martes, 2 de noviembre de 2010

Pequeñas Semillitas 1202

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1202 ~ Martes 2 de Noviembre de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Ayer honrábamos a los difuntos que ya están gozando con Dios en el cielo y que por eso les llamamos santos. Hoy la Iglesia nos recuerda a todos aquellos difuntos, que aún no pueden gozar con Dios, porque deben purificarse; pero a los cuales nosotros podemos ayudar con los méritos espirituales y con nuestras oraciones.
San Agustín decía al respecto: "Una flor sobre su tumba se marchita, una lágrima sobre su recuerdo se evapora... Una oración por su alma, la recibe Dios"


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


Cuando los soldados llegaron al lugar llamado Calvario, crucificaron allí a Jesús y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Uno de los malhechores colgados le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!». Pero el otro le respondió diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho». Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino». Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso».
(Lucas 23,33.39-43)

Comentario

Hoy, el Evangelio evoca el hecho más fundamental del cristiano: la muerte y resurrección de Jesús. Hagamos nuestra, hoy, la plegaria del Buen Ladrón: «Jesús, acuérdate de mí» (Lc 23,42). «La Iglesia no ruega por los santos como ruega por los difuntos, que duermen en el Señor, sino que se encomienda a las oraciones de aquéllos y ruega por éstos», decía san Agustín en un Sermón. Una vez al año, por lo menos, los cristianos nos preguntamos sobre el sentido de nuestra vida y sobre el sentido de nuestra muerte y resurrección. Es el día de la conmemoración de los fieles difuntos, de la que san Agustín nos ha mostrado su distinción respecto a la fiesta de Todos los Santos.
Los sufrimientos de la Humanidad son los mismos que los de la Iglesia y, sin duda, tienen en común que todo sufrimiento humano es de algún modo privación de vida. Por eso, la muerte de un ser querido nos produce un dolor tan indescriptible que ni tan sólo la fe puede aliviarlo. Así, los hombres siempre han querido honrar a los difuntos. La memoria, en efecto, es un modo de hacer que los ausentes estén presentes, de perpetuar su vida. Pero sus mecanismos psicológicos y sociales amortiguan los recuerdos con el tiempo. Y si eso puede humanamente llevar a la angustia, cristianamente, gracias a la resurrección, tenemos paz. La ventaja de creer en ella es que nos permite confiar en que, a pesar del olvido, volveremos a encontrarlos en la otra vida.
Una segunda ventaja de creer es que, al recordar a los difuntos, oramos por ellos. Lo hacemos desde nuestro interior, en la intimidad con Dios, y cada vez que oramos juntos, en la Eucaristía: no estamos solos ante el misterio de la muerte y de la vida, sino que lo compartimos como miembros del Cuerpo de Cristo. Más aún: al ver la cruz, suspendida entre el cielo y la tierra, sabemos que se establece una comunión entre nosotros y nuestros difuntos. Por eso, san Francisco proclamó agradecido: «Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana, la muerte corporal».
Fra. Agustí BOADAS Llavat OFM (Barcelona, España)


Santoral Católico:
Conmemoración de los Fieles Difuntos


Esta conmemoración responde a una larga tradición de fe en la Iglesia: orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrena y que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda que los que mueren en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente purificados, pasan después de su muerte por un proceso de purificación, para obtener la completa hermosura de su alma.

La Iglesia llama "Purgatorio" a esa purificación; y para hablar de que será como un fuego purificador, se basa en aquella frase de San Pablo que dice: "La obra de cada uno quedará al descubierto, el día en que pasen por fuego. Las obras que cada cual ha hecho se probarán en el fuego". (1Cor. 3, 14).

La práctica de orar por los difuntos es sumamente antigua. El libro 2º de los Macabeos en el Antiguo Testamento dice: "Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados" (2Mac. 12, 46); y siguiendo esta tradición, la Iglesia desde los primeros siglos ha tenido la costumbre de orar por los difuntos.

Al respecto, San Gregorio Magno afirma: "Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí son perdonadas en el otro mundo. Para que Dios perdone a los difuntos las faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso".

Estos actos de piedad son constantemente alentados por la Iglesia.


