PEQUEÑAS SEMILLITASAño
16 - Número 4553 ~ Domingo 17 de Enero de 2021.Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) Alabado sea Jesucristo…
La
liturgia de este domingo tiene una temática claramente centrada en la llamada o
vocación que Dios hace a cada uno de nosotros:
La
primera lectura nos describe la llamada que Dios hace al joven Samuel quien,
por causa de su inexperiencia, no comprendió quién era el que lo llamaba con
tanta insistencia. Lo más importante en este relato es la respuesta de total
disponibilidad que expresa Samuel: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”. El
evangelio de San Juan plantea la llamada de Jesús a los primeros discípulos.
Los
primeros cristianos vivían con esta idea: ser cristiano es «revestirse de
Cristo», reproducir en nosotros su vida. Esto es lo esencial. Por eso, cuando
dos discípulos preguntan a Jesús: «Maestro, ¿dónde vives?», ¿qué es para ti
vivir? Él les responde: «Venid y lo veréis».
¿Tenemos
nosotros la misma disposición para seguir a Jesús?
¡Buenos días María! Sabemos por experiencia qué difícil es pronunciar,
cueste lo que cueste, ese libre “sí” de amor que Dios espera de nosotros. Y es
una de las razones por las que nos hemos consagrado a María queriendo ser para
Ella, por Ella y en Ella “esclavas del amor” de Jesús.
A la luz del Espíritu Santo, nos ha sido dado
comprender que Maria, en su condición de Educadora de almas, posee un don de
gracia para hacernos pronunciar el sí del que por nuestros propios medios somos
incapaces de dar, debido a nuestra debilidad.
Pero este resultado no puede obtenerse sino en la
medida en que renunciando a nuestra propia voluntad, nos dejemos guiar por
Ella. Una madre no puede hacer gran cosa del hijo que quiere valerse por sí
mismo, en cambio, ella hace todo lo que desea del niño que permanece sereno
entre sus brazos, confiado y abandonado enteramente a su protección.
Es esa actitud de humildad y docilidad (llamada
infancia espiritual) que María, nuestra Madre, a la vez dulce y exigente,
espera de nosotros.
La Palabra de Dios Lecturas del día ♥ Primera Lectura: 1 Sam 3,3b-10.19
♥ Salmo: Sal 40 (39),2.4ab.7-8a.8b-9.10.
♥ Segunda Lectura: 1 Cor 6,13c-15a.17-20
♥ Santo Evangelio: Jn 1,35-42
En aquel tiempo, Juan se encontraba de nuevo allí con
dos de sus discípulos. Fijándose en Jesús que pasaba, dice: «He ahí el Cordero
de Dios». Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús. Jesús se
volvió, y al ver que le seguían les dice: «¿Qué buscáis?». Ellos le
respondieron: «Rabbí —que quiere decir “Maestro”— ¿dónde vives?». Les
respondió: «Venid y lo veréis». Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron
con Él aquel día. Era más o menos la hora décima. Andrés, el hermano de Simón
Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús. Éste
se encuentra primeramente con su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al
Mesías» —que quiere decir, Cristo—. Y le llevó donde Jesús. Jesús, fijando su
mirada en él, le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas»
—que quiere decir, “Piedra”—.
♥ Comentario:
Hoy vemos a Jesús que venía por la ribera del Jordán:
¡Es Cristo que pasa! Debían ser las cuatro de la tarde cuando, viendo que dos
chicos le seguían, se ha girado para preguntarles: «Qué buscáis?» (Jn 1,38). Y
ellos, sorprendidos por la pregunta, han respondido: «Rabbí —que quiere decir
“Maestro”— ¿dónde vives? (...) ‘Venid y lo veréis’» (Jn 1,39).
También yo sigo a Jesús, pero... ¿qué quiero?, ¿qué
busco? Es Él quien me lo pregunta: «De verdad, ¿qué quieres?». ¡Oh!, si fuera
suficientemente audaz para decirle: «Te busco a ti, Jesús», seguro que le
habría encontrado, «porque todo el que busca encuentra» (Mt 7,8). Pero soy
demasiado cobarde y le respondo con palabras que no me comprometen demasiado:
«¿Dónde vives?». Jesús no se conforma con mi respuesta, sabe demasiado bien que
no es un montón de palabras lo que necesito, sino un amigo, el Amigo: Él. Por
esto me dice: «Ven y lo verás», «venid y lo veréis».
Juan y Andrés, los dos mozos pescadores, fueron con
Él, «vieron dónde vivía y se quedaron con Él aquel día» (Jn 1,39). Entusiasmado
por el encuentro, Juan podrá escribir: «La gracia y la verdad se han hecho
realidad por Jesucristo» (Jn 1,17b). ¿Y Andrés? Correrá a buscar a su hermano
para hacerle saber: «Hemos encontrado al Mesías» (Jn 1,41). «Y le llevó donde
Jesús. Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: ‘Tú eres Simón, el hijo de
Juan; tú te llamarás Cefas’, que quiere decir “Piedra”» (Jn 1,42).
