jueves, 21 de marzo de 2013

Pequeñas Semillitas 1980


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 1980 ~ Jueves 21 de Marzo de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Alabado sea Jesucristo…
“Os aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre”
Señor, coloca en mi corazón una santa alegría, porque ya no tenemos que esperarte. Ya has venido, ya te has hecho presente en nuestro mundo, nos has salvado, y estás resucitado en nuestras vidas.
Que siempre seamos celosos custodios y fieles a tu Palabra, que como lo dice el salmista, es estable como los cielos. La explicación de tus Palabras ilumina y da inteligencia a los sencillos. Abro mi boca y suspiro, pues anhelo tus mandamientos.


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi Palabra, no verá la muerte jamás». Le dijeron los judíos: «Ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abraham murió, y también los profetas; y tú dices: ‘Si alguno guarda mi Palabra, no probará la muerte jamás’. ¿Eres tú acaso más grande que nuestro padre Abraham, que murió? También los profetas murieron. ¿Por quién te tienes a ti mismo?». Jesús respondió: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada; es mi Padre quien me glorifica, de quien vosotros decís: ‘Él es nuestro Dios’, y sin embargo no le conocéis, yo sí que le conozco, y si dijera que no le conozco, sería un mentiroso como vosotros. Pero yo le conozco, y guardo su Palabra. Vuestro padre Abraham se regocijó pensando en ver mi día; lo vio y se alegró». Entonces los judíos le dijeron: «¿Aún no tienes cincuenta años y has visto a Abraham?». Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham existiera, Yo Soy». Entonces tomaron piedras para tirárselas; pero Jesús se ocultó y salió del Templo.
(Jn 8,51-59)

Comentario      
Hoy nos sitúa san Juan ante una manifestación de Jesús en el Templo. El Salvador revela un hecho desconocido para los judíos: que Abraham vio y se alegró al contemplar el día de Jesús. Todos sabían que Dios había hecho una alianza con Abraham, asegurándole grandes promesas de salvación para su descendencia. Sin embargo, desconocían hasta qué punto llegaba la luz de Dios. Cristo les revela que Abraham vio al Mesías en el día de Yahvé, al cual llama mi día.
En esta revelación Jesús se muestra poseyendo la visión eterna de Dios. Pero, sobre todo se manifiesta como alguien preexistente y presente en el tiempo de Abraham. Poco después, en el fuego de la discusión, cuando le alegan que aún no tiene cincuenta años les dice: «En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham existiera, Yo Soy» (Jn 8,58) Es una declaración notoria de su divinidad, podían entenderla perfectamente, y también hubieran podido creer si hubieran conocido más al Padre. La expresión “Yo soy” es parte del tetragrama santo Yahvhé, revelado en el monte Sinaí.
El cristianismo es más que un conjunto de reglas morales elevadas, como pueden ser el amor perfecto, o, incluso, el perdón. El cristianismo es la fe en una persona. Jesús es Dios y hombre verdadero. «Perfecto Dios y perfecto Hombre», dice el Símbolo Atanasiano. San Hilario de Poitiers escribe en una bella oración: «Otórganos, pues, un modo de expresión adecuado y digno, ilumina nuestra inteligencia, haz también que nuestras palabras sean expresión de nuestra fe, es decir, que nosotros, que por los profetas y los Apóstoles te conocemos a ti, Dios Padre y al único Señor Jesucristo, podamos también celebrarte a ti como Dios, en quien no hay unicidad de persona, y confesar a tu Hijo, en todo igual a ti».
Rev. D. Enric CASES i Martín (Barcelona, España)


Santoral Católico:
San Nicolás de Flüe
Ermitaño


San Nicolás de Flüe, más conocido como Hermano Klaus, es santo muy popular en Suiza. Pío XII lo proclamó Patrono de esa nación, en donde se celebra su fiesta el 25 de septiembre. Nació en 1417 en Flüe, cerca de Sachseln. Aunque se sentía llamado a la vida eremítica (a los 16 años tuvo la “visión de la torre”), tuvo que aceptar algunos cargos civiles (fue corregidor de Sachseln, consejero, juez y diputado) y militares.