Pensamiento


"Cada uno se presentará ante el tribunal de Dios para
darle cuenta de lo que ha hecho, de lo bueno y de lo malo"

Santa Biblia


Tema de hoy:
Día de los fieles difuntos


Hablar de los difuntos es hablar primeramente del hecho de la muerte. La verdad es que todos estamos ciertos de que algún día tenemos que morir. A muchos este pensamiento les causa terror y prefieren no pensar en ello. Nosotros, como cristianos, sabemos que la muerte no es el final, sino un paso a una vida mejor. “La vida no termina, sino que se transforma”, se nos dice en el prefacio de la misa de difuntos. No se trata de un fácil consuelo para tranquilizarnos, sino de una gran verdad, que nos debe llenar de mucha paz y esperanza. A los santos el pensamiento de la muerte les llenaba de gozo y alegría, porque es el encuentro con nuestro Padre Dios. San Francisco de Asís la llamaba la “hermana muerte” y deseaba que llegara pronto. San Pablo nos dice que es ganancia el morir. Santa Teresa decía: “tan alta vida espero que muero porque no muero”. Para ellos el morir es el entrar en la Luz y en la Paz.

No suele ser ese nuestro anhelo, porque desgraciadamente estamos envueltos en muchas miserias espirituales. El que está envuelto en pecados tiene motivos para temer la muerte, porque después de la muerte está el juicio. Entonces la solución es fácil, aunque para ello se necesite energía y gracia de Dios: Hay que salir del pecado. Pero no nos tenemos que contentar con no tener pecado grave, porque sería como andar en la cuerda floja con gran peligro de caer. Por eso debemos aumentar la gracia, llenarnos del amor a Dios y hacer muchos actos de virtud, sobre todo de caridad.

Hoy nos invita la Iglesia a hacer muchos actos de virtud y adquirir méritos espirituales, no sólo para nosotros, sino pensando en los difuntos que los necesitan. Después de la muerte viene el juicio y el encuentro con Dios. Habrá personas para las que ese encuentro sea el comienzo de una felicidad sin fin. Pero la mayoría de nosotros, aunque no estemos muy apartados de Dios, nos encontraremos demasiado sucios por tantos pecadillos sin arrepentir y por tantas acciones religiosas hechas con muy poco amor a Dios. Por eso deberemos purificarnos. Es algo que querremos hacer con todo nuestro corazón para poderle mirar a Dios con toda limpieza y amor.

Pero Dios es tan bueno que nos permite unirnos de modo que nuestros méritos espirituales sirvan a los difuntos para que puedan antes entrar en la gloria eterna. Por esto la Iglesia en este día nos lo recuerda de una manera especial y nos presenta el modo de poder ganar méritos con las oraciones y sacrificios y especialmente con la participación en la Santa Misa. Esta es nuestra fe, que proviene de los tiempos más antiguos, cuando los cristianos ponían en sus primeras tumbas: “Ruega por mi”.

En la muerte lo importante no es ella en sí, sino lo que trae, que es otra vida. Vivamos en la gracia de Dios y nuestra esperanza será llena de felicidad, como se nos dice en el Apocalipsis de aquellos que siguen al Cordero, símbolo de Jesucristo: “Ya no tendrán hambre, ni tendrán ya sed, ni caerá sobre ellos el sol ni ardor alguno, porque el Cordero...los apacentará..., pues Dios enjugará toda lágrima de sus ojos”.

Lo bueno de estos méritos que ofrecemos para los difuntos es que les aprovecha a ellos sin que se nos quiten a nosotros. Para los difuntos ya se les ha terminado el tiempo de poder merecer, que para eso es esta vida mortal. Por eso nada más esperan nuestras súplicas y méritos, que luego ellos mismos nos agradecerán y devolverán cuando estén en el cielo gozando para siempre en la compañía de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida”. Nos quiere decir hoy que su última palabra no es de muerte sino de vida y vida eterna. Allí hay sitio para todos, como nos dice hoy Jesús en el evangelio.

Recibido de Silverio Velasco


Meditación breve


Al día siguiente de la fiesta de Todos los Santos, la Iglesia recuerda a todos los hombres que han llegado al término de su vida y pide por sus almas en el día de los Fieles Difuntos. Fundamenta esta tradición en dos creencias que tenemos los cristianos:

+ todos formamos un solo cuerpo: el Cuerpo de Cristo (Cf. 1Co 12,12-31), por lo que no podemos desentendernos de los miembros que ya nos han precedido en la muerte;

+ y resucitaremos un día de entre los muertos, del mismo modo que Cristo ha resucitado. La fe en la resurrección descansa en la fe en Dios que "no es un Dios de muertos sino de vivos" (Mc 12,27).

http://www.rosario.org.mx/biblioteca/difunto.htm


Pedidos de oración


Pedimos oración por Román T. que vive en Rosario, Argentina, y sufre de angustia y pánico, problemas éstos que afectan su normal relación familiar y también en el trabajo, por lo que lo encomendamos a la Santísima Virgen para que interceda por él ante Jesús para que recupere su completa salud física, psíquica y espiritual.