¡Piedra!, ¿Simón, una piedra? Ninguno de ellos está
preparado para comprender estas palabras. No saben que Jesús ha venido a
levantar su Iglesia con piedras vivas. Él tiene ya escogidos los dos primeros
sillares, Juan y Andrés, y ha dispuesto que Simón sea la roca en la que se
apoye todo el edificio.
Y, antes de subir al Padre, nos dará respuesta a la
pregunta: «Rabbí, ¿dónde vives?». Bendiciendo a su Iglesia dirá: «Yo estaré con
vosotros cada día hasta el fin del mundo» (Mt 28,20).
* Rev. D. Lluís RAVENTÓS
i Artés (Tarragona, España)
Palabras de San Juan
Pablo II «La
acogida, el amor, la estima, el servicio múltiple y unitario -material,
afectivo, educativo, espiritual- a cada niño que viene a este mundo, debería
constituir siempre una nota distintiva e irrenunciable de los cristianos,
especialmente de las familias cristianas; así los niños, a la vez que crecen
"en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres",
serán una preciosa ayuda para la edificación de la comunidad familiar para la
misma santificación de los padres.»
(Familiaris Consortio,
1981)
De los envíos del P.
Natalio Los pajaritos y la
luciérnaga
No nos contentemos con las luces pequeñas y que no
son sino reflejo de la luz increada, origen de todas las luces. No tengamos
miedo y familiaricémonos con las fuentes. Leamos los grandes autores y,
especialmente, el gran libro donde el mismo Dios nos habla: la Biblia.
Cuatro pajaritos recién
emancipados del nido dormían en un monte muy tupido, con la madre. A las doce
de la noche fueron despertados por una luz y rompieron a gorjear. La madre,
sobresaltada, preguntó lo que les pasaba y contestaron en coro que ya había
salido el sol. Y la madre les hizo ver que no era más que una pequeña
luciérnaga. A muchos les pasa lo mismo, que ven genios en todas partes y
gritan: «¡Aquí está el sol!», al prenderse cualquier vela (Daireaux).
No leas la Biblia como si leyeras un libro más.
Empieza con la invocación del Espíritu Santo, para que su don de sabiduría
disponga tu mente a recibir el mensaje que Dios ha preparado con amor especial
para ti ese día. La presencia de Dios en su Palabra es una realidad que hay que
captar en la fe. Que el Espíritu te guíe e ilumine.
* P. Natalio
Predicación del
Evangelio: Invitados a seguirle En estos comienzos del año, después del bautismo de
Jesús, la Iglesia nos presenta la llamada de algunos de los apóstoles. San Juan
en su evangelio nos narra hoy el encuentro con Jesús de los dos primeros
apóstoles: Andrés y otro, del que no pone el nombre, pero parece ser él mismo.
Eran discípulos de Juan Bautista y la primera consideración es que van detrás
de Jesús, porque se lo indica el mismo Bautista. Éste señala a Jesús cuando
pasa diciendo: “Este es el Cordero de Dios”. Parece ser que ya les había
hablado antes de aquel que debía venir detrás de él y del que no era digno ni
desatar la correa de la sandalia. Palabras estas que significaban la grandeza
de esa persona. Llamar a Jesús: el “Cordero de Dios” es una referencia a los
sacrificios de la Pascua. Es posible que estuviera cercana esa fecha, como
igualmente la hora de los sacrificios de los corderos, que solía hacerse a las
cuatro de la tarde.
Normalmente nadie se encuentra con Cristo si alguien
no se lo anuncia. Esta es la misión de nosotros cristianos: hacer conocer a
Jesucristo entre la gente. Es nuestro deber señalar a Jesús, le sigan o no le
sigan. Claro que usaremos las palabras y expresiones que se puedan comprender:
Jesús es el que puede llenar nuestra vida y darle un verdadero sentido pleno.
Pero más que con palabras y discursos es necesario el testimonio de nuestra
vida. Decía un autor: “Sólo el que ha visto a Dios tiene derecho a hablar de
Él”. Sólo el que tiene una vivencia con Dios puede indicar a ese Dios de la
vivencia. Tampoco es que sea necesaria una santidad extraordinaria. Muchas
veces viene el encuentro con Jesús por los medios humanos sencillos: la
amistad, la familia, el participar de unos mismos ideales, si juntamente se da
el testimonio de la vida.
Y aquellos dos discípulos se fueron tras Jesús. Jesús
tampoco les echó grandes discursos, sino que les invitó a ver. Es el testimonio
de su vida lo que les atraerá plenamente a su servicio. No nos dice lo que
hablaron. Es muy posible que hablasen del amor de Dios y de cómo expresarlo por
medio del amor al prójimo.
El hecho es que quedaron muy contentos y sintiendo
que su vida había cambiado. Tan contentos que Andrés se encuentra con su
hermano Simón y da testimonio de lo que ha visto: al Mesías o Cristo. Y lo
conduce a Jesús. El conocimiento de Jesús lleva a una necesidad de transmitirlo
a los demás. El encuentro verdadero con Jesús es un gozo tan grande, que desea
que los demás gocen también de ese encuentro.