En 1445 se casó con Dorotea Wyss: tuvieron cinco hijos y cinco hijas: uno de ellos llegó a ser párroco de Sachseln, y un nieto, Conrado Scheuber, murió en olor de santidad.

Por insistencia de Matías de Bolsheim y Aimo Amgrund entró en contacto con los Gottesfreunde (amigos de Dios), un movimiento religioso alsaciano. Pero la esposa se opuso siempre a sus planes de soledad. Sólo después de haber cumplido los 50 años, en junio de 1567, pudo partir para Alsacia. Pero el Señor lo quería en un lugar mucho más cercano a las regiones habitadas hasta entonces. Por otra parte, él se avergonzaba de esta especie de “fracaso” y se retiró primero a Klisterli-Alpa en Melchtal.

Su vida santa y su riguroso ayuno (existen testigos históricos de que durante un período de 19 años y medio él se alimentó sólo con la Eucaristía) atrajeron la curiosidad de los vecinos. Entonces resolvió retirarse a Ranft, un lugar desierto cerca de Flüe. Sólo salía para ir a Misa y cuando la patria tenía necesidad de él: en 1473 ante la amenaza austríaca, y en 1481 y 1482 cuando hubo un gran peligro de guerra civil: los buenos resultados de estas intervenciones le ganaron el título de “Padre de la Patria”. Su oración más frecuente era: “Señor mío y Dios mío, aleja de mí todo lo que me aleje de ti. Señor mío y Dios mío, concédeme todo lo que me acerque a ti. Señor mío y Dios mío, líbrame de mí mismo y concédeme poseerte sólo a ti”.

Sus vecinos, edificados por su testimonio de oración y de penitencia (lo espiaron durante todo un mes), le construyeron un yermo y una pequeña capilla, consagrada en 1469. San Nicolás de Flüe murió a los 70 años, el día 21 de marzo de 1487. Fue beatificado en 1669 y canonizado por Pío XII.

Fuente: Catholic.net


¡Buenos días!

Cosecha salvada

En el evangelio leemos que Jesús dijo: “Busquen primero el reino de Dios y su justicia, y lo demás se les dará por añadidura”. El error del hombre consiste en buscar con afán en primer lugar las cosas de la tierra, los intereses propios, mientras le dan a Dios las migajas de su tiempo y de su amor. Y así le van sus asuntos… Una anécdota de Don Bosco.

En 1864 Don Bosco predicó por tres días antes de la fiesta de la Asunción en Montemagno. Una larga sequía amenazaba las cosechas. —Si vienen al sermón  —dijo el Santo— los tres días y se confiesan y todos comulgan el día de la fiesta, la Virgen enviará una lluvia que salvará la cosecha. La gente acudió con fe al triduo, y se confesó, mientras los pueblos vecinos se burlaban. El día de la fiesta amaneció sin una nube. Todo el pueblo comulgó. Al atardecer se cantaron salmos, pero el cielo seguía limpio. Alguno pensó que Don Bosco había fallado. —Cantemos el Magníficat —dijo el santo— ¡Fe en la Virgen! Una lluvia mansa comenzó a repiquetear en las ventanas y techos. La alegría fue grande porque la cosecha estaba salvada.

Se trata de tener un amor tan firme a Dios que lo tengamos en el primer lugar de nuestro afecto, preocupaciones, tiempo… Hay un motivo fundamental: Dios nos ama tanto, se ha jugado tanto por nosotros, que no nos queda sino organizar toda nuestra vida como respuesta coherente a su inmensa bondad. Pide al Espíritu Santo te inflame en amor a Dios.

Padre Natalio


La frase de hoy

“Señor, dame la gracia de ser parte
de esos seres sencillos que alegran tu corazón,
porque el Padre oculta las cosas más profundas
a los sabios y entendidos y las revela a los pequeños”


Tema del día:
Una ola de "Sed de Iglesia" barre al mundo


Vivimos momentos en que la gente goza en el volver a su Dios. Es absolutamente imprevisto, y extraordinario. La Iglesia tuvo la sede de Pedro vacante por unos días, pero en cuanto el cónclave anunció el famoso “Habemos Papam”, una vigorosa ola de sed de Iglesia arrasó al mundo. Si, el mismo mundo que está normalmente sumido en el materialismo y una actitud distante de Dios, se levantó como una multitud fervorosa a aclamar al Nuevo Pontífice.

