viernes, 5 de noviembre de 2010

Pequeñas Semillitas 1205

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1205 ~ Viernes 5 de Noviembre de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Cuando atraviesas por tiempos difíciles, cuando no brilla el Sol, date cuenta que todo es cíclico. Que no sientas o veas la Luz no quiere decir que no está ahí. Está a la vuelta de la esquina. A la vuelta de tu esquina. Hoy ve despacio. Aligera las exigencias que te pones a ti mismo. A su tiempo, todo se revelará.
Yehuda Berg


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, Jesús decía a sus discípulos: «Había un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda; le llamó y le dijo: ‘¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no podrás seguir administrando’. Se dijo a sí mismo el administrador: ‘¿Qué haré, pues mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza’. Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea removido de la administración me reciban en sus casas.
»Y convocando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: ‘¿Cuánto debes a mi señor?’. Respondió: ‘Cien medidas de aceite’. Él le dijo: ‘Toma tu recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta’. Después dijo a otro: ‘Tú, ¿cuánto debes?’. Contestó: ‘Cien cargas de trigo’. Dícele: ‘Toma tu recibo y escribe ochenta’.
»El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente, pues los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz».
(Lucas 16, 1-8)

Comentario
Hoy, el Evangelio nos presenta una cuestión sorprendente a primera vista. En efecto, dice el texto de san Lucas: «El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente» (Lc 16,8).
Evidentemente, no se nos propone aquí que seamos injustos en nuestras relaciones, y menos aún con el Señor. No se trata, por tanto, de una alabanza a la estafa que comete el administrador. Lo que Jesús manifiesta con su ejemplo es una queja por la habilidad en solucionar los asuntos de este mundo y la falta de verdadero ingenio por parte de los hijos de la luz en la construcción del Reino de Dios: «Los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz» (Lc 16,8).
Todo ello nos muestra —¡una vez más!— que el corazón del hombre continúa teniendo los mismos límites y pobrezas de siempre. En la actualidad hablamos de tráfico de influencias, de corrupción, de enriquecimientos indebidos, de falsificación de documentos... Más o menos como en la época de Jesús.
Pero la cuestión que todo esto nos plantea es doble: ¿Acaso pensamos que podemos engañar a Dios con nuestras apariencias, con nuestra mediocridad como cristianos? Y, al hablar de astucia, tendríamos también que hablar de interés. ¿Estamos interesados realmente en el Reino de Dios y su justicia? ¿Es frecuente la mediocridad en nuestra respuesta como hijos de la luz? Jesús dijo también que allí donde esté nuestro tesoro estará nuestro corazón (cf. Mt 6,21). ¿Cuál es nuestro tesoro en la vida? Debemos examinar nuestros anhelos para conocer dónde está nuestro tesoro... Nos dice san Agustín: «Tu anhelo continuo es tu voz continua. Si dejas de amar callará tu voz, callará tu deseo».
Quizás hoy, ante el Señor, tendremos que plantearnos cuál ha de ser nuestra astucia como hijos de la luz, es decir nuestra sinceridad en las relaciones con Dios y con nuestros hermanos.
Salvador CRISTAU i Coll Obispo Auxiliar de Terrassa (Barcelona, España)


Santoral Católico:
Santos Zacarías e Isabel,
Padres de Juan el Bautista


La alabanza más sintética, autorizada y profunda que se ha dicho de este matrimonio es que "ambos eran justos ante Dios". Fue nada menos que el evangelista san Lucas quien la hizo.

Se sabe que Zacarías era sacerdote del templo de Jerusalén y que su esposa Isabel era pariente —puede ser que prima— de la Virgen María. Se sabe, también por el testimonio evangélico y por sus propias palabras, que eran ya mayores y que no habían logrado tener descendencia por más deseada que fuera.

Un día, cumple Zacarías el oficio sacerdotal y, mientras ofrece el incienso, ve un ángel —se llama Gabriel— que le dice: "Tu oración ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo al que pondrás por nombre Juan. Desde el seno de su madre será lleno del Espíritu Santo y, a muchos de los hijos de Israel convertirá al Señor su Dios".

Aunque Zacarías es un hombre piadoso y de fe, no da crédito a lo que está pasando. Cierto que los milagros son posibles y que Dios es el Todopoderoso, cierto que se cuenta en la historia un repertorio extenso de intervenciones divinas, cierto que conoce obras portentosas del Dios de Israel, pero que "esto" de tener el hijo tan deseado le pueda pasar a él y que su buena esposa "ahora" que es anciana pueda concebir un hijo... en estas circunstancias... vamos que no se lo cree del todo por más que a un ángel no se le vea todos los días.

El castigo por la debilidad de su fe será la mudez hasta que lo prometido de parte de Dios se cumpla. Cuando nace Juan —el futuro Bautista— Zacarías recupera el habla, bendice a Dios y entona un canto de júbilo, profetizando. También Isabel prorrumpió en una exclamación sublime —que repetimos al rezar cada Avemaría— cuando estaba encinta y fue visitada por la Virgen: "Bendita tú entre todas las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre". Añadiendo: "¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte de Dios!".

Con Zacarías e Isabel la fe es aclamada con exultación y reconocida en su inseparable oscuridad.

