lunes, 16 de julio de 2018

Pequeñas Semillitas 3710

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 13 - Número 3710 ~ Lunes 16 de Julio de 2018
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Celebramos hoy la fiesta de Nuestra Señora del Carmen, tan querida a la piedad del pueblo cristiano en todo el mundo, y vinculada de modo especial a la vida de la gran familia religiosa carmelita.
La Orden del Carmelo tiene un origen antiguo y glorioso; se cree y no sin justa razón, que esta Orden es la continuación de la escuela de los profetas establecida en el Monte Carmelo por el profeta Elías. Los discípulos de esta escuela ocuparon el primer lugar entre los conversos al cristianismo naciente, y el Carmelo llega a ser la cuna de la vida monástica a partir de Cristo.
Después de la dispersión de los Apóstoles, en el año 38, los Carmelitas construyeron una capilla en honor a María Santísima y se consagraron muy especialmente a celebrar sus alabanzas. San Simón Stock llega a ser en 1245 el superior general de los Carmelitas, y no descuida nada para avivar la llama de la devoción a María Santísima en su Orden. La Virgen María se le apareció el 16 de julio rodeada de ángeles y en medio de una gran luz, vestida del hábito del Carmelo y del Escapulario de la Orden para decirle: "Este es un privilegio para ti y para todos los carmelitas, el que muera tras llevar este Hábito no padecerá el fuego eternal" El santo hizo milagros para confirmar la realidad de esta visión.
Recordemos ahora las promesas de la Virgen del Carmen:
1- Asistiré, a la noche de la muerte, a quienes lleven con fe mi escapulario, mi medalla o mi imagen.
2- Si se portan para conmigo como hijos cariñosos, yo me portaré con ustedes como madre amabilísima.
3- Bendeciré sus casas donde mi imagen sea honrada, y donde recen cada día alguna oración.
4- Si se esfuerzan por alejar el pecado de su vida, yo me esforzaré por alejarles las desgracias y calamidades.
5- Si quieren gozar de felicidad y santidad, hagan lo que Jesús les dice y yo rogaré por ellos ahora y en la hora de la muerte.

¡Buenos días!

Nunca olvides
Aquello que nos decimos a nosotros mismos afecta radicalmente la calidad de nuestras vidas y nuestra habilidad para hacer cosas efectivamente. Somos lo que pensamos. Si nuestro discurso interior es negativo, pues, somos eso: seres pesimistas, trabados en todo. Por el contrario, si nuestro discurso interior es positivo somos seres dinámicos, entusiastas, decididos.

Olvida los días nublados, pero no olvides tus horas de sol ni tus noches estrelladas. Olvida los momentos en que fuiste derrotado, pero no olvides las batallas que has ganado. Olvida los errores que no puedes cambiar, pero no olvides las lecciones que has aprendido ni las verdades atesoradas en tu experiencia. Olvida los días en que has estado solo y triste, pero no olvides las sonrisas que has encontrado y tantas que encontrarás. Olvida los planes que fallaron, pero nunca olvides que debes tener siempre un sueño.

La gente de pensamiento positivo, con metas para triunfar y salir adelante, va por la vida con frases llenas de aliento como éstas: “Todo va a salir bien. Nada es imposible. Tengo fe que todo saldrá a mi favor. La buena suerte siempre me acompaña. Hay que tener confianza. Hay que esforzarse”. Concéntrate, pues, en la cara esperanzadora de la existencia.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
 
Primera Lectura: Is 1,10-17

Salmo: Sal 50:8-9, 16-17, 21, 23

SANTO EVANGELIO: Mt 10,34--11,1
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: «No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada. Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y enemigos de cada cual serán los que conviven con él.
El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. Quien reciba a un profeta por ser profeta, recompensa de profeta recibirá, y quien reciba a un justo por ser justo, recompensa de justo recibirá. Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa».
Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.