¿Qué ocurrió? Yo creo que esto que ocurre es una demostración de que el mundo tiene en realidad una enorme sed de Iglesia, sed de espíritu, ante el vacío espiritual que lo envuelve. Francisco desató, en el mismo instante en que fue anunciada su elección, una ola de alegría, excitación y aprobación que no se veía desde hace años. Me trae recuerdos de los primeros años de mi amado Juan Pablo II, por la frescura y la esperanza del mensaje.

Nuestro Papa, Francisco, ha hecho desde el primer instante una cantidad de gestos que nos obligan a decir “simplemente perfecto”. Son actitudes sencillas, pero justamente allí está el mérito, en la sencillez. Es exactamente lo que la gente secreta y esperanzadamente aguardaba de un líder espiritual universal. Cada día es una nueva sorpresa, un nuevo gesto que conmueve, que nos obliga a levantar la mirada hacia Dios que es el Dueño de la Iglesia, el Impulsor de todo lo que a Ella le ocurre a través del derrotero de su historia.

Esta sed de Iglesia no es un dato que debamos o podamos pasar por alto, si es que queremos levantar las velas de nuestras barcas y navegar con este viento espiritual repentino que atraviesa el mundo. Tenemos una enorme oportunidad, la de capitalizar con esfuerzos evangélicos el impulso que la Iglesia recibe en estos momentos. No podemos dejar pasar esta oportunidad, porque Dios nos espera con mirada esperanzada, para que recojamos frutos de fe, esperanza y amor, en medio del festejo que nos rodea.

Tengo que reconocer que, como argentino, soy un poco parcial en mis observaciones y mis juicios. Pero creo sin demasiado temor a equivocarme que esta sed de Iglesia se ha manifestado en todo el mundo católico, dando un sentido de amor, justicia y paz, a pueblos que viven plagados de división, mentira, resentimiento y miedo. Dios nos da un signo de esperanza, para que miremos el futuro sabiendo que Jesucristo es el Señor de la Historia, que no nos dejará solos nunca.

En este instante tan especial de los tiempos que vivimos, podemos y debemos unirnos a la Iglesia que invita a todos los hombres y mujeres de buen corazón, a volver al Amor de Dios, a gozar de la Paz que da sentirse en paz con el Creador. Un mensaje cargado de ayuda a los que menos tienen, por la unión entre los pueblos, por la defensa de la verdad y la justicia, por la sencillez y la negación del culto a la imagen. En resumidas cuentas, un mensaje cargado de las Palabras que Jesús nos legó.

¡Esta es nuestra Iglesia, la Iglesia de la que estamos enamorados y por la que queremos trabajar en búsqueda de la civilización del Amor!

Por supuesto que estamos preocupados por Francisco, por el desafío que tiene por delante. Pero obedientes a la Iglesia y convencidos de la acción de Espíritu Santo sobre Ella, miramos con esperanzado brío el futuro que nos espera. Conservar los pilares sobre los que está construido el edificio, y adaptarse a los tiempos de los mares por los que navega la Barca, son las claves que marcan nuestro futuro como miembros de la Iglesia.

Fuente: Reina del Cielo


Cuaresma día por día:
Día 37º. Jueves quinto

Gracia.

Hace unos años dos amigos que estaban haciendo vela cerca de Bakio fueron llevados por una corriente mar adentro. Tan solo uno de ellos llevaba chaleco salvavidas y éste preguntó a su amigo: "¿Estás en gracia?". El otro reconoció que no, y el primero le dio su salvavidas porque él tenía a Jesús en el alma: Si se ahogaba iría al Cielo.

¿Te das cuenta de lo importante que es estar en gracia, como este chico que se arriesgó a morir ahogado para que su amigo pudiese vivir con Jesús en el alma?

