ramon Octavi SÁNCHEZ i Valero (Viladecans, Barcelona, España)
Santoral Católico:
La Natividad del Señor
Jesús
Solemnidad
«A Cristo, que por nosotros ha nacido, venid,
adorémosle». El Evangelio según san Lucas nos cuenta así lo sucedido: «En
aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer un censo
del mundo entero, y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad. También
José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret
en Galilea a la ciudad de David, que se llama Belén, para inscribirse con su
esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaban allí le llegó el tiempo
del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó
en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada. En aquella región había
unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño.
Y un ángel del Señor se les presentó y les dijo: "No temáis, os traigo la
buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David,
os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal:
encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre". De
pronto apareció una legión del ejército celestial que alababa a Dios diciendo:
"Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que Dios
ama". Cuando los ángeles los dejaron, los pastores fueron corriendo a
Belén y encontraron a María y a José y al niño acostado en el pesebre. Al
verlo, les contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo
oían se admiraban de lo que decían los pastores. Y María conservaba todas estas
cosas, meditándolas en su corazón».
Oración: A
los que celebramos con alegría cristiana el nacimiento de tu Hijo, concédenos,
Señor, penetrar con fe profunda en este misterio y amarlo cada vez con amor más
entrañable. Te lo pedimos, Padre, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Catholic.net
Palabras de San Juan
Pablo II
🌸 “Ante el Verbo encarnado ponemos las alegrías y temores,
las lágrimas y esperanzas. Sólo en Cristo, el hombre nuevo, encuentra su
verdadera luz el misterio del ser humano”.
🌸 “Que el fulgor de tu nacimiento ilumine la noche del
mundo. Que la fuerza de tu mensaje de amor destruya las asechanzas arrogantes
del maligno. Que el don de tu vida nos haga comprender cada vez más cuánto vale
la vida de todo ser humano”.
🌸 “¡Acuérdate de nosotros, Hijo eterno de Dios, que te
encarnaste en el seno de la Virgen María! Te necesita la humanidad entera,
marcada por tantas pruebas y dificultades. ¡Quédate con nosotros, Pan vivo
bajado del Cielo para nuestra salvación! ¡Quédate con nosotros para siempre!
Amén”.
Navidad:
Todos los días nace el
Señor
Como siempre Jesús es desconcertante, nos
desconcierta porque nos saca de toda lógica humana, porque su actuar se basa en
el amor y siendo de condición divina se despojó de su rango para compartir
nuestra condición humana; lo esperaban como rico y nació en la pobreza; esperaban
un guerrero y sus armas fueron el perdón y la paz; su revolución se hizo por
medio del amor y el signo de su triunfo está en el madero de la cruz.
Dios se hizo hombre, para que aquel que vive en
tinieblas y sombras de muerte pueda vivir en la luz; para que aquel que vive en
pecado se levante y experimentando la misericordia del Señor viva en la gracia;
para que aquel que se siente solo y abatido, sepa que tiene a alguien a su
lado; para que aquel que sufre y llora, tenga consuelo; para que aquel que pasa
por la injusticia y la violencia, experimente la paz; "Dios se hizo hombre, para que el hombre se haga Dios" (San
Agustín).
Si para esto ha venido el Señor, podemos decir que
todos los días nace el Señor, en aquellos corazones que se abren para recibirlo
como si fueran unos pesebres, en aquellos corazones que llenos de gozo no solo
cantan sino que dan gloria a Dios con sus obras y se esfuerzan por mantener la
paz entre los hombres.
Todos los días nace el Señor, en aquellos hogares que
son comunidades de vida y amor, donde los esposos y padres e hijos se esfuerzan
por comprenderse y amarse
Todos los días nace el Señor, en aquellas personas
que en los campos, en las fábricas, en las oficinas, van cumpliendo con su
labor cotidiana, si egoísmos ni envidias, solo pensando que con su trabajo
contribuyen al bienestar de la sociedad.
Todos los días nace el Señor, en aquellos hospitales
donde el personal tiene que luchar contra la enfermedad y la muerte, y ponen
todo su conocimiento y esfuerzo al servicio de la vida.
Todos los días nace el Señor, en los medios de
comunicación que nos transmiten la verdad sin manipulaciones y sus programas
nos culturizan.
Todos los días nace el Señor, en las escuelas donde
los maestros educan y van formando no solo con la palabra sino también con el
ejemplo.
