sábado, 18 de julio de 2020

Pequeñas Semillitas 4388

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 15 - Número 4388 ~ Sábado 18 de Julio de 2020
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Eres único en el mundo. Eres especial. Reconoce objetivamente tanto tus cualidades como tus defectos.
Y en vez de alterarte por tus imperfecciones para postrarte en la descalificación de ti mismo, parte de tu realidad negativa para trabajar pacientemente por mejorar tus conductas.
Niégate a descorazonarte por tus defectos. Más bien, acepta que conociéndolos puedes elegir el camino de tu superación personal.
Para vivir serena, segura y eficazmente, cultiva las virtudes que te faltan. Mañana será demasiado tarde. Vive desde ya tu presente.
 
¡Buenos días!
La palabra mágica
“Me preguntas qué es la Madre. Junta el perfume de todas las flores y el arrullo de todas las montañas y la inquietud de todos los ríos; la frescura de todos los valles y la mirada de todas las estrellas; la caricia de todas las brisas y el beso de todos los labios. Todo guardado por Dios en un corazón de mujer. Eso es una  madre”. (Mons. Antonio María Barbieri).
 
Cuenta una leyenda que el que acertara decir la palabra mágica, haría reír a la Esfinge del desierto, junto a las pirámides de Egipto, y sería inmensamente rico. Como es de suponer, lo intentaban todos, no lo conseguía nadie. Una noche, unos gitanos dormían bajo las mil estrellas de la noche africana. Habían fracasado en su intento de hacer reír a la Esfinge, pronunciando las más bellas palabras. Inútilmente. Una gitana dormía con su hijito junto a la misma Esfinge. Desde el río Nilo soplaba una brisa fresca. El pequeño tenía frío. Y buscando el abrigo del seno materno dijo: “¡Madre, madre... tengo frío!” Sus palabras fueron cortadas por un ruido estruendoso. La Esfinge había reído y de su boca dejaba escapar un caudal de monedas de oro. El pequeño había acertado con la palabra mágica: “¡Madre!”
 
“La Madre es esa mujer que, mientras vive, no sabemos estimar porque a su lado todos los dolores se olvidan; pero, después de muerta daríamos todo lo que somos y todo lo que tenemos por mirarla de nuevo un sólo instante, por recibir de ella un solo abrazo, por escuchar un solo acento de sus labios”. (Mons. Ramón Jara). Comparte con tu madre hoy alguno de estos pensamientos.
* Enviado por el P. Natalio
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Miqueas 2, 1-5
 
Salmo: Sal 9, 1-4B. 7-8B. 14
 
Santo Evangelio: Mateo 12, 14-21
En aquel tiempo, los fariseos se confabularon contra Él para ver cómo eliminarle. Jesús, al saberlo, se retiró de allí. Le siguieron muchos y los curó a todos. Y les mandó enérgicamente que no le descubrieran; para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías: «He aquí mi Siervo, a quien elegí, mi Amado, en quien mi alma se complace. Pondré mi Espíritu sobre él, y anunciará el juicio a las naciones. No disputará ni gritará, ni oirá nadie en las plazas su voz. La caña cascada no la quebrará, ni apagará la mecha humeante, hasta que lleve a la victoria el juicio: en su nombre pondrán las naciones su esperanza».
 