Jesús dijo que Dios vive en el alma que está en gracia: vive conmigo ayudándome, dándome luz para entender, fuerza para luchar y vencer, deseos buenos, amor y comprensión, etc. Viviendo Dios en mí, Dios me da una vida nueva y distinta. Por eso, vivir en gracia es lo más importante: porque es vivir con Dios.

Pide que tus amigos y familia vivan siempre en gracia de Dios. Continúa ahora hablándole a Dios con tus palabras

P. José Pedro Manglano Castellary


Carta al Papa Francisco


Los que fuimos alumnos del Colegio Inmaculada Concepción en la ciudad de Santa Fe (Argentina) en la década de los sesenta, conocimos allí a un jesuita muy jovencito, todavía no ordenado sacerdote por entonces (se ordenó en 1969), que daba clases como “maestrillo” en el colegio. Su nombre: Jorge Mario Bergoglio.
Hoy es el Papa Francisco, y por eso le vamos a remitir la siguiente carta:

Santo Padre Francisco
Desde que recibiéramos la gratísima noticia de que nuestro querido maestrillo había sido elegido para conducir la Iglesia Católica, sus antiguos alumnos del Colegio de la Inmaculada Concepción hemos visto renacer esa fe que nos inculcara en nuestra juventud llena de auroras, sintiéndonos convocados a vivirla con mayor compromiso y alegría.
Cuarenta y ocho años después ha vuelto a sacudirnos para que demos frutos en el último tercio de nuestra vida, con el compromiso de caminar, edificar y construir lo que nos resta, abrazando la cruz de Cristo y preparándonos para el encuentro con Él.
El tiempo ha pasado, pero su palabra, su consejo, su ejemplo, están vivos en todos nosotros, como lo está el amor por el colegio.
Rezamos al Señor y a la Virgen de los Milagros, para que lo bendigan y le den la fortaleza y sabiduría necesaria para conducir la barca entre las tempestades desatadas por el secularismo.
Sus primeros días de pontificado, están demostrando al mundo que la pesca puede ser abundante cuando no se teme echar las redes, remando mar adentro.
Nosotros, antiguos alumnos, nos comprometemos en  responder a su llamado.  Renovando la esperanza, "contra toda esperanza", queremos expresar nuestro amor en obras, al estilo de San Ignacio "custodiando a la gente, preocupándonos por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los pobres, los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón"
Con nuestras oraciones, reciba el sentido recuerdo y respeto de los ex-alumnos de la promoción 1968. 
Dios ilumine a Francisco.


Pedidos de oración


Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Zulma A., de 58 años de edad, residente en Córdoba, Argentina, que está internada en terapia intensiva muy grave, por una meningo encefalitis herpética. Invocamos a la Santísima Virgen de Lourdes y al Beato Juan Pablo II para que intercedan por ella ante el Señor para conseguir la gracia de su sanación.

Pedimos oración por Adrián S., de México D.F., que ya ha pasado su entrevista laboral (hemos rezado por él hace cinco días) y ahora, si es la voluntad de Dios, pueda resultar elegido para puesto laboral.

Pedimos oración por Esmeralda y María de Jesús, de Teustepe, Nicaragua, para que el Señor en su infinita misericordia sane sus dolores a consecuencia del cáncer, y les de la gracia de la aceptación de su enfermedad. 

Pedimos oración por Gabriel G., de 34 años de edad, residente en Bogotá, Colombia, internado en terapia intensiva por una afección poco común y de pronóstico incierto. Que Dios Todo Poderoso deposite sus santas manos sanadoras sobre Gabriel, y le dé la fuerza a Milena, su esposa y a su pequeña hija de 7 años (no tenemos el nombre) para poder soportar este duro trance, con la intercesión de nuestra amada Madre la Virgen Santísima.

Pedimos oración por María Trinidad (Trini) A. A., de Bogotá, Colombia, a quien hoy realizarán una endoscopía y la próxima semana otros estudios más, confiando en Señor. que todo saldrá muy bien, y por Su Santa Voluntad nuestra querida hermana encontrará su salud plenamente restablecida.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.