En algunos santorales su celebración está marcada para el 23 de septiembre, en otros el 5 de noviembre.


Pensamiento


“El valor de las cosas no está en el tiempo que ellas duran,
sino en la intensidad con que suceden.
Por eso existen momentos inolvidables,
cosas inexplicables y personas incomparables”
Fernando Pessoa


Tema del día:
No rendirse


Un día decidí rendirme…Abandoné mi trabajo, mi relación, mi espiritualidad…Quería abandonar mi vida. Fui al bosque a tener una última conversación con Dios.
"Dios", pregunté, "¿Me puedes dar una buena razón para no rendirme?"
Su respuesta me sorprendió...
"Mira a tu alrededor," dijo. "¿Ves los helechos y el bambú?"
"Si", le respondí.
"Cuando planté las semillas de helecho y bambú les di especial cuidado. Les dí luz, les dí agua. El helecho creció de la tierra con rapidez. Su color verde brillante cubrió la tierra. Pero nada creció de la semilla del bambú. Sin embargo, yo no abandoné el bambú. El segundo año el helecho creció en forma más vibrante y con más plenitud. Y de nuevo, nada apareció de la semilla de bambú, pero yo no perdí mis esperanzas en el bambú," El dijo.
"En el año tres nada había aparecido de la semilla de bambú, pero yo no la abandonaría. En el año cuatro, de nuevo, no había nada, pero yo no la abandonaría," El dijo.
"Luego, en el año cinco un pequeño brote emergió de la tierra. Comparado con el helecho era pequeño e insignificante en apariencia… pero sólo 6 meses más tarde el bambú creció hasta alcanzar una altura superior a los 100 pies.
Había pasado los cinco años echando raíces. Estas raíces lo fortalecieron y le dieron lo necesario para sobrevivir.
A ninguna de mis creaciones le daría un desafío que no pudiese manejar."
El me preguntó. ¿"Sabías, hijo mío, que durante todo este tiempo que has estado luchando, has estado echando raíces?. Yo no abandoné al bambú. Nunca te abandonaré a ti."
"No te compares a otros," El dijo. "El bambú tuvo otro propósito que el helecho. Sin embargo, ambos dieron belleza al bosque."
"Tu tiempo vendrá," Dios me dijo. "Alcanzarás grandes alturas."
¿"Cuán alto creceré?" le pregunté
¿"Cuán alto crecerá el bambú?" Me devolvió en pregunta.
"¿Tan alto como yo pueda?" le pregunté
"Si." El dijo. "Dadme gloria creciendo tan alto como puedas."
Dejé el bosque y traje esta historia. Espero que estas palabras puedan ayudarte a ver que Dios jamás te abandonará.
Nunca, nunca, nunca te des por vencido.
Enviado por Mariana


Mensaje de María Reina de la Paz


Mensaje de María Reina de la Paz del 2 de Noviembre de 2010

¡Queridos hijos! con amor y perseverancia maternales les traigo la luz de la vida para que destruya en ustedes las tinieblas de la muerte. No me rechacen, hijos míos. Deténganse y mírense a ustedes mismos y vean cuán pecadores son. Reconozcan sus pecados y recen por el perdón. Hijos míos, ustedes no quieren aceptar que son débiles y pequeños, pero pueden ser fuertes y grandes haciendo la voluntad de Dios. Denme sus corazones purificados para que pueda iluminarlos con la luz de la vida: mi Hijo. Gracias.


Meditación breve


Momento a momento, dejo ir y dejo a Dios actuar.
Puede haber ocasiones en las cuales mis emociones están alteradas y mis pensamientos examinan un problema una y otra vez. En tales momentos, recuerdo las palabras de Jesús: “¡Paz, aquiétate!” Digo a cualquier tormenta ante mí: “¡Paz, aquiétate!” Reconociendo que la paz y la presencia de Dios están en mí y a mi alrededor.
Pongo cualquier tormenta en manos de Dios, Quien es mayor que cualquier reto físico, mental o emocional. Confío en Su poder ilimitado y en Su amor incondicional. Dejo ir cualquier temor y recobro la paz.
De un momento de reto paso a un momento de fe, y mi espíritu es edificado. He dejado ir y he dejado a Dios actuar.
¡Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan! —Salmo 70:4


Pedidos de oración


Pedimos oración por el pueblo de Haití, amenazado por los embates del huracán Tomás que podría llegar a causar mucho daño entre tanta gente que todavía no termina de reponerse de las consecuencias del último terremoto sufrido y por el cual más de un millón de hermanos haitianos todavía viven en tiendas de campaña. Que el Señor los mire con ojos de piedad y María los cubra con su manto de amor y protección.


Por falta de trabajo, pedimos oración por Adrián S., de México D.F., para que el Señor le conceda un empleo digno para mantener a su familia.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén


Ven Espíritu Santo...!


Espíritu Santo, Tú nos has iniciado en la vida espiritual, por medio del Bautismo que nos hace hijos de Dios, de la Confirmación que nos hace soldados de Cristo, y de la Comunión que nos conforma cada vez más con Cristo y nos hace crecer en El. Danos por tanto la gracia de vivir como Jesús vivió; es decir, alejados del pecado y preocupados por la salvación de nuestros hermanos, ya que tus miembros no pueden ser distintos de la cabeza. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.