domingo, 26 de julio de 2020

Pequeñas Semillitas 4396

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 15 - Número 4396 ~ Domingo 26 de Julio de 2020
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En esta época que vivimos sabemos de la precariedad de la vida y su valor absoluto. En medio de la crisis que nos ha traído la pandemia reconocemos que los bienes materiales no tienen valor definitivo. Nuestra oración de hoy va dirigida para que sepamos reconocer esta enseñanza.
Para los discípulos misioneros el valor supremo lo tiene Dios, por eso la breve enseñanza de san Pablo (segunda lectura) es aleccionadora cuando se quiere actuar al margen del Dios lleno de misericordia.
En este sentido, el evangelio narra tres parábolas: el tesoro, la perla y la red para mostrar que el Reino de Dios se vuelve central en la vida cuando es encontrado sin proponérselo o es acción que lo construye, como el esfuerzo de los pescadores.
Liberados de la falsedad de los bienes materiales endiosados, debemos trabajar por el Reino de Dios que es justicia, alegría y paz
(El Domingo, Ed. San Pablo)
 
¡Buenos días!
Bernardo y los ladrones
Nuestra sexualidad es una parte central de nuestro ser y tiene que ver con cómo canalizamos nuestros deseos. La castidad no oprime nuestra sexualidad, más bien, la está verdaderamente orientando como Dios quiere. “Castidad significa tener la fuerza de usar nuestra sexualidad de acuerdo con el plan de Dios” (Jason Evert).
 
Antes de entrar al convento, san Bernardo siendo muy joven y de porte elegante, iba cabalgando lejos de su casa con varios amigos. La noche los sorprendió, por lo que buscaron hospitalidad en una casa. La dueña los recibió bien, e insistió en que Bernardo, como jefe del grupo, ocupase una habitación separada. Durante la noche, la mujer se presentó en la habitación con intenciones deshonestas. Bernardo, en cuanto se dio cuenta de lo que ocurría, fingió con gran presencia de ánimo creer que se trataba de un intento de robo, y con toda su fuerza empezó a gritar: —¡Ladrones, ladrones! La intrusa se alejó rápidamente. Al día siguiente, cuando el grupo se marchaba, sus amigos empezaron a bromear sobre el imaginario ladrón, pero Bernardo, contestó con calma: —No fue ningún sueño. El ladrón entró sin duda en la habitación, pero no para robarme el oro y la plata, sino algo de mucho más valor.
 
La castidad es un estilo de vida que ordena nuestros deseos para el bien y protege nuestro corazón, nuestra alma y nuestro cuerpo. Es reconocer que estamos hechos “a imagen y semejanza de Dios” y que debemos defender esa dignidad. “La castidad es una virtud moral. Es también un don de Dios, una gracia, un fruto del trabajo espiritual. El Espíritu Santo concede, al que ha sido regenerado por el agua del Bautismo, imitar la pureza de Cristo” (CIC 2345).
* Enviado por el P. Natalio
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 1 Re 3,5.7-12
 
Salmo: Sal 119 ,57.72.76-77.127-128.129-130
 
Segunda Lectura: Rom 8,28-30
 
Santo Evangelio: Mt 13,44-52
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.
»También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra.
»También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases; y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos. Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
»¿Habéis entendido todo esto?». Dícenle: «Sí». Y Él les dijo: «Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo».
 
Comentario:
Hoy, el Evangelio nos quiere ayudar a mirar hacia dentro, a encontrar algo escondido: «El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo» (Mt 13,44). Cuando hablamos de tesoro nos referimos a algo de valor excepcional, de la máxima apreciación, no a cosas o situaciones que, aunque amadas, no dejan de ser fugaces y chatarra barata, como son las satisfacciones y placeres temporales: aquello con lo que tanta gente se extenúa buscando en el exterior, y con lo que se desencanta una vez encontrado y experimentado.
El tesoro que propone Jesús está enterrado en lo más profundo de nuestra alma, en el núcleo mismo de nuestro ser. Es el Reino de Dios. Consiste en encontrarnos amorosamente, de manera misteriosa, con la Fuente de la vida, de la belleza, de la verdad y del bien, y en permanecer unidos a la misma Fuente hasta que, cumplido el tiempo de nuestra peregrinación, y libres de toda bisutería inútil, el Reino del cielo que hemos buscado en nuestro corazón y que hemos cultivado en la fe y en el amor, se abra como una flor y aparezca el brillo del tesoro escondido.
Algunos, como san Pablo o el mismo buen ladrón, se han topado súbitamente con el Reino de Dios o de manera impensada, porque los caminos del Señor son infinitos, pero normalmente, para llegar a descubrir el tesoro, hay que buscarlo intencionadamente: «También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas» (Mt 13,45). Quizá este tesoro sólo es encontrado por aquellos que no se dan por satisfechos fácilmente, por los que no se contentan con poca cosa, por los idealistas, por los aventureros.
En el orden temporal, de los inquietos e inconformistas decimos que son personas ambiciosas, y en el mundo del espíritu, son los santos. Ellos están dispuestos a venderlo todo con tal de comprar el campo, como lo dice san Juan de la Cruz: «Para llegar a poseerlo todo, no quieras poseer algo en nada».
* Rev. D. Enric PRAT i Jordana (Sort, Lleida, España)
 
Palabras de Benedicto XVI
"Con demasiada frecuencia, la Doctrina de la Iglesia se percibe como una serie de prohibiciones y posiciones retrógradas, mientras que en realidad, es creativa y vivificante, y está orientada a la realización más plena del gran potencial de bien y de felicidad que Dios ha infundido en cada uno de nosotros".
 
