lunes, 18 de marzo de 2013

Pequeñas Semillitas 1977


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 1977 ~ Lunes 18 de Marzo de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Alabado sea Jesucristo…
Aunque algún “despistado” o arrogante se anime a criticar más de la cuenta al prójimo, todos sabemos que no podemos arrojar la primera piedra.
A un paso de Semana Santa, la Iglesia vuelve a presentarnos la infinita misericordia de Dios, siempre pronto a perdonar. El domingo anterior lo hizo con la parábola del padre misericordioso y ayer es el mismo Jesús el que administra el perdón.
¿No nos consuela y alienta la delicadeza con que el Maestro trata a la mujer? Ninguna averiguación ningún reproche. Solamente el perdón: Yo tampoco te condeno. Y con suave firmeza, sin concesiones, la envía perdonada a una nueva vida. Vete, no peques más en adelante.
Una vez más, Jesús viene a nuestro encuentro para recordarnos que él no condena, ¡perdona!
Señor Jesús: ayúdame a aceptar tu misericordia, tu comprensión, tu perdón. Ayúdame a sentir la alegría del perdón en el sacramento de la reconciliación. Amén.
El Domingo


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, Jesús les habló otra vez a los fariseos diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida». Los fariseos le dijeron: «Tú das testimonio de ti mismo: tu testimonio no vale». Jesús les respondió: «Aunque yo dé testimonio de mí mismo, mi testimonio vale, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie; y si juzgo, mi juicio es verdadero, porque no estoy yo solo, sino yo y el que me ha enviado. Y en vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos personas es válido. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo y también el que me ha enviado, el Padre, da testimonio de mí».
Entonces le decían: «¿Dónde está tu Padre?». Respondió Jesús: «No me conocéis ni a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre». Estas palabras las pronunció en el Tesoro, mientras enseñaba en el Templo. Y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.
(Jn 8,12-20)

Comentario
Hoy, Jesús nos da una definición de Él mismo, que llena de sentido la vida de quienes, a pesar de nuestras deficiencias, le queremos seguir: «Yo soy la luz del mundo» (Jn 8,12). La persona de Jesús, sus enseñanzas, sus ejemplos de vida son luz que ilumina toda nuestra existencia, tanto en las horas buenas, como en las de sufrimiento o contradicción.
¿Qué quiere decir esto? Pues que en cualquier circunstancia en que nos encontremos, ya sea de trabajo, de relación con los otros, en nuestra relación ante Dios, ante las alegrías o las penas... podemos pensar: —¿Qué hizo Jesús en una situación semejante?; siempre podemos buscar en el Evangelio y responder: —¡Pues esto mismo haré yo! Precisamente, Juan Pablo II ha incorporado en el Santo Rosario —el “compendio del Evangelio”, como él mismo recuerda— los misterios de la vida pública de Jesús, y los ha denominado “misterios de la luz”. Así, dice el Papa: «Él es quien, declarado Hijo predilecto del Padre en el Bautismo del Jordán, anuncia la llegada del Reino, dando testimonio de él con sus obras y proclamando sus exigencias».
Jesús es luz; quien le siga «no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida» (Jn 8,12). Como discípulos suyos, el Señor nos invita también a ser luz para el mundo; a llevar la luz de la esperanza en medio de las violencias, desconfianzas y miedos de nuestros hermanos; a llevar la luz de la fe en medio de las oscuridades, dudas e interrogantes; a llevar la luz del amor en medio de tanta mentira, rencor y apasionamiento como vemos a nuestro alrededor.
El Papa señala como telón de fondo de todos los misterios de luz, las palabras de María en las bodas de Caná: «Haced lo que Él os diga» (Jn 2,5): éste es el camino para que Jesús sea luz del mundo y para que nosotros iluminemos con esta misma luz.
Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells (Salt, Girona, España)


Santoral Católico:
San Cirilo de Jerusalén
Obispo y Doctor de la Iglesia


Desde el periodo apostólico hizo su aparición la herejía en la Iglesia; pero sin causar en las comunidades eclesiales esas profundas heridas producidas por el arrianismo y el nestorianismo en los siglos IV y V.