Comentario:
Hoy, Jesús nos ofrece una mezcla explosiva de recomendaciones; es como uno de esos banquetes de moda donde los platos son pequeñas "tapas" para saborear. Se trata de consejos profundos y duros de digerir, destinados a sus discípulos en el centro de su proceso de formación y preparación misionera (cf. Mt 11,1). Para gustarlos, debemos contemplar el texto en bloques separados.
Jesús empieza dando a conocer el efecto de su enseñanza. Más allá de los efectos positivos, evidentes en la actuación del Señor, el Evangelio evoca los contratiempos y los efectos secundarios de la predicación: «Enemigos de cada cual serán los que conviven con él» (Mt 10,36). Ésta es la paradoja de vivir la fe: la posibilidad de enfrentarnos, incluso con los más próximos, cuando no entendemos quién es Jesús, el Señor, y no lo percibimos como el Maestro de la comunión.
En un segundo momento, Jesús nos pide ocupar el grado máximo en la escala del amor: «quien ama a su padre o a su madre más que a mí…» (Mt 10,37), «quien ama a sus hijos más que a mí…» (Mt 10,37). Así, nos propone dejarnos acompañar por Él como presencia de Dios, puesto que «quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado» (Mt 10,40). El efecto de vivir acompañados por el Señor, acogido en nuestra casa, es gozar de la recompensa de los profetas y los justos, porque hemos recibido a un profeta y un justo.
La recomendación del Maestro acaba valorando los pequeños gestos de ayuda y apoyo a quienes viven acompañados por el Señor, a sus discípulos, que somos todos los cristianos. «Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo...» (Mt 10,42). De este consejo nace una responsabilidad: respecto al prójimo, debemos ser conscientes de que quien vive con el Señor, sea quien sea, ha de ser tratado como le trataríamos a Él. Dice san Juan Crisóstomo: «Si el amor estuviera esparcido por todas partes, nacerían de él una infinidad de bienes».
Rev. D. Valentí ALONSO i Roig (Barcelona, España)

Santoral Católico:
Nuestra Señora del Carmen
Advocación Mariana 
Es la advocación de la Virgen como Patrona de la familia carmelitana. La Sagrada Escritura celebra la belleza del monte Carmelo, donde el profeta Elías, en el siglo IX antes de Cristo, defendió la pureza de la fe de Israel en el Dios vivo, en contra del culto a Baal. En el siglo XII, algunos eremitas se retiraron a aquel monte, constituyendo más tarde una Orden dedicada a la vida contemplativa, bajo el patrocinio de la Virgen María. Según la tradición, en este día la Virgen entregó el popular escapulario del Carmen a San Simón Stock. Además, bajo este título celebramos a la Virgen como guía de los navegantes, consuelo de los afligidos, fortaleza de los moribundos en su agonía, intercesora nuestra en el tránsito de la muerte, auxilio de las almas del purgatorio.
Oración: Te suplicamos, Señor, que la poderosa intercesión de la Virgen María, en su advocación del monte Carmelo, nos ayude y nos haga llegar hasta Cristo, monte de salvación. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Pensamiento del día

"Flor del Carmelo, viña florida,
Esplendor del cielo, Virgen Madre.
Singular. ¡Oh Madre tierna!,
Intacta de hombre;
a los carmelitas proteja tu nombre,
Estrella del mar"
San Simón Stock
  
Tema del día:
El Escapulario de la Virgen del Carmen
 
1. ¿Qué es?
El escapulario del Carmen es el signo externo de devoción mariana, que consiste en la consagración a la Santísima Virgen María por la inscripción en la Orden Carmelita, en la esperanza de su protección maternal. El distintivo externo de esta inscripción o consagración es el pequeño escapulario marrón.
El escapulario del Carmen es un sacramental, es decir, según el Concilio Vaticano II, "un signo sagrado según el modelo de los sacramentos, por medio del cual se significan efectos, sobre todo espirituales, que se obtienen por la intercesión de la Iglesia". (S.C.60).

2. Origen y propagación
A finales del siglo XII o principio del XIII nacía en el monte Carmelo, de Palestina, la Orden de los Carmelitas. Pronto se vieron obligados a emigrar a Occidente. En Europa, tampoco fueron muy bien recibidos por todos. Por ello el Superior General de la Orden, San Simón Stock, suplicaba con insistencia la ayuda de la Santísima Virgen.
En 1251, la Bienaventurada Virgen María, acompañada de una multitud de ángeles, se apareció a San Simón Stock, General de los Carmelitas, con el escapulario de la Orden en sus manos, y le dijo: "Tú y todos los Carmelitas tendréis el privilegio, que quien muera con él no padecerá el fuego eterno"; es decir, quien muera con él, se salvará.
La promesa del escapulario es de tal trascendencia, que precisamente por ello suscitó fuerte oposición.

3. Significado del Escapulario
Al vestir el escapulario, y durante toda la vida, es muy importante que sepamos apreciar su profundo y rico significado, como pertenencia a una Orden, a la del Carmen, con obligación de vivir según su rica espiritualidad y su propio carisma. Quien viste el escapulario debe procurar tener siempre presente a la Santísima Virgen y tratar de copiar sus virtudes, su vida y obrar como Ella, María, obró, según sus palabras: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra".