Comentario:
Hoy encontramos un doble mensaje. Por un lado, Jesús nos llama con una bella invitación a seguirlo: «Le siguieron muchos y los curó a todos» (Mt 12,15). Si le seguimos encontraremos remedio a las dificultades del camino, como se nos recordaba hace poco: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso» (Mt 11,28). Por otro lado, se nos muestra el valor del amor manso: «No disputará ni gritará» (Mt 12,19).
Él sabe que estamos agobiados y cansados por el peso de nuestras debilidades físicas y de carácter... y por esta cruz inesperada que nos ha visitado con toda su crudeza, por las desavenencias, los desengaños, las tristezas. De hecho, «se confabularon contra Él para ver cómo eliminarle» (Mt 12,14). Y nosotros que sabemos que el discípulo no es más que el maestro (cf. Mt 10,24), hemos de ser conscientes de que también tendremos que sufrir incomprensión y persecución.
Todo ello constituye un fajo que pesa encima de nosotros, un fardo que nos doblega. Y sentimos como si Jesús nos dijera: «Deja tu fardo a mis pies, yo me ocuparé de él; dame este peso que te agobia, yo te lo llevaré; descárgate de tus preocupaciones y dámelas a mí...».
Es curioso: Jesús nos invita a dejar nuestro peso, pero nos ofrece otro: su yugo, con la promesa, eso sí, de que es suave y ligero. Nos quiere enseñar que no podemos ir por el mundo sin ningún peso. Una carga u otra la hemos de llevar. Pero que no sea nuestro fardo lleno de materialidad; que sea su peso que no agobia.
En África, las madres y hermanas mayores llevan a los pequeños en la espalda. Una vez, un misionero vio a una niña que llevaba a su hermanito... Le dice: «¿No crees que es un peso demasiado grande para ti?». Ella respondió sin pensárselo: «No es un peso, es mi hermanito y le amo». El amor, el yugo de Jesús, no sólo no es pesado, sino que nos libera de todo aquello que nos agobia.
* Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
San Arsenio
Monje y Místico
Cuando el emperador Teodosio el Grande buscaba un buen profesor para sus dos hijos, el Papa San Dámaso le recomendó a Arsenio, un senador sumamente sabio y muy práctico en sus consejos. Durante diez años, San Arsenio vivió en el palacio del emperador educando a sus dos hijos, Arcadio y Honorio.
Estando un día orando, en medio de una gran crisis espiritual, mientras le pedía a Dios que le iluminara lo que debía hacer para santificarse, oyó una voz que le decía: "Apártate del trato con la gente, y vete a la soledad". Entonces dispuso irse al desierto a orar y a hacer penitencia con los monjes.
Cuando llegó al monasterio del desierto, los monjes, sabiendo que había estado viviendo tanto tiempo como senador y como alto empleado del Palacio imperial, dispusieron ponerle algunas pruebas para saber si en verdad era apto para esa vida de humillación y mortificación. Fue ahí, donde San Arsenio se hizo muy conocido por todos por sus penitencias extraordinarias.
Para más información hacer clic acá.
* Aciprensa – EWTN
 
Palabras del Santo Padre Pío
"Cuando a Él le plazca colocarnos en la cruz, es decir, tenernos en cama enfermos, agradezcámosle y sintámonos afortunados por tanto honor recibido, sabiendo que estar en la cruz con Jesús es un acto sumamente más perfecto que el de sólo contemplarlo en ella"
 
Tema del día:
Don Nadie
Es todo un personaje. Está ahí, acechando con su sonrisa oculta nuestros actos. Se dispone día a días a criticarlo todo, a destruirlo todo, a contradecirlo todo. No es alguien a quien podemos dirigirnos concreta y claramente, no es alguien que valga por lo que ha hecho.  Simplemente es... Don Nadie.
 
Es producto de la mediocridad, hijo de la maledicencia, pariente de la amargura y padre de la frustración. Según los ocultistas encarna en personas de ambos sexos, en noches sin luna y durante sueños ociosos. Según los sociólogos es el hombre-masa, sin opinión, llevado por las modas y los caprichos de su alrededor. Según la gente que está cerca de Dios, es un simple lobo con piel de oveja, aullando solitario con balidos lejanos.
 
Es Don Nadie. Te acecha, te sigue, te observa para hacer de tu vida muy pronto algo semejante a la suya. Vida gris, macilenta, devorada por un mañana que nunca llega y sepultada por un ayer sin importancia alguna.
 
Don Nadie habita fácilmente en los corazones solitarios, en los ojos envidiosos, en los pies sin camino, en las manos egoístas y en las lenguas venenosas. Don Nadie no da jamás la cara, lo sientes vivir a tu sombra pero jamás te enseñará su rostro, es algo que no es alguien y alguien que no es nada.
 
Don Nadie vive en la multitud y se alimenta de ella; lejos de ser aliento para crear, es ahogo para morir. Don Nadie detesta la personalidad de alguna gente, la considera una ofensa para su soledad, ataca, gruñón e ingrato, desde lo anónimo de su tristeza, a quien sonríe esperanzado. Don Nadie no perdona el amor, ni el éxito, ni la ilusión. Don Nadie hombre-mujer, está a la caza de errores y defectos para reír con ellos, complaciéndose en la miseria humana.
 
