lunes, 25 de enero de 2021

Pequeñas Semillitas 4561

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4561 ~ Lunes 25 de Enero de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Cuentan que un pobre rezaba, consciente de su pobreza, y le decía a Dios:
“No soy digno de entrar en Tu Reino, pero en Tu Misericordia, sé que no puedes cerrarme la puerta. Sólo te pido el último lugar.”
Y Jesús le respondió: “Te concedo el último lugar, así estarás al lado de mi Madre.”
A primera vista parecería un despropósito: ¿María en el último lugar? Pero no lo es: María, siempre humilde y amorosa con todos sus hijos, nos ayudará a llegar al cielo y esperará hasta el último de nosotros, y solo después que ingrese el último, Ella entrará al Reino y se cerrará la puerta.
 
¡Buenos días María!
El que encuentra a María, ha encontrado la Vida, porque la Virgen nos da la vida de la gracia santificante, que si la habíamos perdido, Ella nos la restituye, obteniéndola de Dios para nosotros. Aunque estemos con un pie en el Infierno, aunque parezca que todo está perdido, esto no es así si buscamos a María con sincero corazón, porque Ella se dejará encontrar y nos obtendrá de Dios la salvación y el volver al buen camino. Si supiéramos las ventajas que da el tener a María como Amiga, no pasaríamos un momento del día sin elevar el pensamiento a esta augusta Doncella que todo lo puede sobre el Corazón de Dios, porque ha enamorado al mismo Dios con sus evidentes y secretos encantos. ¿Qué será cuando nosotros, después de haber vivido en este mundo hostil a Dios, vayamos a encontrarla y estrecharla entre nuestros brazos, en el Paraíso? Porque seremos inmensamente felices de unirnos a Dios, pero creo que habrá un gozo especial al abrazarnos a esta Virgen que habrá hecho tanto por nosotros, y que es nuestra Madre.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Hch 22,3-16
 
Salmo: Sal 117 (116),1.2.
 
Santo Evangelio: Mc 16,15-18
En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Éstas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien».
 
Comentario:
Hoy, la Iglesia celebra la fiesta de la Conversión de san Pablo, apóstol. El breve fragmento del Evangelio según san Marcos recoge una parte del discurso acerca de la misión que confiere el Señor resucitado. Con la exhortación a predicar por todo el mundo va unida la tesis de que la fe y el bautismo son requisitos necesarios para la salvación: «El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará» (Mc 16,16). Además, Cristo garantiza que a los predicadores se les dará la facultad de hacer prodigios o milagros que habrán de apoyar y confirmar su predicación misionera (cf. Mc 16,17-18). La misión es grande —«Id por todo el mundo»—, pero no faltará el acompañamiento del Señor: «Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20).
La oración colecta de hoy, propia de la fiesta, nos dice: «Oh Dios, que con la predicación del Apóstol san Pablo llevaste a todos los pueblos al conocimiento de la verdad, concédenos, al celebrar hoy su conversión, que, siguiendo su ejemplo, caminemos hacia Ti como testigos de tu verdad». Una verdad que Dios nos ha concedido conocer y que tantas y tantas almas desearían poseer: tenemos la responsabilidad de transmitir hasta donde podamos este maravilloso patrimonio.
La Conversión de san Pablo es un gran acontecimiento: él pasa de perseguidor a convertido, es decir, a servidor y defensor de la causa de Cristo. Muchas veces, quizá, también nosotros mismos hacemos de “perseguidores”: como san Pablo, tenemos que convertirnos de “perseguidores” a servidores y defensores de Jesucristo.
Con Santa María, reconozcamos que el Altísimo también se ha fijado en nosotros y nos ha escogido para participar de la misión sacerdotal y redentora de su Hijo divino: Regina apostolorum, Reina de los apóstoles, ¡ruega por nosotros!; haznos valientes para dar testimonio de nuestra fe cristiana en el mundo que nos toca vivir.
* Rev. D. Josep GASSÓ i Lécera (Ripollet, Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
La conversión de San Pablo
Fiesta Litúrgica
Saulo de Tarso, fariseo fanático, discípulo de Gamaliel, fue desde muy joven perseguidor de la Iglesia naciente. Pero, cuando iba camino de Damasco para traerse presos a Jerusalén a los cristianos, se le apareció Cristo, lo derribó del caballo y le dijo: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» Saulo acabó respondiendo: «¿Señor, qué quieres que haga?» Entró en Damasco y allí lo bautizó Ananías. Ya convertido, volvió a Jerusalén para conocer a Pedro y luego marchó a Tarso, donde permaneció hasta que Bernabé fue a buscarlo y lo integró en la comunidad de Antioquía. Algún tiempo después comenzó su carrera de Apóstol de las Gentes.
Oración: Señor, Dios nuestro, tú que has instruido a todos los pueblos con la predicación del apóstol san Pablo, concede a cuantos celebramos su conversión caminar hacia ti, siguiendo su ejemplo, y ser ante el mundo testigos de tu verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa
 