Todos los días nace el Señor, en aquellas autoridades
que con honestidad buscan la justicia, el desarrollo y la paz para sus pueblos.
Todos los días nace el Señor, en aquellas personas
que consagran su vida a Dios y a la Iglesia y viven con fidelidad su
compromiso, sirviendo a Cristo en sus hermanos.
Todos los días nace el Señor en mi corazón.
Poesía
Mis Navidades tienen
colores que nadie ha visto,
los llevo todos guardados
desde que yo era un niño.
Unos son rojos de fuego,
otros de plata y safiro,
algunos son escarlata,
otros verdes y amarillos.
Esos colores los llevo
siempre conmigo escondidos,
nadie comprende de grande
los colores que has vivido.
Mis Navidades tienen
colores que nadie ha visto,
los llevo todos guardados
desde que yo era niño.
Nuevos vídeos
Hay
dos nuevos vídeos navideños subido al blog
de
"Pequeñas Semillitas" en
internet.
Para
verlos tienes que ir al final de esta página
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas”
El pueblo de Israel esperaba al
Mesías que Dios había prometido por medio los profetas, que vendría a
liberarlos de la opresión e Isaías lo describe así: "El pueblo que andaba
a oscuras vio una luz grande, los que vivían tierra de sombras, una luz brilló
sobre ellos... Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Estará el
señorío sobre su hombro, y se llamará su nombre 'Maravilla de Consejero', 'Dios
Fuerte', 'Siempre Padre', 'Príncipe de Paz'. Grande es su señorío y la paz no
tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y
considerarlo por la equidad y la justicia" (Is 9,1.5-6).
Esperaban, pues, un guerrero, un
rey fuerte y poderoso que pueda guiar un gran ejército y llevarlos a la
liberación.
El ángel se lo anuncia así a
José: "José, Hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque
lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le
pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados"
(Mt 1,20-21).
Mateo añade: "Todo esto
sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: Ved
que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel,
que traducido significa 'Dios con nosotros'" (Mt 1,22-23).
José y María fueron a censarse a
Belén. "Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los
días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en
pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el
alojamiento. Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso
y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del
Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El
ángel les dijo: No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para
todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el
Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales
y acostado en un pesebre. Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del
ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: Gloria a Dios en las alturas y
en la tierra paz a los hombres de buena voluntad" (Lc 2,6-14).
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y
martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros
hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el
abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por
los pacientes internados en la Casa de la Bondad en Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer
y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por
los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración para la niña María José M., de Colombia, de 14 meses de vida, que viene
sufriendo una serie de dolencias, rogando que el Niño Dios que hoy nace, nazca
también en su hogar y en el corazón de toda su familia. Nuestra Madre, la
Virgen María la cuide como cuidó a nuestro Señor en el pesebre.
Pedimos oración para el Padre Martín R., de origen dominicano, quien fue ordenado en
Colombia, pero viaja a su tierra natal, para regresar el 27 de enero a
continuar su labor pastoral. Él ha pedido muchísima oración; oración que con
fervor hacemos para que el Señor escuche sus peticiones, siempre con la
confiada intercesión de nuestra Madre, la Virgen Santísima.
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del
Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones,
alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y
pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por
la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por
la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los
jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que
no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos
haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que
tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto
el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias
que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se
hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse
elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la
pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo
nuestro Señor.
Amén
Cinco minutos del
Espíritu Santo
Diciembre 25
“Ven Espíritu Santo, llena mi corazón y mi boca de
alabanzas, para adorar con el coro de los ángeles a Jesús recién nacido.
Enséñame a contemplarlo con los ojos sencillos de los pastores, a regalarle
ofrendas de amor como los magos.
Toca mi mente y mi corazón para que pueda admirarme
feliz ante Dios encarnado, el que me amó tanto hasta hacerse niño, para
salvarme desde la pequeñez humana.
¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz!
Enséñame a orar, Espíritu Santo, para que pueda adorar a mi Salvador y cantarle
a su sencillez divina.
Y obra dentro de mí, Espíritu Santo, para que Jesús
pueda nacer también en mi vida, para que pueda nacer en mi casa, para que
ilumine todo con su presencia.
Que en esta Navidad puedan renacer muchas cosas buenas
en mí. Renuévalo todo con tu gracia, Espíritu de santidad. Toma toda mi
existencia. Amén."
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito
de todos)
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