domingo, 29 de julio de 2018

Pequeñas Semillitas 3723

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 13 - Número 3723 ~ Domingo 29 de Julio de 2018
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En este Domingo, el Evangelio nos narra la multiplicación de los panes y los peces.
Podemos hacer dos consideraciones.
La primera es el sentido del humor de Jesús. Le da una broma a Felipe. Le dice que dé de comer a cinco mil hombres con cinco panes y dos peces. Y no le dice que los va a multiplicar.
La segunda consideración es que Dios quiere nuestra colaboración. Él multiplicó los panes, pero quiso que le entregaran los panes que tenían. Dios nos ayuda, pero quiere que pongamos de nuestra parte lo que podamos.
Una vez oí una frase que me gustó mucho: «Dios pone casi todo. Nosotros ponemos casi nada. Pero Dios no pone su «casi todo» si nosotros no ponemos nuestro «casi nada».
Padre Jorge Loring S.J.

¡Buenos días!

Nos mira con amor
La Biblia nos asegura que “el Señor mira desde el cielo, se fija en todos los hombres, desde su morada observa a todos los habitantes de la tierra; él modeló cada corazón y comprende todas sus acciones” (Salmo 33). Esta mirada tiene su predilección por los humildes, los sencillos, los justos, los que sirven al Señor.

Un ladrón a media noche se mete en una casa a robar. Entra por una ventana, y cuando está adentro en la oscuridad oye una voz que dice: —¡Jesús te está mirando! Entonces, el ladrón se asusta y se detiene. Luego, como ve que no ocurre nada, continúa. Y de nuevo la voz le dice: —¡Jesús te está mirando! El ladrón asustado prende la luz y ve que la voz venía de un loro que estaba en una jaula, y el ladrón le dice: —¡Ahhh que susto me diste! ¿Cómo te llamas lorito? Y el loro le responde: —Me llamo Pedro. —Pedro es un nombre extraño para un loro. Y el loro le contesta: —Más extraño es el nombre “Jesús” para un Doberman.

Una vez Dios se apareció a Abrahán y le dijo: “Camina en mi presencia y sé perfecto” (Gen. 17, 1). Convencido de que tu vida externa e interna se desarrolla ante la mirada de Dios, estarás atento a no ofender los divinos ojos con pensamientos o acciones. Así avanzarás por el camino de la honestidad hacia la perfección. Que el Señor te bendiga en este día.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
Primera Lectura: 2Rey 4, 42-44

Salmo: Sal 144, 10-11. 15-18

Segunda Lectura: Ef 4, 1-6

SANTO EVANGELIO: Jn 6,1-15
En aquel tiempo, se fue Jesús a la otra ribera del mar de Galilea, el de Tiberíades, y mucha gente le seguía porque veían las señales que realizaba en los enfermos. Subió Jesús al monte y se sentó allí en compañía de sus discípulos. Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia Él mucha gente, dice a Felipe: «¿Dónde vamos a comprar panes para que coman éstos?». Se lo decía para probarle, porque Él sabía lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco». Le dice uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?».
Dijo Jesús: «Haced que se recueste la gente». Había en el lugar mucha hierba. Se recostaron, pues, los hombres en número de unos cinco mil. Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los repartió entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, todo lo que quisieron. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los trozos sobrantes para que nada se pierda». Los recogieron, pues, y llenaron doce canastos con los trozos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido.
Al ver la gente la señal que había realizado, decía: «Éste es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo». Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte Él solo.

Comentario:
Hoy, podemos contemplar cómo se forja en nuestro interior tanto el amor humano como el amor sobrenatural, ya que tenemos un mismo corazón para amar a Dios y a los otros.
Generalmente, el amor va abriéndose paso en el corazón humano cuando se descubre el atractivo del otro: su simpatía, su bondad. Es el caso del «muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces» (Jn 6,9). Da a Jesús todo lo que lleva, los panes y los peces, porque se ha dejado conquistar por el atractivo de Jesús. ¿He descubierto el atractivo del Señor?
A continuación, el enamoramiento, fruto de sentirse correspondido. Dice que «mucha gente le seguía porque veían las señales que realizaba en los enfermos» (Jn 6,2). Jesús les escuchaba, les hacía caso, porque sabía lo que necesitaban.
Jesucristo siente un poderoso atractivo por mí y quiere mi realización humana y sobrenatural. Me ama tal como soy, con mis miserias, porque pido perdón y, con su ayuda, sigo esforzándome.
«Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte Él solo» (Jn 6,15). Les dirá al día siguiente: «En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado» (Jn 6,26). Escribe san Agustín: «¡Cuántos hay que buscan a Jesús, guiados solamente por intereses temporales! (...) Apenas se busca a Jesús por Jesús».
La plenitud del amor es el amor de donación; cuando se busca el bien del amado, sin esperar nada a cambio, aunque sea al precio del sacrificio personal.
Hoy, yo le puedo decir: «Señor, que nos haces participar del milagro de la Eucaristía: te pedimos que no te escondas, que vivas con nosotros, que te veamos, que te toquemos, que te sintamos, que queramos estar siempre a tu lado, que seas el Rey de nuestras vidas y de nuestros trabajos» (San Josemaría).
Rev. D. Pere CALMELL i Turet (Barcelona, España)

