viernes, 10 de julio de 2020

Pequeñas Semillitas 4381

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 15 - Número 4381 ~ Viernes 10 de Julio de 2020
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Muchas personas no creyentes quieren echarle la culpa a Dios de todo lo malo que acontece en la humanidad y con esto quieren decir que Dios no es un Dios bueno, sino malo. Pero vos y yo sabemos que eso no es así, sabemos que nuestro Dios es tan bueno que hace salir el sol sobre buenos y malos, que hace descender la lluvia sobre buenos y malos y que sus misericordias están abiertas para todo hombre.
El mayor acto de amor lo hizo enviando a su Hijo para que muera por nuestros pecados en una cruz; no creo en verdad que haya un acto de amor mayor que ese. Dios no quiere que ninguna criatura se pierda, más bien, su deseo es que todos procedamos al arrepentimiento continuo que es Cristo Jesús y que podamos ser salvos.
 
¡Buenos días!
Sin mancha ni defecto
Jesús, el Cordero de Dios, santo y justo, irreprochable, vino a quitar los pecados del mundo, ofreciéndose al Padre en la cruz, víctima por nuestras culpas. Y nos regaló la vida nueva de la gracia, para hacernos “hijos en el Hijo de Dios”.
 
La ley de Moisés aclaraba repetidas veces que los corderos ofrecidos a Dios debían ser sin defectos, ni imperfecciones: “No sacrificarás al Señor, tu Dios, ningún animal del ganado mayor o menor que tenga un defecto o cualquier clase de imperfección, porque eso es una abominación para el Señor, tu Dios” (Deut 17, 1). San Pablo recordaba con palabras semejantes a los cristianos su nueva condición que les exigía santidad y pureza: “Pero ahora, él los ha reconciliado en el cuerpo carnal de su Hijo, entregándolo a la muerte, a fin de que ustedes pudieran presentarse delante de él como una ofrenda santa, inmaculada e irreprochable (Cl 1, 22).
 
El bautizado emerge del bautismo con una pureza total. Hay un rito que lo simboliza muy bien cuando, vestido con un manto blanco, el celebrante dice: “Eres ya una nueva criatura y has sido revestido de Cristo. Qué esta vestidura blanca sea signo de tu dignidad y, con la ayuda  de tus familiares, logres mantenerla inmaculada hasta la vida eterna”. Que hagas efectivo en tu vida este revestimiento de Cristo, orando y vigilando para permanecer irreprochable ante Dios.
* Enviado por el P. Natalio
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 2Pe Oseas 14,2-10
 
Salmo: Sal 50
 
Santo Evangelio: Mt 10,16-23
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas. Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros.
Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán. Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará. Cuando os persigan en una ciudad huid a otra, y si también en ésta os persiguen, marchaos a otra. Yo os aseguro: no acabaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre».
 
Comentario:
Hoy, el Evangelio remarca las dificultades y las contradicciones que el cristiano habrá de sufrir por causa de Cristo y de su Evangelio, y como deberá resistir y perseverar hasta el final. Jesús nos prometió: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20); pero no ha prometido a los suyos un camino fácil, todo lo contrario, les dijo: «Seréis odiados de todos por causa de mi nombre» (Mt 10,22).
La Iglesia y el mundo son dos realidades de “difícil” convivencia. El mundo, que la Iglesia ha de convertir a Jesucristo, no es una realidad neutra, como si fuera cera virgen que sólo espera el sello que le dé forma. Esto habría sido así solamente si no hubiese habido una historia de pecado entre la creación del hombre y su redención. El mundo, como estructura apartada de Dios, obedece a otro señor, que el Evangelio de san Juan denomina como “el señor de este mundo”, el enemigo del alma, al cual el cristiano ha hecho juramento —en el día de su bautismo— de desobediencia, de plantarle cara, para pertenecer sólo al Señor y a la Madre Iglesia que le ha engendrado en Jesucristo.
Pero el bautizado continúa viviendo en este mundo y no en otro, no renuncia a la ciudadanía de este mundo ni le niega su honesta aportación para sostenerlo y para mejorarlo; los deberes de ciudadanía cívica son también deberes cristianos; pagar los impuestos es un deber de justicia para el cristiano. Jesús dijo que sus seguidores estamos en el mundo, pero no somos del mundo (cf. Jn 17,14-15). No pertenecemos al mundo incondicionalmente, sólo pertenecemos del todo a Jesucristo y a la Iglesia, verdadera patria espiritual, que está aquí en la tierra y que traspasa la barrera del espacio y del tiempo para desembarcarnos en la patria definitiva del cielo.
Esta doble ciudadanía choca indefectiblemente con las fuerzas del pecado y del dominio que mueven los mecanismos mundanos. Repasando la historia de la Iglesia, Newman decía que «la persecución es la marca de la Iglesia y quizá la más duradera de todas».
* P. Josep LAPLANA OSB Monje de Montserrat (Montserrat, Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
Beatos Manuel Ruiz y Compañeros
Mártires
En la noche del 9 al 10 de julio de 1860, fueron martirizados en Damasco, por la plebe drusa, ocho franciscanos, todos españoles menos uno, y tres seglares nativos, por no querer renegar del cristianismo para abrazar el Islam. Eran miembros de la Custodia de Tierra Santa y formaban la comunidad de Damasco, parroquia, colegio y a la vez escuela de idiomas para los misioneros. Indicamos sus nombres: Manuel Ruiz, guardián de la casa, nacido en San Martín de Ollos (Santander); Carmelo Bolta, vicario, especialista en árabe y maestro de los misioneros, nacido en Real de Gandía (Valencia); Engelberto Kolland, políglota, natural del Tirol (Austria); Ascanio Nicanor, profesor del colegio, nacido en Villarejo de Salvanés (Madrid); Nicolás Alberca, estudiante de árabe, nacido en Aguilar de la Frontera (Córdoba); Pedro Soler, se preparaba para la ordenación sacerdotal, nacido en Lorca (Murcia); Francisco Pinazo, hermano profeso, nacido en Alpuente (Valencia); Juan Santiago Fernández, hermano profeso, nacido en Moire (Orense); y los Massabki, Francisco, Mooti y Rafael, tres hermanos de sangre, maronitas seglares.
Oración: Señor, Dios, que concediste a los bienaventurados Manuel Ruiz y compañeros la gracia de confirmar la fe en tu nombre al derramar la propia sangre; concédenos, por los méritos y ejemplos de estos mártires, que se robustezca la fe de los fieles y que todos los pueblos sean conducidos a la luz del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Catholic.net
 