En realidad, en nuestras vidas nos dejamos llevar de
muchas cosas. Seguimos a la moda o las ideas de un partido político o seguimos
diversas propagandas. Es como ver por los ojos de otros. Lo más importante es
seguir a Jesús, dejarnos guiar por Él, porque Él nos llevará por los mejores
caminos. Viviendo a Jesús, es como podemos señalarlo a otros. Hoy, quizá más
que en otros tiempos, se necesitan testigos: personas que, más que con
palabras, con los hechos de su vida digan: He descubierto a Jesucristo, es una
maravilla. Y con su experiencia ayuden a poder decir, como nos enseña el salmo
responsorial: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”.
(P. Silverio Velasco)
Poesía La lluvia Bruscamente la tarde se ha aclaradoporque ya cae la lluvia minuciosa.Cae o cayó. La lluvia es una cosaque sin duda sucede en el pasado. Quien la oye caer ha recobradoel tiempo en que la suerte venturosale reveló una flor llamada rosay el curioso color del colorado. Esta lluvia que ciega los cristalesalegrará en perdidos arrabaleslas negras uvas de una parra en cierto patio que ya no existe. La mojadatarde me trae la voz, la voz deseada,de mi padre que vuelve y que no ha muerto. (Jorge Luis Borges) Nuevo vídeo Hay
un nuevo vídeo subido al blogde
"Pequeñas Semillitas" en
internet.Para
verlo tienes que ir al final de esta página: Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas” - Maestro, ¿qué debo hacer para no quedarme molesto?
Algunas personas hablan demasiado, otras son ignorantes. Algunas son
indiferentes. Siento odio por aquellas que son mentirosas y sufro con aquellas
que calumnian.
- ¡Pues, vive como las flores! Advirtió el maestro.
- Y ¿cómo es vivir como las flores? Preguntó el
discípulo.
- Pon atención a esas flores -continuó el maestro,
señalando unos lirios que crecían en el jardín. - Ellas nacen en el estiércol,
sin embargo son puras y perfumadas. Extraen del abono maloliente todo aquello
que les es útil y saludable, pero no permiten que lo agrio de la tierra manche
la frescura de sus pétalos. Es justo angustiarse con las propias culpas, pero
no es sabio permitir que los vicios de los demás te incomoden. Los defectos de
ellos son de ellos y no tuyos. Y si no son suyos, no hay motivo para
molestarse. Ejercita pues, la virtud de rechazar todo el mal que viene desde
afuera.
Esto, es vivir como las flores.
Agradecimientos Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas
diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la
tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y
allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por
la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos
por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque
prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para
dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas"
pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la
segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como
respuesta a nuestros pedidos de oración.
♡ Desde Kendall Florida, USA, agradecen
oraciones hechas para Pedro G., que
se ha recuperado del Covid-19 y ya está en su casa. Damos gracias a Dios.
♡ Nos escribe
Liliana Z. para expresar que su amiga Myriam
D. S., de San Luis, Argentina, de 50 años de edad, madre de 4 hijos, está
en su segundo tratamiento de cáncer con metástasis, y con buenos resultados
pues el mal no avanza. Gracias Dios por darle fuerza, curación y paciencia, y
seguiremos rezando para ella.
♡ Desde San Francisco, Córdoba,
Argentina, agradecen a Dios y a las personas que rezaron por Isabella, niña de 7 años, que estaba
con síndrome urémico hemolítico, pero por su mejoría ya le retiraron el catéter
pues no necesitará diálisis y está de alta en su domicilio junto a su familia.
♡ Desde Colombia, los familiares de Jairo G. C. agradecen a todos los que rezaron por él, e informan que se está recuperando notablemente del Covid-19 y abandonó ya la terapia intensiva. Y la familia Cardona Andrade expresa su gratitud al Señor de los Milagros y a la Santísima Virgen por favores recibidos en salud y bienestar.
♡ Desde Costa Rica, Sonia agradece las oraciones hechas por ella y al mismo tiempo nos pide que sigamos rezando por su salud física y emocional.
Año de San José San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono
Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo
que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su
Santísima Madre.
Enero 17
Ayúdanos a rechazar el pecado, y danos la gracia de vivir y
morir en tus brazos, con una fe viva, una esperanza cierta y una caridad a toda
prueba, asistidos por tu protección en vida hasta el último instante. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE -Jardinero
de Dios-(el más pequeñito de
todos) ♡BLOG ”PEQUEÑAS
SEMILLITAS”♡FACEBOOK de
“FELIPE DE URCA”♡FACEBOOK de
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“PEQUEÑAS SEMILLITAS”♡INSTAGRAM:
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¡Buenos días María!
La Palabra de Dios
Palabras de San Juan
Pablo II
De los envíos del P.
Natalio
Predicación del
Evangelio:
Poesía
Agradecimientos
Año de San José
FELIPE
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