“Intimidad Divina”

La guarda de la Palabra

“Si os mantenéis en mi palabra… conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn 8, 31-32). Esta afirmación se completa con otra: “Quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre” (ib. 51). La palabra del Señor es verdad y vida; el empeño en mantenerse en la palabra y en guardarla conduce a un conocimiento claro y profundo de la verdad contenida en ella, conduce a la liberación del pecado y también de la muerte, que es su consecuencia más grave. Guarda de la Palabra, conocimiento de la verdad, conquista de la libertad, posesión de la vida eterna, éstas son las etapas progresivas de la vida cristiana que desemboca en la eternidad. Todo deriva de la potencia vivificadora de las palabras del Señor que son “espíritu y vida” (Jn 6, 63), que son “palabras de vida eterna” (ib. 68). Los judíos no entendieron y protestaron: ¿cómo puede pretender Jesús librar a sus discípulos de la muerte cuando los profetas, y hasta el mismo Abrahán murieron? Y el Señor, respondiendo, estableció una confrontación entre su incredulidad y la fe del Patriarca: “Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría” (Jn 8, 56).

La guarda de la Palabra no coarta ni destruye la libertad del hombre, al contrario, la corrobora. Hablando de la vida religiosa, el Concilio afirma que una de las ventajas que ella ofrece a los que la abrazan es “una libertad robustecida por la obediencia” (LG 43). La obediencia a Dios es el gran apoyo de la libertad humana, puesta en peligro internamente por las pasiones y externamente por las seducciones del mal. La obediencia defiende al hombre de la volubilidad de sus propios caprichos, de las debilidades e inconstancia de su propia voluntad, de la esclavitud del pecado y del mundo, para entregarle totalmente libre a la voluntad santa de Dios, a la guarda plena de su Palabra. Cuando más entra el hombre, por medio de la obediencia, en la voluntad de Dios y vive de ella, tanto más pasa de un estado de esclavitud a un estado de libertad, haciéndose partícipe de la libertad misma de Dios. Entonces se comprende por qué la obediencia religiosa, que sumerge toda la vida del hombre en la voluntad divina, “lejos de menoscabar la dignidad de la persona humana, la lleva, por la más amplia libertad de los hijos de Dios, a la madurez” (PC 14).

Jesús, el Hijo de Dios por naturaleza, hablando de sus relaciones con el Padre, repite continuamente: “yo guardo su palabra” (Jn 8, 55); y precisamente, guardando la palabra de Dios el hombre se hace más hijo en el Hijo. Y así como Jesús “con su obediencia hasta la muerte abrió a todos los hombres el dichoso camino de la libertad de los hijos de Dios” (LG 37), del mismo modo, quien imita de cerca su obediencia entra con mayor decisión en el camino de la libertad. Cuando el religioso hace el voto de obediencia, no destruye su libertad, sino que la compromete, del modo más sublime y noble, en el cumplimiento de la voluntad de Dios; no se convierte en un autómata en las manos de sus superiores, sino que sigue siendo una criatura viva y libre que “por Dios” se somete a un semejante suyo “más allá de lo mandado, a fin de hacerse más plenamente conformes a Cristo obediente” (LG 42). La obediencia religiosa lleva hasta su último extremo la escucha y la guarda de la Palabra, a imitación de Cristo que vivió únicamente de la palabra del Padre.

Señor mío y Dios mío…, no sólo de boca, sino desde el fondo de mi corazón quiero hacer tu voluntad, tu entera voluntad, tu única voluntad, tu voluntad y no la mía; dámela a conocer, Dios mío, y haz que la cumpla. Dame la fe y la obediencia de Abrahán; haz que escuche tu voz. Tu voz interior, la voz de aquellos a través de los que tú me hablas. Dame la fe, Dios mío. Y dame la obediencia… que sacrifica los afectos más íntimos del corazón y las persuasiones más firmes del espíritu para adherirse únicamente a tu santa y bendita voluntad. Dios mío, te lo suplico de todo corazón, por nuestro Señor Jesucristo. (C. de Foucauld, Meditaciones sobre el A. T.).

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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