Pensamiento del día
“En la vida hay que evitar
tres figuras geométricas:
Los círculos viciosos,
los triángulos amorosos
y las mentes cuadradas”
(Mario Benedetti)
 
Historias:
El hombre más afortunado del mundo
Me propongo demandar a la revista "Fortune", pues me hizo víctima de una omisión inexplicable. Resulta que publicó la lista de los hombres más ricos del planeta, y en esta lista no aparezco yo. Aparecen, sí, el sultán de Brunei, aparecen también los herederos de Sam Walton y Takichiro Mori. Figuran ahí también personalidades como la Reina Isabel de Inglaterra, Stavros Niarkos, Jeff Bezos, dueño de Amazon, y los mexicanos Carlos Slim y Emilio Azcárraga.
 
Sin embargo a mí no me menciona la revista. Y yo soy un hombre rico, inmensamente rico. Y si no, vean ustedes.
 
Tengo vida, que recibí no sé por qué, y salud, que conservo no sé cómo.
 
Tengo una familia: esposa adorable que al entregarme su vida me dio lo mejor de la mía; hijos maravillosos de quienes no he recibido sino felicidad; nietos con los cuales ejerzo una nueva y gozosa paternidad. Tengo hermanos que son como mis amigos, y amigos que son como mis hermanos. Tengo gente que me ama con sinceridad a pesar de mis defectos, y a la que yo amo con sinceridad a pesar de mis defectos. Tengo cuatro lectores a los que cada día les doy gracias porque leen bien lo que yo escribo mal.
 
Tengo una casa, y en ella muchos libros (mi esposa diría que tengo muchos libros, y entre ellos una casa). Poseo un pedacito del mundo en la forma de un huerto que cada año me da manzanas que habrían acortado aún más la presencia de Adán y Eva en el Paraíso. Tengo un perro que no se va a dormir hasta que llego, y que me recibe como si fuera yo el dueño de los cielos y la tierra. Tengo ojos que ven y oídos que oyen; pies que caminan y manos que acarician; cerebro que piensa cosas que a otros se les habían ocurrido ya, pero que a mí no se me habían ocurrido nunca.
 
Soy dueño de la común herencia de los hombres: alegrías para disfrutarlas y penas para hermanarme a los que sufren. Y tengo fe en un Dios bueno que guarda para mí infinito amor. ¿Puede haber mayores riquezas que las mías? ¿Por qué, entonces, no me puso la revista "Fortune" en la lista de los hombres más ricos del planeta?
* Autor: Armando Fuentes Aguirre
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Es en nuestra angustia donde no podemos abandonar al Señor. El mismo Jesús, el Hijo de Dios, sintió terror ante su muerte inminente.
Sintió la desesperación, la soledad y el dolor de la traición de los discípulos. En ese instante oró incesantemente.
Sentir miedo no hizo disminuir de ningún modo su divinidad, por el contrario mostró claramente la íntima unión humano-divina del Hijo de Dios. Totalmente hombre y totalmente Dios. Asumió sobre sí todas nuestras limitaciones, angustias y dudas. El consuelo del ángel en aquel momento fue decisivo para Jesús.
En su existencia tú también puedes ser un ángel que consuele en el dolor a su semejante. 
 
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. En este tiempo pedimos especiales oraciones por todas las personas que en diversos países del mundo han sido afectadas por el coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja ante esta terrible pandemia, y que con fe y esperanza, y siguiendo las indicaciones médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo en todo el planeta.
 
Pedimos oración por el terno descanso de Jorge Marco T., de Córdoba, Argentina, de cuyo fallecimiento se cumplió un año hace tres días.
 
Pedimos oración por una intención particular de Lidia B., de Venezuela, amiga de muchos años de “Pequeñas Semillitas”.
 
Pedimos oración para la señora Flor Ángela S., de Colombia, a quien realizarán importantes estudios pulmonares para diagnóstico y posterior tratamiento de su enfermedad. La colocamos en las manos de Nuestra Señora de Chiquinquirá, patrona de su país, para que por su mediación, Jesús le conceda una pronta recuperación.
 
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
 
¡Hasta mañana! con Madre Teresa
Julio 10
Prefiero ser una gotita de amor, en un mar de amargura.
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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