PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 8 - Número 1969 ~ Sábado
2 de Marzo de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
“El padre le dijo:
“Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte,
porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo
hemos encontrado.”
Te adoro Padre mío, por tu corazón abierto, dispuesto
siempre a la misericordia y al perdón, tu corazón que me desea libre del pecado
pero que me espera con admirable paciencia; dame la gracia de tener un corazón
compasivo con mis hermanos.
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, viendo que todos los publicanos y los
pecadores se acercaban a Jesús para oírle, los fariseos y los escribas
murmuraban, diciendo: «Este acoge a los pecadores y come con ellos». Entonces
les dijo esta parábola. «Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al
padre: ‘Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde’. Y él les
repartió la hacienda. Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se
marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino.
Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó
a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel
país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. Y deseaba llenar su
vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba. Y
entrando en sí mismo, dijo: ‘¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en
abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré a mi
padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser
llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros’. Y, levantándose,
partió hacia su padre.
»Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido,
corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: ‘Padre,
pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo’. Pero el
padre dijo a sus siervos: ‘Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un
anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado,
matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto
y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado’. Y comenzaron la
fiesta.
»Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se
acercó a la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados,
le preguntó qué era aquello. El le dijo: ‘Ha vuelto tu hermano y tu padre ha
matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano’. Él se irritó y no
quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba. Pero él replicó a su padre:
‘Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero
nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; y ¡ahora que
ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has
matado para él el novillo cebado!’ Pero él le dijo: ‘Hijo, tú siempre estás
conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse,
porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido,
y ha sido hallado’».
(Lc 15,1-3.11-32)
Comentario
Hoy vemos la misericordia, la nota distintiva de Dios
Padre, en el momento en que contemplamos una Humanidad “huérfana”, porque
—desmemoriada— no sabe que es hija de Dios. Cronin habla de un hijo que marchó
de casa, malgastó dinero, salud, el honor de la familia... cayó en la cárcel.
Poco antes de salir en libertad, escribió a su casa: si le perdonaban, que
pusieran un pañuelo blanco en el manzano, tocando la vía del tren. Si lo veía,
volvería a casa; si no, ya no le verían más. El día que salió, llegando, no se
atrevía a mirar... ¿Habría pañuelo? «¡Abre tus ojos!... ¡mira!», le dice un
compañero. Y se quedó boquiabierto: en el manzano no había un solo pañuelo
blanco, sino centenares; estaba lleno de pañuelos blancos.
Nos recuerda aquel cuadro de Rembrandt en el que se ve
cómo el hijo que regresa, desvalido y hambriento, es abrazado por un anciano,
con dos manos diferentes: una de padre que le abraza fuerte; la otra de madre,
afectuosa y dulce, le acaricia. Dios es padre y madre...
«Padre, he pecado» (cf. Lc 15,21), queremos decir también
nosotros, y sentir el abrazo de Dios en el sacramento de la confesión, y
participar en la fiesta de la Eucaristía: «Comamos y celebremos una fiesta,
porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida» (Lc 15,23-24). Así,
ya que «Dios nos espera —¡cada día!— como aquel padre de la parábola esperaba a
su hijo pródigo» (San Josemaría), recorramos el camino con Jesús hacia el
encuentro con el Padre, donde todo se aclara: «El misterio del hombre sólo se
esclarece en el misterio del Verbo encarnado» (Concilio Vaticano II).
El protagonista es siempre el Padre. Que el desierto de
la Cuaresma nos lleve a interiorizar esta llamada a participar en la
misericordia divina, ya que la vida es un ir regresando al Padre.
Rev. D. Llucià POU i Sabater (Vic, Barcelona, España)
Santoral Católico:
Santa Inés de Bohemia (Praga)
Princesa y Abadesa
Inés, hija de Premisl Otakar I, rey de Bohemia y de la
reina Constancia, hermana de Andrés I, rey de Hungría, nació en Praga en el año
1211. En 1220, prometida en matrimonio a Enrique VII, hijo del emperador
Federico II, fue llevada a la corte del duque de Austria, donde vivió hasta el
año 1225, manteniéndose siempre fiel a los deberes de la vida cristiana.