Predicación del Evangelio:
La decisión más importante
El evangelio recoge breves parábolas de Jesús con un mismo mensaje. En los relatos, el protagonista descubre un tesoro enormemente valioso o una perla de valor incalculable. Y reaccionan del mismo modo: venden con alegría y decisión lo que tienen, y se hacen con el tesoro o la perla. Según Jesús, así reaccionan los que descubren el reino de Dios.
 
Al parecer, Jesús teme que la gente le siga por intereses diversos, sin descubrir lo más atractivo e importante: ese proyecto apasionante del Padre, que consiste en conducir a la humanidad hacia un mundo más justo, fraterno y dichoso, encaminándolo así hacia su salvación definitiva en Dios.
 
¿Qué podemos decir hoy después de veinte siglos de cristianismo? ¿Por qué tantos cristianos buenos viven encerrados en su práctica religiosa con la sensación de no haber descubierto en ella ningún “tesoro”? ¿Dónde está la raíz última de esa falta de entusiasmo y alegría en no pocos ámbitos de nuestra Iglesia, incapaz de atraer hacia el núcleo del Evangelio a tantos hombres y mujeres que se van alejando de ella, sin renunciar por eso a Dios ni a Jesús?
 
Después del Concilio, el papa san Pablo VI hizo esta afirmación rotunda: ”Solo el reino de Dios es absoluto. Todo lo demás es relativo”. Años más tarde, san Juan Pablo II lo reafirmó diciendo: “La Iglesia no es ella su propio fin, pues está orientada al reino de Dios del cual es germen, signo e instrumento”. El Papa Francisco nos viene repitiendo: “El proyecto de Jesús es instaurar el reino de Dios”.
 
Si ésta es la fe de la Iglesia, ¿por qué hay cristianos que ni siquiera han oído hablar de ese proyecto que Jesús llamaba “reino de Dios”? ¿Por qué no saben que la pasión que animó toda la vida de Jesús, la razón de ser y el objetivo de toda su actuación, fue anunciar y promover ese proyecto humanizador del Padre: buscar el reino de Dios y su justicia?
 
La Iglesia no puede renovarse desde su raíz si no descubre el “tesoro” del reino de Dios. No es lo mismo llamar a los cristianos a colaborar con Dios en su gran proyecto de hacer un mundo más humano, que vivir distraídos en prácticas y costumbres que nos hacen olvidar el verdadero núcleo del Evangelio.
 
El Papa Francisco nos está diciendo que “el reino de Dios nos reclama”. Este grito nos llega desde el corazón mismo del Evangelio. Lo hemos de escuchar. Seguramente, la decisión más importante que hemos de tomar hoy en la Iglesia y en nuestras comunidades cristianas es la de recuperar el proyecto del reino de Dios con alegría y entusiasmo.
(José Antonio Pagola)
 
Poesía
Soneto
 
Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,
 
si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.
 
Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.
 
Porque después de todo he comprendido
que lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.
(Francisco Luis Bernárdez)
 
Mensaje de María Reina de la Paz
 
Mensaje de María Reina de la Paz del 25 de julio de 2020
 
“¡Queridos hijos! En este tiempo turbulento en que el demonio está cosechando almas para atraerlas hacia sí, los llamo a una oración perseverante para que en la oración descubran al Dios del amor y de la esperanza. Hijitos, tomen la cruz en sus manos. Que ella sea para ustedes estímulo de que el amor triunfa siempre, especialmente ahora que la cruz y la fe son rechazadas. Con sus vidas, sean ustedes reflejo y ejemplo de que la fe y la esperanza aún están vivas y que un mundo nuevo de paz es posible. Estoy con ustedes e intercedo por ustedes ante mi Hijo Jesús. ¡Gracias por haber respondido mi llamado!”
 
Nuevo vídeo y artículo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página
 
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
 Desde Italia, llega el agradecimiento a Dios y a los lectores que rezaron por Alessandra, que ha pasado con éxito los exámenes para ingresar a la Universidad de Torino.
 
Desde México, llega el agradecimiento de la familia Pérez Gaitán y  Evelia Saad, que salieron negativos del covid 19. Demos gracias a Dios...
 
¡Hasta mañana! con Madre Teresa
Julio 26
El amor, para que sea verdadero, debe doler, debe costarnos. Por eso, en cada familia, los padres hacen sacrificios por sus hijos; los hermanos hacen sacrificios por los otros hermanos.
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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