Pedimos oración por Gustavo del Valle G. que vive en Puerto Plata, República Dominicana, y ha sido operado de la columna sin lograr recuperarse plenamente, por lo que rogamos a Dios misericordioso que le conceda esa gracia de volver a sentirse bien.


En este día de los fieles difuntos, pedimos por el alma de Elisardo Raúl López, fallecido hace algún tiempo, y que su familia mantiene vivo en el recuerdo de amor. Que el Señor lo tenga a su lado hasta el día en que todos nos reencontremos en su Reino.


Nuestra lectora Carmen M. que vive en Guanabo, PR, pide oraciones para que vuelva la paz a su condominio, en el cual reina un clima de confrontación y hostilidad.


Pedimos oración por el jovencito José Manuel P. F. que tiene 13 años de edad, vive en Bucaramanga, Colombia, y atraviesa por una etapa de marcada rebeldía, desgano para el estudio, mal carácter y mal trato para con su grupo familiar. Que María, Virgen y Madre, lo proteja y lo oriente por los caminos más adecuados en esta etapa de su formación.


Pedimos oración por la salud de Ricardo Vicente D. M. que vive en Guatemala y hace ocho años padece de epilepsia para que el Buen Jesús le conceda la gracia de la curación y la Santísima Virgen acompañe a su mamá Flor, que lo cuida y atiende día y noche.


Pedimos oración por dos personas de San Rafael, Mendoza, Argentina: Oscar G. que desde hace un año está luchando con un cáncer de piel, y Alberto N. de 75 años que dentro de tres días será operado del corazón. Que el Señor acompañe a ambos y les fortalezca con su gracia y su poder sanador.


Luis y Sofía L., de Barquisimeto, Venezuela, piden oración para que el Señor ablande el corazón de la persona que les tiene secuestrada su vivienda y la devuelva.


Desde San Luis, Argentina, nos piden oración por: Juan Carlos, por un trabajo mejor; por Liliana que padece de hemorragias por mioma uterino; por Sebastián que necesita un trabajo; por la salud de Stella; por exámenes de Graciela; por María Lis P. afectada de cáncer; por la conversión de Mariana D.; por la curación de Martín R. que padece adicción al alcohol; por Miriam T. que padece diabetes; por Dora que tiene cáncer; por los proyectos de Fernando S.; y por el embarazo de Anahí S. Nos unimos a la oración por todos ellos.


Pedimos oración por Jorge Luis Y. H. que vive en México y ha sufrido dos accidentes, rogando que la Virgen de Guadalupe lo proteja y lo ampare en el futuro.


Pedimos oración por Benito F. que vive en Miami, Florida, USA, y tiene problemas de inmigración, rogando que el Señor, que todo lo puede, y su Santísima Madre lo ayuden en estas circunstancias.


Pedimos oración por Miguel V. que vive en Lima, Perú, tiene 40 años de edad, tres hijos pequeños y padece cáncer. Que Jesús, el Buen Pastor, lo tenga en sus manos y le otorgue la hermosa gracia de la curación.


Pedimos oración por un bebé venezolano de 8 semanas de vida, llamado Abrahám Gabriel P. que desde su nacimiento se encuentra internado en terapia intensiva, en estos momentos con neumonía, invocando al Divino Niño Jesús y a nuestra Madre la Virgen María, para que lo ayuden a superar estos difíciles momentos.


Pedimos oración por Olga Cecilia Ch. Z., de Medellín, Colombia, que sufre constantes dolores de cuello y cabeza luego de una cirugía de la que no quedó bien. Que el Señor Misericordioso la ayude a soportar esos dolores y le conceda mejoría.


Pedimos oración por Claudia y Luis Manuel, de la ciudad de México, para que el Señor y la Virgen les concedan la gracia de ser padres


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén


Ven Espíritu Santo...!


Espíritu Santo, Tú que por la intercesión de la Inmaculada Virgen descendiste sobre los Apóstoles cuando desalentados por la muerte de Cristo, parecía que el Evangelio no tenía futuro, y en Pentecostés quedaron llenos de Ti, predicando sin miedo y con gran entusiasmo por el mundo entero; danos a los cristianos de hoy ese ardor apostólico. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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