Rescindido el pacto de matrimonio, volvió a Praga, donde se dedicó a una vida
de oración más intensa y a obras de caridad; después de madura reflexión
decidió consagrar a Dios su virginidad.
A través de los franciscanos, que iban a Praga como
predicadores itinerantes, conoció la vida espiritual que llevaba en Asís la
virgen Clara, según el espíritu de San Francisco. Quedó fascinada y decidió
seguir su ejemplo. Con sus propios bienes fundó en Praga entre 1232 y 1233 el
hospital de San Francisco y el instituto de los Crucíferos para que los
dirigieran. Al mismo tiempo fundó el monasterio de San Francisco para las
“Hermanas Pobres o Damianitas”, donde ella misma ingreso el día de Pentecostés
del año 1234. Profesó los votos de castidad, pobreza y obediencia, plenamente
consciente del valor eterno de estos consejos evangélicos, y se dedicó a
practicarlos con fervorosa fidelidad, durante toda su vida.
La virginidad por el Reino de los cielos siguió siendo
siempre el elemento fundamental de su espiritualidad, implicando toda la
profunda afectividad de su persona en la consagración del amor indiviso y
esponsal a Cristo. El espíritu de pobreza, que ya la había inducido a
distribuir sus bienes a los pobres, la llevó a renunciar totalmente a la
propiedad de los bienes de la tierra para seguir a Cristo pobre en la Orden de
las “Hermanas Pobres”. El espíritu de obediencia la condujo a conformar siempre
su voluntad con la de Dios, que descubría en el Evangelio del Señor y en la
regla de vida que la Iglesia le había dado. Trabajó junto con santa Clara para
obtener la aprobación de una Regla nueva y propia que, después de confiada
espera, recibió y profesó con absoluta fidelidad. Constituida, poco después de
la profesión, abadesa del monasterio, conservó esta función durante toda la
vida y la ejerció con humildad, sabiduría y celo, considerándose siempre como
“la hermana mayor”.
Amó a la Iglesia, implorando para sus hijos los dones de
la perseverancia en la fe y la solidaridad cristiana. Se hizo colaboradora de
los Romanos Pontífices, que para el bien de la Iglesia solicitaban sus
oraciones y su mediación ante los reyes de Bohemia, sus familiares. Amó a su
patria, a la que benefició con las obras de caridad individuales y sociales y
con la sabiduría de sus consejos, encaminados siempre a evitar conflictos y a
promover la fidelidad a la religión cristiana de los padres. En los últimos
años soportó inalterable los dolores que la afligieron a ella, a la familia
real, al monasterio y a la patria.
Murió santamente en su monasterio el 2 de marzo de 1282.
El culto tributado desde su muerte y a lo largo de los siglos a la venerable
Inés de Bohemia, tuvo el reconocimiento apostólico (confirmación de culto) con
el decreto aprobado por el Papa Pío IX el 28 de noviembre de 1874.
Fuente: Catholic.net
¡Buenos días!
Felices los padres…
Un hijo escribió
a su padre: “No me des todo lo que te pida; pues, a veces yo sólo pido para ver
cuánto puedo obtener. No me des siempre órdenes; si a veces me pidieras las
cosas, lo haría con más gusto. Cumple tus promesas; si me prometes un premio o
un castigo, dámelo. No me compares con nadie; si me haces sentir peor que los
demás, seré yo quien sufra”.
Felices los padres comprensivos, porque
obtendrán la amistad de sus hijos. Felices los cariñosos, porque serán amados
por sus hijos. Los que dan buen ejemplo, porque los imitarán con alegría.
Felices los que son comprensivos, porque sus hijos los comprenderán. Los que
acompañan a sus hijos, porque no se
sentirán solos. Los que apoyan a sus hijos, porque éstos serán su apoyo. Los
que escuchan a sus hijos, porque siempre serán atendidos. Felices los que velan
por sus hijos, porque podrán cada noche dormir tranquilos.
“No me corrijas
delante de los demás, enséñame a ser mejor cuando estemos a solas. No me
grites, te respeto menos cuando lo haces y me enseñas a gritar. Déjame valerme
por mí mismo o nunca aprenderé. Cuando estés equivocado admítelo, y crecerá la
opinión que tengo de ti. Quiéreme y dímelo, me gusta oírtelo decir”. Una buena
lección en pocas palabras.