Palabras de San Juan Pablo II
 
"El misterio de la Cruz y de la Resurrección nos asegura, que el odio, la violencia, la sangre, la muerte no tienen la última palabra en las vivencias humanas. La victoria definitiva es de Cristo y tenemos que volver a empezar desde Él, si queremos construir para todos un futuro de paz, justicia y solidaridad auténticas".

Predicación del Evangelio:
Comprometerse 
“Viendo venir hacia él una gran muchedumbre, dijo a Felipe: «¿Dónde compraremos panes para que coman éstos?»... Le dice uno de los discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces»” (Jn 6,44)

A veces nos preguntamos: ¿Por qué Dios no interviene en el mundo y arregla tal asunto? Deberían venir a nuestra memoria estas palabras: «dadles vosotros de comer». Cuentan que un hombre se encontró a un niño enfermo en la calle, fue a la Iglesia y preguntó al sacerdote: ¿Por qué Dios no hace nada para ayudarle? Y el sacerdote le contestó: Ya lo ha hecho: que tú le encontraras.

Es muy fácil echar la culpa a otros, incluso echársela a Dios, ante las deficiencias que notamos. Lo que hemos de hacer es implicarnos nosotros, si es que podemos o debemos hacerlo. Implicarnos a fondo. Dicen que en un plato de huevos fritos con panceta, el cerdo se ha implicado mucho más que la gallina (poniendo su lomo).

Dios puede hacer milagros, pero normalmente no los hace, porque cuenta con las criaturas para resolver los problemas. Jesús iba a dar de comer a cinco mil personas, pero quería necesitar de los cinco panes y de los dos peces. No había más, pero era todo. Al darlos, aquel chico se quedaba sin su comida. Podía haberse quedado con algo, pero lo dio todo. Y entonces Jesús hizo el milagro que rompió todas las previsiones.

Por la naturaleza social de los hombres, Dios desea que unos evangelicen y ayuden a los otros. Podría hacerlo Él inmediatamente con cada uno, pero no ha querido hacerlo así. Por eso, ¡tantas cosas dependen de nuestra generosidad! Cuentan que un día le dijo el Señor a santa Teresa de Jesús: «Teresa, yo he querido, pero los hombres no han querido».

Hoy puede ser una buena ocasión para plantearme qué me estás pidiendo, Señor. ¿Cuánto te doy? ¿Me conformo con darte algo para que no me compliques la vida, o puedo tener corazón joven –como aquel muchacho– y poner a tu servicio mi tiempo y más cosas?
Padre Jesús Martínez García

Nuevo vídeo

Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página
   
Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
  
Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas Semillitas" por e-mail: Si desean recibir los comentarios del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com 
Sólo deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.
  
Agradecimientos  
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

 Desde California, Sonia M. Q. escribe para agradecer a Dios y todos los que con tanto amor hacen oración por las diversas peticiones, y nos dice que todos sus exámenes médicos por los que habíamos rezado han salido muy bien. Gloria a Dios...!!!

Cinco minutos del Espíritu Santo 
Julio 29
Me detengo un momento sólo a respirar. Simplemente existo, y respiro. Presto atención sólo a la respiración, al aire que entra en mí y que sale de mí. Y me dejo estar, me abandono. Con dulzura, aparto todos los pensamientos, recuerdos e imágenes que vayan apareciendo, y vuelvo a concentrarme con serenidad sólo en la respiración. Me detengo sólo a gozar de la existencia, que es un invalorable regalo.
Así, abandonándome, voy dejando nacer un sentimiento positivo de gratitud y de verdadera paz. Al fin de cuentas, más allá de todo, vale la pena existir. Es mejor que no ser. Este presente es maravilloso. Gracias, gracias.
Dejo que el Espíritu Santo vaya haciendo crecer poco a poco ese sentimiento de dulce gratitud.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.