El escapulario del Carmen es un MEMORIAL de todas las virtudes de María. Así lo recordaba a todos: religiosos, terciarios, cofrades. "Que forman, por un especial vínculo de amor, una misma familia de la Santísima Madre", el Papa Pío XII, el 11.2.1950.

- Reconozcan en este memorial de la Virgen un espejo de humildad y castidad.
- Vean, en la forma sencilla de su hechura, un compendio de modestia y candor.
- Vean, sobre todo, en esta librea que visten día y noche, significada, con simbolismo elocuente, la oración con la cual invocan el auxilio divino.
- Reconozcan, por fin, en ella su consagración al Sacratísmo Corazón de la Virgen Inmaculada, recientemente recomendada.

Cada escapulario tiene sus privilegios o gracias particulares, pero todos pueden sustituirse por la medalla-escapulario (cfr. Decreto de 16-XII-1910). Sería falta de fe en la autoridad suprema del Vicario de Cristo que confiere a esta medalla tal privilegio, creer que vale menos, para ganar las promesas, llevar la medalla que los trozos de paño (aunque en determinados casos, por otras razones externas de mayor visibilidad, etc., puede ser preferible el escapulario de paño). La medalla-escapulario debe tener por una parte la imagen de Jesús con el Corazón, y por la otra una imagen de la Virgen bajo cualquier advocación. Lo mismo que los escapularios ha de estar bendecida por un sacerdote.
* Fuente: Ocarm.org

Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Esta es una oración de Consagración a la Virgen del Carmen escrita por el Papa Pío XII:
“Oh, María, Reina y Madre del Carmelo, vengo hoy a consagrarme a Ti, pues toda mi vida es como un pequeño tributo por tantas gracias y bendiciones como he recibido de Dios a través de tus manos. Y porque Tú miras con ojos de particular benevolencia a los que visten tu Escapulario, te ruego que sostengas con tu fortaleza mi fragilidad, ilumines con tu sabiduría las tinieblas de mi mente y aumentes en mí la fe, la esperanza y la caridad, para que cada día pueda rendirte el tributo de humilde homenaje.
El Santo Escapulario atraiga sobre mí tus miradas misericordiosas, sea para mí prenda de particular protección en la lucha de cada día, de modo que pueda seros fiel a tu Hijo y a Ti. Que él me tenga apartado de todo pecado y constantemente me recuerde el deber de pensar en Ti y revestirme de tus virtudes.
De hoy en adelante me esforzaré por vivir en suave unión con tu espíritu, ofrecerlo todo a Jesús por tu medio y convertir mi vida en imagen de tu humildad, caridad, paciencia, mansedumbre y espíritu de oración.
Oh Madre amabilísima, sosténme con tu amor indefectible, a fin de que a mí, pecador indigno, me sea concedido un día cambiar tu Escapulario por el Eterno vestido nupcial y habitar contigo y con los santos del Carmelo en el Reino de tu Hijo. Así sea.”

Pedidos de oración
 
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad en  Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Cinco minutos del Espíritu Santo 
Julio 16
Cada ser humano tiene problemas de amor, por distintos motivos: porque cree que en la vida no ha recibido el amor que necesitaba, o porque descubre su incapacidad de amar en serio a los demás, su egoísmo.
En el fondo está encerrado en su corazón mirando sus problemas e imperfecciones. Es necesario que frene esos pensamientos inútiles, que salga de sí y se detenga a contemplar el amor de Dios.
Él sí es amor, amor puro, sincero, infinito, amor sin límites. Él es amor. Eso es importante. Si me parece que el amor en esta vida no existe, tengo que pensar que sí existe, porque Dios es amor, y es maravilloso que así sea.
Si una persona está preocupada por su imagen ante los demás, por sus errores, sus incoherencias; si le duelen sus humillaciones públicas o lo que los demás digan de su persona; o si sufre porque se da cuenta de sus imperfecciones, es mejor que no pierda el tiempo mirándose a sí misma. Lo importante es que existe él, el perfecto, el Santo. Es mejor detenerse a contemplarlo. Eso es lo importante, que él existe, y él es el Santo.
Pidamos al Espíritu Santo que nos saque de nosotros mismos para adorar a Dios, porque así encontraremos la más agradable liberación.
* Mons. Víctor Manuel Fernández 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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