Padre Natalio
La frase de hoy
"Hijo es
un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de cómo amar a alguien
más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles
los mejores ejemplos y, de nosotros, aprender a tener coraje. Sí. ¡Eso es! Ser
madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es
exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar
actuando correctamente y del miedo a perder algo tan amado. ¿Perder? ¿Cómo? ¿No
es nuestro? Fue apenas un préstamo... El más preciado y maravilloso préstamo ya
que son nuestros sólo mientras no pueden valerse por sí mismos, luego le pertenecen
a la vida, al destino y a sus propias familias. Dios bendiga siempre a nuestros
hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos"
José Saramago
Tema del día:
La Iglesia en números
Los católicos en el mundo son cerca de 1.196 millones, al
registrarse un incremento del 1,3 % en 2010 frente a los 1.181 millones de
2009, según el Anuario Estadístico de la Iglesia publicado en 2012.
Por continentes, el mayor número de católicos está en
América, con unos 586 millones, seguido de 285 millones en Europa, 186 millones
en África, 130 millones en Asia y 9,5 millones en Oceanía.
Los últimos datos sobre el número de católicos aparecen
en el Anuario Estadístico de la Iglesia, actualizado al día 31 de diciembre de
2010 y que fue presentado el año pasado por el ya renunciado papa Benedicto
XVI.
El análisis, elaborado con los datos de las 2.966
circunscripciones de la Iglesia católica, muestra que la distribución de los
católicos ha descendido en América del Sur, que pasó en 2010 del 28,54 al 28,34
% del total.
También disminuyó en Europa, que en 2009 contaba con el
24,05 % y un año después tenía el 23,83 %, frente a los aumentos registrados en
Asia suroriental y África.
El número de obispos aumentó en 2010 hasta los 5.104,
frente a los 5.065 de 2009, lo que supone una subida del 0,77 %.
La tendencia al aumento en el número de sacerdotes
continuó en 2010 y ascendía a 412.236, 1.643 más que en 2009.
El documento refleja una disminución en Europa (unos 905
menos), frente a los aumentos en África (con 761 más), América (40 más), Asia
(1.695 más) y Oceanía (52 más).
También subió el número de religiosos no sacerdotes: de
54.229 en 2009 a 54.665 en 2010; y el de diáconos permanentes: de 38.155 en
2009 a 39.564 en 2010.
Sin embargo, el número de religiosas profesas disminuyó
de 729.371 en
2009 a 721.935 en 2010.
Brasil continúa como el país más católico del mundo, con
unos 163 millones de bautizados, seguido por México con 99 millones, Filipinas (77
millones) y Estados Unidos (69 millones).
En Europa, el país con mayor número de bautizados es
Italia (con 55 millones), seguido de Francia (47 millones) y España (42
millones).
Entre 2009 y 2010 la cifra de bautizados católicos en el
mundo ha permanecido estable, en torno al 17,5 % de la población mundial.
Por continentes, han disminuido en América del Sur,
pasando del 28,54 al 28,34 % y en Europa, del 24,05 al 23,83 %.
Se ha incrementado en África (del 15,15 al 15,55 %) y en
el sur oriental de Asia (del 10,41 al 10,87 %).
En Oriente Medio, Líbano es el único país donde más de la
mitad de sus habitantes (52 %) son católicos.
En África el país con mayor número de católicos es la
República Democrática del Congo, con un 55 %, seguido de Nigeria (50 %).
Enviado por J.L. Nores
Imagen: Google
Cuaresma día por día:
Día 18º. Sábado segundo
No mucho: ¡todo!
Habrás visto la película de "Los 7 magníficos":
A Yul Briner le quieren contratar unos mejicanos para que les defienda de unos
bandidos; son campesinos; muy pobres. Le ofrecen todo lo que tienen, envuelto
en un paño. Yul lo ve y dice: "Siempre me han ofrecido mucho, pero nunca
todo". Aceptó, ¡claro! Dile ahora a Jesús: Con lo que Tú me amas (has dado
la vida por mí), no puedo quedarme corto dándote sólo muchas cosas; te doy toda
mi vida: quiero todo lo que Tú quieras.
Continúa hablándole a Dios con tus palabras.