Pensamiento del día 
“Si tienes problemas, cada mañana,
piensa que Dios se ha despertado antes que tú
y ha colgado un sol en tu ventana”
 
Historias:
El beso de Jesús en el altar
Carta de un sacerdote a poco tiempo de ordenarse, que nos enseña mucho sobre la clase de fe que debemos tener, más cercana al corazón, que a nuestra inteligencia. Este texto fue lamentable y erróneamente atribuido a un sacerdote muerto en una explosión en Madrid. No se trata de ese caso, pero el contenido del mensaje mantiene su validez.
 
A los 6 meses de ordenado, mi Obispo me envió a dirigir una Parroquia; tenía que suplir a un Párroco que llevaba allí más de 30 años, por lo que me encontré con la no aceptación de los habitantes de aquel lugar. La tarea fue ardua pero fecunda y no habría tenido tanta fecundidad sin la ayuda de un pequeño llamado Gabriel… El protagonista de este relato.
 
A la segunda semana de llegar a aquel lugar se me presentó un matrimonio joven con su pequeño hijo muy especial (síndrome de Down). Me solicitaban que lo aceptara como monaguillo. Pensé en rechazarlo, y no por ser un niño con capacidades diferentes sino por todas las dificultades con las que iniciaba mi ministerio en aquel lugar, pero no pude decir que no, pues al preguntarle si quería ser mi monaguillo no me respondió, sino que se me abrazó a la cintura. Menuda forma de convencerme…
 
Lo cité para el siguiente domingo 15 minutos antes de la Eucaristía y puntualmente allí estaba con su sotanita roja y su roquete que su abuela le había hecho a mano para la ocasión.
 
Tengo que agregar que su presencia me trajo más feligreses pues sus familiares querían verlo estrenarse en su papel de monaguillo. Yo tenía que preparar todo lo necesario para la Eucaristía. No tenía sacristán ni campanero así que tuve que correr de un lado para otro, y no fue sino hasta antes de iniciar la Misa cuando me percaté que Gabriel nada sabía de cómo ayudar en la Misa; por la premura del tiempo se me ocurrió decirle:
 
“Gabriel, tienes que hacer todo lo que yo haga ¿vale…?”
 
Nunca se lo hubiera dicho, un niño como Gabriel es el niño más obediente del mundo, así que iniciamos la Celebración y al besar el altar, el pequeño se quedó prendido a él; en la homilía vi que los feligreses sonreían al hablarles, lo cual alegró mi joven corazón sacerdotal, pero luego me percaté que no me miraban a mí sino a Gabriel que me seguía tratando de imitar mis movimientos. En fin, uno de los detalles de aquella primera Misa con mi novel monaguillo.
 
Al terminar le indiqué qué tenía que hacer y qué no y entre otras cosas le dije que el altar solo podía besarlo yo. Le expliqué cómo el sacerdote se une a Cristo en este beso. Me miraba con sus grandes ojos interrogantes sin llegar a entender del todo la explicación que le daba… Y, sin callarse lo que pensaba, me dice: “Anda, yo también quiero besarlo…”. Le volví a explicar por qué no… Al final le dije que yo lo haría por los dos. Pareció que había quedado conforme.
 
Pero al siguiente domingo, al iniciar la Celebración y besar el altar, vi cómo Gabriel ponía su mejilla en él y no se despegaba del altar con una gran sonrisa en su pequeño rostro.
 
Tuve que decirle que dejara de hacer aquello. Al terminar la Misa le recordé: “Gabriel, te dije que yo lo besaría por los dos”.
 
Me respondió: “padre, yo no lo besé. Él me besó a mí…”.
 
Serio le dije: “Gabriel, no juegues conmigo…” Me respondió: “¡De verdad, me llenó de besos!”.
 
La forma en que me lo dijo me llenó de una santa envidia; al cerrar el templo y despedir a mis feligreses me acerqué al altar y puse mi mejilla en él pidiéndole: “Señor… bésame como a Gabriel”.
 
Aquel niño me recordó que la obra no era mía y que ganar el corazón de aquel pueblo solo podía ser desde esa dulce intimidad con el Único Sacerdote, Cristo.
 
Desde entonces mi beso al altar es doble pues siempre después de besarlo pongo mi mejilla para recibir su beso. ¡Gracias, Gabriel!
 