No seas Don Nadie... Evítate ocultar el verdadero rostro, enfrenta una mirada sincera a los demás. Quizá eres pobre, triste, humilde, solitario o distraído, pero tú hombre o mujer, no eres ni debes ser Don Nadie.
 
Sé tú mismo, búscate a ti mismo. Verás qué sencillo es, cada día, decirse con algo de amor por dentro: "Yo soy brizna del cosmos. Yo soy trigo celeste. Yo soy algo que tiene un rostro, un espíritu, un aliento que tiene un nombre propio y no debe morir jamás".
 
Ante tales palabras pronunciadas con la verdad del alma, retrocede el olvido, se disuelve la muerte y se abren, tarde o temprano, las puertas de la Eternidad.
 
Humor de sábados
El arca de Noé
1: No pierdas el barco
2: Recuerda que todos estamos en el mismo barco.
3: Planea con tiempo. No estaba lloviendo cuando Noé construyó el arca.
4: Mantente en forma. Cuando tengas 60 años, alguien podría pedirte hacer algo realmente grande.
5: No hagas caso a las críticas; solo haz el trabajo que debe ser hecho.
6: Finca tu futuro en tierra alta.
7: La velocidad no siempre es ventajosa. Los caracoles estaban a bordo junto con los chitas.
8: Cuando te encuentres estresado, flota por un rato.
9: Recuerda, el arca fue construida por principiantes, el Titanic por profesionales.
10: En medio de la tormenta, cuando estás con Dios, siempre hay un arco iris esperándote.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Quizá, el problema más grande del hombre, es que está demasiado distraído… La verdad se le escapa, a quien no presta atención, a quien no sabe escuchar y ver.
La vida se vuelve un pesar para quien no sabe regresar a las cosas simples del vivir, la vida se vuelve una confusión, cuando no tenemos tiempo para sentarnos a contemplar, y del pesar nace el sin-sentido y de la confusión la ira.
No es entonces extraño, que las personas que más tienen, más infelices son, porque hay más cosas que las distraen, que las pre-sobre-ocupan, que las hacen perder la capacidad humana de disfrutar las pequeñeces de la vida.
Creo que la existencia del hombre está creada para que en todo momento podamos contemplar la verdad, contemplar la belleza que nos rodea, humanizarla, y humanizarnos nosotros mismos que no es sino regresar a comprender quiénes somos, y qué buscamos, comprender, que allí donde está nuestro tesoro, allí estará también nuestro corazón.
* Carlos Ray
 
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. En este tiempo pedimos especiales oraciones por todas las personas que en diversos países del mundo han sido afectadas por el coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja ante esta terrible pandemia, y que con fe y esperanza, y siguiendo las indicaciones médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo en todo el planeta.
 
Pedimos oración para B. Enrique, de 49 años de edad, de Pickering, Canadá, rogando al Padre Eterno le abra la puerta a un buen y merecido trabajo, por los méritos inigualables de Jesús en la Cruz.
 
Pedimos oración por las necesidades físicas, anímicas, espirituales y materiales de Marta Cecilia S., de Córdoba, Argentina, rogando al Señor Misericordioso que las muchas pruebas y dificultades que viene afrontando este año se terminen y pueda encaminar su vida en paz y serenidad.
 
Pedimos oración para Modesta Isabel F. (Tita), de Salta, Argentina, afectada por dolores crónicos y muy severos desde hace muchos años luego de una operación de columna cervical. Le rezamos a la Virgen Santísima para que Ella interceda ante Jesús y alivie sus dolores.
 
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
 
¡Hasta mañana! con Madre Teresa
Julio 18
Tengo el sentimiento profundo de que, sin cesar y en todas partes, se revive la pasión de Cristo. ¿Estamos dispuestos a participar de esa pasión? ¿Estamos dispuestos a compartir los sufrimientos de los demás, no tan sólo allí donde predomina la pobreza, sino en toda la tierra? Me parece que la gran miseria y el sufrimiento son más difíciles de resolver en Occidente. Recogiendo a algún hambriento en la calle, ofreciéndole una taza de arroz o una rebanada de pan, puedo calmar su hambre.
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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