Pero si este pulular de herejías frenó un poco la evangelización de los paganos, suscitó también grandes figuras de pastores, de teólogos, de predicadores, de escritores que con sus obras, por medio de una catequesis sistemática, las homilías y los sermones, lograron exponer claramente la doctrina cristiana y penetrar en el mismo ambiente pagano. La defensa de la ortodoxia hizo más consciente y vívida la fe en el pueblo cristiano. Una de las figuras más representativas de este período de apasionadas batallas teológicas es la del obispo de Jerusalén, san Cirilo, que dirigió esa Iglesia desde el 350 hasta su muerte, en el 386.

Cirilo nació de padres cristianos en el año 315. Tuvo alguna simpatía por los arrianos; pero se separó de ellos muy pronto y se adhirió a los semiarrianos homoiusianos, esto es, a esa orientación teológica que se inclinaba a los convenios, que proponía el término “homoi-ousios” (de naturaleza semejante) en vez de “homo-ousios” (de la misma naturaleza, es decir, el Verbo de la misma naturaleza que el Padre): se trataba sólo de añadir una letra, pero era suficiente para eliminar la idea de la consubstancialidad entre el Padre y el Hijo. Cirilo abandonó también a los semiarrianos y se adhirió a la doctrina ortodoxa de Nicea. Por esto fue varias veces desterrado, bajo los emperadores Constancio y Valente. El primer concilio ecuménico de Constantinopla, en el que participó Cirilo, reconoció la legitimidad de su episcopado.

Las primeras incertidumbres de su pensamiento teológico demoraron, en Occidente, el reconocimiento de su santidad. En efecto, su fiesta fue instituida sólo en 1882. El Papa León XIII le concedió el título de doctor de la Iglesia por las 24 Catequesis que Cirilo compuso probablemente al comienzo de su episcopado y que él dirigía a los catecúmenos que se preparaban para recibir los sacramentos. De las primeras 19, trece están dedicadas a la exposición general de la doctrina, y cinco, llamadas mistagógicas, están dedicadas al comentario de los ritos sacramentales de la iniciación cristiana.

Las Catequesis de San Cirilo nos llegaron gracias a la transcripción de un estenógrafo, en la íntegra naturalidad y sencillez con que el santo obispo las comunicaba a la comunidad cristiana en los tres principales santuarios de Jerusalén, es decir, en los mismos lugares de la redención, en los que, según la expresión del predicador, no sólo se escucha, sino que “se ve y se toca”.

Fuente: Catholic.net


¡Buenos días!

Vive  generosamente

La generosidad caracteriza al corazón noble y compasivo. Cada uno tiene algo para dar. Dinero, talento, tiempo o una simple oración. La generosidad es una virtud que nos eleva y nos pone en sintonía con nuestra semejanza divina. Hoy te ofrezco una oración para acrecentar esta virtud, pidiendo perdón por los límites que notas en ti. Es del P. Víctor Fernández.

Dios mío, mira mi corazón. Tú sabes que a veces me falta generosidad, sensibilidad frente al mal ajeno, y a veces estoy demasiado pendiente de mí mismo. Otras veces me desanimo porque no recibo elogios o no veo los frutos de mis esfuerzos. Dame un corazón más generoso, para que realmente me interese la felicidad de la gente, para que de verdad me duelan los problemas ajenos, y no solamente los míos. Tómame, Señor, una vez más. Convénceme de que es mejor entregarse generosamente que desgastarse en los lamentos. Utilízame, Dios mío, para derramar tu poder y tu luz en el mundo. Así seré feliz en tu servicio. Amén.

Antes de buscar el beneficio personal, piensa cómo puedes servir. En lugar de querer poseer empezarás a compartir, guiado por el deseo de ayudar a satisfacer las necesidades de los otros. Lo asombroso es que verás fluir la verdadera satisfacción a tu vida. Cuando prestas servicio a la humanidad, te pones en onda con Dios, infinita bondad.