P. José Pedro Manglano Castellary
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa
Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por
nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las
enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de
libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias y la
fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por la salud de Concha M., que vive en
Chiquinquira, Colombia, a quien le iniciaron la quimioterapia para tratarle un
linfoma no hodgking. También oramos por bendiciones para el hogar de Germán G.
y Claudia C.
Pedimos oración por Rosa Margarita D. S., de Managua,
Nicaragua, quien actualmente se encuentra con una férula en su pierna derecha
por una fractura no avanzada del Fémur, rogándole a Dios que la sane y a la
Virgencita de la Medalla Milagrosa la cubran con su manto e interceda por ella
ante su amadísimo Hijo; también por Lucía Margarita G. U., de 3 años de edad,
de la misma ciudad, para que el Señor le conceda salud y un buen crecimiento y
la Virgen la proteja. Y finalmente por Cristhian Margarita U. D., de la misma
ciudad, rogándole a Dios fortaleza y ayuda para cargar la cruz que le toca,
siempre bajo la protección de la Virgen de la Medalla Milagrosa.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a pequesemillitas@gmail.com
y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan
sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se
reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el
correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados.
Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.
El rincón de los lectores
Desde hace años hemos tenido esta sección llamada “El
rincón de los lectores” destinada a dar cabida a los mensajes, opiniones y
comentarios de las personas que leen Pequeñas Semillitas, que han podido
expresarse libre y respetuosamente. Ahora, con nuestra presencia en Facebook,
la posibilidad de manifestarse es mucho más abierta, directa y permanente.
Igual vamos a mantener esta sección para los que deseen
expresarse por esta vía. Para que tu mensaje se publique debes dirigirlo por
mail a pequesemillitas@gmail.com
con el título "El rincón de los
lectores" y deberá ser muy breve y no contener conceptos agraviantes
para nada ni para nadie.
Los mensajes serán moderados por el propietario de esta página
y se publicarán a medida que el tiempo y el espacio en la misma lo permitan
(una o dos veces por semana), y no se admitirán réplicas o respuestas públicas
a mensajes anteriores de otros lectores.
# Conchita
Rodríguez – 25 de Febrero de 2013- Las Tunas - Cuba
Soy Catequista de la Capilla Religiosas de María
Inmaculada – Las Tunas Cuba. No tengo la
posibilidad de recibir directamente “Pequeñas Semillitas” pero gracias al Señor
y una buena amiga, que me las reenvía diariamente puedo orar con el Evangelio
del día. Más aún orar también por tantas personas que salen en los pedidos de oración.
Pertenezco también al Movimiento Laico de Santa Vicenta María, quien dedicó su
vida a la prevención y salvación de la Juventud, este movimiento trabaja unido
con las RMI. Gracias por este maravilloso servicio que nos proporcionan.
Pidiéndole al Señor que esto siga llegando hasta nosotros
para poder seguir nutriendo nuestros conocimientos y poderlo trasmitir a otros.
Conchita Rodríguez
# Cristina
Cantarelli - 28 de Febrero de 2013 – Buenos Aires - Argentina
Muy estimado Jardinero…
Me uno a tu despedida de Benedicto VXI, Papa de una época
trágica a la que dio Luz en diversas Encíclicas, Homilías y actos públicos.
Nuestro Benedicto se va a compartir las 24 hs de sus días
con Jesús y María, y muchas almas estaremos unidas a él, en la oración profunda
y devota.
Jamás me avergonzaré de nuestra Iglesia, por mucho mal
que algunos de sus sacerdotes o laicos puedan hacer… Soy de las que creo que
Dios puede hacer brillar el Bien nacido de un mal que deseaba destruir al
hombre y separarlo de Él.
Nos esperan tiempos duros y oscuros pero si nuestra Fe es
dura como la roca, no nos hará mella.
Redoblemos la oración, la entrega, el cambio de
conductas, la humildad… y tengamos presente que Jesús y María nunca nos
abandonan !!
Jesús jamás se bajó de la barca de Pedro que es Su
Iglesia. Él la llevará a buen puerto…
El Señor y María te bendigan y guarden.
Caia Cantarelli
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conocidos reenviándoselos por correo electrónico.