Acercar a los otros al misterio de la Salvación nos llama a vivir nuestro propio encuentro. Al igual que yo, con mi querido monaguillo maestro Gabriel, aprendí que: ¡Antes de besar yo el altar de Cristo… tengo que ser besado por Él!
 
“Señor Jesús, haznos sentir Tus Besos todos los días para que nuestros corazones nunca tengan más necesidad de amor, porque Tú lo llenas todo…”
 
(Reina del Cielo)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas” 
Jesús es luz en la Palabra y es luz en la Eucaristía. El padre Roberto De Grandis en su libro “El poder sanador de la Eucaristía”, relata: Recuerdo la historia de un hombre que se hizo sacerdote a los cincuenta años, después de haber sido científico investigador de la NASA y trabajar con una cámara que podía calibrar el aura de luz alrededor de un cuerpo humano. Creo que se llama fotografía Kirlian. El interés de la NASA estaba en poder identificar y supervisar el aura de los astronautas en órbita y determinar lo que les pasaba internamente. Encontraron que las personas agonizantes tienen un aura muy delgada como la luz azul, la cual se va poniendo más y más débil hasta que la persona muere.
El científico y su ayudante estaban un día en un hospital, supervisando el aura de un hombre en agonía. Mientras lo observaban, entró otro hombre en la habitación y la llenó de una luz, que emanaba de su bolsillo. El hombre sacó algo que ocasionó que la cámara se inundara de tanta luz que los observadores fueron incapaces de ver lo que estaba pasando. Fueron a ver y descubrieron que aquel hombre estaba dando la comunión al agonizante. Ellos, entonces, observaron en su cámara que, cuando el agonizante recibió la comunión, su aura empezó a crecer y hacerse más fuerte. Este científico supo que había un poder superior, dejó su trabajo, y se hizo sacerdote católico.
 
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. En este tiempo pedimos especiales oraciones por todas las personas que en diversos países del mundo han sido afectadas por el coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja ante esta terrible pandemia, y que con fe y esperanza, y siguiendo las indicaciones médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo en todo el planeta y los que están enfermos se sanen.
 
Pedimos oración para Belén, de Córdoba, Argentina, de 26 años de edad, que está mal psíquicamente y por ese motivo se encuentra internada. Que la Santísima Virgen interceda por ella ante Jesus para que Él le conceda sus gracias de sanación.
 
Pedimos oración para el señor Alonso H., de 85 años,  de Colombia, quien padece de hipertensión y últimamente se ha sentido muy decaído, seguramente como consecuencia de la cuarentena obligatoria, efecto de la pandemia. Rogamos al Señor le dé la fuerza necesaria para que, con la intercesión de la Virgen María, logre recuperarse pronto, con fe y esperanza que esta situación pase pronto.
 
Pedimos oración para Javiera, de Santiago de Chile, que ha tenido hemorragia intestinal, siendo que ella ha tenido el año pasado cirugía por enfermedad a dicho nivel. Rogamos la intercesión de la beata Laura Vicuña para que eleve nuestras plegarias a Dios pidiendo la pronta mejoría de esta joven.
 
Pedimos oración para María José G. S., de España, que ha dado positivo el test del coronavirus por contagio en su lugar de trabajo. Rogamos a Dios que le otorgue una pronta recuperación y que no se contagie su hermana Elena ya que viven juntas.
 
Pedimos oración para Susana A. N., 72 años de edad, que vive en Mendoza, Argentina, que padeció cáncer de útero y pulmón, aparentemente superados, y ahora presenta dos lesiones, en hígado y pulmón, que esta semana serán biopsiadas. Que Dios todopoderoso se exprese en ella para que los resultados sean favorables.
 
Pedimos oración para Ana Teresa S., de San Francisco, Córdoba, que hace poco tiempo padeció Covid-19 (también su esposo), y ahora está internada por diverticulitis colónica. Rogamos la mediación de la Virgen de Lourdes para que el Señor le conceda una pronta recuperación.
 
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
 
Requisitos para ‘Pedidos de oración’ 
1) Nombres completos y apellido de la persona por la que se pide (no publicaremos apellido o solamente pondremos la primera letra).
2) Ciudad y país donde vive la persona por la que se pide.
3) Descripción del problema que tiene.
4) Los Pedidos de Oración se deben enviar a feluzul@gmail.com  y deben redactarse de manera breve y resumida.
5) Se publicarán sólo los días lunes, miércoles y viernes.
 
Año de San José
San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Enero 25
Dios todopoderoso que al premiar a los santos nos ofreces una prueba de tu gran amor hacia los hombres, te pedimos que por la intercesión y el ejemplo de san José nos sirva de ayuda para seguir fielmente a Jesucristo nuestro Señor. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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