Padre Natalio


La frase de hoy

“El Señor nunca se cansa de perdonar.
Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón”

Papa Francisco


Tema del día:
“Vamos a tener un 
san Francisco en el siglo XXI”


El ministro general de la Orden de los Franciscanos Menores, fray José Rodríguez Carballo OFM, expresó que la Iglesia tendrá “un san Francisco en el siglo XXI”, en referencia al santo padre Francisco, quien fue elegido papa, y que asumirá el martes 19 de marzo.

“Creo sinceramente que vamos a tener un san Francisco en el siglo XXI. Seguro que San Francisco de Asís estaría contento con todo esto, y seguro que hoy lo bendice, como un día bendijo al hermano [papa] León”, sostuvo el religioso español.

El ministro general manifestó en un mensaje de video publicado en el sitio web de la Orden “estar muy contento” con la elección del nuevo papa, en primera medida porque lo conoce personalmente, lo cual le permitió sorprenderse “por su cercanía, su austeridad, su sencillez de vida y su capacidad de escucha”. Asimismo, se mostró alegre de que el Santo Padre eligiera el nombre de Francisco, en referencia a san Francisco de Asís, fundador de la orden religiosa.

“Francisco de Asís vivió sencillamente, cercano a todos, particularmente de los más pobres. El papa Francisco, poco antes de su elección como obispo de Roma, afirmó que la Iglesia debe estar próxima y hacerse presente donde está la gente, y eso es lo que hizo como arzobispo de Buenos Aires, y seguramente infunda ese estilo a la Iglesia”.

Texto completo del mensaje de fray José Rodríguez Carballo OFM:

Queridos hermanos y hermanas: Paz y bien. Estoy muy contento con la elección del nuevo santo padre, el papa Francisco.

Esta alegría se debe a dos razones fundamentales: primero, porque lo conozco personalmente. En 2004 nos vino a visitar a nuestra curia general en Roma. Quería hablarme de algunas cosas organizativas de la Iglesia en la Argentina, y de ahí, en un modo u otro, estaba involucrada nuestra orden. Yo le había dicho: “Eminencia, puedo ir yo a visitarle en su residencia en la curia general de los jesuitas, en Roma”. El me respondió: “No se moleste, padre. Voy yo a visitarlo a su casa”.

Llegó a pie. Llovía. Empezamos un coloquio que duró aproximadamente una hora. Recuerdo todavía que ese encuentro transcurrió en clima de gran cordialidad, sencillez y fraternidad. En aquel momento, me parecía tener delante a un hermano francisco, a un compañero de toda la vida, como si nos conociésemos desde siempre. Lo he encontrado muchas otras veces, sobre todo en los sínodos, y siempre tuve la misma sensación.

Me llamó mucho su cercanía, su austeridad, su sencillez de vida, y su capacidad de escucha. Sé que ha sido guía en la Argentina.

Otro motivo que me llena de alegría, y no podía ser de otro modo, es que se haya elegido llamar Francisco. Yo estoy convencido de que esto no es, pues, una casualidad. Pienso, estoy seguro, de que esto indica un verdadero programa de vida y ministerio petrino.

Francisco de Asís vivió sencillamente, cercano a todos, particularmente de los más pobres. El papa Francisco, poco antes de su elección como obispo de Roma, afirmó que la Iglesia debe estar próxima y hacerse presente donde está la gente. En uno de sus libros, afirmaba que la Iglesia debía acercarse a los caminos.

Eso es lo que hizo como cardenal arzobispo de Buenos Aires: mezclarse con la gente, viajar con la gente, caminar con la gente. Y seguramente ése va a ser el estilo que infunda a la Iglesia.

Cuando salió al balcón de la basílica de San Pedro, me impactó el gesto de inclinarse al pedir la oración de los fieles para que el Señor lo bendiga. Me impactó también que en las palabras que improvisó, habló de fraternidad y de proximidad, y pedir por los otros.

Creo sinceramente que vamos a tener un san Francisco en el siglo XXI. Seguro que San Francisco de Asís estaría contento con todo esto, y seguro que hoy lo bendice, como un día bendijo al hermano León.