Felipe de Urca
“Intimidad Divina”
El Padre y los
hijos
La parábola [del hijo pródigo] demuestra que cuando el
hombre está sinceramente arrepentido de sus pecados, aunque éstos sean muy
graves –abandono de la casa paterna, vida disoluta, impiedad y desprecio de
toda ley–, Dios los destruye y olvida, como algo que se pisotea y se arroja a
lo hondo del mar. Dios ha creado al hombre libre, y cuando éste, con un gesto
de independencia y de rebelión, se aleja de él para ir a gozar de la vida a su
capricho, no le constriñe al bien, no le detiene a la fuerza, sino que le
espera y sigue amándolo. Como el padre de la parábola, apenas le divisa en el
camino del retorno, corre a su encuentro. Hace todavía más: previene el retorno
mismo suscitando en el corazón del hijo el pesar y el arrepentimiento, efectos
de su gracia. Y cuando el pecador, cediendo al impulso interior, se decide a
cambiar de vida y se abre a una confesión humilde y sincera de su pecado,
inmediatamente Dios le acoge y le festeja; le devuelve sus derechos de hijo, le
reviste de su gracia, vuelve a admitirle en su amistad.
La parábola habla también de la misericordia para con los
hijos que quedaron en casa, fieles a sus deberes, pero un poco mezquinos, pobre
de amor. La costumbre les hace insensibles al beneficio de vivir en la casa
paterna, de gozar continuamente de la compañía del Padre, por eso pecan de
desamor hacia él. Están demasiado convencidos de ser buenos hijos, muy
distintos de aquellos disolutos que se fueron por los caminos de la vida en
busca de aventuras, por eso pecan de desamor hacia los hermanos lejanos, no
sufren al verles perdidos, y cuando éstos vuelven arrepentidos, se asombran, y
tal vez se irritan, al ver que se les perdona inmediatamente. Es la mentalidad
del fariseo que condena al publicano, la de los operarios de la primera hora
que se indignan porque los últimos llegados reciben el mismo trato que ellos.
También estos hijos necesitan de la misericordia de Dios
para curarse de su pecado, tanto más engañoso cuanto menos conocido. Y Dios les
trata con la misma misericordia con que trata a los hijos pródigos. Ved cómo el
padre sale al encuentro del hijo mayor, el cual, indignado se niega a entrar en
casa; le suplica, escucha sus desahogos y las protestas de haber obedecido
siempre, de haber trabajado mucho y de no haber dispuesto nunca, sin embargo,
de “un cabrito” para tener un banquete con sus amigos, no tiene más que una
respuesta: “Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo” (Lc 15, 31).
El padre quiere vencer con su amor el desamor del hijo; quiere hacerle
comprender que es amado, pero quiere también que comprenda que deba amar al
hermano, hacer fiesta y “alegrarse… porque estaba muerto y ha revivido” (ib.
32). Dios quiere a sus hijos vivos en su amor, por eso les sigue, les acoge y
trata con amor. De él deben ellos aprender a amar, esto es esencial.
¿Quién soy yo y
cómo soy? ¡Qué no hubo de malo en mis obras, o si no en mis obras, en mis
palabras, o si no en mis palabras, en mis deseos! Mas tú, Señor, te mostraste
bueno y misericordioso, poniendo los ojos en la profundidad de mi muerte y
agotando con tu diestra el abismo de corrupción del fondo de mi alma. Todo ello
consistía en no querer lo que yo quería y en querer lo que tú querías. Te amaré,
Señor, y te daré gracias y confesaré tu nombre por haberme perdonado tantas y
tan nefandas acciones mías. A tu gracia y misericordia debo que hayas deshecho
mis pecados como hielo y no haya caído en otros muchos. ¿Qué pecados,
realmente, no pude yo cometer, yo, que amé gratuitamente el crimen? Confieso
que todos me han sido ya perdonados, así los cometidos voluntariamente como los
que dejé de hacer por tu favor. ¿Quién hay de los hombres que, conociendo su
flaqueza, atribuya a sus fuerzas su castidad y su inocencia, para por ello
amarte menos, cual si hubiera necesitado menos de tu misericordia, por la que
perdonas los pecados a los que se convierten a ti?... Antes, sí, debe amarte
tanto y aún más que yo, porque el mismo que me sanó a mí de tantas y tan graves
enfermedades, ése le libró a él de caer en ellas. (San Agustín, Confesiones)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
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