El Señor le dirá: “San Francisco te bendiga señor Papa, te muestre su rostro y tenga compasión de ti; vuelva su mirada a ti y te conceda su paz”.

Santidad, bendíganos a todos. Gracias por haber dicho que sí y gracias por lo que es y lo que ha hecho, y por lo que hará. Paz y bien.

Fuente: AICA


Cuaresma día por día:
Día 34º. Lunes quinto

Dolor de los pecados porque pensaba en ti.

"¡Qué dolor de muelas! No puedo estudiar, ni leer, ni jugar, y ni siquiera puedo dormir ", se quejaba desconsoladamente. Alguna vez habrás tenido dolor fuerte de algo, ¡qué pesadilla!

Pues bien, el dolor de los pecados NO es así. Para perdonarnos en la confesión Dios nos pide dolor, y este dolor consiste en tres cosas: 1) reconocer que se ha pecado voluntariamente; 2) desear no haberlo hecho; 3) querer no volver a hacerlo y, para ello, poner los medios oportunos.

Es bueno que fomentes y busques el dolor de ¡os pecados. Cristo, como Hombre que era, padeció todos los sufrimientos de su Pasión hace muchos siglos. Pero como Dios es eterno, no tiene tiempo: no hay para El un antes y un después. Todo está presente ahora delante de Él. Es igual el año 580 que el 1990 o el 3150.

Y en el año 30, cuando cargó con la cruz, y le atravesaron sus manos y pies con clavos, etc., tenía presente en su cabeza divina todo lo que yo -y cualquier otro hombre- hacemos ahora y en cualquier otro momento de la historia. Por eso en el año 30 pensaba en ti y tú estabas presente en la pasión.

Dame, Señor, dolor de mis pecados. Dolor de amor. Lo que yo hago te afecta. Tú pensabas en mí en tu pasión. Y cada día, en cada misa, renuevas tu pasión. Y la renuevas pensando en mí. Gracias, y auméntame el dolor de mis pecados

Continúa hablándole a Dios con tus palabras.

P. José Pedro Manglano Castellary


Pedidos de oración


Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por cuatro diáconos que hoy serán ordenados sacerdotes en la ciudad de Córdoba, para que el Señor bendiga su camino y el Espíritu Santo siempre renueve en ellos la llama del amor y la entrega a los hermanos. Son ellos: José María Molina, Carlos Rodrigo Longo, Pablo José Márquez y Nicolás Pedernera Peralta. Que la Virgen del Rosario del Milagro, patrona de Córdoba, los cubra con su maternal protección.

Pedimos oración por María Ester M. de Z., quien va a ser operada a corazón abierto hoy en la ciudad de Guatemala, Guatemala. Que Jesús y la Virgencita obren en las manos de los médicos que la van a operar para que salga bien de esta operación tan difícil.

Pedimos oración por Dolores E. que vive en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, que fue operada el 12 de marzo por cáncer de mama, para que Dios, con su infinito amor y misericordia, permita que la lesión haya sido totalmente extirpada y la curación sea definitiva. También recordamos en oración a su hermana María Delia que hace seis meses ya habita en el cielo con Jesús.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.


Algo más del Papa Francisco:
"De la villa miseria a San Pedro"


Durante los primeros días del Pontificado de Francisco se está analizando y comentando todo lo que rodea al nuevo Pontífice. Algo que era previsible.

Su naturalidad y su estilo de vida sencillo austero están prevaleciendo durante estos días y son ya muchos los gestos que se han publicado: como acudió a pagar la factura de la pensión, como comía con el resto de cardenales o su llamada a la Casa General de los Jesuitas.

Este sábado, los periodistas fueron recibidos en audiencia por el Papa. Allí apareció él y con él unos zapatos desgastados. Estaban como escondidos por la sotana pero se le podían ver. Son los mismos zapatos que han recorrido las calles de Buenos Aires, las villas miseria donde la pobreza y la violencia abundan por doquier. Ahora, esos mismos zapatos visten a un Papa, le llevan en su caminar y dan una muestra más de la universalidad y grandeza de la Iglesia.

Por ello, observando estos zapatos, que no dejan de ser más que un detalle, lleva a uno a recordar la primera homilía que Francisco hizo como Papa y donde los zapatos tienen un valor simbólico. Insistió mucho en el “movimiento”, la Iglesia y la vida están en movimiento: “Nuestra vida es un camino. Cuando nos detenemos, la cosa no va. Caminar siempre, en presencia del Señor, en la luz del Señor, buscando vivir de modo irreprensible que Dios pide a Abraham en su promesa”, afirmaba el recién elegido Papa.

Zapatos desgastados de caminar, de buscar, de atender. Así añadió que “cuando caminamos sin la Cruz, cuando edificamos sin la Cruz y confesamos a un Cristo sin Cruz, no somos discípulos del Señor”.

Religión en Libertad


“Intimidad Divina”

No peques más

El episodio de Susana, que resiste a la seducción de hombres corrompidos a costa de ser falsamente acusada de adulterio e injustamente expuesta a la muerte, formaba parte de la antigua catequesis a los catecúmenos; cuantos se preparaban al bautismo tenían que aprender de esta mujer pura y fuerte la fidelidad a la ley de Dios y la rectitud de la conciencia, por encima de cualquier rasgo. Al mismo tiempo, Susana, liberada de las intrigas de sus calumniadores por la intervención de Daniel, era presentada como figura del bautizado liberado de los lazos de Satanás por la intervención de Cristo. También el Nuevo Testamento registra el episodio de una mujer acusada de adulterio; ésta, sin embargo, no es inocente como Susana, sino pecadora; y como Susana es arrastrada a juicio por hombres malignos. Aunque adúltera, también esta mujer queda liberada, pero no por un profeta, sino por el Hijo de Dios, el único que tiene poder para perdonar los pecados.

El bautismo injerta al hombre en Cristo y le hace vivir su vida, al igual que el sarmiento vive de la linfa que le viene del tronco. La penitencia refuerza el injerto cuando el pecado lo debilita, remueve los obstáculos que impiden el curso de la linfa divina y aumenta su flujo. El sacramento de la penitencia es, de este modo, el remedio para las enfermedades morales de todos los creyentes, y, como el bautismo, recibe su fuerza y eficacia del misterio pascual de Cristo. El sacramento de la penitencia, además de la función que ejerce de perdonar los pecados, tiene también la de sanar las heridas y la de prevenir nuevas caídas acrecentando la gracia para que el penitente pueda vencer más fácilmente las tendencias defectuosas, resistir las tentaciones y practicar la virtud. Todo esto está garantizado por la acción de Cristo, operante en el sacramento: es él quien perdona, sana, fortalece… De aquí se sigue la importancia que tiene la confesión frecuente para todos los que tienden a la perfección.

La frecuencia, sin embargo, no debe ir en detrimento de la seriedad. El Concilio advierte que la confesión, para ser eficaz, debe ir “preparada por el diario examen de conciencia”, y debe ser hecha “con espíritu contrito” (PO 18, 5). La diaria confrontación de la propia conducta interna y externa con el Evangelio evidencia todo aquello que se contrapone a las enseñanzas y a los ejemplos de Cristo. Es éste la piedra de toque para comprobar hasta qué punto la propia vida es efectivamente “cristiana”, es decir, movida por un auténtico espíritu evangélico, o, por el contrario, no lo es, influida todavía por las vanidades del mundo y arrastrada por las pasiones. De este examen de conciencia, hecho bajo la mirada del Crucifijo, nace espontáneamente la contrición del corazón; y la confesión que tras este examen se haga será una gran ayuda, no sólo para huir del pecado sino también para progresar en la vida espiritual.

No apartes de mí, Señor, tu misericordia; que tu piedad y tu fidelidad me guarden por siempre… Se me echan encima mis iniquidades, y no puedo levantar la vista. Superan en número a los cabellos de mi cabeza, y me falla el corazón. Agrádate en librarme, Señor; corre, Señor, en mi ayuda.  Cuanto a mí, pobre y menesteroso, mi Señor cuidará de mí. Tú eres mi socorro y mi libertador. ¡Dios mío, no tardes! (Salmo 40, 12-14-18).

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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